35 - {II}
Canción en multimedia: Make it right - BTS ❤️
Las demás escuelas moviéndose por los pasillos como ellos era una cosa; el tiempo que había dado el complejo para el calentamiento en las piscinas era otra muy distinta. Todo demasiado caldeado, demasiado tenso.
Como dijo, Taehyung se mantuvo callado junto a Seokjin mientras Mingyu y Jungkook calentaban en la piscina con otros competidores, pero él no podía hacer mucho por dejar de lucir impresionado por todos los chicos allí. Eran tan veloces en el agua. ¿Cómo podían coordinar su cuerpo para respirar y moverse al tiempo? ¿Y cómo podían nadar en línea recta?
Taehyung estaba seguro de que si lo intentaba, terminaría descubriendo América otra vez.
—¿Lo está haciendo bien? —le preguntó a Seokjin. En realidad no tenía ni idea. Para él, Jungkook era escalofriantemente veloz, tanto como todos los chicos allí, pero el entrenador Kim no lucía exactamente complacido, o al menos eso parecía por su expresión y las manos a sus espaldas.
—Ya veremos.
El tiempo de calentamiento acabó. Tal vez el silencio en la enorme piscina olímpica hacia un poco más tétrica toda la situación. Solo el murmullo de las conversaciones de todas las escuelas allí reunidas podía escucharse, el suave ondeo del agua contra las baldosas, los entrenadores dando indicaciones a sus estudiantes y los sonidos lejanos del chapuceo en otras piscinas. Taehyung prestaba especial atención a los hombres que se encargaban de instalar un par de cámaras en lo alto de las gradas, una apuntando a cada extremo de la piscina. Jum. Si aquello se implementara en sus partidos de baloncesto, quizá Taehyung no habría tenido que gritarles a tantos árbitros lo ciegos que estaban por no ver obvias faltas.
Primero, se llevaron a cabo las pruebas grupales. Taehyung no sabía que la natación sincronizada fuese un fuerte de su escuela, pero se impresionó al ver a las otras chicas del equipo, aquellas que habían venido junto con Mingyu y Jungkook, llevarían a cabo una rutina ese día.
Verlas en el agua lo hizo recordar la escultura de la entrada. Cada parte de su cuerpo estaba milimétricamente acomodado, cada movimiento tenía un aire delicado, pero al final, solo era un pequeño engranaje de una fuerte figura que no dejaba de mostrarse hermosa e imponente.
—Woah —Taehyung estaba maravillado—. Si no ganan voy a enviar un par de amenazas.
Jungkook, a su lado, sonrió y rio en voz baja.
—No es tan fácil. Allí están los jurados —señaló; cuatro hombres con expresiones infranqueables que tomaban diligentemente notas sin siquiera mirar la hoja—. Incluso si eres el favorito del público, podrías perder el primer lugar. Y no hay público, así que será mejor que se esfuercen.
Taehyung volvió a mirar las amplias gradas, vacías. Cualquiera podía pensar que eso era un poco triste, pero él no; aquello era tan distinto a un partido de baloncesto, todo tan calmo y pacífico, que se sentía cómodo, pese a sentir los nervios de todos los que estaban allí presentes. Él miró a Jungkook, quien no dejaba de mover sus hombros, estirar su cuello y girar su torso. A pesar de su expresión tranquila, Taehyung le dio un apretón en su muslo para tranquilizarlo.
—Ánimo —murmuró—. Después de esto, podremos celebrar tu cumpleaños.
—Sí —Jungkook detuvo sus estiramientos y sonrió—. No estaría mal.
—¿Qué haremos? —preguntó Mingyu, y ambos lo miraron con cara de "¡ejem!", algo que ciertamente no captó—. Quiero decir, no podemos ir a jugar play. Hoy tenemos que celebrar en grande.
—Mañana tenemos clase, así que no, no podemos celebrar en grande —dijo Jungkook, riéndose.
—Uh, cierto, qué mierda cumplir entre semana.
—Discúlpame, Mingyu, no todos nacimos bendecidos y afortunados en vacaciones.
