"-Nos volveremos a ver, Orejudo"

-Idiota–. Le di un pequeño golpe en el brazo por avergonzarme mientras el reía sonoramente.

Estábamos regresando a la aldea, o eso intentábamos puesto que Derek siempre nos hacia perder a propósito, ya habíamos visitado a sus padres y por suerte nos recibieron con mucho amor y al parecer me "aceptaron" como parte de su manada y esperaban verme de nuevo. Me divertí mucho pero no nos quedamos mucho, unas dos semanas creo.

Derek giró su cara un segundo para verme, nuestras miradas se cruzaron en ese solo segundo, él me sonrió con ternura y se acerco para darme un rápido beso, aparte mi mirada nervioso y apenado. Idiota, me hace sentir estas sensaciones raras, volvió a empezar a reír de forma tierna.

De repente paro de reír y se puso en guardia. Se escuchó como una rama se partía a lo lejos al mismo tiempo que Derek se convertía en el lobo feroz con sus orejas atrás indicando el peligro.

-Subete rápido–. Ordenó y lo hice al instante algo asustado.

Unos pasos venían a nosotros y Derek empezó a correr desesperado, más pasos se escuchaban acercándose. Lo abrace fuerte del cuello antes de que cayéramos al piso, él cayo sobre mi pierna y retuve un grito, creo que estaba rota, vi al lobo a mi lado y me di cuenta porqué nos caímos, Derek estaba atrapado en una trampa rastrera. Lo ayude a liberarse pero se hirió tanto que ya no podía sostenerse en pie, yo igual estaba herido pero debía ingeniar una forma de salir de ahí y escapar de quien nos perseguía.

Tome a Derek y lo lleve casi a rastras a una cueva un poco escondida, me quité mi caperuza y le cubrí la herida con esta lo mejor que pude.

-Te he dicho lo lindo que eres sin la caperuza–. Preguntó, él seguía como lobo.

-Si, y también con ella, pero no es momento para eso, idiota–. Vi mi pierna y no estaba rota, solo dolía mucho, tal vez un esguince.

-¿Te duele?–. Miro mi pierna.

-No, tranquilo–. Le Sonreí.

-No me voy a tragar esa sonrisa torcida, si te duele.

Oí de nuevo los pasos cerca y me acerque a Derek abrazándolo con fuerza. Su corazón también estaba agitado.

-Tranquilo–. Susurre y de improviso unas manos me halaron y sacaron de la pequeña cueva de poca profundidad.

-Intentabas escapar ¿no?–. Era un cazador de la aldea de los padres de Derek.

De qué hablaban ¿Escapar? ¿De qué?

Derek se abalanzó sobre uno de los cazadores y con vos ronca les grito.

-Sueltalo, ahora.

El cazador me soltó y tomo una ballesta apuntando al orejudo.

-¡Alto ahí!–. Grito un hombre de entre los arboles–. Esté chico no está escapando, él aun no es un cazador, sueltenlo–. Estos resignados obedecieron y el hombre se me acerco tomandome de los hombros a lo que Derek gruño–. Veo que tienes linaje de cazador, ¿Cómo te llamas, hijo?

Mire al suelo y pensé en no decirle pero el hombre parecía bueno.

-Ian–. Solté sin verlo–. Ian Gunn.

-¿Gunn? ¿Acaso eres hijo de Veils Gunn?

-S-si, señor.

-Creo que ya tienes dieciséis años, ¿cierto?

-S-si, señor–. Este tipo me pone nervioso, es algo tétrico.

-Bueno–. Me dedico una sonrisa –. Llevenselo y devuelvan a la aldea a el lobo.

-¿¡Qué!?–. Grité.

Tomaron a Derek y lo ataron, grite y lloriquee, no quería que me separaran de él, no ahora, no así.

Lo vi a los ojos una ultima vez con la vista nublada por las lágrimas.

-Hasta pronto, caperucita–. Dijo por ultimo Derek y se lo llevaron alejándolo de mí.

No sé como ni cuando pero te volveré a ver orejudo, te lo prometo.

~•~

Han sido dos años, once meses y veintinueve días desde que me trajeron aquí, desde que me separaron de él, desde que le di mi promesa; han sido los mil ochenta días más largos de mi vida. En ese tiempo me entrenaron con dureza, me golpearon, se burlaron de mí, hice enemigos y uno que otro amigo -si les puedo decir así-, pero nada de eso me ha importado en lo más mínimo. En lo unico que he pensado éstas veinticinco mil novecientas veinte horas es en Derek, me molesta ser cursi en mi propia cabeza pensando tanto en él, pero si no me concentro en eso puedo terminar como muchos otros, escapando del sufrimiento diario de estar aquí matándome y ya había sufrido lo suficiente como para rendirme ahora.

Hoy era el ultimo día, mañana saldríamos a controlar a los lobos y si era necesario en casos... Matarlos, para eso nos entrenaron, pero era más que obvio que seria un rebelde y dejaría en paz a los híbridos.

Aquí todos odiaban a todos y a todo, y yo no era la excepción, era como una cárcel, había guardias por todos lados, pero no para cuidar al que estaría en problemas, solo estaban ahí sin hacer mayor cosa, los que querían escapar los cazaban y los mataban en los mejores casos, a otros los perseguían y al tenerlos de nuevo los torturaban y les lavaban el cerebro para que fueran fieles al Gran Cazador. Un hombre desalmado y misterioso, que yo, en lo personal, nunca he visto, pero dicen que lo conoceremos mañana, pero ah cierto, no me importa.

Al siguiente día en la despedida y graduación de "los próximos grandes cazadores" yo estaba concentrado en pensar cómo me saldré del grupo a escondidas para ir a ver a Derek.

Un pequeño sonido me alerto, al parecer yo era el unico que lo oyó. Yo estaba al final de la formación, literalmente, estaba en la esquina izquierda y nadie me ponía atención. Al momento que me estaba preparando para escapar alguien me tomó de atrás y me evito el poder gritar colocando su mamo en mi boca. Al voltear me encontré con... Con...

–Hola, lindura.

N/A:

Hola de nuevo xd

Esta devuelta x quien lloraban, chiquitas v;

Okno :v

Bueno no c que decir, gracias por leer y bla, bla, bla.

Adiós pequeños escritores y grandes lectores.

Atte: HF2