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Primer día en la ciudad

•Sábado 17, Noviembre del 46, 9 AM•

•Casa Fillet•

La familia se establecía en su nuevo hogar, es difícil, sí, pero en algún punto se adaptarían a su nueva vida en la gran ciudad. Las pesadillas eran más recurrentes al igual a los ataques de pánico.

Sus vidas tomaban rumbos diferentes a los que alguna vez estaban predichos. Las líneas en el tiempo cambiando sin cesar, ellos no eran conscientes de las consecuencias. Nadie era consciente de los miles de ojos que los vigilaban, algunos con buenas intenciones, otros no tanto.

Lo que algún día crearían sería tan solo el inicio de algo mucho más grande, algo que cambiaría el mundo como alguna vez lo conocieron.

Simplemente aun no era el momento.

Primero tendrían que superarse a sí mismos.

— ¡Aleja esa cosa de mí! —Night le grita a Fred.

El adolescente no podía dejar sola ni un momento a su nueva mejor amiga. La serpiente se enreda en sus brazos mientras que estiraba su largo cuerpo hasta Night.

— Venga hombre, ella no muerde. —le dice sonriendo.

— ¡Aléjala! — Night ruge en pánico.

— Solo un besito. —él dice riendo.

— ¡Auxilio! ¡¡Alfred aleja a esa jodida serpiente de mí!! —le grita casi llorando.

— No hasta que le des un besito. —dijo riendo.

— ¡Freddy! ¡Christopher! ¡¡¡Ayuda!!! —él ruge chocando con la pared a sus espaldas.

Shadow aparece mientras suspira. — Lobito deja de molestar a Night. —ella le pide.

Fred se le acerca con la serpiente. Ella acerca la mano con mucho cuidado y acaricia un poco a la serpiente.

— Vez, está bien entrenada. —él le sonríe. — Pero ahora que la toque él. —dijo viendo a Night.

— Pero que me ha bloqueado! No puedo usar nada para salir de aquí. —el susurra buscando una salida.

— Que no muerde, además, ya la alimenté. —él dice con tranquilidad.

— ¡AUN ASÍ MUERDEN! —Grita en pánico.

Fred niega cansándose de tantos gritos y hace aparecer a la serpiente en los hombros del chico.

Night se queda congelado en el lugar, sus pijamas terminando mojado de un color amarillo.

Christopher sale del elevador y se acerca rápidamente hacia ellos.

— La serpiente me quiere comer. —Night murmuró sintiendo la serpiente sujetándose de su abdomen y brazos.

— Alfred. Mete a tu mascota en su tanque por favor. —Cristopher le pide al chico.

Shadow no podía soportarlo más y quiebra en carcajadas.

— No seas marica que solo es una serpiente no venenosa, además, si te mordiera, con jugo de limón tu suelta. —Le dijo sonriente.

— Por favor detén esta tortura. —le suplica llorando.

Fred de inmediato deja de sonreír y retrocede.

Chris nota como comenzaba a murmurar en voz baja mientras que sus manos temblaban.

Shadow ace desaparecer la serpiente y se acerca a Fred.

Penumbras apareciendo a su alrededor, las manchas en sus brazos volviéndose más prominentes cada vez que daba un paso atrás.

Su padre lo notó y le sujetó de los hombros.

— Respira Fred, respira. —él susurra en su oído mientras lo abrazaba.

— No puedo. —Tartamudeo, sus ojos lentamente volviéndose negros y rojos.

— Tranquilo, es solo un recuerdo, no es nada que tu no puedas superar. —dice acariciándole la cabeza, intentando calmarlo.

El chico cierra los ojos e inhala y exhala, calmándose y a la vez controlando todas las penumbras que su poder desató. Abraza a su padre con fuerza, su cuerpo temblando mientras esas manchas retrocedían; se encontraba aterrado de sí mismo.

— Eso es, respira hijo, necesito que respires. —su padre continuaba repitiendo, preocupado por su hijo.

— La mate. —susurra casi en llanto.

— Ella se encuentra en paz, tu no sabias lo que estabas haciendo. —dijo aun abrazándolo.

— Hice suplicar a mi propia madre, eso no tiene perdón alguno. —gruñe, echándose la culpa a sí mismo.

— No tienes de qué preocuparte, es solo un recuerdo. — Dijo sonriendo y tomándole de los cachetes. — Nada más. —dice limpiándole las lágrimas con ambos pulgares. — Son tan solo recuerdos. —Le susurró abrazándolo.

— Odio los recuerdos. —murmura escondiendo su rostro en el pecho de su padre.

— Lo sé, muchos lo hacemos. Algún día los superaran, tú los superarás, pero mientras tanto, los ayudaremos con las terapias y citas con la doctora Furriel. ¿Por qué mejor no vamos a prepararnos para la nueva sesión? Solo será como una charla y hable con ella y estaría contenta de conocer a sus mascotas. —les dice a los tres, sonriendo.

