Concecuencias
~Bear~
Todo sucedió tan rápido, el cristal dirigiéndose hacia nosotros, la puerta cayendo despedazada, yo cubriendo a mis hermanas, el olor a sangre en el aire.
¿Cómo pude permitir que esto sucediera?, ellas debieron haberse quedado con nosotros, en casa, tuve que haber puesto más presión en el caso.
Esto es mi culpa.
Si, mentí sobre mi estado como civil, pero era una misión de infiltración, rescate y captura. Y esta vez, William no escaparía, solo necesitaba confirmar que ellas estaban en la locación.
Solo necesitaba saber que ellas seguían vivas, pero no parece estarlo, no reaccionan, no hablan, Shadow apenas gruñe, ella nunca gruñe sin una razón, pero lo que me preocupa era un gruñido asustado, estaba implorando perdón.
No sé lo que ha sucedido exactamente con ellas, pero lo que estoy seguro, es que William pagará por lo que ha hecho.
Ahora quién está siendo apuntado con un arma eres tú William.
Y lo que me interesa en este momento, es que ellas estén seguras, en casa.
— Están a salvo, ya están a salvo. — les dije sonriendo.
Pero ellas solo agachan las cabezas, aún están asustadas y heridas.
— Llamen un médico, nos vamos de aquí, Agente Mani, gracias por el favor. — le dije dándole la mano.
Maní fue uno de los muchos cadetes con los que tuve la oportunidad de entrenar, algo que apreciaré por muchos años por venir.
— Es un placer trabajar a su lado, capitán Black. — respondió haciendo el clásico saludo militar y luego dándome la mano.
Escucho a William gruñir mientras veo que lo esposan.
— Espero que te pudras en prisión por maltrato infantil, Amery, Caín tiene muchos contactos en el lugar, y amara saber que podrá usarlos. — le dije con una mirada fría.
Él me vuelve a gruñir mientras enseña sus colmillos.
Un segundo después, veo como mis hermanas se levantan de la cama y se le acercan.
— Ataquen. — fue lo único que dijo antes que ambas gruñeran.
Ambas se voltean y nos ven a todos, ellas gruñen y sus garras se extienden.
Sus colas y orejas aparecieron, sus colmillos se alargaban y su poder simplemente explota tirando todas las armas al suelo.
— ¡Nadie se mueva!— grité viendo que varios iban a tomar las armas a un lado de sus cinturones.
— ¿Que esperabas Bear? ¿Crees que me arriesgaría a esto? — William reía.
Lo ha planeado.
— Ellas solo me obedecen a mi, Bear. Niñas, son todos suyos, ahora. — él dijo y ellas atacan.
Todos toman sus armas pero ellas son más rápidas, trato de sujetarlas pero se escabullen de entre mis brazos.
Ambas se lanzan sobre mi pero yo las sujetó del cuello, contra el suelo, con ayuda de los tentáculos sujetando sus manos y pies. Ellas rugen y luchan, pero no parecen estar conscientes.
William ríe a carcajadas observando lo que sucedía.
— ¡¿Qué les has hecho Amery?! — le pregunté.
Esto es el límite, el sobrepasó el límite, destruyó la línea que lo marcaba.
— ¡Ellas olvidaron Bear! ¡Deberías de ver que tan sumisas son! ¡Disfrute cada segundo con ellas! — él me gritó.
— ¡Llévenselo de aquí! — le grité a los demás.
Dos agentes se toman a William y se lo llevan.
Veo a mi alrededor pero no hay heridos por gravedad, ellas estaban debilitando a todos para luego dar un golpe final.
Las noqueó y las suelto.
— ¿Estarán bien, en cuanto tiempo llegan los paramédicos? — les pregunté.
— Están en camino. — uno de ellos me respondió.
— Bear. — Stone me llamó la atención — ¿Eso es lo que él quería con ustedes? ¿Volverlos de esa forma? — me pregunto.
Esto era.....era todo lo que él quería.
— Nosotros luchábamos, pero ellas estuvieron más tiempo con él. — le recordé y las cargue. — Revisen la zona. — les dije antes de salir de la habitación y salir de esta casa de mala muerte.
