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Nota: capitulo largo juasjuas

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Luego de dos semanas desde que la capturaran y someterla a experimentos sumamente dolorosos, le habían dado algo de descanso para curarla, pues si su cuerpo colapsaba no serviría para las siguientes investigaciones.

Suni se sentía sofocada en aquella capsula llena de líquido desconocido, pero si quería llevar a cabo su plan debía seguir fingiendo sumisión ante Alec.

Desde afuera parecía que estaba en estado de inconsciencia, pero estaba más despierta que nunca. Su cuerpo, cubierto únicamente por su ropa interior, flotaba en su lugar debido el líquido celeste y obtenía oxigeno gracias a una mascarilla especial.

Le habían inyectado una gran cantidad de anestesia, lo suficiente para dormir a una ballena azul, solo tuvo que fingir caer desmayada mientras frenaba el líquido con su energía y lo disipaba hasta desaparecerlo de su sistema.

Se mantuvo como una muñeca de trapo, utilizando en silencio su control de fuerza para reunir toda la energía que podía durante ese tiempo en el que la tendrán dentro de la capsula.

Sus oídos no captaban ningún sonido más que las máquinas a sus costados, pues lamentablemente no era la única persona o despertada que estaba en el lugar.

Cuando finalmente sintió que la gigante sala de laboratorio era abandonada por los restantes científicos que vigilaban sus propios experimentos, Suni abrió con parsimonia sus ojos.

Pudo apreciar por el reflejo del vidrio su aparecía, la cual parecía que hace años no la veía. Su físico seguía siendo el mismo a pesar de que le prohibieron las comidas, tal vez ser despertada de nacimiento tiene sus ventajas; su cabello azul seguía del mismo largo, pero tenía algo diferente, esta vez un mechón delantero había perdido todo su color debido a los químicos hasta quedar de color blanco; y sus ojos antes grises ahora se habían vuelto negros, iguales al carbón.

Pero lo que más le impresionaba era su costado derecho, el cual tenía líneas irregulares azules rodeando todo su brazo desde las puntas de sus dedos hasta completar su hombro, parecían rayos que pintaban su piel.

Con lentitud giró su cabeza lentamente hacia sus laterales para ver su alrededor.

Tres cápsulas a mi izquierda, dos a mi derecha y seis en frente. No hay cámaras ni ventanas, solo una puerta en el medio de las filas y decenas de cables y tubos... O me estoy confiando, o la seguridad de este lugar es una mierda.

Rápidamente cerró sus ojos como si nunca se hubiera movido, el sonido de la cerradura electrónica fue lo que la alertó.

Dos pares de zapatos se escucharon resonar en la gran habitación. Suni amplió sus sentidos y se concentró en la conversación de ambas personas que se posicionaron enfrente de su cápsula.

- ¿Este es el sujeto de prueba de Alec?

- Si, no puedo creer que le dieron a la única despertada a un científico de pacotilla como lo es Alec.

Espera ¿Soy la única despertada como sujeto de prueba? Eso quiere decir que los que están a mi lado son... personas comunes.

- Se dice que Alec le hizo unos cuantos "favores" a la señora, y es por eso que pudo obtener el pez gordo.

- Alec es una mierda como científico, pero al menos es bueno follando.

- No digas esas cosas, podrían oírte.

- Sabes que no hay nada de esas mierdas aquí. Como todas son personas normales no hay riesgo alguno, sin contar que este sujeto de prueba está sedado con lo más fuerte que tenemos. Además, este es el nivel más bajo, asi que solo se necesita las paredes reforzadas en hormigón y una puerta con acceso exclusivo, es imposible que alguno de estas cosas salga o haga algo.

Bingo.

Mientras esos dos conversaban distraídamente sobre sus propios sujetos de pruebas, microscópicos hilos azules salían a velocidad normal de las puntas de los dedos de Suni. Con lentitud, introdujo esos hilos en la cerradura de la cápsula en la que estaba y de un movimiento rápido y preciso la puerta de cristal se abrió en su totalidad.

- ¡¿Qué mierda?!

Todo el líquido que llenaba la cápsula se desparramó en el suelo, dejando ver como la Yim salía lentamente de su jaula de vidrio.

La mano de Suni se elevó en su dirección y la cerró en un puño, haciendo que algunas simples cintas atrapen a los hombres; cubrió sus bocas y los colgó con sus cabezas a bajo.

La peliazul se sacó la mascarilla de oxígeno y la lanzó por ahí, para luego acercarse a ellos sin importar su aspecto, pues estaba completamente mojada, de ropa interior y descalza.