Fred asiente sin dejar de abrazarlo.

— Perdón. — Night susurra, sintiéndose que él era el responsable de ese ataque de pánico.

Shadow abraza al chico y le besa la mejilla. — Hoy dormirás conmigo. —ella le dice esta vez besándole los labios.

Él sonríe y se separa de Christopher para luego abrazarla a ella.

— Ese gato tuyo me ha reemplazado. —ríe un poco mientras apoya su cabeza en su hombro.

— Tal vez. —ella ríe abrazándolo.

— Sé en lo que estás pensando, cariño. —él susurra en su oído.

— Nada fuera de lugar, ¿no lo crees? — pregunta antes de desaparecer.

— Tienes que casarte con ella. —Christopher dijo asintiendo.

— Papá! —grita apenada. — ¿No crees que mejor terminamos al menos el colegio? Y que ella sea mayor de edad. —Le dice entre dientes.

Cristopher se ríe y le jala el cachete. — Algún día te veré en traje y te recordaré este día. —le dice sonriendo.

— Para ese tiempo ya tendrás muchas canas. —le dice sonriendo.

— Ve a bañarte mono. —dije desarreglándole el cabello.

— Vale vale, ah, y el perro volvió ensuciar el baño. —le informa antes de desaparecer.

Christopher suspira y se acerca al elevador.

— Es por ellos, es un perro grande, aguántate. —se dice a sí mismo, presionando el último botón.

Un par de horas después todos se encontraban en el auto, dirigiéndose al consultorio de una de las mejores psicólogas del estado, lo que por "coincidencia", es prima de Sur.

Christopher se encargó de buscar a personas que ya tenían experiencia con penumbras y portadores. Todo estaba conectado como una gran red de secretos. El mundo no debía descubrirlos por ningún motivo.

Ellos son tan ingenuos que no se dieron cuenta que esa regla fue quebrantada hace muchos años atrás.

Se encontraban en el estacionamiento, estaban alistando a sus mascotas he intentado ganar las fuerzas suficientes para hablar con esa mujer.

Su confianza en los médicos era pobre gracias a los últimos años. Todo eso les había afectado mucho más profundo de lo creído.

— ¿Ya están listos? —Chris les pregunta quitando los seguros de las puertas.

— Si, todo listo—Freddy responde mientras acariciaba al perro.

— Cosita preciosa. —Evelyn le dijo al perro mientras esté le lamia la mano.

Podía ser juguetón, pero también estaba entrenado. El reconocía la ansiedad oculta tras esas máscaras llamadas sonrisas.

— ¿Seguros están bien? —Christopher les pregunta, reconociendo las señales que el perro le daba.

— Mientras esa serpiente no se encuentre cerca de mí, yo estaré bien. —Night dice, jugando con la cola del perro. — Tira bastante pelo. —murmuró sacudiendo su ropa.

— Ese gato araña y mucho. —Shadow dice acariciando al gato en sus piernas.

— Ustedes se quejan, Serpi muda de piel.

— Y gracias a eso debes limpiar su tanque. Esa serpiente es muy delicada. —Cris dijo bajando del auto.

— Eso lo haré hasta sin quejarme. —él dice bajando del auto y luego sacando el tanque.

Evelyn le pone el arnés al perro y Shadow le pone el arnés a su gato.

— ¿Lo puedes sujetar? — Night le pregunta.

— Si, él no es de jalar la correa, sino más bien pegarse a mi pierna. — Freddy se ríe.

Los demás bajan del auto y el gato se estira, sintiendo demasiado caliente para él.

Shadow se ríe y lo carga en su hombro.

— Eres un llorón. —ella dice riendo y acariciándolo.

Evelyn mira al perro preocupada.

Este se le acerca y le lame un poco la mano.

— Estás bien, estoy bien. —le dice sonriendo.

— Fred, ¿ese tanque abierto? —Christopher le pregunta viendo como la serpiente tenía la cola afuera.

El chico mira a la serpiente — Oh, perdón por eso. —dice metiendo la cola de la serpiente y cerrando la tapa.

— Ya que todos estamos listos, no nos quedemos bajo el sol y antes que se nos haga tarde a la cita. —Chris dijo cerrando todas las puertas con seguro.

Ellos suspiran y observan el gran edificio blanco, la mayoría era de vidrio que no permitía ver sus interiores.

Al acercarse las puertas se abrieron automáticamente. Christopher se adelanta un poco y se acerca al consultorio.

— Buenos días, tenemos una cita programada como en cinco minutos con la psicóloga infantil Furriel. — Él le dijo a la secretaria.

— Nombre por favor. —ella le pide sin dejar de ver su computadora.

Él suspira. — Fillet. —Le responde.

Ella levanta la mirada y lo mira y luego a los chicos. Continúa anotando esta vez un poco nerviosa.

— Pasen adelante, la doctora Furriel los está esperando. —les dice sonriendo.