Veo que William está poniendo resistencia pero aún logran mantenerlo bajo control.
— Una semana completa, viendo como dabas latigazos, golpes, cómo violaban a mis hermanas. Tu pequeño laboratorio ya está siendo desmantelado, solo necesitábamos alejarte de allí, tengo grabaciones e imágenes a tu contra, y ahora mismo tengo un micrófono en mi camisa, todo está grabado, la carpeta solo era para escribir lo que decíamos. — le informé mientras me alejaba.
— Pagarás por esto. — me dijo entre dientes.
— Te esperaré.
— No planeamos que ella escribiera en morse. — Mani dijo mientras se acercaba.
— Les estaba enseñando unas cuantas cosas, y sabía que iba a serles útil, sabía que él regresaría por ellas, ahora tengo las pruebas suficientes para mandarlo a prisión por el resto de su maldita vida. — dijo mientras le miraba.
Así es Amery, está vez no hay forma de escapar.
— Llévenselo, no quiero ver su mugriento rostro nunca otra vez. — le dije a los dos que lo sujetaban.
Así los tres subiendo a uno de los helicópteros y esté despegando.
Siento algo en mis manos, agua, está empapando mi camisa también, hasta que el olor en el aire y las caras de miedo de mis compañeros me confirmó lo peor.
Dejo a las chicas en el suelo y las volteo, solo para ver que están empapadas en sangre.
Les levantó la camisa y veo con mis propios ojos como las heridas se abren frente a mí. Heridas profundas que sangraban cada vez más.
— Nos vemos luego señores, no esperare ese helicóptero. — les informe a los demás antes de aparecer en el hospital. — ¡¡Doctores Winter!! — grite por ayuda.
Ellos ya estaban listos para su llegada, pero no tan temprano.
Ambos llegan corriendo con su grupo de médicos especialistas y dos camillas.
Las dejó sobre las camillas e intentó seguirlos, pero un enfermero me detiene.
— Capitán Black, no puede traspasar desde aquí. — me dijo uno de los enfermeros señalando la línea amarilla en el suelo.
— Por favor, salve las. — dije alejándome.
— Haremos lo que podamos. — me dijo antes de irse.
Catorce horas, cuarenta y siete minutos, veinte segundos, y contando. Eso es todo lo que he esperado en el hospital, no recibí llamadas, ni un mensaje, fue como si el tiempo se detuviera por completo.
Me preocupa, han estado en ese lugar tanto tiempo que estoy asustado si al menos todos están bien y ellas siguen dormidas.
Caín no ha aparecido y me preocupa que algo le haya sucedido, para este momento ya debió haber roto las esposas o la cañería. Tal vez subestime su amor por la cocina y no desea destruir la cañería o algo mientras escapa de su aprisionamiento.
Hay tantas cosas que recorren mi mente. William es una de estas.
El intentará escapar, dañar, sobornar, hará todo lo que pueda para salir libre.
Cualquier excusa disponible, cualquier cosa le podría ser útil, es por eso que decidí no hacer yo la interrogación, estaré en el juicio junto a otro de mis compañeros, el jurado será cambiado, por supuesto que será el mismo juez, y está vez, iremos directo al grano.
— Bear. — escuché mi nombre y levanté la vista.
Mackintosh,
— ¿Cómo están?— le pregunté.
El toma asiento a mi lado y junta sus manos.
Dios te lo suplico, te ruego por favor, que ellas vivan más tiempo.
— Bear, encontramos un individuo extraño mientras realizábamos las tomografías, no tenemos ni idea qué es, pensamos que era un tumor del tamaño de una uva, pero cuando volvimos a realizarlas, se había movido de lugar. — me informo.
¿Qué mierda me acaba de decir?
— Los tumores no se mueven, y mucho menos, crecen en dos meses. — dije evitando gruñir.
— Bear, tomamos dos veces las tomografías, esa cosa se ha movido de locación, y no es normal, un tumor nunca se ha movido, y para ser del tamaño de una uva ellas están bastante sanas, por así decirlo. Así que vengo a decirte, a preguntarte más bien, si puedes ayudar con esto, porque nadie sabe y nunca se sabrá cómo es que su anatomía funciona. — él me dijo mientras me miraba.
