«Estúpido Deku»

El cielo apenas abandonaba sus tonos violetas y rosados cuando cierto rubio cenizo abandonó su hogar para comenzar una nueva semana con otro día de la misma maldita rutina. Quería explotar cualquier cosa y no podía esperar a toparse al nuevo «Lobo feroz» para explotarle la cara.

«¡Estúpido Deku!»

Cuando vio su camino truncado por aquel lobo, muchísimo antes de la aparición del «Lobo feroz» en el cuento, no supo si aplaudir su coraje o explotarle la cara. Quizá no estaría mal hacer ambos.

— ¿Qué haces aquí, idiota?

Katsuki ya no supo si la sonrisa radiante de Deku le parecía estúpida o linda.

— Pedí ser tu lobo feroz.

— Genial, ahora tengo que lidiar con un lobo inútil con síndrome de Estocolmo ¿A quién demonios le rogaste? Creí que tendrías más dignidad, Deku.

El lobo simplemente se rascó la nuca, con nerviosismo y cierta alegría.

— En realidad, a nadie. Me cedieron el puesto más fácilmente de lo que me imaginé, al parecer todo el Departamento de «Lobos feroces» te tiene miedo. Y Kirishima-san por suerte estaba ocupado en «Kaminari y el lobo».

— Como sea, da igual quien sea el «Lobo feroz» de este maldito cuento.

Fue cuando Izuku tomó coraje para caminar al lado del rubio, sorpresivamente no le explotaron la cara.

— ¿Qué harías si cualquier personaje de otro cuento fuera el «Lobo feroz» de tu historia? Probablemente reaccionarías igual...tu forma de ser sería-...

— ¡Cierra el maldito hocico, Deku!

Lo que menos quería el tsundere explosivo era escuchar nuevamente los murmullos de Deku. Tuvo que resistir el impulso de explotar la primera cosa que encontrara, no podía darle ese destino a la cesta o la vieja bruja no lo dejaría tranquilo.

— Maldición...supongo que le explotaría la cara a cualquiera.

— ¿Incluso a la Princesa Uravity y la Princesa Froppy?

— A esa perra más que nadie e incluso a la rana esa... Bueno, a casi todos.

Izuku, en su caso, tuvo que resistir la tentación de murmurar y sacar sus teorías. Si quería evitar ser víctima de una explosión, lo mejor sería preguntar directamente.

— ¿Quién sería la excepción?

— El bastardo mitad-mitad.

Tal vez Midoriya se estuviese volviendo loco, pero oírle decir eso y malinterpretarlo le dolió. ¿Acaso Kacchan estaría-...?

— A él le tendría otra forma de molestarlo.

— ¿Cuál?

— Tirarle agua hirviendo encima.

— ¡Que cruel eres, Kacchan!

— ¡¿Acaso quieres ser tú al que le eche agua hirviendo!?

— ¡No! ¡Todo menos eso!

Fue así como Izuku Midoriya se quedó como el «Lobo feroz» de aquel rubio conocido como «Caperucita explosiva» 

Gracias por leer esta historia corta surgida en un ataque creativo :3 Siento si no tuvo una trama más rica y compleja, pero fue lo que salió de momento. Tal vez escriba una versión más completa cuando tenga tiempo libre ^^

~ Shadow ~