Todos ellos sin decir nada se acercan al ascensor. Cristopher presiona el quinto botón y las puertas se cierran.

— Iremos por orden, primero las penumbras, luego portadores. Así que Fred, eres el primero. —Chris les informa.

El elevador se abre y se dirigen a los asientos frente a una puerta de un morado suave.

Fred suspira y entra. Ve el largo sillón negro, una mesita de café a un lado de esta. Librero tras librero, un escritorio blanco y café con varios libros sobre esto. La pared de al fondo le daba un toque abierto y aparte la magnífica vista al parque central.

Una mujer sentada tras el escritorio. Su cabello era oscuro al igual su piel, aunque sus ojos verdes no se perdían. Ella le sonríe al chico, ni una gota de preocupación o miedo en su mirada o lenguaje físico.

— Buenos días, Fred. Toma asiento. —le dice señalando el sofá.

— Buenos días, Fur. —dice sonriendo lo cual la hace reír gracias al apodo.

— Al parecer hoy has traído a un amigo. ¿Me lo quisieras presentar? —le pregunta dejando su libreta a un lado.

— Claro, él es Serpi, desde que llegó la verdad me siento más tranquilo, que puedo responsabilizarme de algo sin terminar dañándolo. —le sonríe antes de meter la mano en el tanque y acariciar un poco a su amigo.

— Eso es realmente bueno, estás progresando. —le dice sonriendo. — Y dime, ¿cómo ha sido todo desde tu llegada a la ciudad? ¿Cómo te sientes con todos estos cambios? —le pregunta genuinamente interesada en su respuesta.

— Todo es...diferente. No lo sé en verdad. Todo es perfecto, tanto que se me hace algo incomodo, no estoy para nada acostumbrado en esto. Solo sé que un momento estoy bien, pero al otro momento todo se vuelve rojo y da miedo —él le explica hasta que nota como la serpiente se había enrollado en su muñeca.

— Es interesante como tu serpiente reaccionó, ¿no lo crees? Tu papá me mencionó que la consiguió de nuestro centro de mascotas de ayuda. Eso me está indicando que presiente un cambio hormonal muy fuerte. ¿Qué es lo que sucede Alfred? —le pregunta preocupada.

Él suspira y ve a la serpiente.

— Las pesadillas han regresado. Creí que después de dejar Toledo, después de visitarlos podría tan solo detenerse. No fue así. —dijo limpiándose los ojos llorosos.

— Esto es normal Fred, todo lo que experimentas es sólo un mecanismo de defensa que tu mente está creando. —ella le explica.

— Vaya, mi propia mente me tortura y usted no me puede ayudar. —él gruñe.

— Si puedo ayudarte, pero necesito que confíes en mí. Sin confianza creo que nunca podremos avanzar hasta un punto donde tú te sientas cómodo contigo mismo.

Él suspira una tercera vez y asiente.

— Furriel... ¿Por qué cada vez que nos tomamos esas píldoras nos comenzamos a sentir vacíos? ¿No se supone que sea un efecto contrario? ¿O por qué cada vez que alguien dice una frase, es más, una sola palabra, una mirada, todo vuelve a mí de golpe? —le pregunta confundido y frustrado consigo mismo.

Ella suspira y niega.

— Fred, las pastillas funcionan como deben, pero tú lo niegas, por eso te sientes vacío, estas confundido de los sentimientos que realmente sientes. Se que es mucho más difícil ya que crees que es la memoria de Freddy, crees que comparten el mismo cerebro. Pero no es así, sus reacciones son completamente diferentes, sus memorias no están sincronizadas ni cuando eres una penumbra. Es posible, sí, pero tú eres un ser aparte.

Él saca la serpiente y se recuesta en el sofá y deja que la serpiente se mueva como quiere.

— Es como un botón, cualquier cosa con el peso suficiente puede accidentalmente presionarlo. Haciendo que tu cerebro luche contra el medicamente.

— Así creando un bucle de completo vacío. —él murmura juntando las piezas.

— ¿Dime cómo te hace sentir ese vacío? —ella le pregunta.

— ¿Quiere que le explique cómo es el vacío o cómo se siente el vacío? —le pregunta confundido.

Ella sonríe mientras niega.

— Quiero que me expliques que es lo que te hace sentir. ¿Cómo te hace sentir? —ella le pregunta.

— Como si no tuviera alma. ¿No se supone que las penumbras no tienen vida? ¿Por qué nosotros seríamos diferentes? —responde con más preguntas que le irritaban.

— Ese vacío no es tu corazón y mucho menos tu alma. Después de tantos meses en aquella clínica, demostraron, tu demostraste todo lo contrario. A ti si te importaban esas personas, tu hermano, tus amigos, tu familia; a ti aun te importan, y eso es muy bueno. Tú tienes un alma que siente, un corazón que late y una mentalidad asombrosa. —ella le sonríe.

— Si ellos me hubiera en verdad importado...seguirían vivos. — Dice abrasando la cola de la serpiente. — Yo nunca quise dañarlos. —murmura casi llorando.