— Mackintosh, escúchame bien, esa cosa está jugando con la mente de mis hermanas, sé que...— me quedé en silenció — Ya regreso, sé quién puede saber una respuesta. — le dije antes de crear un camuflaje y desaparecer.
Me dirijo a la celda de contención y abro la puerta.
— Sabía que vendrías, Bear. — sonrió el culpable de todo esto.
— William. — dije antes de cerrar la puerta. — William Amery...— suspire y me senté en la silla al otro lado del escritorio. — Esto será rápido Amery, solo dime qué cosa implantaste en sus cerebros y YO no levantaré cargos.
— Al parecer alguien no está en servicio, ¿o me equivoco? — me pregunto.
— Lo estoy, si se trata de las testigos que pueden delatarte. — le dije.
— Y ahí es donde esa pequeña cosita entra en acción, eso evita que ellas recuerden o desobedezcan, es una de las mejores creaciones mías. — me dijo sonriendo.
— ¿Y de qué se trata? ¿Un nano chip del tamaño de una uva el cual se logra mover? — le pregunté.
— Todo lo contrario, esa cosita no tiene forma física, es completamente líquido, traído de la madre de las sombras. — él me responde con una gran sonrisa.
— El mundo oscuro. — murmure sin aun creer que él tiene acceso a ese sitio.
— Bingo. — él se rió— Sus mentecillas no están en este plano. Y no lo estarán en mucho tiempo. — dijo reclinándose en la silla.
— ¿Cómo me deshago de eso? — le pregunté.
— Mmm, ¿por qué debería decirte?
— ¿Quieres en verdad negociar esto? — le pregunté juntando mis manos.
— ¿Las quieres en verdad devuelta? — él me preguntó con una sonrisa burlona.
— ¿Qué quieres? — pregunte, intentando un poco de negociación.
— Baja la condena y estaríamos a mano. — me respondió sonriendo.
— Bien, ahora dime. — no me importa si no le dan cadena perpetua, para ese entonces él estará muy viejo para hacer algo.
— ¿Woohoo así sin más? — me pregunto sorprendido de mi respuesta.
— Tú mismo me preguntaste, y si, ellas me interesan más que tú pudriéndote en prisión, así que habla ya.
— Electricidad y penumbras, eso debería crear un contra efecto y las penumbras dentro de sus sistemas se retiraran. — me respondió rápidamente.
— Gracias por cooperar, ah, y también gracias por informar que les inyectaste una droga creada por ti, tal vez sea al menos una condena de hasta el fin de los tiempos. — caiste justo donde yo quería.
— ¡Cumplí mi parte Bear! ¡Ahora cumple la tuya!
— No, algo que aprendí con el tiempo es que los civiles te mienten, pero mi descanso terminó hace unos segundos, no puedo traicionar a mi país, y no te ayudaré jamás. — esto se siente tan bien, me retiro de la habitación y suspiró.
— ¡¡Tú maldito desgraciado!! — lo escuché rugir para luego que un oficial entrase a la habitación.
Como siempre digo, amo mi trabajo.
Aparezco de vuelta en el hospital, frente a Mackintosh.
— Creo tener una forma para deshacernos de esa cosa, no es un tumor, sino algo más, complicado.
— ¿No es un tumor? — él me preguntó sonriendo — Gracias a Dios, estábamos a punto de confirmar un quirófano, ¿que necesitas?
— Necesito que terminen todo lo que te han que hacer, pero no las despierten, no aun, desde ahí yo me encargaré.
Él asiente y se va a paso rápido.
Y en un nuevo tiempo récord, diez minutos después de nuestra pequeña conversación, estaba parado frente a él gran cristal que me separa de mis hermanas.
Ellas siguen dormidas, pero por lo que Meisy dijo, el efecto del sedante debería acabar muy pronto.
Un pequeño aroma llegado de la nada, un aroma a bosque y perro mojado.
Caín.
— ¿Arreglaste al menos la cañería? — pregunte sin quitar la vista sobre ellas.
