Origen
Había una vez un ser de piel alba y pelo negro que vivía solo en lo profundo del bosque. Todas las criaturas lo evitaban e ignoraban, pues le temían a él y su poder.
Era un ser muy poderoso, tanto así que su poder era solo superado por una cosa...
… su soledad.
El dolor lo invadía siempre que salía al bosque y veía los grupos de criatura de la misma especie reunidos juntos, compartiendo entre sí sus penas y alegrías. Los veía crecer y vivir juntos hasta el día de su muerte, pero incluso en ese momento estaban acompañados. Sin embargo, él en su infinito poder no tenía a nadie.
Se dedicó a viajar por el mundo en busca de alguien como él o al menos alguien que lo aceptará y no le temiera. En su viaje encontró muchos lugares, curiosos y variopinto, conoció toda clase de culturas y costumbres, adquirido, todo tipo de conocimientos, se hizo sabio y conocedor de todo a su alrededor.
Aprendió sobre el sol y sobre el cambio de las estaciones, sobre la luna y sus fases, el movimiento de las mareas en el ancho y vasto mar. Sobre la flora y la fauna, nombró especies de animales que nadie había visto antes, pero, seguía sólo.
Cientos de años duró su búsqueda y aún permaneció en completa soledad. Habiendo recorrido el mundo sin éxito en su propósito, decidió terminar su viaje y asentarse en un solo lugar. Allí, en el centro de un espeso y frondoso bosque construyó su casa la cual fue llenando de libros sobre todos los temas y materias habidos y por haber, pronto se dio cuenta de que los conocimientos que iba adquiriendo se podían unir a sus poderes natos y crear grandes cosas fue, así como se convirtió en un gran y poderoso hechicero.
Y con sus nuevas habilidades llegó a conocer los principios básicos de la vida y su ciclo.
Entendió lo que era nacer y como nacían las criaturas de todas las especies, también entendió que todas las criaturas tarde o temprano, morían.
Qué tan rápido morirían dependía de la especie.
Por un lado están las pequeñas moscas que vivían un máximo de siete días y por el otro estaban esos que se llamaban así mismos humanos que lograban vivir hasta setenta años, incluso más; aunque su proceso de desarrollo era lento.
El ser llegó a sentir fascinación por estos humanos, a pesar de carecer de poder o habilidades extraordinarias como la suya, tenían algo que el anhelaba…
… la compañía de otros de su misma especie.
Motivado por la curiosidad el ser comenzó a relacionarse más y más con los humanos. Llegó hacerce conocido entre ellos, pues acudían a él en busca de ayuda y consejos.
Solía instruir a los más jóvenes en diferentes áreas y disciplina; era en estos momentos, rodeado de estudiantes, cuando menos solo se sentía, pues aunque no eran de la misma especie al menos compartían aficiones similares, pero siempre sucedía lo mismo, un ciclo que se repetía una y otra vez: llegados a un punto sus alumnos se casaban y formaban una familia dejando atrás sus elecciones para concentrarse en esa nueva etapa de sus vidas para tener hijos y atenderlos; hijos que en algún momento se convertirían en sus nuevos alumnos iniciando una nueva vez el ciclo.
Se sentía frustrado, harto de su soledad y de no encontrar una respuesta a las preguntas que tenía sobre su origen. Había aprendido que las cosas no llegan de la nada, todo tiene un origen, un evento que da inicio a una cadena de más eventos. Sin embargo, él seguía sin encontrar el evento que dio origen a su existencia.
…
Unos brazos rodearon su cuello repentinamente sobresaltando a Ezra que leía muy concentrado el libro en sus manos.
"Ovejita, ya es tarde" habló Khai en su oído con voz ronca pues acababa de despertar. "No todas las noches puedo dormir en casa, me gustaría que sí estoy aquí duermas conmigo en lugar de quedarte leyendo durante toda la noche" reclamó Khai. El rubio colocó un marcapáginas dentro del libro y lo cerró.