- Gritas y no dudaré en cortarte la garganta.

Movió su dedo levemente y descubrió la boca de uno de ellos, quienes la miraban aterrados.

- Me dirás todo lo que quiero saber, y si me mientes tu muerte será dolorosa ¿bien? -preguntó fríamente viéndolo a los ojos, recibiendo un asentimiento instantáneo- ¿Cuál es la contraseña de esta puerta?

- E-es 338740 -tartamudeó completamente asustado, y a Suni no pudo gustarle más que imponer miedo para que le digan las cosas que quiere saber.

- ¿Hay despertados en las instalaciones?

- S-solo uno a-aparte de ti.

- Dime todo lo que sepas de él.

- No sabemos su habilidad ya que es asunto clasificado. P-pero tiene cabello rojo, de unos dos metros, ojos violetas, pi-piel blanca...

- ¿Dónde nos encontramos? -hizo su última pregunta.

- En una isla de Corea del Sur, a unos dos mil kilómetros al sur de la capital.

Ni bien terminó de hablar, las cintas que los capturaban se trasformaron rápidamente en picos, perforando cada parte vital de los varones.

- Muy bien, ya que dijiste la verdad sus muertes fueron rápidas -murmuró despareciendo los picos y devolviendo su energía a su núcleo, dejándolos caer al suelo completamente muertos.

Suni miró sin emoción como sus pies se mojaban con la sangre de los cuerpos de los científicos, sintiendo también como pequeñas gotas de aquel líquido rojo bajaban con lentitud por su rostro debido a las salpicaduras cuando los atravesó.

Ellos eran las primeras personas que ella asesinaba, pero lo hizo sin titubear. Era una desertada que vivía en un mundo de mierda, tarde o temprano tendría que quitarle la vida a alguien, pero jamás esperó matar a una persona normal.

Solo ignoró el malestar en su estómago y se dio la vuelta hacia las cápsulas.

- Prometo sacarlos de aquí -murmuró apoyando su mano en una de las puertas- Solo esperen un poco.

Se fue tal y como estaba hacia la puerta de salida. Con rapidez colocó la contraseña y en un segundo ya estaba abierta.

Las huellas de sus pies desnudos llenos de sangre manchaban el suelo por donde caminaba, pero no le interesó en lo más mínimo y continuo con su camino por el largo pasillo en busca de alguien.

Por mientras, creo una ballesta de tamaño promedio y comenzó a destruir con flechas cada cámara de vigilancia que veía.

Fueron siete los que rompió en pedazos hasta que las alarmas hicieron su aparición.

El sonido de las sirenas y el color rojo era lo que inundaba su visión, pero aun asi siguió su camino con la ballesta en mano.

Justo cuando dobló en uno de los pasillos fue donde pudo observar como cinco agentes armados obstruían su paso, apuntándole con sus armas.

- ¡Detente! ¡Oye, si no te detienes ahora, dispararemos!

Suni hizo sonidos sordos y las balas no tardaron en llover. Sin embargo, no llegaron ni a la mitad del trayecto cuando cada proyectil terminó partido a la mitad y en el suelo.

Confundidos, observaron a la chica en su totalidad hasta frenarse en su mano izquierda, la cual parecía sostener varios hilos entre sus dedos.

Ni siquiera pudieron gritar cuando sus gargantas fueron cortadas limpiamente de un extremo al otro en movimiento rápido y preciso.

La Yim tuvo que crear un escudo para evitar que las grandes rociadas de sangre la toquen, pero fue inútil ya que gruesas gotas llegaron a manchar su cuerpo y rostro.

Inexpresiva deshizo el escudo y apreció como las paredes y suelo eran llenados del líquido rojizo que ella misma derramó.

El malestar fue ignorado nuevamente y pisó los cuerpos inertes de los agentes para caminar hacia la dirección de la que provenían, manchándose los pies otra vez.

Más hombres y mujeres aparecían en su campo de visión como cucarachas, pero cada uno tenía el mismo destino que los primeros.

Suni sentía su piel pegajosa y tuvo que limpiar la zona de sus ojos para poder ver bien debido a la cantidad de líquido vital que la manchaba.

Pero no le interesaba. Ella se encargaría de enviar al infierno a todas esas personas que hicieron experimentos inhumanos en venganza de su sufrimiento y de las demás personas inocentes; aunque también deseaba destruir todas las instalaciones, pero dejaría todo en su lugar para que Shinwha y la Unión investiguen a profundidad.

Asesinaría a toda persona que se cruce en su camino, menos a la más importante.

