"El celo de Ian"

Estaba tranquilo entrenando mientras Derek hacia la cena para ambos, Ben había salido con Kai a una misión, también irían con Dein pero el idiota se enfermó y ahora están ellos dos solos haciendo quién sabe qué... Aghh eso solo me hace entrenar más fuerte.

Estaba distraído golpeando un tronco con los puños cuando de repente siento una oleada de calor recorriendo todo mi cuerpo, caigo de rodillas al suelo y empiezo a respirar acelerado, siento como todos mis sentidos se alentisan y percibo un olor saliendo de mí, nunca había olido esto pero es tan agradable... De un momento a otro la puerta de la sala de entrenamiento donde me encontraba se abre y muestra a Derek tras ella.

–D-Derek... –. Intento hablar pero mi voz sale más gruesa de lo normal.

–Ian, tranquilo–. Me cargó entre sus brazos como princesa y me llevó rápidamente a nuestro cuarto–. Dime qué sientes.

–Siento mucho calor... –. Derek se me hacía tan guapo en esos momentos, otra oleada de calor me atacó y noté un bulto en mis pantalones.

–Tranquilo Ian, esto es normal, entraste en tu celo–. Dijo con voz suave acariciando mi cabeza, su toque era mínimo pero igual me gustaba mucho, quería más–. Yo te ayudaré con esto, solo dime si quieres hacer algo y yo lo haré.

Lo miré y luego ví mis pantalones, insinuandole que los quitara de su lugar. Él entendió y lo hizo de inmediato, sentí una gran liberación, cuando ví mi pene erecto frente a mí, noté que era un poco más grande y grueso de lo normal, Derek notó mi mirada extrañada y dijo.

–Tranquilo, es normal–. Diciendo esto empezó a masturbarme y aunque solo era su mano se sentía endemoniadamente bien.

–Tu boca–. Dije–. Usa tu boca...

Me levanté de la cama y él se arrodilló frente a mí, empezó a lamer y dar pequeños besos en mi glande, luego, asombrandome, se engulló todo mi pene de un solo movimiento, eso me hizo perder la cabeza, tome su cabeza entre mis manos y comencé a embestir su boca una y otra vez llegando a su garganta, él hacía ruidos eróticos cada vez que salía y entraba de su boca, era tan adictivo que ni siquiera me di cuenta cuando me corrí. Lo deje respirar y él tosió un par de veces para luego levantarse y darme un beso.

–Qué salvaje eres, lobito–. Se quitó la camisa y los pantalones y ví como él también estaba excitado, un fuerte olor me golpeó y pude ver cómo Derek cambiaba su semblante–. Amor, creo–. Se aclaró la garganta al escuchar su voz un poco desafinada–. Creo que yo también estoy en celo ahora.

–Oh, creo que eso es mi culpa–. Le sonreí y lo empujé sobre la cama–. Tendré que hacerme cargo de eso...

Y tal cómo él hizo conmigo yo empecé a hacerle una mamada, un poco más ruda y rápida de lo normal, yo ahora era una bestia segado por la lujuria y todo lo que tenía en mente era enloqueserlo tanto como yo.

–Mierda, I-Ian–. Me tomó del cabello y lo jaló para que dejara ir su miembro, prosiguió a correrse en mi cara.

Vi con ansias su expresión excitada y jugué un poco con sus pezones para hacerlo gemir, sus gemidos me encantaban demasiado.

–Ian–. Llamó Derek–. Amor tú... ¿Tú quieres ir arriba ésta vez?–. Preguntó con inocencia, sorprendiendome.

–¿Qué? ¿Hablas en serio? ¿En serio puedo?–. Pregunté emocionado.

–Claro que puedes amor, a mí no me importa eso, y como es tu primer celo tu pene quiere meterse en cualquier agujero que encuentre, además es lindo cambiar las cosas de vez en cuando–. Sonrió adorable mientras se acercaba a besarme.

Esas palabras hicieron que mi corazón se volviera loco imaginando las posibilidades.

Hice todo lo que él siempre me hace; lo besé, lo lamí y hasta lo mordí un poco por todas partes, lo preparé correctamente con mis dedos intentando mantener el control, tal como él lo hace, escuchar sus gemidos solo hacia que mi pene creciera más y más, y cuando por fin me indicó que prosiguiera no tuve piedad y lo embestí con vehemencia una y otra vez sin piedad haciendo un desastre de él, ver cómo enloquecía, cómo lloriqueaba y gruñía. Oh dios ¡Yo estaba en el maldito cielo!

