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30 - {II}



Canción en multimedia: NF - If you want love 🎵🎶



Señora Kim, eso es ridículo.

Ja. Ese hombre era un poco descarado. Después de una noche entera en vela buscando una solución para su millonario trasero, ¿esa era la respuesta que tenía para ella?

Han Woo se cambió el teléfono de oreja.

—Señor Yusuke, le pido que acepte el trato —repitió ella, impasible, mientras el sonido de sus tacones llenaba el apartamento—. Quiero recordarle que rentó un carro a su nombre. Dicho carro se accidentó y destruyó propiedad pública. No contento con eso, el conductor era su pareja, que ni siquiera es su pareja oficial. Ni siquiera tenía licencia. Y si eso no es suficiente, su pareja incluso trató de fugarse, y volvió a chocar.

Sí, pero...

—Bienes públicos se pagan con acciones para el público. ¿No es una grandiosa idea pagar parte de la fianza solo con invertir en los materiales deportivos de un par de colegios? Entiendo que usted es un hombre de deportes.

No solo es eso. No puedo quedarme solo para observar una simple competencia colegial...

—Puede utilizarlo como promo. Podemos mantener su visita al país como caridad y desvanecer muy rápido el asunto del accidente. ¿Qué dice? ¿Es un trato?



[♥]



Limpiar la piscina fue un trabajo arduo, pero con la colaboración del equipo el tiempo se hizo ameno para Jungkook. O tal vez estaba demasiado pensativo como para fijarse en el reloj, pero cuando espabiló devuelta a la realidad, se dio cuenta de que ya habían terminado con la tarea y del refresco solo quedaba un leve olor cítrico en el aire.

—Buen trabajo, chicos. Los esperaré en la tarde para las valoraciones y el lunes retomaremos los entrenamientos —avisó el entrenador Kim después de hacer sonar su silbato. Jungkook esperó que el equipo se dispersara para acercarse a su mayor, mordiendo su labio, pero luciendo desinteresado, como quien no quiere la cosa.

—Entrenador, ¿de casualidad sabe... uhm, qué hará el equipo de baloncesto para suplir los materiales que se dañaron? —musitó, y luego se alzó de hombros—. No sé, yo solo pensaba que... si necesitaban ayuda podíamos echarles una mano.

—No te preocupes por eso —respondió Seokjin después de mirarlo con una ceja arriba—. El profesor Min se hizo cargo de eso, al parecer.

—Oh. ¿Entonces podrán estar en la segunda etapa de las competencias? —inquirió Jungkook con un inocente brillo de esperanza en los ojos, y luego carraspeó apartando la mirada—. Quiero decir, será bueno para la escuela... sí. Bueno, gracias, entrenador.

—Hey, Kook —Jaehyun agitó su mano desde el otro lado de la piscina para llamar su atención; junto a él estaban Dokyeom y Mingyu—. Iremos a la cafetería antes de que acabe el almuerzo. ¿Vienes?

—Uhm, no en realidad, no tengo hambre, y tengo algo que hacer. —El pelinegro los despidió con un ademán y Mingyu solo pudo mirar a sus amigos en un silencioso consenso.

—¿Confirmamos que nos está evitando? —murmuró Dokyeom un poco tristón mientras lo veían alejándose hacia los vestuarios.

—Confirmamos.

—Necesitamos otra intervención —declaró Jaehyun golpeando su puño contra su palma. Ellos echaron a andar fuera del recinto techado, no sin deshacerse del pensamiento de que ahora sí que estaban perdiendo a su amigo.

—Querrás decir inTAErvención —lo corrigió Mingyu levantando su dedo índice, y cuando ambos chicos lo miraron con algo de desconcierto, alzó los hombros—. ¿Qué? Está claro por qué Jungkook luce como si BTS se hubiera separado. Ya no hay salidas al baño durante las clases, ya no hay excusas para no venir a jugar a la play con nosotros en las tardes y ya no hay sospechosos "me quedaré en los vestidores, uh, arreglando un poco".

—Oooooh, entonces, ¿crees que Taehyung y Jungkook discutieron? —Dokyeom resopló bajo su aliento. Bueno, eso tenía mucho sentido. Dios, todo era muy obvio y ellos siempre fueron muy ciegos; eran como un cuerpo con miserables siete neuronas, cada uno era poseedor de una de ellas y al menos la mitad eran disfuncionales.

—¡SHHHHH! —siseó Jaehyun escandalosamente—. Si esto será una inTAErvención, no puedes mencionar su nombre. Debemos darle un seudónimo que solo nosotros comprendamos.

—Oh, ¡yo, yo! —Mingyu sonrió—. Vamos a llamarlo Capi-tae.