Él camina hacia mi lado con una sonrisa enojada me hace una única preguntá. — ¿Qué les sucedió?
— Latigazos, todo su cuerpo con latigazos, el examen sanguíneo sigue en laboratorio, otra vez, tratan de identificar qué era todo lo que contiene en sus torrentes sanguíneos, y eso me preocupa.
— ¿Y Amery? — y pregunto lo que no debe ser mencionado.
— El juicio es en un par de horas, él estará en prisión o muerto, aunque ellas..— dije acortando mi oración.
— ¿Qué fue lo que pasó? Quiero la verdad Bear. — dijo observandome.
— Las violaron, las torturaron....ellas colapsaron y todas esas heridas de años se han vuelto a abrir, tienen algo en el cerebro que no estoy seguro si yo podré deshacer y aun espero que puedan sobrevivir, no despertaran en un rato. — le expliqué mientras me volteaba a verlo.
Sus orejas de oso y colmillos aparecen, gruñidos furiosos salen de su garganta; te entiendo Caín pero este no es el lugar ni el momento.
— ¡Tú no hiciste nada para pararlo! — él gritó antes de tratar de golpearme.
Lo evitó y lo sujete — ¡Reacciona Nightmare! ¡No pude hacer nada sin pruebas! ¡El caso ya está ganado! ¡Fue él quien les puso todo ese dolor! ¡No yo! — le trate hacer entrar en razón.
— Suéltame, ya. — dijo antes de esconder sus orejas y retraer sus colmillos.
Lo suelto y él se aleja un poco. — ¿Qué sucederá con ellas? — me pregunto cruzándose de brazos.
¿Cómo decirle esto?
— ¿Bear, qué harán con ellas? — volvió a preguntar.
— Orfanato. — murmure.
Si ellas no mueren yo sí lo haré.
— ¡¿Qué?! ¡Pero son nuestras hermanas! — él volvió a gritar.
Me duele la cabeza, demasiado.
— La papelería debe de ser renovada con los datos actuales y nuestra información, y tú sabes lo delicado que puede llegar a ser ese tema en específico. Ellas deben de adaptarse y luego nosotros podremos llevarlas a casa, además, está vez nos aseguraremos que todo sea concluido en su tiempo debido.
Esta vez, sin apresurar el proceso legal, las tendrán bajo observación mientras nosotros estaremos haciendo el papeleo.
— ¿Cuánto tarda todo eso en específico y en español?
— Tres meses.
Él se quedó en silencio y yo me agachó evitando su puño.
— ¿Por qué tanto? — pregunto enojado.
Suspiro, Caín, nunca aprendés — También tengo que terminar el caso y hacer mi informe; solo debemos de ser pacientes Nightmare, es lo único que debemos de hacer. — le dije volteando me hacía ellas.
— Me aseguraré que Amery no viva un día en paz, te juro que si solo digo que él las violó. — él decía riendo mientras desaparecía.
Pobre, ya perdió la cordura..
Unos minutos después las escucho quejarse, sus corazones se aceleran. Entró a la habitación y me acerco.
Nunca jamás volverán a sufrir, no mientras yo viva.
Me siento frente las camillas y sigo esperando
Transcurrieron tres minutos y ellas se despertaron.
Sentí la energía brotar desde el punto más puro. Si ellas no recuperan el control pronto, sus poderes sencillamente explotarán.
Ambas se sientan y me ven, molestas.
¿Qué fue lo que hice mal con mi vida?
— ¿Dónde está el Amo William? — Shadow preguntó viéndome directo a los ojos.
— Él ya no está, murió, él no las puede lastimar. — le contesté dejando mi rabia hacia el crecer.
— ¿Dónde está?— volvió a preguntar Evelyn, jamás las podré engañar, está claro
— En prisión. — respondí.
Ambas dejan salir sus garras, las sujeto antes que logren soltarse.
Ambas me gruñen, pero está bien, solo necesito una descarga eléctrica y todo regresará a la normalidad.
— Ustedes no pueden hacer nada, no aun. — dije mientras les sujetaba con cuidado.
