"-Memorias de una soledad compartida. Parte 1"

Después del día aquel, donde prometimos a los lobos nuestra lealtad, Kai y Dein no nos dejan ni un minuto solos, ahora siempre me acompañan a visitarlos y entablaron una clase de amistad con los ellos, claro, Derek sigue sin soportar que Dein se me acerque y de igual manera él y yo no permitimos que Kai se encariñe mucho de Ben y viceversa; Eli no trata bien a Dein pero él igual la sigue como perro faldero y así convivimos.

–Hey–. Llamó Kai al tener la fogata prendida y la comida lista.

Hoy decidimos quedarnos con los lobos a ver las estrellas y, según Dein, conocernos mejor o algo así.

-¿Sabes Ian?–. Empezó a hablar Dein–. Aún recuerdo el primer día que te vi en esas habitaciones, tenias tanta rabia y furia que al primero que te dirigió la palabra para molestarte termino en el piso con la nariz sangrando ¡Y eso que tú tenías un pie dislocado!

–Si–. Le siguió Kai–, además que unos meses después corría un rumor de que eras un mitad lobo por todas las veces que los habías defendido. Pero entonces el rumor desapareció de un día para el otro.

–Yo creo que Ian golpeo a unos cuantos idiotas para que se callaran con esas tonterías–. Sentenció por último Dein.

–No está muy lejos de la realidad–. Reí al recordar lo mucho que me dolió el brazo luego de golpear a un grandulón con éste. Y es que, ese día me habían jodido demasiado con aquello de ser un hombre lobo.

–Y también me acuerdo cuando te comencé a hablar, eras muy lindo, no sé como llegaste a crecer tanto.

Rodé los ojos.

Tres años de muchos recuerdos, no tan malos, pero nunca buenos.

–Yo recuerdo algo–. Dijo Eli burlona–. Todas las veces que Derek se escapaba para saber como estabas, aunque no te podía ver sabía hasta cuando ibas al baño.

La loba se empezó a reír fuerte al ver un poco rojo al orejudo.

–¿En serio?-. Preguntó Ben-. Vaya, que acosador.

–Los viejos hábitos se arraigan-. Susurré burlón.

Derek sólo sonrió ante nuestros comentarios y siguió comiendo.

–Aunque... Ian no era muy diferente–. Voltee a ver a Dein esperando que no dijera algo estúpido.

–Cada vez que hablaban sobre la muerte de un lobo era el primero en enterarse de cada detalle, o si había algún reporte de lobos fugitivos. Era gracioso porqué era en lo único en lo que se interesaba.

Esta vez fue mi turno de girar la cara avergonzado.

–¿Preocupado lindura?

–Al menos no más que tú, orejudo.

Dijimos comenzando una guerra de miradas parando solo al momento de oír como Eli tosía.

-Pero, aún tan lejano y serio siempre te veías muy triste.

Dirigí mi vista al rostro serio de Kai, mirando un punto sin importancia mientras recordaba.

-Era lindo verte mostrando alguna emisión porque de lo contrario era aterrador pensar en todo lo que habías hecho para terminar ahí metido. Solo.

Esa ultima palabra me dejó helado, no sabia muy bien como responder y menos cuando sabia que era verdad.

-Se acaba la leña, vamos por más.

Derek tomó mi mano sacandome de los pensamientos deprimentes del momento.

-Vamos-. Afirme levantándome y empezando a caminar junto a él.