"Khai, tengo que estudiar para poder enseñar a los niños de la escuela" explicó Ezra colocando sus manos a ambos lados de la cara del lobo frente a él.
Khai suspiró resignado. Desde que Ezra habló con el concejo de la Villa sus momentos juntos disminuyeron considerablemente y, aunque se alegraba de que Ezra quisiera involucrarse en las actividades de la comunidad y contribuir, el no poder tenerlo para sí mismo cuando quisiera lo estaba fastidiando sobremanera. Aunque debía admitir que ver como su dulce chico se dirigió a su padre fue como ver a un corderito enfrentarse al carnicero; no se le pasó desapercibido el nerviosismo del rubio mientras esperaba su turno para hablar con los del Consejo.
Hace unos días...
"Vamos Ezra, tú puedes", se decía el rubio Así mismo frente al espejo. Hoy sería el día en que hablaría con el consejo para pedir un puesto como maestro.
Se vistió con su mejor atuendo y arregló su cabello; se aseguró de que Khai no hubiera dejado marcas en lugares visibles que lo fueran a hacer sentir avergonzado y, por supuesto llevaba su capa roja y el broche que Khai le regaló.
Al llegar al salón comunal, se encontró con varias personas que se encontraban allí con propósitos similares a los suyos, se sentó y esperó su turno. Los nervios solo carcomían y lo ponían ansioso sin contar qué el sentirse observado lo ponía aún más nervioso.
Luego de lo que parecieron horas, por fin llegó su turno, se puso de pie y se dirigió al frente de la sala, las manos le sudaban y podía sentir incluso un ligero temblor.
"Buen día señores del Consejo. Mi nombre es Ezra y me gustaría…" fue interrumpido en mitad de su presentación, alterando aún más sus nervios.
No fue una palabra lo que lo interrumpió, no sino más bien un jadeo de sorpresa por parte de las personas sentadas en la gran mesa frente al rubio, todos hombres de mediana edad de los cuales solo pudo reconocer al padre de Khai por su gran parecido y porque era quién presidía el consejo.
"¿Qué haces aquí?", preguntó el padre de Khai con voz aguda.
"Me gustaría soli…"
"¿Sabe Khai sobre esto?" volvió a preguntar sin permitirle terminar la frase anterior.
"No", respondió con firmeza, una que no sentía en absoluto, pero se obligó a controlar sus nervios. "Lo que vine a solicitar no tiene nada que ver con él. Cómo les decía…"
"¿Cómo es eso de que no tiene nada que ver con Khai? ¿Acaso no eres su pareja? ¿O es que viniste a solicitar la disolución de esa unión?" preguntó el padre de Khai, poniendo toda su atención en el chico que le hablaba. Aún así un movimiento en la periferia de su vista llamó su atención, haciéndolo desviar sus ojos momentáneamente pudiendo de esta forma ver la expresión para nada feliz de su hijo a quien dio una dura mirada, advirtiéndole silenciosamente quedarse oculto.
Seguidamente cruzó los dedos de sus manos frente a su boca simulando un gesto serio, poniendo aún más nervioso al rubio delante de él.
Khai por su lado le daba vueltas a los acontecimientos recientes entre el y Ezra, tratando de encontrar algún signo de que el chico no estuviera feliz, las preguntas de su padre hicieron temblar todo su mundo, pensando que tal vez haya pasado algo desaparecido y que eso supusiera el fin de su compromiso, lo cual ciertamente no haría feliz a su padre y traería muchos problemas para él Khai.
Sin embargo…
"¿¡Qué!? ¡No! No quiero disolver nada" respondió precipitadamente Ezra, devolviéndole la tranquilidad momentáneamente perdida a Khai. "Lo que quiero es solicitar un puesto como maestro asistente. Hablé con…"
"¿Por qué quieres solicitar un trabajo? ¿Khai no probé todas tus necesidades? ¿O es que no te es suficiente con las comodidades que puede darte y por ello…?", en esta ocasión fue otro de los miembros quién habló, sin embargo Ezra no le permitió completar sus, para nada disimuladas, preguntas mal intencionadas.