Ambas me rugen, así que me separo de y evito sus garras. — Se que aún están ahí, muy adentro pero aún lo están, ¿no se acuerdan de todo lo que hicimos juntos? ¿No recuerdan de Nightmare? ¿De toda la libertad que les dimos? ¿Toda la ayuda y afectó que les dimos, que paso con ello? — preguntaba.
Ambas me ven confundidas y yo con cuidado les tocó la frente.
Dejó salir un pequeño tentáculo creado de sombra pura y la electricidad fluye hacia mi palma.
Ellas cierran los ojos y se relajan, funciona.
— ¿Hermanas? — les pregunté con esperanza.
— ¿Bear? — Evelyn me preguntó confundida.
Sonrió y las abrazo. Son ellas, finalmente ellas.
Ambas comienzan a respirar con dificultad, veo el monitor y sus latidos están acelerándose, están entrando en pánico.
— Respiren, adentro afuera, adentro afuera— les decía mientras respiraba junto a ellas. — Tranquilas, ya están a salvo. — les dije sonriendo.
— Agua. — me pidió Shadow.
Le pasó el vaso con agua que estaba sobre las mesitas. Shadow lo sujeta y se lo toma por completo, en una sola sentada.
— ¿Mejor? — le pregunté y ella asiente.
— ¿Chicas qué fue lo que les hicieron? — pregunte.
Ambas tienen un pequeño escalofrío, lo noté.
— Por favor, necesito su ayuda para que William ya no las dañe. — suplique.
— Hombres. — murmuró Shadow mientras me miraba, una mirada llena de dolor y pesadillas para el resto de su vida.
— Ninguno de ellos las volverá a dañar, están bajo mi protección. — les aseguro tratando de olvidar lo visto en ese laboratorio.
— Vista. — murmuró Evelyn tocándose la cara y frotando sus ojos.
— ¿Qué pasó con la vista? — le pregunté.
— El color......no podemos. — murmuraba Shadow, sin sentido alguno.
— El color se fue. — dijo Evelyn.
— ¿Qué significa eso? — les pregunté.
— Em dijo que el cielo seria gris....ahora todo es gris y negro......no hay color. — ella seguía murmurando.
Hago aparecer una tabla de colores, señaló uno y ellas me responden que es gris oscuro.
Señaló otro color y está vez me responden que es blanco.
Lo hago una última vez y está vez dicen que es negro.
No es posible, ellas no pueden perder la vista de la noche a la mañana, no en tan poco tiempo.
Me acerco a ellas y las veo a los ojos, hay pequeñas manchas grises cerca de las iris.
— ¿Cómo sucedió eso? — les pregunté.
— Inyección, látigos. — murmuraba Evelyn mientras incrusta sus garras en el colchón de la camilla.
— Pelea. — dijo Shadow, mientras me miraba. — Él nos hizo pelear. — me respondió.
— ¿Qué más? — les pregunté.
Ambas comienzan a negar, los monitores muestran cómo sus corazones laten aún más rápido.
Un ataque de pánico.
— Un, un un, él dijo un, un nombre. — Shadow dijo entre respiraciones lentas.
— Eso es, respiren, nada las dañará. ¿A quién le pertenecía el nombre? — le pregunté.
— Peligro. — dijo Evelyn.
— No hay peligro chicas, ya no más. — les repetía otra vez.
— No, nosotras no, no más, pero él, él está en peligro. — Shadow susurro como si quisiera que nadie más nos escuché.
Me acerqué y susurré. — ¿Quién está en peligro?
— 002. — susurro Evelyn.
— ¿Caín? — les pregunté realmente confundido.
— No, él lo cambió, hay alguien más. — Shadow continuó susurrando.
—Phantom...— no, no es posible.
Evelyn niega, a veces no se puede tener tanta esperanza.
— Frederick. —Evelyn murmuró.
— Hay más. —murmuré — ¿Cuantos otros mencionó?
— Solo él. "fase 3, sujeto 002 nombre clave Frederick, en crecimiento aumenten dosis". — — Shadow me respondió con seguridad.
— "Dosis fallida, liberación y observación" ; lo dijo día tras día. — Shadow dijo dejando de susurrar.
