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Atrapados

•Sábado 8, Julio del 45, 10 AM•

•Ciudad de Toledo•

~Caín~

Tuve que revisarlos de arriba abajo. Lo único fuera de lugar es el porqué no usan sus poderes y una pequeña pérdida de sangre.

Las noticias solo hablan sobre su escape. Si estuvieron en una institución real, pero al parecer Amery tiene sus contactos para utilizarla como su lugar de contención.

Tampoco parecen recordar una sola cosa.

Creo que ya se que les sucede.

Se están moviendo, los sedantes no fueron tan potentes esta vez.

— No, no no no no. —Evelyn murmura tomándose de la cabeza.

Ellos están en control esta vez, puede que sea casi el mismo sedante que utilizaron durante el evento. Ellos se despertaron antes.

— No se preocupen, yo les ayudé un poco. —dije antes de salir de una sombra bajo la mesa.

— ¿Quién eres? — Eve, mi propia hermana me pregunta quién soy yo.

— Evelyn, soy Caín, tu hermano. ¿Están seguros de que no recuerdan nada? —les pregunté, agachándome en su altura.

— En que tu me dejaste en ese lugar. —me dice con odio en su voz.

— Yo nunca te dejaría en un manicomio.

— ¡¿Entonces por qué todo esto está sucediendo?!

— No podría decirles, aún.

— ¿Nos entregarás cierto? — Fillet me pregunta retrocediendo.

— Nunca haría eso, aunque sea del propio estado de quien escapan.

— ¿Por qué nos ayudas? — Phantom me pregunta.

¿Por qué me duele tanto hacer esto?

No logré evitar mirarlo a los ojos durante un buen rato.

— Son tan solo asuntos familiares. —le respondí y aparté la mirada.

— ¿Dónde estamos? — Fillet me pregunta.

— Mi pequeña guarida. Bueno, nuestra pequeña guarida. — Me corregí a mí mismo.

— ¿Nuestra? — Eve me pregunta; cierto, no recuerda nada.

— Si, yo y unos cuantos amigos míos. —Este es mi momento para comenzar de nuevo. Sin problemas entre nosotros.

— Como digas. —Ella me responde no tan confiada.

— ¡¿Entonces nos podemos ir? — Fillet me pregunta.

Negué y cerré la puerta.

— Los están buscando, déjenme ayudarlos a escapar muy lejos de aquí. —les dije encendido la televisión.

Una reportera algo asustadiza por informar la siguiente noticia. Todos lo están cuando lo hacen.

Noticia de último momento.

— Se nos acaba de informar que tres adolescentes de las edades de 15 y 16 años han logrado escapar de la institución mental Severalls. Se le pide precaución, asegúrese de cerrar las puertas y ventanas y asegurarse que sus familiares se encuentren bien. Hoy nos acompaña la Doctora María Rodríguez, la mujer que ha tratado a estos jóvenes.

La misma mujer que conducía el camión blindado pasa frente a cámara con una sonrisa falsa. Sus ojos carentes de vida; conozco muy bien ese tipo de personas. Sociópatas de la comunidad.

— No quiero que los lastimen, son chicos muy especiales, pero asustados en una ciudad, solos, se lo que podrían ser capaces de hacer solo por sobrevivir. Si alguno de ustedes los ve llame a este número 3239-2723. Y si ustedes chicos están escuchando esto, no tienen porque temer, solo queremos ayudarlos. Pero deben de saber que la ciudad se encuentra cerrada y los bosques monitoreados. —esta perra está loca.

Completamente desquiciada.

— Si se entregan juro que tendrán cada día dos horas en el patio, me encontraré en la entrada de la comisaría. Por favor, tengan cuidado ahí fuera.

Apague la televisión y me volteo hacia ellos. No sé lo que ha pasado, pero si ellos escaparon no puede ser para nada bueno.

Más bien, solo que Amery esté involucrado no es buena señal. Que Bear desaparezca no es buena señal.

Ya de una sola vez digo que estos meses han sido una mierda para mi y para el resto del mundo.

— Yo pienso regresar a ese lugar. —Fillet declara, preocupado.

— ¿Por qué exactamente escaparon? —les pregunté.

— Casi nos matan ahí, nos quieren muertos a nosotros tres.

Eso sería ilógico, William no desperdiciara su vida así. Debe de haber algo tras todo esto.

Mejor los calmó un poco.

