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Juntos

“Bésame”, repitió hablando sin desunir sus labios, delgados dedos se enredaban en el negro y luminoso cabello de Khai. Le tomó un momento reaccionar, nos esperaba que esta ovejita fuera tan audaz de tomar la iniciativa, pero por supuesto que no desaprovecharía la oportunidad.

Empujó el cuerpo de Ezra hasta tenerlo tumbado sobre el colchón. Su rostro enrojecido, la respiración agitada y una mirada llena de anhelo.

Khai nunca ha sido conocido por tener mucho autocontrol, así que ante esta visión y la petición de Ezra es poco lo que puede o quiere hacer por detenerse. Embriagado de lujuria se abalanza sobre el delgado chico besando y acariciando todo el cuerpo de Ezra sin restricción alguna.

“Aaah… Mmm…” gemía Ezra con cada toque y beso. Se sentía derretir bajo el calor del cuerpo que tenía encima. Todo ocurría bastante rápido, tanto que no supo exactamente cuando quedaron completamente desnudos.

Una vocecita tímida y le susurraba a Ezra que debía parar, cubrir su cuerpo y sentir vergüenza, pero el deseo y la lujuria eran más fuertes.

Khai por su lado disfrutaba de los receptivo que Ezra era, cada suspiro y gemido, lo volvían locos de deseo. Recorrió con sus labios todo el camino desde el cuello hasta la cintura de Ezra tomando su rigidez en sus manos, acariciando de arriba hacia abajo con una mientras que sus dedos se encargaban de preparar su entrada para lo que venía.

Ezra no tuvo tiempo de procesar todo lo que Khai hacía, su cabeza estaba nublada por la neblina del deseo.

“Mmm… Aaah… Uuh…” sonidos sin significado alguno salían de Ezra mientras era penetrado por los dedos de Khai y alcanzaba el orgasmo por primera vez en su vida derramando líquido caliente y blanquecino sobre su estómago; enrojeció de vergüenza. Toda la experiencia había sido más que maravillosa; su cuerpo se sentía cuál fideo pasado por agua.

Khai no perdió el tiempo y rápidamente le dio la vuelta al cuerpo de Ezra para tenerlo de espaldas. Recorrió con su mano la extensión de la espina dorsal del chico antes de acercarse y depositar un beso en la marca de nacimiento, similar a la suya propia, que Ezra tenía en su  omóplato izquierdo.

Sin ceremonia alguna separó las nalgas del rubio, depósito un húmedo beso en la estrecha entrada, provocando cosquillas a Ezra, antes de colocarse en posición para hundirse en la tierna carne de su dulce chico.

“¡Aaah!” gritó Ezra ante tal intrusión. Khai se quedó inmóvil, dándole tiempo a que se acostumbrara, le costaba respirar y aún más difícil era no embestirlo rápido y profundamente, sus manos apretaban las caderas de Ezra mientras esperaba.

“Me moveré”, avisa Khai; Ezra enterró la cara entre la almohada y asintió, el dolor se mezclaba con un millón de otras sensaciones haciéndole difícil pensar. “Grrr” gruñó Khai al empezar a moverse, las contracciones de su dulce chico alrededor de su miembro le hacían querer aumentar la rapidez, los gemidos de Ezra tampoco ayudaba.

“Hmm… Aaah… Huuu” gritaba Ezra con cada embestida. Khai levantó más las caderas de Ezra para tener acceso a su erección, la cual tomó otra vez y comenzó a estimular al chico al ritmo de sus embestidas.

“Humm…” Khai disfrutaba como nunca antes, tanto que no tardó mucho en llegar al clímax, llevando a Ezra con él.

Ambos terminaron exhaustos sobre el colchón, Ezra rápidamente fue ubicado entre de los brazos de Khai. Una linda y avergonzada sonrisa en su rostro mientras sentía el retumbar del corazón de Khai en su espalda.


“¿Más…?”


2 días después...

El delgado cuerpo de cierto chico yace sobre una cama rodeado de un revoltijo de sábanas que cubren su desnudez y las marcas que evidencian lo que ha estado sucediendo en esa cama durante los últimos dos días.

Tanto Khai como Ezra han evitado el exterior prefiriendo quedarse dentro del dormitorio disfrutando del cuerpo del otro incontables veces.

“Ezra…” susurra, Khai en el oído del rubio que se retuerce y cierra los ojos negándole el paso a la luz pues no quiere despertar. “Ovejita despierta, me tengo que ir” informa a su dulce chico pues luego de dos días encerrado en su cabaña debe reportarse con su padre y encargarse de algunos asuntos.