Perdí la cuenta de cuántas veces me corrí dentro de él, de cuántas posisiones nuevas hicimos y de cuántos días pasaron.

Al final de toda mi locura no me contuve y lo mordí con fuerza en el cuello sacando mis colmillos y sintiendo su sangre en mi boca, cuando me hube calmado me arrepentí mucho, lo ví de abajo a arriba, estaba herido y era mi culpa, su cuerpo estaba lleno de marcas rojisas, de aruñones y de mordidas pero ninguna cómo ésta última, me alejé de él por completo, él al sentir ésto volteó a verme y me sonrió.

–¿Qué pasa lindura? ¿Ya terminaste?–. Era como si no se diera cuenta de lo que hice, me miró extrañado porque no le contestaba y tocó su cuello viendo la sangre en su mano–. Oh, así que me marcaste, por la adrenalina del momento no me dí cuenta–. Se acercó a mí y aunque yo intenté alejarme él simplemente me abrazó–. Tranquilo amor, esto es normal...

–¿E-en serio?–. Pregunté al borde de las lágrimas.

–Si lindura, mira–. Nos puso frente a frente para poder verlo–. Es normal que los lobos queramos marcar a nuestra pareja para que el resto del mundo sepa que es solo nuestro.

–T-tú no lo hiciste conmigo...

Volvió a sonreír

–Si lo hice, solo que no lo recuerdas–. Lo ví intrigado, estoy seguro que yo recordaría algo así–. Lo hice la primera vez que me viste en celo, te mordí aquí–. Tocó la parte del cuello que queda cerca del hombro–. Me controlé y no lo hice tan fuerte para que no te doliera mucho, pero si llegó a sangrar un poco...

Me quedé pensativo mientras me relajaba en los brazos de Derek y entonces noté algo extraño.

–Orejudo, ¿Por qué ya no siento tu aroma?–. Lo olfatee un poco más y no sentía ese delicioso aroma a manzana y menta que lo diferenciaba.

–Oh... Eso es por la marca, tu aroma se impregnó en mí, durará un par de semanas, cómo tú no eras lobo en ese entonces no lo notaste pero tenías mi aroma y todos los lobos sabían que te había marcado–. Rió un poco sonrojado.

–Entonces todo mundo sabrá que lo hicimos y que yo te dominé ¿Eso no te da un poco de pena?–. Pregunté, tal vez eso golpee su ego.

–No.–. Dijo sin vacilar–. No hay mayor honor para mí que el hecho de que todos sepan que te pertenezco–. Besó mi nariz con ternura.

Lo abracé contra mí y nos acostamos en la cama, ya más calmados y mirándonos el uno al otro Derek confesó.

–No sé si te diste cuenta pero ya han pasado cinco días desde que empezó nuestro celo y no sé tú pero yo tengo mucha hambre, podría comerme un elefante.

Enrojeci, ¿En serio lo había hecho sin parar por casi una semana y estaba como si nada? Derek al menos me dejaba salir a comer cuando él estaba en celo.

–Jajaja la cara que pones jajaja, tranquilo, ahora que ambos somos lobos y me entiendes no tienes que arrepentirte de nada, ya sabemos cuál de los dos tiene más autocontrol.

Siguió riendo sin parar mientras yo me moría de vergüenza.

Es cierto, Derek tiene demasiado autocontrol, el celo me volvió completamente loco por el sexo, no medí mis acciones para nada.

–Primero vamos a bañarnos y luego yo haré la cena para compensarte...–. Dije avergonzado.

–¿Compensarme qué?–. Preguntó acercándose peligrosamente a mí–. ¿Acaso crees que no lo disfruté? Parece como si no hubieses escuchado todos mis gemidos–. Susurró lo último en mi oreja y se restregó en mí–. Yo podría pasar otra semana contigo dándome duro por detras y no oirias ni una sola queja–. Besó mi cuello poniéndome la piel de gallina, me estaba comenzando a excitar de nuevo–. Deberías aprender un poco de cómo seducirme...–. Se paró de la cama y salió de la habitación entre risas, ¡Ese idiota se estaba burlando de mí! Lo alcance en el baño y nos bañamos juntos, no entiendo cómo puede estar tan tranquilo; cuando él tiene su celo yo parezco una gelatina, ni siquiera puedo mantenerme de pie.

Luego lo curé y mientras hacíamos la cena escuchamos a Ben llegar, ¿Dónde habrá estado todo este tiempo? Su misión sólo era de un par de días de duración...

N/A:

Holap 😗

Éste extra me gustó mucho y el que se viene ahhhhh

Los quiero, bye pequeños escritores y grandes lectores.

Atte: HF2