—Disculpado. ¿Qué te gustaría recibir en tu cumpleaños, Kook?
El pelinegro miró a Taehyung y ambos soltaron una corta carcajada, compartiendo un chiste interno del que Mingyu no era partícipe y de esto, definitivamente, sí que se dio cuenta.
—No debí haber preguntado, ¿verdad?
—Bueno, no importa. Podemos simplemente atragantarnos con comida —sugirió Taehyung con un ademán, aunque la idea no le gustaba en absoluto, pero se dio cuenta de que abarcar a Jungkook para sí mismo el día de su cumpleaños era un poco egoísta.
La presentación de las chicas acabó y los presentes aplaudieron. No obtendrían la calificación o pista alguna de su rendimiento hasta las premiaciones, al parecer, y Taehyung se sintió indignadísimo. En el baloncesto no tenías que esperar; en el silbatazo final, sabes si eres el ganador o el perdedor. Y punto. Aquello debía ser punible, joder, ¿qué clase de tortura psicológica era esa?
—Jungkook, prepárate. Pronto será tu turno —le indicó Seokjin en voz baja. Primero debían terminar todas las pruebas grupales, pero Jungkook asintió con seriedad y tomó una honda respiración, levantándose para estirar los músculos adecuadamente.
—Deséame suerte —Él se inclinó y besó la frente de Taehyung, sorpresivamente, y el peligris tuvo serios problemas para coordinar sus pensamientos; entre la incredulidad y la vergüenza propia, no tuvo tiempo de preocuparse por si alguien vio o no vio aquello, y solo susurró en un hilo de voz:
—No la necesitas. Has entrenado muy duro.
—Gracias.
Jungkook se movió hacia una de las orillas de la piscina, así como varios otros estudiantes de otras escuelas. Cuando regresó en sí, Taehyung vio a Mingyu observándole con la cara más pervertida y dañada que nunca jamás había visto.
—Oh, maldita sea, no digas nada.
—No lo haré. —Pero Mingyu lucía como deseoso de llamar a Yugyeom y gritarle por teléfono lo que acababa de ver.
—Mingyu, no me digas que tiene que nadar contra el tipito raro de Ye Ran —Taehyung frunció el ceño a ver movimiento en la escuela del pulcro uniforme blanco.
—No. Su estilo es espalda, hasta donde recuerdo —respondió el castaño—. El capitán de Ye Ran también hace mariposa, pero no es así en todas las escuelas. Igual, mierda, me preocupa. Ye Ran obtuvo el primer lugar en la primera ronda y Jungkook el cuarto.
Bueno, pero eso fue porque Jungkook tuvo un calambre antes. Eso se dijo Taehyung a sí mismo, buscando de alguna manera consolar esa sensación en su estómago. Era tan injusto. Entrenas por meses, semana tras semana, a veces día tras día, y solo unos minutos decidirán si todo tu esfuerzo fue suficiente.
Cuando llegó la hora de que subiera cada participante para el estilo de mariposa en su podio, Taehyung sintió que no cabía en su silla por la expectación. Jungkook acomodó sus gafas y su gorro, estirando una vez más sus hombros antes de posicionarse. Algunos entrenadores gritaron el nombre de sus chicos, y otros simplemente lo hicieron bajo su aliento, como el entrenador Seokjin.
El silbato sonó entonces. El chapoteo del agua hizo que Taehyung se pasmara unos segundos, perdiendo a Jungkook de vista. Unos metros más adelante, casi sincronizados, todos salieron al aire extendiendo sus brazos en una gloriosa figura de mariposa, haciendo honor al nombre de su estilo.
En un principio parecía que todos iban a la par, pero pronto tres de las siete escuelas empezaron a quedar atrás; quienes tomaron la delantera fueron el capitán de Ye Ran, Jungkook, y a juzgar por su uniforme, la escuela de Incheon. Estaban allí, cabeza con cabeza, y si es que había una ventaja de centímetros, el agua la eclipsaba.