— Fred, tú me mencionaste tantos bellos momentos. Tuviste la confianza suficiente para hablarles sobre ti. Cuando los dañaste, solo creías que eran un grupo del montón, el ser humano a veces comete errores y los errores se pueden reparar.

— ¿Cómo puedo reparar algo que no se puede ser reparado? —él le pregunta viéndola a los ojos.

— Nunca ha sido fácil, lo sé por antemano, perder a los que amas es doloroso. Tú puedes comenzar a mejorar perdonándote a ti mismo.

— ¿Cómo hago eso? —le pregunta evitando la mirada. Se encontraba tan confundido.

— Bueno, la pregunta aquí es, ¿por que realmente te odias a ti mismo? Y yo no creo que sea por la razón más obvia. —ella dijo antes de acercarse a uno de los libreros.

Él se quedó en silencio mientras la observaba.

— Y sobre el tema de las pesadillas, ¿algún consejo que dar? —le pregunta metiendo la serpiente a su tanque.

— Si no te es incómodo, ¿podrías darme un poco más de detalles? —ella le pregunta tomando un par de libros.

— Es un lugar oscuro, no parece dar aire de ser mi mente, pero algo más. Sólo había recuerdos, gritos... El suelo parecía mancharse de sangre, pero era mía y....y no sé lo que está pasando. —le explica aún confundido.

— Hmm, no te mentiré, estarán ahí durante un tiempo. Están socializadas con tu pasado, la sangre puede decir muchas cosas, en tu caso sería la sangre que has derramado. Piensas que es tu turno. Recordarás muchas cosas feas, pero es parte del proceso, ya verás que un di de estos tan solo desaparecerá. Aunque no puedas cambiar el pasado, solo mira hacia el futuro.

— Has sacado eso de una película, no me mientas. —Fred ríe un poco.

— Si, pero es un buen lema, solo debes de aceptarlo.

— ¿Aceptar que yo era un asesino serial? ¿Qué maté a mi propia madre y amigos o peor a mi propio hermano? —le pregunta gruñendo. — Gran solución Doc. —él dice cruzándose de brazos.

— No me refiero a eso, Alfred, me refiero que debes aceptar que has cometido errores, y está bien. Pero también debes aceptar que eso no te define; tu eres un gran chico, y muy talentoso. Deberías convivir más con tu familia, dejar de pensar en todo lo negativo en ti y ve el lado positivo, en una forma saludable, por supuesto. —ella le sonríe y le da un libro.

— ¿Esto para qué? —él le pregunta leyendo el título.

"La Sombra del Viento" por Carlos Ruiz Zafón, léelo, es algo viejo, sí, pero siempre es de gran ayuda. — Ella dice anotando todo lo que han hablado hasta ahora.

— Mientras no tenga un final triste. —él dice casi riendo.

— Es enserio Fred, tienes que leerlo. —ella le dice apartando su libreta.

— Bien, lo leeré. —él responde.

— Ahora, sobre los ataques de pánico. Escuché que tuviste uno nuevamente. — Ella dice preocupada.

— Aun trato de controlarlo. —dice mientras observa a la serpiente. — Solo me da miedo volver a lo mismo, estas marcas son un recordatorio de mis crímenes, y esto jamás se irá.

— Las cicatrices son solo marcas de peleas que hemos ganado.

— Estas son de una pelea que yo no quería luchar, y mucho menos ganar. —dijo mientras se levantaba.

— Fred, aún no hemos terminado. —ella dice jugando con su bolígrafo entre sus dedos.

Él gruñe mientras la observaba y se sienta de golpe.

— Respira Fred, eso te ayudará. Los ataques están más relacionados con tus poderes de lo que tú crees.

— ¿Y que pasara si no logro controlarme?

— Eres una bomba viviente, así como un campo de fuerza puede explotar, al igual tu poder, puede ser muy destructivo, no te dañara aparte de dolor, no es para preocuparte, pero debes ser más consciente de cómo los utilizas. —ella le pide un poco nerviosa gracias a ese tema.

— Sip, mi objetivo principal ahora será no estallar en mil pedazos. —él ríe.

— Si todo está en orden, puedes retirarte. Hazme un favor y dile a Shadow que entre, será una larga sesión con ella. —ríe guardando sus notas.

Fred le sonríe y asiente. — Está bien, nos vemos Fur. —él dijo tomando el tanque y saliendo de la habitación.

Shadow de inmediato entra y levanta al gato. Ella sonríe y mira a Fur.

— Tengo un hijo. —ella dice acercándose y dejando al gato sobre el escritorio.

— Es realmente lindo. —ella dice acariciando con cuidado al gato.

— Mhm, le llame zorro, y duerme en mi cama. —le dice contenta.

— ¿Por que le llamaste así? —Ella le pregunta.

— Nada importante, solo se me vino a la mente. —ella responde.