— ¿Cuántos días les dejaban ir a ese "patio"?

— Media hora y un día cada dos semanas. — Eve me responde.

— Estúpidos, están hablando de más; y ustedes por no moverse más rápido. — Night les regaña.

Parece que las penumbras ya despertaron.

— ¿Y cómo piensas que sabríamos que era para nosotros? —Fred le pregunta, como si tratara de gruñir.

— ¡Tuviste que sospechar algo!

— Parece que se despertaron de malas. —dije viendo como las tres penumbras se voltean a verme.

— ¿Puedes vernos? — Shadow me pregunta, señalándose ente si.

— Si, si puedo y hasta lastimarlos, bueno, Bear no está, así que no puedo por ahora.

— ¿Cómo puedes verlos? —Fillet me pregunta.

— Soy hermano de Evelyn y Shadow, mi familia es peculiar, así como ustedes tres, penumbras.

— Dame el control. — Night le dijo a Phantom.

— Si comienzan a pelear en mi hogar, juro que yo si los voy a hacer sufrir. —les amenace a las tres penumbras sin control.

Yo siendo de su mismo tipo, se que es lo que están pensando en este momento. Piensan que son los reyes del lugar, que tienen el poder para gobernar sus mentes; pero lo que ellos no saben es que no es cierto.

Se necesitan entre sí, por lo que Bear me ha explicado y lo poco que he leído fue que una penumbra sin portador podría ganar control, si, pero el peligro que eso suceda, el peligro de perder su juicio es demasiado grande.

De las pocas veces que leí ese libro, de la historia perdida entre el tiempo, como quemaron a esa penumbra sobreviviente, solo por ser algo...diferente. El propio pueblo quemó a su protector por haber perdido gran parte de su portador dentro de sí mismo, ¿o fue al revés?

Solo sé que lo describieron como un demonio en la tierra, lo quemaron vivo mientras que él tan solo intentaba ayudar.

Esa es otra razón por la que nos escondimos de la humanidad, la razón por la que ayudamos desde las penumbras.

— ¿Caín? — Eve llamó mi atención.

— ¿Sí? —respondí sonriendo.

Ella señala a las tres penumbras de brazos cruzados.

— Ustedes los están haciendo sufrir con sus actitudes de mierda. —Le devolví lo que me dijeron una vez.

— ¿Con esa boca besas a tu madre? —Shadow me pregunta riendo.

— Hmm déjame recordar, ah sí, está muerta y lo más seguro solo haya huesos en su tumba, y no se te olvide que también era tu madre, y tú eres mucho más bocona que yo.

Ella se quedó callada y se cruzó de brazos, evitando la mirada.

— Así es Shadow, callada eres preciosa. Y ustedes dos capullos hipócritas, dejen de joderlos.

— ¿Eso debería importarnos a nosotros?

— Si quieren seguir existiendo, si, a mí me importaría mucho.

— Mencionaste algo que eres como nosotros, ¿cómo puedes tener un cuerpo? —Night me pregunta.

— No es buena idea, ya que ustedes si son peligrosos, y sabiendo que están actuando como unos malcriados insoportables, no les enseñaré hasta que encuentre a Bear y yo decidamos qué hacer con ustedes.

Ellos flotan hacia mi y me ven a los ojos.

— ¿Qué eres realmente? — Fillet me pregunta

— Soy una penumbra común que reconoce sus capacidades. ¿Ahora puedo hacerme mis preguntas?

Ellos asintieron y se alejaron.

— ¿Cuántas veces intentaron escapar? —pregunté viendo esta vez a los seis.

— Unas cuantas veces. —Phantom intenta darme una respuesta incompleta.

— ¿Cuántas veces serían?

Él suspira y me enseña cinco dedos.

— ¿Qué sucedía cuando los atrapaban?

— Nos sedaban. —Shadow me responde esta vez.

Creo que tantas veces de esas dosis los hizo olvidar por completo sus vidas.

— Deberían mejor regresar con sus amigos, ellos los pueden ayudar.

— ¿Ellos son nuestros amigos amigos? —Eve me pregunta.

Yo no quiero explicarles todo esto, que se los expliquen ellos.

— Solo vámonos de aquí. —Les dije y desaparecimos.

Ellos comenzaron a gritar.

Todo esto me dará un dolor de cabeza cuando terminemos.