Movió su cabello azulado hacia atrás para evitar que obstruya su vista y frunció el ceño cuando vio como una puerta era abierta con urgencia.

- ¡Aléjate!

- Justo a quien quería.

Elevó su mano diestra hacia aquella asquerosa persona e hizo un gesto como si fuese un arma, de la punta de sus dos dedos salió disparada una bala azul que perforó su muslo, causado que caiga al suelo con dolor.

Suni agradecía estar en el primer nivel, de esa manera podía evitar que sus captores escapen.

- ¡Hija de puta! -la insultó sujetando su herida.

- Nada me puede describir mejor.

La Yim presionó con su pie el pecho de Alec y lo obligó a recostarse en el suelo. No perdería el tiempo preguntándole cosas si ya sabía donde estaba Hayan, escondida como una rata y resguardada en una habitación con los mejores guardias junto a su esposo.

Una pequeña bola de energía sin materializar apareció de la palma de su mano y la envió con lentitud hasta el pecho de Alec.

- No quiero que sufras, asi que aprieta bien las nalgas -fríamente repitió sus palabras- Como científico de mierda ¿qué crees que pase si una persona normal recibe directamente el poder de un despertado?

No escuchó respuesta alguna y simplemente comenzó a movilizar la energía dentro de él, deleitándose por sus gritos desgarradores al sentir como todo su cuerpo era destruido lentamente desde adentro, pues sus órganos eran reventados como globos y sus huesos eran polvorizados por la contracción de sus músculos.

Suni tuvo que cerrar sus ojos para evitar que la sangre de Alec le entre, no duró más de un minuto cuando todos los orificios de su cabeza expulsaron con fuerza el líquido rojizo hasta matarlo.

Regresó su energía a su cuerpo y dejó el cadáver en el suelo, volviendo a caminar hacia su destino.

Vio sin expresión la puerta reforzada al final del pasillo, donde un hombre de gran altura la protegía como un perro guardián.

- ¡Pareces sacada de la película "Carrie"! -fue lo que escuchó del pelirrojo.

Suni detuvo sus pasos a unos diez metros de distancia y lo miró atentamente, evaluándolo.

- Vamos niña -sonrió con arrogancia mostrando sus dientes- Los señores Sung dijeron que si te entregas tendrán piedad contigo. No me hagas gastar mi energía en ti.

- Diles que salgan por las buenas o no dudaré en sacarlos de los pelos -dijo inexpresiva.

- ¿Tú? -se burló haciendo crujir sus dedos- No me hagas reír, no te sientas grande solo por enfrentarte a tipos sin poderes.

- ¿Qué diferencia hay de ti entonces?

El pelirrojo frunció el ceño y apretó los dientes con furia ante la burla, sin dudar lanzó un grito enojado y elevó sus dos manos al frente para enviar una llamarada de fuego hacia ella.

Suni giró su cuerpo de costado mientras creaba un gran arco y flecha de su tamaño. Su mano izquierda tomó con firmeza la cuerda de disparo y ubicó la flecha con profesionalismo, solo bastó un ligero movimiento para que esta se disparara con poder hasta el hombre.

La flecha atravesó el fuego a una velocidad increíble, tanto que apagó las llamas y destrozó por completo el suelo debido a su poder, haciendo incluso temblar todas las instalaciones.

El despertado nunca supo lo que pasó, solo se llevaría a la tumba la imagen de dos ojos de color negro que brillaban con frialdad.

La gigante arma atravesó sin piedad el núcleo del pelirrojo y no detuvo su trayecto hasta que impactó con fuerza sobre la puerta de la habitación, la cual fue destruida tan fácil como si fuese el pétalo de una flor.

Suni escuchó los gritos desde el interior y caminó a través de la cortina de humo, cortando rápidamente con sus hilos las balas que le disparaban, asi como las gargantas de los agentes de seguridad.

- ¡Aléjate, monstro!

- ¡¿Cómo te atreves a venir aquí?! ¡¿Acaso no sabes quién soy?!

La Yim pasó el dorso de su mano sobre su boca para limpiar la sangre de sus oponentes asesinados y miró gélidamente al matrimonio que estaba enfrente de ella.

Hayan tenía un parche en su ojo y se escondía detrás de un pelinegro, el cual sostenía una pistola simple.

- Si me da a esa mujer, vivirás -dijo señalando a la peliazul.

El hombre ni siquiera dudó en tomar la muñeca de su esposa y lanzarla justo a los pies de Suni.

- Listo, déjame salir -jadeó asustado sin dejar de apuntarla.