— Parece que no tienes inconvenientes. —Fur menciona intentando que el animal no mordiera sus libros.

— ¿Por que los tendría? —ella pregunta confundida.

— Ya que eres una loba de un linaje puro, y él es un gato.

— Ah, eso, no a este no le importa estar cerca de un perro, mucho menos de mí, además se apodero de mi cama, en específico, mis almohadas. —Ella dice sujetando al gato y acariciarle el estómago.

El gato le muerde la mano y patea con sus patas traseras.

— Aún tratamos de mejorar. —ella sonríe y ve como su mascota comienza a lamerle.

Fur le sonríe. — Dime Shadow, ¿cómo te has sentido con la presencia de Christopher y los demás? —le pregunta esta vez sacando una grabadora.

— Muy bien de hecho, él siempre me apoya, nunca tuve una figura paterna desde el accidente y mis hermanos; así que es agradable tenerlo. —ella responde acariciando la cabeza del animalito entre sus brazos.

— Creo que hoy tendremos una sesión algo corta. Tu eres fuerte Shadow, tanto mental como físicamente. Christopher también lo ve; él hizo un gran avance el día que ustedes llegaron a sus vidas.

— ¿Usted también atiende adultos? —Shadow le pregunta confundida.

— Durante las tardes lo hago. —ella responde con una sonrisa.

— ¿Puede contarme un poco más sobre él? Se que no debería hacerlo. Pero quisiera conocerlo un poco más. —La penumbra le pedía.

En un punto tenía razón, no sabia quien era él, o porque Fred y Freddy lo detestaban, ella quería conocer la verdad.

— Christopher era un hombre algo solitario, siempre llegaba a las sesiones de alcohólicos anónimos. Y durante las secciones individuales el siempre me mencionaba que deseaba una familia nuevamente. Que quería cambiar, y lo logro. Ahora que ustedes llegaron a su vida, cambio para bien, por ustedes.

— Eso no me dice nada. —Shadow gruñe un poco molesta.

— Tu lo has dicho, no puedo dar información sobre mis pacientes. —ella le sonríe.

— Al menos dígame una cosa. ¿El de casualidad no hablaba de mi papá? El dijo algo que lo conoció. —le pregunta dejando que el gato se recostara en sus piernas.

Fur sonríe con un poco de lastima.

— Si, lo hacía todo el tiempo. Decía que era un buen hombre y que le fue difícil cuando se entero de su muerte. En ese entonces tenia varias ideas de adoptarlas y ayudarles. Lastimosamente las cuestiones legales no estaban de su parte. —ella le explica.

— ¿Él quería adoptarnos? —ella pregunta no sabiendo que más decir.

— Si, pero no resulto gracias a que seguía en rehabilitación. Eres hija de una persona muy especial para Christopher y es muy raro que él tenga amigos de confianza. —Ella admite mientras sonríe.

— Vaya. Me pude haber salvado del loco de Amery. —Shadow ríe molesta.

— ¿Algo que me quieras decir dentro del tema de los Amery? —le pregunta.

— Solo una cosa, ¿alguna vez has tenido ese sentimiento que algo se te olvida y quieres saber qué es? Bueno eso es lo que siento cuando alguien menciona a los Amery. —ella le explica.

— ¿Por que dices eso? —Fur le pregunta acercándose un poco a su rostro.

Shadow suspira — Solo lo puedo sentir, se que algo se me olvida, y quiero saber que es, quiero saber que es lo que se nos olvida. —admite frunciendo el ceño.

— Tal vez lo logres averiguar muy pronto. ¿Cambiando de tema, pesadillas?

— No mencione eso que me arruina el momento donde soy libre de soportar a los locos tras esa puerta. —ella dijo señalando la entrada.

— Lee el libro que le di a Fred, te ayudara. ¿Segura no hay nada más? —le pregunta.

— Lo único que sé es que ya me dio hambre y sueño. Y que tengo ganas de irme. ¿Nos vemos la otra semana? —le pregunta cargando al gato.

Furriel asiente mientras sonríe.

— No se te olvide tomar tu medicamente. Dile a Freddy que entre por favor. —ella le pide amablemente.

— ¿A freddy? —La penumbra pregunta confundida.

— Quisiera hablar primero con él antes de pasar con Night. —responde deteniendo la grabación.

— Si usted lo dice.

Shadow se levanta de su asiento y su gato la sigue.

— Freddy, tu turno, y sujeta a ese perro. —ella gruñe cargando a su gato.

Se escuchan las risas de los demás. Furriel no podía evitar sonreír, pero su sonrisa fue borrada al ver el perro de casi un metro de altura.

— Parece que eres una persona de animales grandes y juguetones. —le sonríe sin quitar la mirada del perro.

— Es muy buena compañía. —el chico de la coletilla dice sonriendo.

— Los perros son grandes amigos. —dice acercándose y cerrando la puerta.