Parece que averigüé porque ellos no utilizaban sus poderes. Esto será muy peligroso y complicado.

— Aiden, aquí los tengo. —le dije al pelirrojo, haciéndole saber que aquí estábamos.

Él se voltea y corre a abrazarlos.

— Gracias Nightmare.

— No te preocupes, son mi familia después de todo.

— ¿Chicos? —Anne me preguntó.

Ellos le sonrieron, parecen confundidos, pero estarán bien.

— ¿Están bien? ¿No les hicieron nada?

En verdad tienen buenos amigos, tal como Bear, encontraron a las mejores personas para juntarse.

— Si, gracias a em Caín. —Eve respondió a su pregunta y me sonrió.

Ya no lo soporto más, me duele saber que después de todo lo que pasamos, lo que ellos pasaron...fuera como si jamás hubiera sucedido para ellos.

Tan solo desaparecí.

~Narro~

Los seis seguían en shock al ver como Caín había desaparecido. Ellos se preguntaban como él lo había logrado.

Seguían atónitos por todo lo que sucedía a su alrededor.

— ¿Seguros no se sienten mal?

— Solo siento que mi estómago está al revés por lo que él hizo. — Phantom dijo tomándose del estómago.

— Al menos nos salvó. —Freddy murmuró contento.

Sirenas comenzaron a escucharse y las luces azules y rojas se vieron a través de las cortinas.

— Debemos encontrar un lugar seguro. — Gonzalo dijo acercándose a la ventana y asomarse con cuidado.

— ¿Sus padres no se preocupan? —Evelyn les pregunta.

— Por alguna razón confían en tu familia, así que creen que estamos en tu casa, que en verdad estamos, solo que aquí en la ciudad.

— No se que acabas de decir. —Evelyn admitió.

— No hay lugar seguro para nosotros. — Phantom negó.

— Hay una casa abandonada en una parte del bosque, es casi propiedad privada, pero nadie va ahí. —Fox les dijo.

— ¿O podemos quedarnos aquí, ellos ya no revisaron esta zona? — Evelyn les pregunta.

— Si, también es buena idea. — Gonzalo les dijo antes de apartarse de la ventana.

Los tres se sentaron en el sillón y bostezaron del cansancio.

— Estoy muerto de sueño. —Freddy murmuró casi dormido.

— Creo que ese sedante sigue dando efecto. —Phantom murmura en el mismo estado que Freddy.

— Todo mi cuerpo duele. —Evelyn murmuró.

Los tres terminaron durmiéndose en el sillón.

El resto de los adolescentes solo se alejaron en silencio, planificando como les ayudarían a recordar, sin saber lo que podrían ocasionar si lo lograban.

Esa misma noche ellos tuvieron pesadillas, pero no lograban despertar gracias al cansancio extremo. Caín apareció nuevamente en la casa y como él pudo ayudó a tranquilizarlos. Ellos durmieron en paz durante el resto del día.

Dos días transcurridos y sus amigos no han tenido ni un vistazo de su logro. Les preocupaba demasiado, creían que no podrían lograrlo. Sus esperanzas eran casi nulas.

•Lunes 10, Julio del 45, 11 AM•

— Lo siento, chicos, pero aún no sucede nada. —Evelyn dijo desanimada.

— Tratamos con todo, fotos, notas, canciones, noticias antiguas, pero no logramos recordar. — Freddy les dice con desesperación.

— Simple y sencillamente continúa en blanco. — Phantom dijo con tristeza en su voz.

— Solo han pasado dos días, no hay que desesperarnos aún. Tenemos mucho tiempo. —Anne dijo intentando mantener la calma del grupo.

Fox busca algo en su mochila, sacando dos libretas viejas y algo quemadas se las entrega a Evelyn y Freddy.

— Estaban en la casa que se quemó, los tome antes de irnos, leanlos.

— ¿Funcionará al menos? — Shadow pregunta aburrida.

— No lo sabemos, pero no hay nada que perder. —Freddy responde.

Los cuatro comenzaron a leer los informes. Evelyn y Shadow se sentían asqueadas por lo que leían, no podían creer que ellas hayan hecho eso.

Mientras que en el otro lado se encontraban los hermanos Fillet, ambos confundidos y molestos.

Al terminar se lo entregan a Fox y niegan.

— Gracias por arruinarme el día. —Shadow le dijo a Fox a la vez tomando el control.