—Genial. ¿Y qué haremos primero? —preguntó Dokyeom frunciendo el ceño. Los tres se miraron entre sí y decidieron que la otra mitad de las neuronas, las funcionales, seguían de vacaciones por el momento.

—Juntémonos en la cafetería con Yugyeom y lo discutiremos allí —declaró Mingyu—. No puedo pensar con hambre.



[♥]



—Lamento llamarlos a todos con tan poca anticipación —dijo Jisoo, y se le veía tan feliz que los presentes en aquel salón estaban comenzando a mirarla como si se tratara de un bicho raro—. El profesor Namjoon quería que los reuniera. Él llegará en cualquier momento.

—Mejor que esto sea bueno —murmuró Taehyung irritado—. Muero del hambre y he tenido que dejar mi almuerzo a la mitad.

Eunha miró a su compañero de proyecto con fastidio, pero no pudo evitar estar de acuerdo con el peligris. Su celular casi reventó por los mensajes de Jisoo; pensó que la chica estaba muriendo en un baño, o necesitando más papel, o necesitando una toalla higiénica. No pensó que se tratara de... una reunión. Porque eso era, al parecer. Jennie estaba allí, Irene, Joy, Youngjae, e incluso Jungkook. El capitán del equipo de natación se mantenía alejado de todos, de brazos cruzados, simplemente mirando hacia la ventana. Eunha intentó hablar con él antes, pero digamos que no dio resultado.

—Lamento hacerlos esperar —El profesor Namjoon apareció a través de la puerta con una sonrisa enorme y todos al fin pudieron suspirar de alivio—. Quería darles la noticia personalmente y saber con quién puedo contar.

—¿Para qué? —preguntó Jennie con impaciencia, porque ni siquiera ella sabía qué demonios estaba pasando.

Entonces Jisoo chilló:

—¡El director nos dio permiso de presentar la obra para el festival de final año!

Hubo un circo de expresiones entre los chicos presentes. Unos estaban felices, otros se mostraron más bien martirizados y algunos pocos no parecían entender lo que Jisoo acababa de decir, porque Taehyung en especial sentía que sus dos neuronas funcionales no estaban haciendo la debida sinapsis. ¿Obra, presentar y festival en la misma frase?

¿Esa obra en la que él estaba pensando? ¿La misma obra en la que actuaba con... Jungkook? ¿Esa en donde ellos tenían que...?

—¿Uh? —Fue lo único que pudo pronunciar. Jisoo aplaudió con emoción y asintió varias veces.

—¡Sí! El profesor Kim y yo queríamos saber si podíamos contar con ustedes, otra vez —musitó señalándolos a todos en un gran globo—. Al igual que antes, el dinero será para los equipos deportivos de la escuela.

—Y los participantes tendrán dos puntos en su proyecto final de literatura —prometió Namjoon, deseoso ya de retomar con los ensayos.

—¡Yo lo haré! —exclamó Eunha demasiado rápido. Si era por puntos en el proyecto final, con el compañero que le habían asignado (a.k.a Kim Taehyung), entonces ella iba a necesitar mucha ayuda.

Poco a poco, sus estudiantes se unieron a la causa y al final, solo quedaron los dos capitanes por responder. Jisoo miró con ojos de cachorro a Taehyung, pero este no hizo más que desviar la mirada mientras consideraba seriamente si participar en la obra era una decisión sensata. Desde el principio nunca tuvo verdaderos deseos de hacerlo, y aunque con el paso del tiempo la idea... dejó de parecerle una tortura medieval, ahora no estaba seguro de querer seguir con ello.

—Yo lo haré —dijo Jungkook de repente; el pelinegro dio un paso al frente, integrándose en el círculo imaginario que los demás habían formado. Taehyung respingó un poco sorprendido, y luego clavó su mirada al suelo mientras mordía su labio para no mirarlo. Si él lo haría, entonces...

—Yo igual —medio susurró en una vergonzosa voz ahogada. Pero qué falta de criterio propio, Kim Taehyung, tu madre estaría muy avergonzada y diría "si tus amigos se tiran de un puente, ¿tú también lo harías?"

—Pero tengo algunas condiciones —terminó Jungkook cruzado sus brazos—. La escena del beso se va, o cambiaré de personaje.

Esta vez el capitán del equipo de baloncesto no pudo evitar echarle un vistazo con cierto escepticismo y —en respuesta— el pelinegro le devolvió la mirada, mordaz, feroz, tanto así que obligó a Taehyung a bajar la mirada. Y Taehyung nunca bajaba la mirada.

—¿Qué? —dijo Jungkook—. Me incomoda pensar que tengo que besar a un hombre.