— Es bien juguetón, aunque debo de entrenarlo para que haga sus necesidades afuera. —se queja un poco y ve que el gran perro le ha quitado el asiento. —Si, le falta entrenamiento. —ríe nervioso.

— Él sabe lo que hace. Es una gran responsabilidad la que tienes ahí. —dijo tomando una silla y dándosela a él.

— Lo estoy cuidando lo mejor que puedo. —él le asegura.

— Si, lo puedo ver. Ahora, comencemos. —dijo sentándose en su escritorio.

Uno a la vez, entrando a su consultorio, todos hablando sobre lo sucedido desde su llegada a la ciudad. Furriel anotaba o en casos como las Darek utilizaba una grabadora.

Ellos le mencionaban cada inseguridad, le preguntaban por cosas que les interesaban, alguno evitaba responder preguntas.

Todos ellos teniendo algo en común. Miedo.

El miedo es lo que hace girar al mundo, puedes utilizarlo para dañar, o pueden utilizarlo para dañarte tal como una espada de doble filo.

Los portadores eran quienes lo poseían en mayor cantidad; creado por sus propias penumbras.

Su temor creciendo, consumiéndolos.

¿Ustedes que creen que podría suceder si eso ocurre? ¿Como creen que afectaría al mundo?

Yo lo se.

Pero aún no es tiempo.

La verdad aun debe permanecer oculta... por el bienestar de todos.

•11 AM•

Todos se encontraban en el estacionamiento esperando que los demás subieran. Shadow se acercaba a Christopher lentamente.

Ella primero dejo al gato dentro del auto y de inmediato se voltea ha abrazarlo.

— Hey, ¿que sucede? —él le pregunta.

— Gracias. Gracias papá. —ella susurra.

Él le sonríe y la abraza devuelta. Su corazón no dejaba de latir con intensidad, era la primera vez que le llamaba papá. La primera de muchas más.

— Se lo que intentaste cuando papá se fue. —ella murmura.

— Siempre lo quise hacer. —admite. — Que tal si subes al auto. Iremos a dejar a los animales en casa y luego vamos a comer algo o mejor vamos a explorar la ciudad. —le dice con una gran sonrisa.

— Comer. —ella responde de inmediato y sube al auto.

Christopher se ríe y se sienta en el asiento del conductor.

— ¿Nadie dejó nada? —les pregunta encendiendo el motor.

— Tres animales y seis adolescentes contados. —Evelyn le informa.

— Va, iremos a dejarlos, y luego iremos a comer algo.

Shadow algo frustrada hace desaparecer a las mascotas.

— ¿Quién fue? —Christopher pregunta poniendo la frente en el volante mientras reía.

— Yo no. —Freddy dijo viendo a Night.

— Odio a la serpiente, pero no para mandarla por una penumbra. —él dice levantando sus manos.

— ¿Por qué yo haría desaparecer a mi propio gato? —Shadow gruñe.

— ¿Y ustedes tres? —Night les pregunta.

— Hey, solo porque digas que odias a la serpiente no significa que no hiciste desaparecer a los otros dos.

Evelyn gruñe y todos se callan de inmediato.

— Conozco muy bien a mi propia penumbra, incluso cuando miente. Levantaste las orejas humanas, mentiste, fuiste tu. —Ella dice cruzando su pierna.

— Contigo nunca puedo divertirme.

— Si creadora del caos.

Shadow gruñe enseñando sus colmillos.

— Solo vámonos, ella nunca ha tenido arreglo alguno, así nació. —Evelyn se ríe un poco.

— Y a mí echándome las culpas. —Night dice recostándose en su asiento.

— Será una vida muy larga. —Christopher suspiró y comenzó a conducir.

— Tengo un terrible antojo de carne. —Shadow dijo tomándose el estómago.

— ¿Ustedes comen bastante verdad? —Christopher les pregunta.

— Si bastante te refieres a que cada uno podría comerse una vaca por sí solo, si, comemos bastante. —Phantom responde.

— Conozco un lugar cerca del centro, la carne es bastante buena. Dios Shadow, tus antojos son contagiosos. —él se ríe.

— ¡El adulto está de mi lado! ¡Vamos a comer! —ella le grita a los demás.

— Junta un tejano y un guatemalteco, y la carne será una de las mejores. — Él les dice acelerando.

Era un buen día para salir en familia ya que no había demasiado tráfico. La ciudad parecía estar un poco más viva de lo habitual, tal vez porque las fechas de fiestas se acercaban con rapidez.

Christopher no se daba cuenta asta que vio las tiendas colocando los arboles en los exteriores y las ofertas navideñas iniciando.

— ¡Finalmente! Amaran las fiestas aquí en Miami, no podrá haber nieve, pero aquí no se duerme ni un segundo. —Él dice con una gran sonrisa.

— ¿Quien decorara esa casa? —Fred le pregunta un poco asustado.

— No se preocupen, usualmente contrato a personal que me ayude, mejo comenzar temprano o jamás terminaremos.

