Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Encierro

Ezra no lleva la cuenta del tiempo que ha transcurrido.

¿Cómo podría?

Desde aquel fatídico día ha estado encerrado en esa habitación sin ventanas, iluminada por lámparas en el techo.

Dormía la mayor parte del tiempo, no porque estuviera cansado, sino porque caía en un sueño profundo luego de llorar sin parar.

Lloraba por su abuela muerta, por su madre, que para este momento debió descubrir el cuerpo de su abuela y su desaparición.

Debe de estar muy triste y angustiada, pensó con tristeza.

Y lloraba por la situación en la que se encontraba.

Soy un prisionero... ¿Un esclavo?

Toc... Toc...

El sonido la puerta lo saca de su ensimismamiento. Asustado se retira a la esquina más alejada de la cama, cubriéndose con las sábanas, como si ese pedazo de tela pudiera protegerlo.

En la puerta se encuentra Khai, una bandeja con comida en sus manos.

“Te he traído comida, ven a la mesa”, ordenó.

Ezra llevó sus piernas hasta la altura de su cara y las abrazó mientras descansaba su rostro en sus rodillas.

Ignoró a Khai.

Khai dejó caer la bandeja con violencia sobre la mesa, sorprendiendo al asustadizo chico.

“Llevas días sin comer, ¿pretendes matarte de hambre? ¿O es que no te agrada nada de lo que te he traído?” Khai estaba más que frustrado con la actitud de Ezra.

“¿Qué? ¿Ahora me dirás que estás preocupado por mí?” Respondió el joven con amargura. No podía siquiera imaginar las intenciones de Khai. Pero estaba seguro de que algo planeaba.

Eso o…

Sus pensamientos se interrumpieron con el suspiro de Khai, que se acercó a la cama. Su rostro tan hermoso como la primera vez que los ojos de Ezra se posaron en él, pero a diferencia de aquella ocasión, los signos de agotamiento eran visibles en el…

¿No estaba descansando bien? ¿Por qué?

“Estás siendo muy mal agradecido. Supongo que todos los de tu clase son iguales después de todo”.

“¿Mal agradecido? ¡Mataste a mi abuela, soy tu prisionero! Dime exactamente, ¿qué es lo que debería agradecer?” Ezra estaba notablemente alterado. El dolor, la tristeza e impotencia de los últimos días le hacían difícil controlar sus emociones y palabras.

“Primero, no maté a tu abuela. Segundo, te salvé de un destino peor que el de esa anciana y no eres prisionero. Puedes salir cuando quieras y a donde quieras, siempre que te mantengas dentro de los límites de nuestro territorio. No te aconsejo salir ya que otros grupos podrían atacarte y estarían en su derecho. Pero te dejo que decidas tú mismo. Tercero, esa anciana por la que tan triste estás, ¿qué tanto la conocías?”

Las declaraciones de Khai no tenían sentido para el chico.

¿Me salvó? ¿De quién? ¿Qué o quiénes? ¿Qué puede ser peor que morir destripador? Más importante, ¿por qué preguntaba qué tanto conocía a su abuela?

Todas esas preguntas rodaron la cabeza del chico.

“Esa anciana era mi abuela, era dulce y muy buena, se mudó al bosque al casarse con mi abuelo y tuvieron a mi madre, mi abuelo murió en un accidente de caza”, fue en ese momento que se dio cuenta de que realmente no sabía mucho sobre el pasado de su abuela, de la niñez de su madre, mucho menos sobre lo que había pasado con su abuelo…

Una mirada a Khai le hizo saber que el lobo sabía más que él mismo sobre su familia.

“Hágamos algo”, propuso Khai. “Te daré un dato sobre el pasado de tu familia por cada bocado de comida que tomes, ¿de acuerdo?” Ezra se mantuvo en su lugar, no quería aceptar la oferta, pero su estómago respondió por él.

Al escuchar el gruñido del hambriento estómago de Ezra, Khai sonrió. Tomó la bandeja y se sentó en la orilla de la cama.

“Vamos, no seas testarudo”.

Tentado por el rico aroma que desprendían los alimentos en la bandeja, Ezra se acercó tímidamente. A largó la mano para tomar un trozo de pan, pero fue reprendido.

“Alto ahí”, Ezra lo miró con sospecha. ¿Había sido un truco? ¿Acaso se estaba burlando de él? “Yo te daré de comer”, explicó Khai mientras tomaba el trozo de pan, lo untaba de mantequilla de ajo y lo acercó a la boca del chico enfrente de él, quien dio un tímido bocado, deleitándose en el rico sabor salado de la mantequilla y la suavidad del pan. “Así me gusta, buen chico”, murmuró Khai.

Khai continuó dándole pequeños trozos de carne asada, puré de patatas con salsa de carne y verduras, la bandeja tenía un poco de cada grupo de alimentos y Ezra los probó todos en silencio hasta que estuvo satisfecho.