"Con todo respeto señor, no se trata de eso. Además, no es que sea de su incumbencia." Khai sonrió satisfecho al escuchar a su dulce ovejita defenderse. Le encantaba cuando Ezra mostraba esta actitud fuerte y decidida. Lo hacía ver aún más adorable.
Ezra por su parte enrojeció, sus nervios se convirtieron en irritación e ira ante las insinuaciones del desconocido. "Es mi intención hacer algo útil y de provecho para la comunidad, hasta ahora nadie me ha explicado bien el funcionamiento de la villa, pero por lo que he podido observar todos desempeñan un rol y contribuyen a dicho funcionamiento y, ya que este será mi nuevo hogar, quiero hacer mi parte también".
Luego de esto, Ezra explicó a detalle sus conocimientos y aptitudes que lo hacían elegible para el puesto y también mencionó el hecho de que la señorita Prym definitivamente necesitaba ayuda. Tras su presentación los miembros del consejo simplemente aceptaron su solicitud, aunque no pasó desapercibido para Khai que no todos estaban felices ni de acuerdo, pero lidiaría con ese asunto más tarde. Por el momento se alegró de que Ezra mostrará interés en contribuir a la comunidad, eso significaba que planeaba quedarse en la Villa junto a él… para siempre.
…
Una vez instalados en la cama y estando entre los brazos de Khai, Ezra tomó una profunda respiración, pues tenía otra solicitud que hacer.
"khai…"
"Sí, ovejita" respondió el aludido estrechando el delgado cuerpo más cerca de sí mismo.
"Quiero entrenar y aprender a pelear'' dijo en voz baja.
"¿¡Qué!?" la voz de Khai era casi un grito aterrorizado. ¿Por qué quieres entrenar? ¿Pasó algo?" Khai inmediatamente pensó en Nickol.
"No, no pasó nada. Es que he visto que los niños de la escuela reciben entrenamiento desde pequeños aunque no todos se unen a los equipos de patrullaje, además quisiera tener un poco más de músculos y no ser tan flacucho…" Khai hizo callar a Ezra con un beso, no quería continuar con esa conversación, no quería que Ezra entrenara y mucho menos que ganara peso o masa muscular.
Le gustaba la suavidad y delicadeza de su cuerpo la cual desaparecería si comenzaba a ejercitarse.
Ezra al principio luchó contra el beso, pero era una batalla perdida, Khai sabía dónde tocarlo para hacerle perder el hilo de sus pensamientos.
Khai se deleitó en su suave piel y las delicadas curvas de su figura notando, no por primera vez las diferencias entre el cuerpo de Ezra y el de Nickol, quién a pesar de ser mujer no era delicada ni suave. En algún momento pensó que eso le gustaba de ella, pero luego llegó Ezra y todo cambió.
Sobre mí cadáver dejaré que mi dulce ovejita se vuelva musculoso y pierda su delicada figura, pensaba Khai mientras entraba en Ezra con excesiva rudeza haciéndolo gritar.
"Khai, no tan fuerte…" pidió el rubio, pero su protesta fue acallada por otro beso mientras Khai continuó embistiendo y masturbando a Ezra al ritmo de su cadera hasta que ambos llegaron al clímax cayendo rendidos en los brazos del otro hasta el amanecer del día siguiente.
Hola 👋🏻
¿Cómo están? ¿Me extrañaron? 😁
¿Qué les pareció esta primera padre respecto al origen de la marca de nacimiento de Ezra?
¿Qué preguntas les surgen? Díganme las para saber si quedó todo claro.
Trataré de no tardar tanto en volver a actualizar, pero no prometo nada 😝
Bueno, dicho esto me despido, nos vemos en una semana o un mes 🤔🤷🏻♀️
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༺Luz Rivas༻
September 5, 2021
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