Cap. 8
"-El trato entre cazadores y lobos 1. Parte 2"
Eli nos había dado un listado que trataba de velas, un lazo rojo bastante largo, unas cuantas sustancias raras de diferentes colores que encontramos en un laboratorio que no sabíamos que tenia, un pan, algunas hierbas y un pergamino que tenia la otra mitad del conjuro. Ahora estábamos llevando todo o eso intentaba, eran muchas cosas y no ayudaba que Derek me estuviera molestando todo el tiempo.
–Oh, Caperucita, hace cuanto no pasábamos un momento a solas entre nosotros–. Exageró con voz demasiado fingida.
Lo ignoré y seguí caminando.
De un momento a otro, y sin saber como pasó, ya estaba encima mío intentandome besar mientras yo lo evadía sin dejar que nada de lo que llevaba cayera al piso.
–Vamos, dame un besito–. Estiró los labios esperando que lo hiciera.
–Orejudo, quitate. Vas a romper las cosas–. Intenté apartarlo, pero solo logré que me quitara todo lo que llevaba para ponerlo a un lado.
–¿Ahora sí me besaras?
–No.
Lo miré con el ceño fruncido, la verdad no sé ni porque me hago el difícil si en realidad sí quiero besarlo.
–Seguro a Dein si se lo darías–. Dijo intentando verse molesto pero no le salia.
–¿Sigues celoso?–. No pude contener la sonrisa.
–Si, si lo estoy. Ese idiota dijo que eras su amigo–. Me miró directo, estaba por hablar en serio–. Además, él te ha tenido los tres años que yo no–. Desvío su vista de la mía.
Este lobo es un...
–Idiota.
Él me miró y yo le di un abrazo muy fuerte.
–Dame mi beso.
Reí.
Lo mire mientras me acostaba bien en el piso donde estábamos sentados desde hace unos minutos, él encima mío y yo prácticamente cargándolo.
Lo atraje a mí hasta poder darle un beso que aunque intentaba ser inocente se extendió hasta ser uno bastante brusco y lujurioso. No sé en que momento Derek empezó a bajar mis pantalones junto con sus besos, pero justo ahora no me importaba ni siquiera pensar en que nos podían ver al estar haciendo este tipo de cosas en medio del bosque, por donde rondaban los lobos de su misma aldea y de vez en cuando uno que otro cazador.
–D-Derek–. Gemi al sentir como engullía mi miembro por completo, chupandolo y lamiéndolo de esa forma, es un pervertido por verme con esos ojos al estar haciendo ese tipo de cosas.
Cuando me corrí él se volvió a erguir robándome otro beso, con el sabor de mi semilla aún en su boca haciendo que me excitara más, continuo besándome mientras tomaba mi mano y la llevaba a su propio pene para empezar a masturbarlo entre los dos.
–¿Ya te había dicho lo sexi que te ves con esa capa negra?
–Ca-callate.
Él sonrió aun más al ver que juntaba mi miembro con el suyo para seguir masajeandolos a ambos.
–Eres bastante bueno en esto.
–Claro, practiqué mucho con Dein–. Bromeé.
Derek detuvo sus movimientos quitando mi mano de ambas erecciones. Sin verme siquiera ya me estaba besando de manera posesiva.
Mierda, solo era una broma.
Cuando paró para dejarme tomar aire puso su mirada en la mía y sus ojos rojos me alertaron un poco.
Vi como tenia una batalla con sigo mismo antes de besarme de nuevo, más tranquilo.
Empecé a moverme un poco intentado dar la fricción necesaria y sentir el placer de hace unos minutos.
Cuando sentí su mano de nuevo sobre nuestros penes gemi, acercando mi cuerpo más al de él.
Dios. Por un momento sentí como si hubiese llegado al maldito cielo. En el mismo momento que Derek me mordía el cuello mientras dejaba salir a par conmigo su orgasmo.
–Mierda, deberíamos hacer esto más de seguido.
Estaba algo cansado y sin aliento como para responderle.
–Y-ya...–. Intenté decir–. Hay que i-irnos.
Al llegar, y luego de la incómoda interrogación que me hizo Eli, empezamos a preparar todo.
–Bueno–. Empezó ella–. Con el hilo rojo y las velas haremos un circulo, nos metemos en él yo invoco a los demonios que deba invocar con esas pociones y hiervas raras, diré las palabras mágicas y ya está, ellos nos dan sus objetos y nosotros sellamos el trato con una muestra física.
–¿Y para qué era el pan?
–Tenia hambre.
–¿Esto se cuenta como si nos casáramos?–. Preguntó pícaro el idiota orejudo.
–Pues sí, hay un lazo formado entre ustedes después de todo esto...
Eli le hecho un vistazo al pergamino y sonrió como la loba-bruja macabra y sádica que es.
–Aquí dice que deben cerrar los ojos–. Ella le hizo un gestó a Derek para que se acercara y mientras él leía también los pergaminos ella le dijo algo al oído que lo hizo reír un poco y mirarme con una sonrisa, obviamente, poniéndome nervioso.
–¿D-de qué tipo de lazo hablas?
–Se los explicaré después. Comencemos.
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