“No quiero más”, anunció el chico.

“Pero… solo has probado un poco de cada cosa. ¿Estás realmente satisfecho?” Ezra asintió, se sentía avergonzado, no podría seguir comiendo ni, aunque quisiera. “Con razón estás tan delgado, pero supongo que es algo que solucionaremos más a delante. Bueno, dime que quieres saber primero”. Khai aparto la bandeja y se preparó para responder las preguntas del chico.

“¿Quién mató a mí abuela?”

“¿No prefieres saber por qué?”, una expresión confusa apareció en el rostro del chico. “Quienes para ti eran tus amorosos y adorables abuelos, para mi gente son un monstruo, asesino y despiadado y una mujer deshonesta, pero eso tu no lo sabes, obviamente ella no te iba a contar esa parte de su historia”.

“¿Pero qué cosas dices? ¿Cómo iban mis abuelos a ser asesinos? ¡No te creo!”

Khai suspiró, era entendible que el chico no le creyera, pero igualmente era algo molesto tener explicar todo desde el inicio.

Tomó una respiración profunda antes de hablar.

Aquí vamos, pensó.

“Érase una vez”, dijo con tono irónico. “Una joven pareja que luego de haberse casado decidieron mudarse a la parte más lejana del bosque circundante de su pueblo. El joven hombre era un cazador experimentado y su recién adquirida esposa era buena en la creación de ropas hechas de cuero”. Al decir esto los ojos de Ezra fueron directamente a su capa roja que colgaba de un gancho en la pared.

Khai notó la dirección de su mirada, pero no dijo nada y continuó su relato.

“Sin saberlo, la joven pareja construyó su casa en las inmediaciones de un territorio ocupado por lo que tu gente llama lobos, pero como puedes ver, no soy un lobo”, aclaró el joven.

Los humanos de esta área solían referirse a quienes preferían vivir en el bosque, en grupos pequeños y liderados por el miembro con más experiencia y habilidades, como lobos, pero no eran animales, simplemente personas con una mayor conexión con la naturaleza.

“En cuanto tus abuelos llegaron comenzaron a talar los árboles a sus alrededores”, continuó el chico, “arar la tierra y construir todo lo que entendía necesitaban para establecerse, todo esto sin pedir permiso, por lo que el alfa del territorio se acercó a tu abuelo”…

En este punto, Ezra escuchaba atentamente y aunque no quería creer que sus abuelos fueran malas personas, debía aceptar que algo de verdad sí que había en la historia de Khai, sabía que sus abuelos se casaron jóvenes y que habían decidido vivir en el bosque y conocía las habilidades de su abuela.

“Entiendo”, interrumpió Ezra a Khai. “Mis abuelos se mudaron a una zona controlada por una manada… perdón, ¿debería decir grupo?” preguntó vacilante al ver el gesto en la cara de Khai, este no contestó, por lo que prosiguió. “Lo que no entiendo es como pasamos de eso al hecho de que los llames asesinos”.

“Si me dejas terminar te explico”, comentó con hastío. “Tu abuelo y el alfa llegaron a un acuerdo. Siempre que tu abuelo no entrara al territorio de caza del grupo, no dañara a ningún miembro de la comunidad y en general respetara nuestras reglas, no habría problema. Pero tu abuelo nunca respetó el acuerdo y constantemente entraba a nuestro territorio y eso ocasionó varios altercados. Las cosas empeoraron cuando tu abuelo mató a un joven que lo había visto cazando en nuestro territorio”.

Los ojos de Ezra se abrieron de par en par. Incredulidad dibujada en su rostro, y por el tono y expresión de Khai, sabía que era sólo el comienzo.

“Al saber que la manada no le permitiría escapar impune luego del asesinato de un niño regresó inmediatamente a su casa, planeaba irse con tu abuela, pero al llegar se llevó una gran sorpresa. No era costumbre que él llegará tan temprano a casa por lo que encontró a su esposa, en la cama con otro hombre”, las manos de Ezra volaron a su boca. “Los hombres pelearon y tu abuelo terminó matando a esta persona también. Tomó a tu abuela del cabello y la abofeteó y la hubiera matado también, pero los miembros de la manada ya estaban fuera, demandado que saliera”.

“Pero él no estaba dispuesto a salir a morir, así que tomó su rifle de caza y empezó a disparar por una de las ventanas, matando a otros 4 miembros. Ah, y en caso de que te lo preguntes, el hombre con el que tu abuela le era infiel, también era de la manada, no sólo eso, era el mejor amigo del alfa”.

“¿Y cómo lo detuvieron?”, preguntó Ezra, su voz temblorosa.

“Tu abuela lo golpeó en la cabeza dejándolo inconsciente, salió de la casa y se entregó. Al salir explicó lo sucedido dentro. Hubiera sufrido el mismo destino de su marido, pero estaba embarazada. Verás, me he referido al esposo de tu abuela como tu abuelo, pero en realidad él no era el padre de tu madre”.