“¿Ovejita?” murmura Ezra confundido. “¿Por qué me llamas así, Khai?”

“Porque eres lindo y esponjoso como una ovejita antes de que le quiten su lana, además tienes una cara con expresión adorable ahora mismo” informa Khai, haciendo que Ezra se sonroje, nunca pensó que Khai le diría palabras dulces.

“Pero tú eres más como un lobo”, dijo el chico. “Y los lobos se comen a las ovejas” concluyó. Khai sonrío pícaramente y dejando entrever sus colmillos paseo su mirada por el cuerpo marcado de Ezra. “¡Khai!”gritó en reprimenda. “No seas tan descarado. Además, ¿qué pasa cuando un lobo está completamente saciado? ¿Qué pasa si te aburres de mí?” preguntó con temor Erza, sus ojos miraban sus manos, la cabeza agachada.

“Mmm…, no sé y nunca lo sabré” dijo con seguridad Khai. Tomó la barbilla de Ezra y levantó su rostro hasta que sus ojos se encontraron. “Nunca estaré saciado de ti” dijo antes de besarlo lenta y calmadamente. “Me voy antes de que me seduzcas otra vez” comenta divertido. “¡Ouch!”, fingió quejarse del golpe que Ezra le acaba de dar.

“Te lo mereces por descarado y cínico. Yo no te estoy seduciendo, loco” comentó Ezra tratando de ocultar su vergüenza con falso enojo.

“Ha, Ha, Ha” río Khai al ver el gesto enfurruñado de Ezra quién intentaba verse enojado y feroz pero era simplemente adorable.

Khai se despidió de su dulce chico prometiendo que regresaría lo antes posible. Su sonrisa desapareció en cuanto salió de su cabaña para encontrarse con su habitual grupo de amigos y compañeros que patrulla. El grupo estaba formado por jóvenes entre 17 y 25 años, los más fuertes y hábiles de la villa, quiénes eran los encargados de patrullar las cercanías del pueblo y hacerse cargo de inconvenientes menores entre los diferentes grupos y familias mientras los mayores atendian asuntos más serios.

Al llegar fue recibido entre vítores y silbidos de sus amigos pues sabían la razón por la que su líder estuvo encerrado en su cabaña.

Las marcas en su cuello no dejaban lugar a dudas.

Aunque sus amigos hacen comentarios en tono alegre y para nada decorosos había alguien en el grupo que no estaba feliz ante este hecho.

Khai miró a Nickol con severidad, sabe muy bien que ella habló con su dulce chico y, lo que sea que haya dicho, provocó lágrimas a Ezra. Por el momento tenía más cosas urgentes que atender, pero en cuanto se ocupara se eso hablaría con ella.

“¿Qué sabemos? ¿Han hecho algún movimiento? preguntó Khai a trébol, la mejor rastreadora del grupo.

“Se mantienen fuera de los límites, pero aún así demasiado cerca. Aunque siguen sus actividades normales es sospechoso que su acercamiento haya sucedido justo cuando tu dulce chico…” La mirada en el rostro de Khai histo que la chica callara abrupta mente. Se aclaró la garganta antes de continuar. “… justo cuando Ezra fue traído la aldea.”

“Bien. Formen grupos y hágamos un reconocimiento del perímetro, sé que algo trama. Nickol tú y Tegan se quedan en el pueblo vigilando a Ezra.”

“¿¡Qué!?” ¿Por qué tengo que quedarme haciendo de niñera?” Se quejó Nickol no contenta con esta asignación. Desde la llegada del chico ella había sido relegada a tareas de vigilancia, lo cual no le era agradable.

“Te diré porque” respondió Khai clavando su mirada en la la mujer. “Porque yo lo digo. Si tienes alguna queja, puedes ir y presentarla al consejo, pero asegúrate de tener todos tus asuntos en orden pues también me encargaré de informar sobre tus acciones cuando crees que nadie ve, además de tus dudosas amistades, ya me dirás cómo te va con eso. Y ni pienses que dejaré pasar por alto tu conversación con Erza, a la próxima que te acerques a él para envenenar su mente con tus palabras mal intencionadas, ten por seguro que te arrepentirás.”

Todos permanecieron en silencio mientras completaban sus asignaciones antes de partir a sus rondas tu patrullero, todos excepto Nickol quién se dirigió a la cabaña de Khai para cuidar y mantener un ojo en el chico.

Khai sabía que dejar a Nickol cerca de su ovejita tal vez no fuera la mejor idea, Pero sin importar que ahora no estaban en buenos términos, había un hecho innegable: Nickol era la mejor, después de él, y sólo sabiendo que ella estaría cerca en caso de alguna eventualidad, podía partir a cumplir con sus responsabilidades.