OH. Ahora el niño se hacía el muy heterosexual, como si hace unas semanas no hubiera literalmente declarado ser gay. En una escala del uno al diez, no había espacio para describir lo ofendido que Taehyung se sintió con esas palabras. Bufó con indignación y miró al cielo, tragando un pesado nudo de coraje. No debería molestarse; si lo pensaba con la cabeza fría, eliminar la escena del beso era lo mejor y evitarían un drama en casa, pero esa pequeña parte suya que se tomaba todo personal, oh sorpresa, estaba sintiéndose atacada.

—Estoy de acuerdo —espetó. Si ese idiota creía que iba a rogarle por un miserable beso entonces estaba muy equivocado—. Ciertamente repulsivo. Cambiemos la escena —añadió mirando al profesor Kim e ignorando deliberadamente la fugaz mirada incrédula del otro capitán.

—Está bien, podemos hacer eso —dijo Namjoon cargado de emoción, mientras Jisoo —ya sin muchos ánimos— observaba todo con ojos apagados, pensando no solo que su OTP estaba destruida, sino temiendo que otra guerra estuviera por comenzar entre los dos capitanes.



[♥]



Cuando llegó la hora del entrenamiento, Taehyung no pudo hacer más que sentirse aliviado y molesto. Sus contrariados pensamientos no lo habían dejado en paz en todo lo que quedaba de día, y es que a pesar de ser él quien sugirió alejarse, estaba teniendo serios problemas con la parte de "a" y la parte de "lejarse".

Era irónico. De verdad, ¿dónde estaban las malditas instrucciones de esa cosa? Porque el amor o lo que sea debía llevar un manual de indicaciones en caso de rechazo/discusión/desacuerdo/malentendido. Algo como:

"En caso de rompimiento, por favor, tome esta caja y deposite su corazón masacrado hasta que sane. Paso seguido, tome una pastilla para el dolor y acompáñelo con una barra de chocolate y su película favorita. Paso número tres: llore; recuerde: no exceda los tres días. Y por último: sonría y supérelo, que de amor nadie se ha muerto."

Ellos... ellos ni siquiera eran pareja o algo así. Ellos no habían "roto". ¿Y por qué demonios se sentía mal cuando fue él mismo quien decidió terminar con eso? Que alguien le explicara. Que alguien malditamente le explicara.

Ugh. El entrenador Min dijo que el entrenamiento de ese día era especial, que debía dar su mayor esfuerzo y él estaba pensando babosadas. Todo mal con él. Todo mal.

Su despiste lo llevó de bruces hacia un montón de cajas en medio del coliseo que los miembros del equipo ya presentes afanosamente trataban de acomodar dentro de los vestuarios. Miró a todos lados, buscando al entrenador Min, pero lo encontró ocupado hablando con un elegante hombre de traje. Lucía demasiado elegante como para ser amigo del entrenador. Sin ofender al profesor Yoongi. Un copete peinado ligeramente hacia atrás, una cicatriz en su mejilla izquierda y labios finos. Bueno, ¿y ese tipo quién era?

—¿Qué es todo esto? ¿Y de dónde salió? —demandó saber a sus chicos de primer año, pero ninguno de los novatos le contestó. A sus oídos llegó una odiosa voz antes de que eso ocurriera.

—Tú debes ser el capitán.

Taehyung giró sobre sus talones y quedó frente a la persona que le hablaba. Era un chico también, mayor que él seguramente, pero con una mirada infantil y ropa que no lucía muy barata. Sin mencionar por supuesto que nunca lo había visto.

—Sí, soy yo —murmuró, después de darle una larga y exhaustiva mirada escudriñadora al pelirrojo. Los ojos del hombre elegante que hablaba con su profesor se desviaban de vez en cuando hacia él. Seguro eran pareja.

—¡Mucho gusto! He estado esperándote. Deberíasagradecerme. ¡Oop! No, no debo decir eso. ¡De nada por ayudar a tu colegio!—exclamó animadamente, zarandeando su mano en un apretón exagerado que sacudióa Taehyung. ¡Qué chico tan raro! —Tu entrenador habló mucho de ti.

Y hablando del entrenador, el hombre hizo sonar su silbato varias veces hasta que todos estaban reunidos a mitad de la cancha. Presentó al hombre de traje como Miura Yusuke, dueño de una gran parte de los Boston Celtics. Taehyung juró que iba a desmayarse después de explicarles por qué el hombre estaba allí: había accedido a echarle un vistazo al equipo antes de y durante las competencias, y plantó una semilla de ilusión en ellos, la utópica fantasía de ser reconocidos por un cazatalentos y jugar para los Boston.

Eso es. Taehyung no tenía tiempo para pensar en Jungkook o en nada relacionado con el chico. Si quería alcanzar sus sueños, él debía dejar las distracciones a un lado, esforzarse y dar lo mejor de sí mismo.



 Sonrían ❤️


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