— El vidrio no evitaba que escucháramos, la habitación estaba llena de cámaras, el mancho todo de rojo. —Shadow murmuró insegura. — Todo era blanco pero cuando entraba todo se manchaba de rojo. — ellas seguían murmurando.
— Aparte de ser una habitación blanca, ¿cómo era en sí? — les pregunté aun sin entender muy bien.
— Acolchonada, 2 por 2 metros, con un vidrio gigante en la pared, cámaras, dardos. — Evelyn comenzaba a balbucear cada vez más.
— Evelyn, calmada, no tienen que decirme todo hoy, con el tiempo pueden ir contando cosas, paso a paso, ¿va? — le calme.
Ambas asienten.
— Las dejaré descansar, Meisy vendrá a cuidarlas. — dije antes de salir de la habitación..
Y lo primero que veo es a Caín, vestido con un traje gris, su cabello estaba bien peinado, y finalmente no huele a oso mojado.
— ¿No puedes ser más paciente? — le pregunté sabiendo porque está así de arreglado.
— No, tengo una demanda en contra de Amery, y tú, tienes un caso que terminar, además, te acompañaré. — me dijo mientras me daba mi maletín.
— Bien, solo déjame ir a cambiarme, tú sabes que no puedo ir así.
— Apúrate, estaré con ellas un rato mientras lo haces. — dijo y entró a la habitación.
— ¡Lobito! — escuché a ambas decir al unísono, llenas de alegría.
Me odian, ¿por qué conmigo no actúan así? ¿Qué hice para merecer ese trato?
Fui a la casa, preparé la papelería, tomé una ducha y me cambié con un traje café claro.
Volví a revisar la papelería y aparezco frente al juzgado. Donde veo a Caín esperando.
— ¿Por qué tardaste tanto? — me pregunto entre dientes.
— ¿Por qué siento qué pasó algo malo? — me pregunté a mi mismo.
— Meisy Winters. — él dice entre gruñidos.
— ¿Qué hizo? — le pregunté.
— Me sacó de la habitación solo por un "examen de sangre", y yo estaba tranquilo viendo como ambas movían las orejas— se quejó de algo tan mentecato.
Dios, un niño ha demandado.
Ambos entramos al juzgado, el lugar está como siempre, yo tomo mi lugar junto a mi compañero, Sarmiento, uno de los mejores en este campo.
Usualmente siempre hablamos después del trabajo, no sabe el secreto familiar, pero es de confianza.
Tiene valores, y en todos mis años trabajando nunca he logrado ver que lo extorsionen, ni nuestros propios colegas, y es por eso que confío en él para conseguir una condena justa.
Caín se sentó junto a mi compañero, ya que es testigo y su presencia es requerida gracias a la demanda que él ha puesto.
El jurado llega, y luego el juez, quien nos ve fijamente.
Así es señoría, he regresado dos meses después de que usted le haya dejado dos adolescentes a un psicópata.
Él deja de vernos y nota el papeleo.
— Hoy día Lunes 4 de enero del año 2043, estamos aquí para determinar el caso del Capitán Black y el agente Sarmiento contra el Señor William Amery. — dijo el juez mientras dejaba los papeles. — Traigan al sospechoso. — le dijo a uno de los guardias.
Cinco minutos después, todos estábamos viendo cómo traían a William, esposado y con un uniforme naranja, la mejor imagen que veré en mi vida.
Él se sienta junto a un abogado del gobierno, ya que sus cuentas han sido congeladas por completo y ahora él no tiene oportunidad de extorsionar a nadie.
— Que se de este caso por comenzado. — dijo el juez antes de golpear su martillo. — Capitán Black, agente Sarmiento, presenten su caso. — nos dijo viéndonos.
— Su señoría, estamos aquí hoy para denunciar a este hombre por maltrato y abuso infantil. — dije.
— ¿Tienen pruebas de lo que dice Capitán Black? — me pregunto.
— Por supuesto. — respondí.
Mi colega abre su maletín y me pasa más papelería. Asiento y abrí mi maletín, sacó la papelería y fotografías entregandoselas.
— Su señoría, esa información se trata de tan solo el primer día de la estadía de las hermanas, Evelyn y Shadow Black Darek Rogers. En donde esté hombre abusó de ellas, física y mentalmente. — le expliqué regresando a mi asiento.
— Objeción. — pidió el abogado de William.
— Denegada. — dijo el juez viendo las fotografías.
— Su señoría, este hombre de aquí, había jurado proteger y cuidar a ambas adolescentes, pero al parecer su palabra no es tan válida. — me dijo Sarmiento.
El juez ve a William con asco en la mirada, oh dios, el caso ya está ganado y no van ni diez minutos.
— ¿Algo que decir señor Amery? — el juez le preguntó.
— Que él se encontraba dentro mi propiedad sin mi consentimiento. — Esa es la excusa más patética que he escuchado en toda mi carrera, pero procediendo de William, no me sorprende.
— La orden de allanamiento dice todo lo contrario señor Amery. — dije mientras que el juez la lee y asentía.
— Como se sabe señoría yo también trabajo para protección de testigos y ya que el caso aún seguía abierto no tuve más opción que ir a vigilar. — le expliqué al juez y al jurado.
— ¿Se puede saber por qué no las ayudó al momento que vio lo que sucedía Capitán Black? — me preguntó el juez.
— No pude interferir ya que el caso seguía abierto, le informé a mis superiores de lo sucedido y ellos me autorizaron a comenzar una misión de rescate y captura, la cual se logró, como puede ver. — le respondí con calma.
— Señor Amery, le preguntare una simple cosa, ¿por qué lo hizo? —el juez le preguntó a William.
— Ellas son los engendros de mi difunto hermano, el cual odiaba tanto, ¿que le iba a hacer?, tuve que matarlos a ambos a la primera oportunidad. — dijo William observándonos a ambos con asco y rencor.
Escucho un pequeño gruñido...Oh mierda, se me ha olvidado.
— ¡Yo tuve que haberte matado el momento que supe que tenías a mis hermanas en cautividad! ¡Tu asqueroso monstruo! — Caín gritó a todo pulmón.
— ¡Miren quién habla! ¡El animal que nunca aprendió a cuidar de sus hijos! — gritó William de vuelta.
— ¡Orden! ¡Orden! — gritó el juez.
Le has echado sal a una grosa aún abierta William.
— Caín Black, aún no es su turno de hablar. — susurré solo para que él me escuchará.
— Su señoría, aquí tengo las pruebas de mi cliente el señor Amery. — dijo el abogado de William tratando de calmar la situación..
El juez lee las pruebas y nos ve. — ¿En dónde están ellas en este momento? — nos preguntó.
— Están en cuidados intensivos, su señoría, bajo la supervisión de la doctora Winters. — Sarmiento le respondió.
Un teléfono resonó, oh vamos, apaga eso Sarmiento no es el momento.
— Al parecer los resultados del análisis de sangre han sido finalmente confirmados. — dijo en voz alta mientras me daba su teléfono.
No pude explotar al ver los resultados. — ¡Tu asquerosa rata! ¡Las drogaste! — le grité perdiendo mi juicio. — ¡William! ¡Sus sistemas están llenos de metanfetaminas! — volví a gritar.
— Capitán Black, déjeme ver eso. — me dijo el juez.
Yo rápidamente le doy el teléfono y él lee el archivo que el hospital acaba de entregar.
— Su señoría, ahí tiene a mano el nuevo examen de sangre de ambas adolescentes, y por lo que veo, también el examen psicológico que yo personalmente supervise junto a uno de las psicólogas de Chesterfield. — le informé,
El juez sigue leyendo los archivos, William, está vez no habrá salida alguna.
— Adivina que les causaste Amery. — dije mientras miraba a William. — Amnesia y ataques de pánico. ¿Como demonios ellas pueden tenerla?, oh sí es cierto, con la sobredosis de metanfetaminas. Perdone mi conducta su señoría, pero el señor Amery no ha causado nada más que sufrimiento a dos menores sin culpa alguna. No es personal, pero aun así como profesional esto se encuentra fuera de todo lo racional.
— Luego estaría el trastorno de TOC; trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza por los pensamientos irracionales y los temores (obsesiones) que provocan comportamientos compulsivos. — Sarmiento explicó y yo asentí.
— ¿Me pregunto por qué será William? Porque tú las obligaste a tanto que se convirtió en una obsesión. Y le informo lo peor, su señoría, sobre el examen que hizo el oftalmólogo, se les detectó acromatopsia. — dije antes de regresar a mi asiento.
— ¿Y usted sabe que es eso Capitán Black? — me preguntó el juez.
— Por supuesto. La acromatopsia es una enfermedad congénita y no progresiva que consiste en una anomalía de la visión a consecuencia de la cual sólo son percibidos los colores blanco, negro, gris y todas sus tonalidades. Y la causa puede ser abuso de drogas, laceraciones en los ojos, contacto químicos directos o simplemente nacer ya con ello, y yo que recuerde en el tiempo que ellas vivieron bajo mi jurisdicción y la del señor Black, ellas estaban bien. — me expliqué.
— ¿Y cómo saber que no es heredado? ya que como parece y se sabe, usted padece del síndrome de Alexandria, Capitán Black. — preguntó el abogado de William.
— El síndrome de Alexandria es más simple de explicar, se trata de la falta de cabello corporal y una pigmentación violeta en las iris, ellas no han demostrado síntoma alguno. Este síndrome no afecta la percepción del color. —¿Caín le respondió?
Vaya, eres de ayuda finalmente.
— Mi bisabuelo lo padecia, si, pero era el único, el resto de generaciones en mi familia nunca demostraron tal cualidad así mismo como mis hermanas; a excepción de mi hermano por supuesto; y puedo respaldarlo con las pruebas médicas que se realizaron días antes de su mudanza a mi hogar. Pero ahora que regresan de la estadía de este hombre están jodidamente enfermas, perdón por mi vocabulario, su señoría, pero eso es una mierda. —y si, Caín nunca sabes dónde detenerte.
— ¿Caín, al menos sabes cómo cuidar a menores de edad? Por lo que yo recuerde no fuiste muy buen niñero o padre. — William dice aún sonriendo.
— ¡Tú fuiste quien los asesinó! — ¡mierda Nightmare! ¡Cierra la boca!
— No fui yo Caín, de eso te lo aseguró. — William le dijo mientras le miraba a los ojos.
— Se que fuiste tú, ellos no pudieron aparecer...— él solo se quedó en silencio — Olvidalo, ya no importa. — murmuró.
— Tomaremos un descanso. — dijo el juez viendo a Caín.
— ¿Su señoría podría?— le preguntó el abogado de William, él casi no ha hablado, ¿y ahora quiere entregarle un archivo?
— ¿Es que no lo entiende? ¿Está ciego o algo? Licenciado, su cliente está podrido como una manzana, como quiere defender a alguien así, las pruebas están completas, las niñas están en cuidados intensivos por las laceraciones en sus cuerpos, no haga este caso más largo de lo que ya es. — oh vaya, al parecer ya ganamos; tiremos todo a la borda.
— ¿Cual es la condena, su señoría? — Oh dios mío, la cara de William en este momento no tiene precio.
Yo y Caín tratamos de no sonreír, pero en verdad es muy difícil.
— Señor Amery, se le condena a 40 años en la prisión estatal, y la custodia de las niñas se le será revocada. — cuando el juez dijo revocada toda la felicidad de nuestra parte fue aún más difícil de contener.
— ¿Su señoría, 40 años? ¿Por abusar y maltratar a dos niñas durante más de 9 años? ¿No sería más preferible darle una pena de muerte? — Sarmiento le preguntó.
El juez lo ignoró y vio a Caín — Señor Black, a usted y a su hermano, el capitán Black, se les dará la custodia de ambas chicas y tendrán que darles los cuidados necesarios para su recuperación. — él nos dijo.
Ambos asentimos lentamente.
— Siendo así doy este caso cerrado. — dijo golpeando su martillo.
Dos oficiales toman a William y lo levantan.
Ambos lo vemos con disgusto, pero ahora, la pesadilla ha acabado, finalmente ha acabado.
Somos libres.
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