— Por favor no bromeen, tiene que funcionar. —él les dice casi llorando.

— Perdón, pero no se me vino nada a la mente. —Freddy murmuró apenado.

Gonzalo recibe un mensaje y lo lee. — Deben salir de aquí—susurro.

— ¿Por?

— Vienen en camino. —dijo alterado.

Las tres penumbras tomaron el control y se escabulleron por una ventana. Corrieron un poco en el bosque y treparon un árbol no tan alto.

— Aquí estaremos a salvo. —Fred susurró.

Shadow no apartaba la mirada del suelo mientras temblaba.

— ¿Eso crees? —ella le preguntó.

Ambos chicos vieron a hombres apuntándoles, ellos intentaron moverse, pero al hacerlo les dispararon sedantes. repetidamente.

Mientras tanto en la casa la puerta se abría y la misma doctora azabache entra con una gran sonrisa.

— Al parecer si conocían a ese trío. —ella les dijo aun sonriendo.

— ¿Qué trío?? —Gonzalo intentó hacerse el no enterado.

Los disparos fueron escuchados y todo el grupo se asustó.

— Es una coincidencia que ellos se encuentren en esta zona de la ciudad. —les dice tomando asiento en el sillón y cruzando sus piernas.

— Déjelos en paz. —Fox le pidió intentando controlarse.

— Ellos deben regresar al hospital, es necesario. —les informa sin dejar de sonreír.

— Pero ellos no tienen nada malo. —Bonnie le dice intentando hacerla entrar en razón.

— ¿Si no es así, por qué huyen?

— Casi los matan. —Anne le recuerda.

— No, solo hacíamos que quedara uno solo, pero tenía que ser el más fuerte por naturaleza.

— ¿Por qué los necesitan tanto? —Gonzalo le pregunta, viéndola a los ojos.

— Eso no es tema para explicar. —le responde antes de levantarse.

Desde una radio en su bolsillo le afirman que el objetivo fue logrado.

— ¡¿Qué les hicieron?! —Anne gritó intentando acercarse a ella, pero Fox deteniéndola y negando.

— Ellos solo fueron sedados, regresaran a contención. —les informo viéndolos de reojo.

Su radio volvió a encenderse. Gritos escuchándose del otro lado de la línea. Un gran rugido de oso de fondo mientras que el hombre decía lo que está sucediendo en el camino.

Menciona como un oso negro había volteado el camión y llevado a los tres pacientes.

Ella salió casi corriendo hacia su auto y al llegar a la carretera principal, nota como cada camión se encontraba destruido.

De la rabia comenzó a golpear su volante mientras gritaba maldiciones a un hombre, Caín Black.

•5 PM•

Los tres portadores despiertan gritando directamente por ayuda.

Caín corre hacia ellos y los abraza, calmándolos al instante.

— Tranquilos, les salve las colas otra vez.

Evelyn lo abraza con fuerza mientras le agradece.

— ¿Por qué sigues salvándonos? —Phantom le pregunta.

Caín le ignora y hace aparecer todos los dardos vacíos.

— Esta es la cantidad de dardos que les dispararon. —Les informa enseñando 36 dardos con puntas verdes. —Estos son más pequeños que los otros tres que les habían dispararon al principio.

— No respondiste mi pregunta. —Phantom volvió a hablar.

— Ya se los dije, asuntos familiares. —le responde. El hace aparecer tres loncheras y se las da a cada uno. Deben de comer algo, así el efecto pasará más rápido.

— Gracias. —ellos murmuraron.

— Este lugar será su escondite temporal, es lo más seguro que hay para ustedes. —Les informa. —Hay una cama para cada uno, una tele y un refrigerador con comida.

— ¿Por qué dices que es seguro? —Evelyn le pregunta.

— Este lugar tiene un camuflaje especial. No podrán encontrarlos, pero si quieren salir solo me llaman, pero lo harán bajo su propio riesgo.

— ¿También te están buscando, no es así? —Freddy le pregunta.

— No logran encontrarme y mucho peor atraparme, estaré bien.

— Gracias por todo Caín. —Phantom le agradece.

El nombrado se mantuvo en silencio durante un momento, pero luego le sonríe y dice — No hay problema, descansen. —Desaparece entre una penumbra

•Martes 11, Julio del 45, 3 PM •

~Phantom~

El aburrimiento total. Todos los canales hablan de cómo nosotros escapamos o si no hay películas o series malas. Fred y Evelyn terminaron viendo una de esas novelas del 2020; la trama horrenda de paso; y el resto intentamos distraernos durmiendo.