- Dije que vivirás, no que te dejaré escapar -suspiró atrapándolo dentro de un estilo de capullo de una mariposa.

Por su parte, Hayan quiso arrastrarse por el suelo para irse de ahí, pero su huida quedó frustrada cuando sintió su estómago siendo atravesado con una lanza.

- ¿A dónde crees que vas?

Deshizo el arma y tomó del cabello a la mujer, levantándola como si se tratase de una pluma. El grito de su madre fue silenciado cuando Suni estrelló su rostro contra una mesa que había cercana, donde pudo observar con dolor como la chica agarraba una jeringa.

- ¿Q-qué ha-harás? -preguntó aterrada sin poder moverse por la presión que ejercía Suni.

- Un experimento -respondió simple ubicando la aguja en su cuello- ¿No es eso lo que hacen aquí?

- ¡No te atrevas!

Hizo oídos sordos y sin ninguna delicadeza introdujo la aguja a una de sus venas, presionando sin titubear la parte superior para que el líquido ingrese a su organismo.

La Yim soltó el cuerpo de la mujer dejándolo caer al suelo como un trapo y la observó desde arriba. Hayan ni siquiera podía gritar debido a lo inflamado que estaba su cuello, sus ojos comenzaban a tornarse rojos, la piel cambiaba de color a un tono morado putrefacto y de su boca salía baba mesclada con sangre.

La de orbes negros le dio la espalda justo al momento en que el interior de la cabeza de Hayan explotó, lanzando por los aires sus ojos amarillos junto a chorros rojizos que salían de sus diferentes orificios.

Tomó con un solo brazo el capullo donde estaba aquel hombre y lo colocó sobre su hombro para comenzar a caminar hasta la salida, escuchando de fondo solamente las alarmas.

Él era el único al que necesitaba vivo debido a que era el jefe de todo el sitio, asi que sabía cada cosa de lo que pasaba por ahí dentro. Podrían hacer un buen uso de él.

Suni sintió sus parpados pesados, pero aun asi se obligó a mantenerse despierta para poder salir de ahí de una buena vez. Si bien ya no había nadie dentro de las instalaciones ya que asesinó a todos los científicos y guardias, dejando únicamente a los sujetos de pruebas, debía seguir atenta por si alguien exterior llegaba.

Luego de unas vueltas logró encontrar una plataforma en el centro de una amplia sala, por lo que no dudó en subirse y presionar unos cuantos botones.

Mientras subía torció su cuello hacia arriba para ver como dos compuertas se abrían lentamente, agradeció no tener que cerrar sus ojos por la luz repentina ya que era de noche y la luna no se veía por ningún lado.

Su cuerpo se tambaleo un poco cuando la plataforma se detuvo en la superficie pero pudo sostenerse con firmeza. No tuvo tiempo para observar su alrededor cuando ráfagas fuertes de viento y luces desconocidas provenientes del cielo la apuntaban.

Instintivamente creó una lanza y se puso en guardia, pero rápidamente se relajó cuando alguien apareció delante de ella en un salto.

- S-señor... -murmuró agotada, pero el alivio se pudo palpar a kilómetros.

Sin poder sostenerse más tiempo, lanzó el capullo sin cuidado y su cuerpo quiso caer al suelo frío, pero unos cálidos brazos la tomaron antes de tocar la superficie.

- Si vino -sonrió levemente, cerrando sus ojos.

- Perdóname, por favor, perdóname por llegar tarde -dijo Inhyuk con dolor, viéndola desmayada y abrazándola con protección al igual que un bebé- Cuanto lo siento, pequeña.

- ¡La encontramos, presidenta!

- ¡Suni Yim está viva, repito, Suni Yim está viva!

El Goo la alzó al estilo nupcial y la cubrió con una manta que le tendió uno de sus agentes, pasando de largo de Jiyoung, para llevarla hacia uno de los helicópteros donde comenzaron a aplicar primeros auxilios en la chica.

- Investiguen este lugar -ordenó completamente enojada la presidenta Yoo- No quiero que nada ni nadie escape.

Jiyoung se sentía aliviada de ver que Suni estaba viva ¿pero a qué precio?









Nota 2: amigo que emocionanteeeee y eso que yo lo escribi assjajsajsa

Bueno, ahora se vendrán algunos cap donde se muestra el otro lado de Shinwha y el cuarteto buscando a Suni, tambien el proceso de ella para recuperarse de todo esto y algunas cosas más.

Espero les haya gustado esta masacre asi como a mi ajajajajaj

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