Capítulo siete: Un par dispar
Aquel domingo, Izuku trataba de dormir tranquilo. Solamente hasta ese día logró reunir la confianza y el coraje suficiente para poder pegar los ojos sin el miedo mortal de ser explotado mientras descansaba. No obstante, bajar la guardia fue mala idea.
— ¡Despierta, lobo estúpido!
Lo tiraron de la cama con todo y colchón encima.
— Si haces que me retrase, considerate muerto.
Desde el primer día en casa de los Bakugou, era forzado a levantarse mucho más temprano de lo habitual. Claro, Katsuki debía preparar sus cosas y perder un rato el tiempo por ahí antes de ir a visitar a la anciana ¿¡Por qué le forzaban a ir a ver a la hada madrina «Recovery»!? ¡Ni siquiera era su maldita abuela!
— ¡Camina, Deku maldito!
«No hace falta que me grite así»
Izuku ya casi arrastraba la cola por el piso, la depresión se cernía totalmente sobre él. Si no le tenían respeto alguno como «Lobo feroz» por lo menos que le llamaran por su nombre sería menos humillante.
— Buenas tardes, Mitsuki-san.
Apenas regresaron, el pecoso saludó a la temperamental mujer mientras el rubio subía a su habitación.
— Buenas tardes, Izuku-kun. ¡A ver, mocoso maleducado! ¡Deberías aprender modales! Espero que estar tanto tiempo con Izuku te enseñe como mínimo a respetarme a mi y a tu padre.
— ¡Este inútil no sirve para nada! ¡Además no tengo porque respetarte, maldita bruja!
— ¡Vuelve a decirme bruja, maldito mocoso, y te quedas sin cena!
El ceño fruncido del rubio y aquellos rubís amenazantes lograron intimidar de inmediato a Izuku.
— ¿¡Qué mierdas me ves, Deku!?
Aunque dicho miedo se fue al oír nuevamente aquel apodo hiriente.
— ¡Ya te dije que no soy Deku! ¡Mi nombre es Izuku Midoriya!
— ¡Que me vale un carajo! ¡Eres Deku y siempre serás Deku!
Justo cuando al pecoso le restregaron los papeles de adopción canina en el rostro, finalmente llegó al límite de su tan inagotable paciencia.
— ¡Entonces tu serás «Kacchan» y siempre serás «Kacchan», «Kacchan» idiota!
Al momento de haber pronunciado aquello, cada vello de su cuerpo se erizó ante el inminente peligro que se avecinaba. Recordó vagamente aquella clase con Wolf Might.
"Si un humano agarra un hacha..."
— ¡Eres perro muerto, maldito!
— ¡No me mates, por favor!
«¡Socorro!»
"...significa «Peligro» ¡Y deben huir de inmediato o se terminó el cuento!"
— ¡Resiste, Joven Midoriya!
Así fue como la caballería fue a rescatar al desdichado lobo de cabellos verdes.
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