Creo que mejor ponemos nuestro tiempo en algo más productivo.

— Caín, ¿podemos ir donde nuestros amigos? —susurre y todos aparecimos en una casa algo pequeña.

Aun no me acostumbro a esto de desaparecer y aparecer.

Aiden si no me equivoco nos ve y sonríe.

— ¡Oye! ¡Estaba viendo la tele! —Fred me gritó.

—Queremos intentarlo otra vez. —le dije a Aiden; ignorando completamente lo que Fred dijo.

El no me dijo nada y llamó a los demás.

Aproximadamente en diez minutos todos ellos estaban aquí.

— Llegamos lo más rápido posible. —Anne nos dijo con alegría.

— Intentemos esto otra vez. —Él les dijo.

Freddy preocupado choca con Bonnie y ambos caen al suelo.

— Aww que tierno. —Shadow dijo con celos.

En verdad es territorial esta "chica".

— Está bien, no fue tu culpa. — Ella le dice y ambos se levantan.

Tal vez logremos al menos recordar un solo nombre.

La puerta salió disparada y todos gritamos y nos cubrimos, tosiendo gracias al humo del bloque caído.

— QUE HERMOSA ESCENA. —La voz de doc. se escuchó fuerte y claro.

— ¡¿Cómo es que siguen encontrándonos?! — Freddy le grita.

— Es como un don, siempre encuentro lo que quiero en un tiempo récord. — Ella nos dice.

— ¡Nosotros no regresaremos a ese lugar! —Evelyn le gritó también enojada.

— Será mejor que se vaya. —le advertí al ver de reojo como Fox tomaba un fierro que estaba cerca de su cama o sofá? Eso no importa ahora.

— Nunca he sido de violencia, pero en ocasiones es necesario. —Fox le dijo antes de levantarse con el fierro largo entre las manos.

— ¿Quién ha dicho que utilizaríamos la violencia? —ella le pregunta casi riendo. —Deberían poner más atención en los lugares que se encuentran, podría estar lleno de guardias listos para disparar. —Ella dice antes de voltear a vernos.

— ¡Deja a mis amigos en paz! —Fox le grita.

Ella tomó su arma y le disparó un sedante a Aiden.

Los demás gritamos y nos acercamos a él.

Solo está dormido, solo eso.

— Está muerta. —Shadow murmura antes de reír y tomar el control.

Night tomo el control y yo despierto dentro del espejo negro.

No este lugar.

No

NO

no....

~Narro~

Las tres penumbras habían tomado el control, una ira cegadora apoderándose de sus mentes. No pudieron evitarlo y correr hacia ella.

Las ventanas de la pequeña casita rompiéndose gracias a todos los dardos blancos que se les fueron disparados. Dardos verdes luego disparados hacia el resto de las adolescentes.

Ellos lentamente eran consumidos por la oscuridad total hasta que por completo se durmieron.

— Ya no más distracciones. ¡Llevadlos! —grita la doctora antes de salir de la casa.

Varios enfermeros entraron con tres camillas.

Ellos los cargaron y recostaron en estas.

Los amarres están siendo colocados en sus muñecas y tobillos.

Salieron de la casa, acercándose a camiones blindados.

Cada enfermero colocando una mascarilla y abriendo los tanques, parecía que un humo morado era lo que la máscara les proporcionaba.
Una sonda se coloca en su mano derecha y un suero transparente corriendo hacia sus sistemas sanguíneos.

Los tres parecían relajarse más, sus cejas ya no se encontraban tensas sino que una pequeña sonrisa se formó en sus labios.

El viaje se mantuvo monitoreado por patrullas y atrás de ellos una mujer cantando en su auto.

Ellos no se movían ni un poco, esta vez los mantendrían sedados durante unas horas después de llegar a sus habitaciones.

La prensa rodeando la entrada del hospital, queriendo como siempre ser los primeros en dar la noticia al mundo.

Los camiones se detuvieron y las puertas se abrieron.

Todos tomaban fotografías, transmitían con sus cámaras.

Serían la primera plana del día de mañana.

La Doctora Ramírez baja de su auto y se acerca al resto de enfermeros.

— Trasládenlos a la sección cerrada, no dejen de vigilarlos hasta que despierte.