—Vamos, vamos, la vuelta —recitó Mingyu mordiendo sus uñas. Al tocar la paredilla del otro extremo y dar la vuelta, fue más evidente la ceñida competencia; el de Incheon quedó atrás, mientras Ye Ran tomó la delantera y, en un segundo lugar por apenas unos instantes, quedó Jungkook—. Mierda. Mierda, no.
Taehyung se levantó de su puesto con ferocidad para gritar el nombre de Jungkook, aunque había prometido no hacerlo —y eso no le importó—; Mingyu se sumó a él y luego estaba Seokjin gritando junto a ellos, animándolo o rapeando, ninguno podía saber.
—¡Vamos! —Mingyu zarandeó a Taehyung desesperadamente, invadido por la cruda adrenalina del momento y el chapoteo furioso del agua. Jungkook podía lograrlo; él iba a lograrlo. Si luchaba un poco más, él lo lograría. Cuando todo parecía que iba a acabar, Mingyu decidió que su corazón no podía ver el resultado. Solo escuchó la exclamación ahogada de la multitud y el jadeo atónito de Taehyung. Al abrir los ojos nuevamente, encontró al chico de Ye Ran y a Jungkook mirándose a las caras, confundidos y exhaustos, jadeantes.
—¿Ha sido un...empate? —murmuró Taehyung frunciendo el ceño con confusión y Mngyu sintió que aquella era su señal para desmayarse.
—No existen empates aquí —dijo, y miró instintivamente a las cámaras en lo alta de las gradas—. Van a revisar los registros.
Taehyung se dejó caer de culo, cansado, y estupefacto. Su corazón no podía asimilar lo que acababa de pasar; su músculo cardíaco hizo una carrera de cien metros en milésimas de segundo y eso no era muy bueno para su salud, según él. Mientras esperaban a los hombres a cargo de las cámaras, no podía hacer más que mirar la expresión seria y angustiada de Jungkook, quien ahora dejaba la piscina y caminaba hacia ellos sacándose el gorro. No lucía feliz, y Taehyung lo entendía. Ganar plata no era malo en absoluto, pero... como deportista, sabía lo que era el segundo lugar. Nadie se acuerda del segundo. Incluso, estarías más feliz con una medalla de bronce, porque piensas: hey, al menos gané una medalla. Pero con una medalla de plata las cosas cambian; solo puedes recriminarte a ti mismo, y pensar: demonios, si me hubiera esforzado un poco más, tendría la medalla de oro.
Finalmente, uno de los hombres levantó su mano y señaló dogmáticamente al ganador, como un juez de línea con su bandera: el primer lugar lo tenía Ye Ran.
Jungkook dejó que todo el aire en sus pulmones saliera en un triste resoplido y simplemente tomó la toalla que su entrenador le tendía, sin mirar a nadie a los ojos, fingiendo estar demasiado ocupando secando el agua de su cabello y cuerpo. Taehyung no estaba seguro de qué decirle, o si siquiera debería decirle algo, pero la sensación de su pecho era inmanejable en esos momentos; una extraña impotencia que le generaba no poder hacer nada por él.
El pelinegro se mantuvo con una expresión en blanco, incluso cuando el capitán de Ye Ran le dio la mano en un amistoso saludo. Sí. Demasiado tranquilo. Como si en cualquier momento pudiera explotar.
Sin avisar o decir cosa alguna, Jungkook dio media vuelta y caminó fuera del recinto techado, hacia los vestidores. Mingyu y Taehyung se miraron entre sí y después de un acuerdo tácito —porque ciertamente el castaño no podía abandonar la competencia—, el peligris suspiró y fue tras los pasos de Jungkook.
Lo encontró sentado en las bancas del solitario vestuario. Con la toalla sobre sus hombros, la cabeza gacha y el agua goteando de su cabello, su amplia espalda subiendo y bajando con lentitud, y los codos apoyados sobre sus rodillas.
—Jungkook... —empezó. ¿Qué iba a decirle, que no era para tanto? No podía. Él mismo sabía que eso era para tanto y para más, porque conocía muy bien el mal sabor que dejaban los segundos lugares.