— La cuenta de la luz uf. —Phantom ríe pasando su mano entre su cabello.

— Solo es una vez al año, y no las enciendo hasta a comienzos de diciembre. —dice parqueándose frente a un pequeño restaurante.

— Me sorprende que vengas a lugares así. —Night dijo viendo como el lugar comenzaba a llenarse.

— Créanme, parece pequeño, pero es solo la fachada. Y, además, conozco al dueño, ¿quién creen que fue el que le vendió el local? Somos amigos de hace años, y créanme, él no juzga sin conocer. No creo que haya problema. —dijo mientras apagaba el motor.

Todos ellos bajan del auto y lo siguen.

— Mesa para siete. —le dice a la camarera.

Ella sonríe y los guía adentro. Varias familias se encontraban en el lugar. Ellos se llevaron la atención de todos, era incomodo, pero lentamente se acostumbraron a la atención innecesaria.

La mesera los llevo a una mesa larga, le dio a cada uno sus menús y los dejo a solas para que pudieran decidir.

— No les pongan atención, solo divirtámonos por hoy. — Christopher les sonríe.

— ¿Cualquier cosa? — Freddy le pregunta.

— Escojan lo que quieran. —él les sonríe. — Hay sopas, carnes, hamburguesas, todo lo que incluya carne.

— Yo ya sé que quiero. —Shadow dijo.

— ¿Tan rápido? —Christopher le pregunta.

— Me memorice más bien el menú. Y si, yo ya se que comer. Yo me voy con el almuerzo clásico.

— Si eso es lo que quieres. ¿Y ustedes?

— Aún no. —todos le respondieron sin quitar la vista en sus menús.

Christopher niega mientras sonríe y deja a un lado su menú.

— Y entonces, ya viene Navidad, ¿ustedes qué quieren hacer? —Les pregunta.

— Yo estoy bien mientras no me molesten ni me levanten temprano. —Fred responde.

— Me quedo con Fred. —Ambas Darek responden al unísono.

— Bueno, quedarnos aquí y conocer la ciudad no suena mal, ¿tú qué es lo que haces usualmente durante las fiestas? —Evelyn le pregunta.

— La fiesta del año, pero quisiera hacerlos sentir un poco más cómodos.

— Papá, no debes de hacer eso, haz lo que quieras, a nosotros no nos importara.

— Lo que quiero es pasar tiempo en familia con ustedes. — él dice sonriendo.

— Okay, ¿qué es lo primero en la lista? — Phantom les pregunta.

— Lo primero en la lista sería el almuerzo. ¿Ya con lo que van a comer? — les pregunta.

Todos ellos asienten.

Así continuando su primer almuerzo familia. Ellos se encontraban tranquilos, hablando de lo que harían después de almorzar. Christopher no podía creerlo.

No podía creer que sería su primera navidad junto a sus hijos. Él siempre lo pasaba con sus amigos o compañeros de trabajo, pero nunca con algún pariente cercando.

Esta sería la primera navidad después de tantos años, que los Fillet y miembros de la familia Darek. Y Christopher sabía que sería más que solo el encuentro de las familias, sino una unión entre ambos linajes.

Él sabía que de esa relación algo mucho más grande podría nacer. Lo que no sabía eran todos los intentos fallidos.

Tal vez sería diferente esta vez.

•1 PM•

Todos se encontraban en el auto, decidiendo cuál sería su primera parada. Tenían toda una lista creada para sus compras. Había tanto por que decidir, comprar, decorar. Debian comenzar antes gracias a la enormidad de su hogar.

— ¿Entonces dónde? —Freddy le pregunta.

— Vayamos por lo común, como luces, cintas, todo eso. —decía mientras conduce.

Ellos se divirtieron durante horas, no eran demasiadas cosas ya que la mayoría las tenía Cristopher en el ático de la parte superior de la casa. Solo eran mas repuestos y nuevos adornos para el auto.

Se las pasaban jugando con todas cintas que se encontraban en el auto.

Si, eran muy felices. Tan felices que se habían olvidado la razón por la que se encontraban en esa ciudad.

Ellos seguían bajo el radar de la ciudad. Protegidos a distancia, la confianza en ellos lentamente creciendo.

Sus vidas, su todo cambiaba.

Ellos lo sabían, tenían puertas abiertas para lo que quisieran. Christopher respondía sus respuestas obre colegio o trabajo. A él no le importaba ya que sabía que era capaz de mantenerlos hasta que se volvieran adultos independientes o al menos hasta que se graduaran de la universidad.

Cayendo la noche, ellos se encontraban agotados. Solo deseaban irse a dormir y no volver a despertar hasta en dos días.

•8 PM•

— Siento que se les olvida algo. —Phantom murmura.

— Mike. —Cristopher susurra y saca su teléfono rápidamente y lo llama.

— ¡Ustedes son chinches del demonio! —todos escucharon al hombre gritar a través del teléfono.

— ¡Hola Mike! —todos gritaron cansados.