Ellos asintieron y así fue.

Caminando entre pasillos y subiendo el elevador hasta el último piso de la planta baja.

Las habitaciones eran casi las mismas, solo con el simple hecho que no había un vidrio en la pared, ventana al exterior o en la puerta. Tampoco tenían baño, solo una colchoneta y sábanas en el suelo.

La ventilación haciendo correr el aire frío sin importar la temperatura del exterior.

Los enfermeros los separaron en habitaciones juntas. Les quitaron la sonda, la mascarilla, comenzaron a limpiarlos en búsqueda de heridas y el momento que se percataron que eran inexistentes, los vistieron con las batas y con cuidado los recostaron en las colchonetas.

La espera por su despertar había comenzado.

•Viernes 14, Julio del 45, 2 AM •

Dos días enteros en un sueño profundo, dos días esperando su despertar.

La noticia había llegado a los oídos de Ramírez.

Ella corrió a la primera habitación que vio y abrió la puerta llena de felicidad.

— O Evelyn cariño, no sabes lo preocupada que me encontraba. —le dice antes de abrazarla.

— ¿Doc.? ¿Qué sucedió? ¿O donde estoy? —ella le pregunta entre susurros.

— Intente suplicarle a mis superiores pero no me dejaron opción, tuve que trasladarlos a la unidad cerrada. —le dice con tristeza absoluta. — Un paciente algo violento los atacó hasta noquearlos.

— Me duele la cabeza. —ella murmura mientras se sujetaba la cabeza con sus manos temblorosas.

— ¿Qué es lo que recuerdas? —le pregunta.

— Recuerdo cuando entre aquí conocí a 2 chicos, casi no me acuerdo sus nombres, pero tienen lo mismo que yo. Estábamos juntos. —ella le responde confundida.

— Conociste a Freddy y a Phantom, son muy buenos amigos, recuerdas?

Ella niega — ¿Dónde están ellos? —Evelyn pregunta

— Están descansando, intentaron protegerte pero terminaron en el mismo estado.

Evelyn comienza a escuchar murmullos en su mente y se tapa los oídos.

— La voz, no se calla. —ella susurra casi llorando.

La doctora sonríe con calidez y de su bolsillo toma el frasco de pastillas.

— Una cada tres horas, ¿ok? — ella le pide amablemente.

Evelyn asiente y toma la pastilla, haciendo que la voz se callará.

— Lo lamento cariño, tengo que revisar a tus amigos.

Ella le sonríe y abraza.

— Gracias doc.

Ella le abraza antes de irse, cerrando la puerta.

Evelyn se levanta y se acerca a la ventilación gracias al calor que sentía; pero escucha voces del otro lado.

— ¿Hola? —ella pregunta.

— ¿Evelyn? —La voz de un chico se escuchó. — ¿Tú eres Evelyn cierto? Soy Freddy. —él chico dice entre la ventilación.

— Si, soy Evelyn, parece que somos vecinos. —dice mientras sonríe.

— Si, eso parece. —le responde riendo.

No dejaron de hablarse durante un par de horas. Se reían entre sí hasta escuchar una tercera voz.

— ¿Podrían bajar la voz?, trato de dormir.

— ¿Tú eres Phantom cierto? —Evelyn pregunta.

— Él mismo.

— Creo que los tres estamos aquí. —Freddy dijo feliz y a la vez triste por no poder verlos.

Phantom se ríe gracias a lo obvio.

Ellos no dejaron de reír y no se percataron de cómo les habían traído sus desayunos.

— Evelyn, ¿qué haces? —Ramírez pregunta con curiosidad.

— Hablo con mis amigos. —le responde alegre.

— ¿Puedes escucharlos?

— Mhm, estuvimos contando chistes y también de lo que haremos cuando podamos vernos.

— Eso es lindo, pero es hora de comer.

— Está bien. ¡Hablamos luego! —le grita a los demás antes de acercarse y tomar su plato. — Gracias Doc.

— Es un placer. —le responde antes de salir de la habitación.

Horas tras hora y las 10 Pm es alcanzada. Los tres bostezan y de repente las ventilaciones expulsaban gas morado.

Ellos se sentían cada vez más mareados y se recostaron.

Durmiéndose gracias al gas.

— Tal vez de esta manera no traten de escapar. Además, ayudará a acelerar nuevamente el proceso.

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