—No hagas esto —murmuró el pelinegro sin levantar la mirada del suelo—. Yo... volveré en un minuto. Déjame.
—No puedo dejarte —declaró Taehyung, sentándose junto a él en la banca—. Sabes que ganar una medalla de plata no es tan malo, ¿no?
Jungkook rio, más o menos. Claro que lo sabía. Solo que... quien se acostumbra a ganar, cuando pierde le llueven cuchillas. Y Jungkook no sabía cómo lidiar con la creciente frustración de que nada estaba saliendo como él quería.
—Es... muy molesto, Taehyung. Y-Yo... olvidé la forma al final. Me desesperé. Vi que estaba ganándome y me desesperé.
—Sí, pero no todo es malo. Mira, ocupaste el segundo lugar con una diferencia mínima. Mejoraste tu tiempo. Antes, fuiste el cuarto y ahora tú literalmente perdiste por un segundo y no sé cuántas décimas. No cualquiera puede hacer eso —lo animó, dándole un suave empujón con el hombro.
Jungkook no respondió; se mantuvo en aquella posición y el peligris suspiró, sin saber qué más hacer o decir, porque, aunque era un capitán también, lo suyo no eran las palabras bonitas de ánimos, ni el tacto, y que Jungkook le gustara —y un poquito más que eso—, no haría que eso cambiara, y no podía hablarle como si fuera un niño. Él caminó frente a Jungkook y se arrodilló frente al chico, tomando su barbilla, y lo obligó a levantar su cabeza.
—No es momento de que hagas esto. Jungkook, tienes que ser un buen capitán, aprender de tus errores y estar allí, en la piscina, apoyando a Mingyu como amigo y líder —dijo con voz mordaz—. Deja la cara de niño berrinchudo, agarra tus bolas y levántate, porque aún quedan las pruebas del programa de alto rendimiento y si te echas a morir por este mínimo fracaso, entonces te arrepentirás toda tu vida. ¿Estás escuchándome, idiota?
—Tae —Jungkook lo miró con un respingo, y luego sonrió suavemente—. Esa boca.
El peligris le devolvió el gesto, aliviado. Sí, ese era Jeon Jungkook; el capitán del equipo de natación que Taehyung conocía.
Se inclinó y chocó sus labios con los del otro chico de forma casta, antes de separarse y levantarse. Jungkook lo siguió de regreso a la piscina, porque tenía razón. No era el momento.
—Mingyu, tu turno —indició Seokjin. Mingyu miró a Jungkook cuando este regresó; el castaño no lucía muy animado ahora: la derrota de su capitán se sentía como suya también, y además, Jungkook era su amigo.
—Ve —instó Jungkook, tomando sus mejillas en un rudo gesto y pegando sus frentes con brusquedad—. No te preocupes por mí. Nada como si tu maldita vida dependiera de ello y trae la medalla de Jaehyun, o él va a cocinar nuestros huevos.
—Sí —Mingyu asintió—. Está bien.
El castaño se alejó y se reunió con los demás nadadores que esperaban en los podios, cada quien acomodándose en el suyo. Jungkook se quedó allí para ver la victoria de su amigo, porque sí, Mingyu rompió el agua como una flecha; Taehyung parpadeó dos veces y luego había terminado. Cuando su amigo sacó la cabeza del agua primero que nadie, el vitoreo sobrecargado de emoción de Jungkook no se hizo esperar, y la sonrisa que esos dos amigos compartieron hizo que Taehyung deseara que Yugyeom y el resto de la pandilla estuvieran allí, compartiendo ese lindo momento.
—Feliz cumpleaños, Kook.
Que alguien me saque de la duda. La primera vez que busqué lo de los tiempos en las competencias decía que era con cámaras (fotocélulas etc etc), luego me dijeron que eran unas planchas, vuelvo a buscar y no hallo una respuesta clara. Si alguien fuese tan amable, por favor y gracias :)
Sonrían ❤️
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