No importa que tan resentida o despechada esté Nickol, Khai la conoce de toda la vida y sabe con certeza que ella no pondría en peligro ni traucionaria a su familia ni a la manada.


🐑 🐑 🐑

El almuerzo fue entregado a la puerta de la casa a la hora justa. Ezra comió ávidamente pues moría de hambre.

Al terminar se dedicó a la limpieza y organización de la casa. Luego de dos días de no dejar la cama más que para darse un baño, la casa se había convertido en un auténtico desastre de sábanas sucias, ropa tirada por todas partes y una montaña de platos sin lavar. Hizo cuánto le permitió su dolorido cuerpo.


Toc toc toc…

Alguien llamaba a la puerta,  Ezra se acercó para preguntar de quién se trataba.

“¿Quién es?”

“Buenas tardes señorito Ezra” contestó una voz cantarina al otro lado de la puerta. “Nos envió el señor Khai para hacer la limpieza, ¿podemos pasar? Ezra se miró a sí mismo, llevaba una simple camiseta de mangas cortas que, al ser de Khai, le llegaba a la mitad del muslo y nada más.

“Un momento, por favor”, dijo apresurándose al cuarto en busca de algo más decente que usar y que, por sobre todo,  cubriera las marcas dejadas por Khai en su cuerpo.

Al cabo de unos minutos abrió la puerta dando entrada a un par de jovencitas que deberían tener más o menos su edad y que eran gemelas idénticas.

“Venimos a limpiar…” comentó la de pelo largo. Aunque no terminó la frase.

“Veo que usted ya se encargó”, comentó la gemela de cabello corto.

“Bueno… si. No sabía que Khai enviaría a alguien, además me gusta hacerlo” dijo con una sonrisa. “¿Cuál es su nombre?” preguntó.

“Yo soy June…” dijo la gemela de cabello largo antes de señalar a su hermana. “… y ella es Jennifer. Trabajamos para la familia del señor Khai y nos ordenaron venir a… bueno, a ayudarlo.”

“Oooh…” dijo asombrado. Se imaginaba que Khai y su familia eran importantes, pero no pensaba que tanto. Se dio cuenta de que ambas chicas cargaban con canastas llenas de artículos de limpieza. Se hizo a un lado y las dejo hacerse cargo de lo que faltaba por limpiar.



“Señorito, y ya casi hemos terminado, nos llevaremos las sábanas y toda la ropa sucia para que sea lavada en la casa grande. También trajimos algunas sales minerales para usted, ¿quiere que le preparemos un baño caliente? Sería de gran alivio en caso de que le duelan ciertas partes del cuerpo…”

“¡June!” la reprendió su gemela por su imprudencia. “Disculpela señorito Ezra, no quiso ser entrometida ni insinuar nada, por favor, no le diga al señor Khai sobre esto, le juro que no volverá a pasar” se disculpó Jennifer. Para Ezra no pasó desapercibido el miedo en su voz.

“Espera, ¿qué?” dijo sorprendido. “No tiene que disculparse, supongo que es muy obvio, ¿verdad?”

“La verdad es que sí” dijo Jennifer apenada.

“¡Por favor! Todos en el pueblo saben lo que han de haber estado haciendo ustedes aquí encerrados durante dos díassemanas seguidos y la forma en que te mueves lo deja más que claro” comentó June con descarada diversión.

“¿En serio? ¿Todo el pueblo lo sabe? pregunta Ezra enrojeciendo ante este hecho y planeando en su interior no poner un pie fuera de la cabaña nunca más.

“Maldición June, mira lo que has hecho nos vas a meter en un problema por estar hablando de más” volvió Jennifer a regañar a su hermana al ver la expresión atormentada en el rostro del chico.

“Déjala” pidió Ezra a pesar de su vergüenza. Era agradable poder hablar con alguien que al parecer no temia decir las cosas tal cual las pensaba. “Cuando terminen aquí, ¿tienen otras tareas que hacer? inquirió esperanzado.

“Bueno… sí, tenemos que… comenzó Jennifer, pero su hermana la calló.

“Pero podemos decir que te sientes mal y que nos pediste quedarnos contigo, si eso es lo que quieres” June se ganó un silencio una silenciosa reprimenda de parte de su hermana, pero no le importó, era una oportunidad que no podía desaprovechar tendría una tarde libre.

“Sí, me gustaría” contestó Ezra

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༺Luz Rivas༻
25 June, 2021

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