— ¿Cómo llegaron? ¿Todo bien? Aquí están los demás. —les pregunta un poco preocupado.

— Todo bien, creo que siempre había varios reporteros alrededor. — Fred le responde.

— Déjenlos, con el tiempo se cansarán. — Mike les dice.

— ¿No tienen problemas? — Rebeca les pregunta metiéndose a fuerza a la llamada.

— Ni uno solo. —Shadow le responde.

— ¿Evelyn sí o no? — Pine le pregunta también metiéndose.

— Bueno solo el hecho que las personas nos tienen miedo y la prensa quiere entrevistarnos de ahí nada malo. —Ella responde sonriendo.

— Yo tengo una boa. — Fred les informa.

— Ay dios, Fred, ¿en qué rayos piensas? —Rebeca le pregunta.

— Que es genial tenerla de mascota y que Night le tenga miedo. —Él le dice sonriendo.

— ¿Y en dónde están esos dos? —Mike le pregunta.

— Hablando con su maxi~—Shadow canturrea.

— Ah verdad, si es cierto, Max ya llegó allá. —Pine dijo rascándose la nuca. — ¿Ya hablaron con él? —Les pregunta con curiosidad.

— No porque se la pasa hablando todo el día con esos dos. Y a escondidas. —Evelyn ríe.

— Ya los perdimos. —Rebeca niega con "tristeza".

— ¿Chicos? ¿Por que se quedaron con nosotros después de saber lo que hicimos? —Fred les pregunta cansado de pretender

— Porque a los amigos no se les deja, ni en las más malas y terribles de las situaciones, siempre juntos. — Pine le responde con sinceridad.

Fred le sonríe y le limpia el ojo.

— ¿Estás llorando? —El chico le pregunta.

— ¿Qué? ¿Yo? No, ha de ser la cámara. — Le responde.

— ¡¿Fred está llorando?! — Rebeca pregunta a gritos.

— ¡Que no tío! Solo me recordaron a alguien. —Él dijo limpiándose la cara.

— ¿A quién? —Pine le pregunta.

— Voy a alimentar a Serpi. —dijo antes de irse.

— Le recordaste a Gonzalo...... Tal vez por eso nos agradaron tanto, nos recordaron a los chicos. —Freddy les dice

— Hey nos ganamos eso, y ustedes lo saben. La tristeza es lo menos que nos ganamos. —Evelyn dice sin más.

— Literalmente hicimos de Toledo un lugar peligroso, comenzamos una cacería de cabezas, asesinamos a más de 20 personas en menos de 2 meses, somos asesinos en serie. — Shadow dice.

— Eso no es cierto, si lo fueran medio mundo estaría muerto, nosotros no estaríamos aquí. —Pine dijo intentando animarlos.

— Sí claro. —Shadow susurra.

— Oh venga no se pongan así, es solo pasado, Firewolf por siempre, ¿se acuerdan? —Rebeca les pregunta sonriendo.

— Hasta el final. —Todos dijeron a la vez.

— Exacto, ustedes no son para nada lo que dicen, son solo seis chicos muy lastimados, nada más, y las heridas curan, las cicatrices en algún punto dejarán de doler, eso está muy asegurado. —Matías dijo asintiendo a sus palabras.

— Gracias, chicos. — Evelyn dijo.

— Será mejor que vayan a ver a Fred. —Shadow les avisa antes de irse.

— ¡Nos vemos chicos! —el resto dice y la video llamada termina

Evelyn suspira y abraza a Freddy.

Él acepta el abrazo —Te quiero. —le susurra en el oído.

•Piscina secundaria•

— Lobito ¿dónde estás? —Shadow lo continuaba buscando hasta que nota que estaba flotando boca arriba dentro de la piscina.

Ella vio que la boa también estaba ahí y se alejó.

— Y tú nadando con serpientes; te vas a enfermar. —le dijo sin acercarse.

— Hace un calor de los cojones, no creo enfermarme. —Le responde sin dejar de ver el cielo nocturno.

—Saca la serpiente y me meto. —Ella dice sonriendo antes de desaparecer.

El chico toma la serpiente cuidadosamente y desaparece dejándola en su tanque. Vuelve a la piscina y la observa en traje de baño. Él gruñe y se le acerca como el depredador que es.

Los demás llegan y los empujan a ambos a la piscina.

— ¡Odio cuando haces eso Evelyn! —Shadow le grita.

El resto cae a la piscina gracias a la fuerza del gigantesco perro que saltó hacia el agua.

Freddy comenzó a reír mientras se mantenía a flote.

Nighantom aparece y se hunde en la piscina, unos segundos después sale de bajo del agua.

— ¿Y que te dijo?

— Max ira a nuestro colegio. Mañana no nos busquen, iremos por él. —le responde sonriendo.

Christopher desde la terraza los observa y niega.

— Tendrán hijos muy rápido. —Se ríe a ese pensamiento.

¿Eso es lo qué tú crees?

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