Ezra saltó de la cama, llevaba solo una ligera camisa que la había dado Khai, que era varias tallas más grande y le llegaba al la mitad de sus muslos, dejando muy poco a la imaginación.

Chico empezó a caminar por la habitación, sus manos en su cabello mientras hablaba.


“Me estás diciendo que mi abuelo asesinó a un niño para que no lo delatara, mató al amante de mi abuela y a otras 4 personas en su intento de escapar y que, de hecho, no era mi abuelo…” el chico estaba al borde de las lágrimas. Khai se acercó estrechándolo entre sus brazos.

Ezra respiró hondo, absorbiendo la esencia varonil de Khai, la cual tenía el extraño poder de calmarlo.

E incluso en esta situación los recuerdos del apasionado beso que compartieron días atrás regresaron a su mente.

Quiero sentir sus labios otra vez, pensó.

Sorprendido de la dirección de su locos pensamientos y se alejó del abrazo, bajando la cabeza para ocultar su rostro enrojecido.

No lo consiguió. Khai lo vio y sonrió.

“Entonces, si mi abuela fue perdonada, ¿Por qué dices que merecía morir?”, preguntó pues seguía sin entender.

“Fue temporalmente perdonada a cambio de que cuando el bebé naciera y en caso de portar la marca de nuestro clan, fuera entregado a la manada, pero cuando nació tu madre sin la marca se acordó esperar a la siguiente generación, es decir…

“Yo”, dijo Ezra en un susurro.

“Exactamente, tú”.

“¿Mi madre sabe de esto?”, la preocupación era evidente en su tono.

“Sí, ella conoce toda la historia detrás de su concepción. Para este momento debió haber abandonado tu antigua casa”, informó Khai sin emoción. Como quien responde una pregunta respecto al clima.

Los hechos de sus últimos días con su madre cobraron sentido. El seño fruncido, la mala actitud, el mal humor.

También se dio cuenta de porqué su abuela y su madre no eran tan cálidas ni amables entre sí.

Ella lo sabía… y no me dijo nada. Aún más grave, sabía y me envió a casa de la abuela.

Khai alargó la mano, instando al chico a tomarla. Cuando lo hizo jaló de él hasta tenerlo a centímetros de distancia.

“Sé que es mucho para asimilar, te lo cuento porque no tienes lugar a donde escapar, está será tu nueva vida y no tengo paciencia para lidiar con todo el drama que conllevan los secretos”, habló mientras sus manos recorrían los brazos del chico que hacía lo posible por no derretirse ante el toque.

Las palabras de Khai eran duras y desprovistas de comprensión o amabilidad, pero su toque… su toque era suave y tentador.

“A lo que me refiero es que sería mejor, para ambos, que te hagas a la idea y lo aceptes, ¿de acuerdo?” Ezra asintió tímidamente. “Bien. No quiero más huelgas de hambre ni cosas por el estilo, ¿entendido?

“Si”.

“Buen chico”, dijo complacido de que el chico aceptara.

Ezra mantenía su rostro escondido bajo la sombra de su cabello que colgaba como un velo alrededor de su cabeza inclinada.

La tentación le ganó la batalla, y Khai llevó sus manos hasta la punta de la quijada del chico frente a él y levantó su cara. Sus ojos se deleitaron con sus mejillas rojas y labios entreabiertos.

Se inclinó y los besó.

Tan dulces y suaves como los recordaba, incluso más.

Ezra se entregó al beso, dejándose llevar…

🐺 🐺 🐺

Khai salió de la cabaña y se encontró con sus compañeros de caza esperando por él.

“¿Por qué tardaste tanto?”, preguntó uno de ellos. Todos se fijaron en lo despeinado que estaba su amigo. “¿Qué? ¿Ya te comiste al dulce chico?” Una risa burlona en su rostro. Los demás también rieron.

“No seas estúpido”, contestó Khai mientras trataba de arreglar su cabello.

“Entonces, ¿qué tanto hacías ahí dentro?”

“Le conté la historia de su familia y porque está aquí”.

“Espera, ¿qué? ¿Le dijiste que es…?” el chico no pudo seguir hablando ya que fue golpeado en la cabeza por su amigo.

“Hoy estás especialmente estúpido, Nick. Obviamente no le dije todo. Antes de llegar a esa parte debo ganarme su confianza”.

Había algo siniestro en esta declaración. Sin embargo Khai no dijo nada más y simplemente se dirigió al resto de la manada para escuchar las asignaciones del día.
 

Hola 👋🏻 😊

¿Pensaron que había terminado todo?

Pues no 😋

Al principio planeaba solo dos capítulos, pero si eres vieja en mis historias, sabes que es muy normal que mis historias tomen el camino que les venga en gana 🤭

Espero que hayan disfrutado este capítulo, dentro de poco publicaré el siguiente.

༺Luz Rivas༻
06 de Mayo, 2021

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro