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⇁ 035

Suni pestañeo cansada y solo se quedó en su posición, todavía no estaba completamente recuperada asi que evitaba todo movimiento brusco, aunque también ponía de excusa su condición para no hacer nada.

- Nuestra institución está en deuda con ustedes -habló Garis apretando la mano de Inhyuk- Si necesitan algo, en cualquier momento, siempre estaremos dispuesto a ayudarles.

- Jiwoo ¿es cierto que el discípulo de Shneider fue a verte ayer? -susurró Subin.

- Si -respondió apenado.

- Escuché decir que atacó a la academia y que de la nada causó un alboroto -siguió la chica- Todos los profesores fueron a la clínica para asegurar la protección de los que están hospitalizados.

- En esta academia entra cualquiera como Pedro por su casa y hacen lo que les da la gana -se quejó Jisuk.

Suni solo desvió la mirada, nadie sabía que ella se había encontrado con Roist y prefería mantenerlo en secreto para no alterar más las cosas, que ahora un discípulo oficial de uno de los top 10 viera algo en ella es suficiente para comenzar un revuelo, sin contar que también era reconocida por otros del top 10 del ranking mundial.

- Agh, todo es un fastidio -susurró sin darse cuenta- Tuve que tirarme del avión cuando tuve oportunidad.

- No digas eso, Suni -habló Jiwoo sonriendo con unas gotitas en su frente.

Ella solo suspiró y vio como el director de la Academia Mundial de Despertados se colocaba enfrente de ella y su amigo amante de los gatos.

- No veo a Kayden -habló Garis a Jiwoo.

- Emm... él tenía algunos asuntos pendientes, asi que se adelantó...

- Entiendo, de todas formas, estoy en deuda contigo Jiwoo -dijo y luego miró a la peliazul- Es lo mismo para ti, Suni.

Suni solo asintió aburrida mientras que el Seo solo se negaba de manera modesta.

- Y Jiwoo, cuando tú me digas -habló son una sonrisa tétrica luego ver a los felinos- Te buscaré las mejores gatas, sin compromiso.

La Yim aguantó una sonrisa burlona y desvió su mirada mientras volvían a caminar para dirigirse al avión. Sin embargo, el empujón en su espalda la detuvo.

- ¡Lancelot! -sonrió en el suelo recibiendo los besitos de la pantera- Lo siento, olvidé de despedirme de ti.

Como pudo, Suni logró sentarse e hizo que la bestia divina se recostara en sus piernas para poder acariciarlo.

- ¿Y tu dueño?

- Aquí -respondió Cain haciendo acto de su presencia- Lancelot, déjala pararse bien.

A regañadientes, el enorme felino se salió de encima de la chica y permitió que ella pudiera ponerse de pie sin problemas.

El lugar quedó en silencio, todos los coreanos, los profesores y el director estaban viendo la pequeña interacción entre el Lutrein y la Yim, sintiendo toda la tensión en el aire.

- Bueno... yo me tengo que ir -decidió hablar Suni señalando su espalda- Fue un gusto poder pasar tiempo contigo, Cain, también va para ti Lancelot.

Sin obtener una respuesta, la peliazul se dio la vuelta para volver a su camino, pero el agarre en su chaqueta le impidió seguir, siendo la pantera que la sostenía con sus dientes.

-... Lancelot quiere darte un regalo -habló Cain con un pequeño sonrojo.

Suni miró sin comprender a la bestia divina y vio como esta soltaba en sus manos un pequeño peluche de tamaño promedio en sus manos, este era un elefante con rasgaduras y se veía viejo.

- Ese fue el primer juguete que le dieron a Lancelot cuando fue creado -continuó el Lutrein desviando la mirada- Él no quería despedirse sin darte eso.

- Muchas gracias, Lancelot -sonrió Suni acariciando su cabeza y recibiendo el regalo gustosa- ¿Y tú no querías despedirte también?

- ¡Claro que no! -mintió enojado- ¡Solo hago lo que quiere mi familiar!

- Agh, que fastidio -se quejó Suni irritada acercándose a Cain- En ese caso, seré yo quien me despida, no puedo creer que seas un cobarde.

Sin darle tiempo a responder, tomó la mano derecha del chico y en el dedo anular de la misma creó un anillo azul simple con un gravado de unas enredaderas en el interior.

- Espero vernos otra vez, Cain Lutrein -le susurró en la cara metiendo su mano en el bolsillo de la chaqueta del chico- Cuida mi regalo mientras.

Con una sonrisa de victoria al verlo sin saber que decir y solo viendo el anillo con la boca abierta, se acercó a la bestia divina y tomó con delicadeza su cabeza dándole un besito en la nariz.

- También fue un gusto conocer a tan lindo familiar -sonrió creando en el collar de Lancelot un colgante con forma de diamante azul- Cuídate y cuida a tu tonto dueño ¿si? Algún día volveremos a vernos.

Ignorando todas las miradas impactadas, subió al avión para luego poder relajarse y sentir como sus mejillas explotaban de color rojo. Había sido una chica completamente autoritaria ahí afuera, pero ni ella sabía de donde había sacado el valor para coquetear de esa manera.

Por otro lado, desde afuera, el director se acercó a su nieto con una sonrisa orgullosa.

- ¿Sabes? Para los Lutrein, las bestias divinas son muy buena excusa para acercarnos a las chicas -le habló vendo despegar el avión- Fénix hizo lo mismo con tu abuela, luego de ver como ella se enamoraba de él, no le quedó otra que hablar conmigo.

Cain suspiró divertido al escuchar la anécdota y metió su mano en el bolsillo, sintiendo un pequeño papel que cuando lo desdobló pudo apreciar la delicada letra de Suni que se impregnaba en unos números.

"Hablemos, problemático"

Ante eso, el moreno no evitó su sonrisa y se alejó con su abuelo, quien estaba orgulloso de la conquista de su nieto. Tener a la Yim como familia no era para nada malo.

· • —– ٠ ٠ —– • ·

Ni bien habían llegado a Corea, el quinteto se escapó de las manos de sus superiores y se fueron a pasar la noche a la residencia del Seo como de costumbre.

Por su parte, Suni estaba recostada boca arriba en el sofá con Subin apoyada en su pecho, quien divaga sobre los cuidadores de Jiwoo y lo enamorada que estaba de ellos. La peliazul solo ignoró sus balbuceos y levantó sus brazos con el celular en mano para dejar de abrazar a la Lee y que esta le lanzara una almohada en la cara a Jisuk, comenzando otra de sus peleas a las cuales ya ninguno de los tres detenía.

- ¡Oh! Presidenta -saludó Suni sentándose correctamente mientras apagaba su teléfono.

- ¡Jiyoung!

- ¡Hermana!

- Pasa ¿por qué compraste tantas cosas? -preguntó Jiwoo amable recibiendo la enorme bolsa.

- Ah... Jisuk me pidió que trajera estos bocadillos -respondió con una leve sonrisa.

- ¿Si? Pero si acabamos de ordenar comida.

- La comida todavía no llega, asi que llenaremos nuestros estómagos mientras esperamos -sonrió el Yoo recibiendo la bolsa.

Suni sacó su cabeza por encima del hombro de Jisuk y sus orbes grises brillaron al ver sus golosinas favoritas, asi que en conjunto a sus amigos, sonrió feliz mientras degustaban los aperitivos hasta que estuvo la cena.

La Yim estaba aliviada de estar en territorio conocido y más con sus amigos a su lado, su corazón estaba tan lleno con su compañía que no pedía nada más que estar junto a ellos por el resto de sus días.

- ¿Qué es lo haces tanto con ese celular? -le preguntó Subin a Jisuk una vez terminaron de cenar- No me digas que estas en un juego.

- Estoy hablando con alguien, es una persona fastidiosa que no deja de mandare textos -respondió desinteresado.

Suni estaba en el mismo sillón que su amiga, solo que ella se encontraba acostada boca abajo usando sus brazos como almohada.

- Que asco, ahora te las das de irresistible ¿desde cuando tienes con quien hablar?

- Te tengo a ti ¿o no? -suspiró Jisuk, haciendo que Suni mire a su amiga con picardía.

Pero a esta no le importó aquello y le quitó de las manos el celular para ver la pantalla del aparato.

- ¿Estás...? ¡¿Te estás mensajeando con Leah?!

Ante eso, todos miraron a Jisuk completamente sorprendidos, incluso Suni se sentó de golpe al escucharla.

- Ajá -respondió acomodándose el cabello- Antes de que regresemos, ella me llamó y me pidió mi número, a veces me fastidia un poco tener que responderle.

Los demás lo vieron con la boca abierta, aunque rápidamente Suni la cerró y desvió la mirada para volver a acostarse, no podía decirle nada ya que ella había hecho lo mismo.

- ¡Hablando de los extranjeros! -gritó Subin señalándola- ¡¿Tú desde cuando sales con Cain?! ¡No pienses que no te he visto ese día que nos fuimos haciéndole ojitos!

- Que fastidio -suspiró volviendo a sentarse cruzando sus piernas en posición de loto- Solo sucedió ¿ok? Y aun no estamos saliendo.

- ¡¿Aún!? -gritaron todos sorprendiendo, incluso Kayden y Kartein abrieron la boca.

- No griten -pidió desviando la mirada con un muy pequeño sonrojo- Solo hablamos y sentimos atracción, no es nada serio, ya veremos como seguiremos en el futuro.

Suni terminó el tema al darles una mirada de advertencia, asi todos se acomodaron en un lugar de la sala para dormir hasta el otro día que deje de llover. Por su parte, la peliazul tomó su corto cabello en un moño desalineado y se colocó su poleron gris por el frio, acostándose sobre Subin para dormir abrazadas como siempre y cubriéndose con una manta.

- ¡Subin Lee! -gritaron desde afuera, haciendo que todos se levanten de golpe- ¡Ven aquí ya mismo!

- ¿Quién será a esta hora? -preguntó Jiwoo.

La Yim bostezó tapándose nuevamente con la manta mientras se sentaba para ver como su amigo abría la puerta.

- ¿Quién es usted, señor? -preguntó el Seo amable.

- ¿Abuelo? -dijo Subin sorprendida.

- ¿Es tu abuelo?

Ante eso, Suni se puso de pie por cualquier cosa, no era de menos que el presidente de la Unión Despertada estuviera parado en frente de la casa de Jiwoo en plena lluvia.

- Por lo que veo, lo que decían no era exageración -habló el mayor- Me enteré que te cambiaste de escuela, y que te la pasas con tus amigos todos los días.

- Abuelo...

- ¡Y ni siquiera fuiste capaz de poner un pie en tu casa cuando regresaste a Corea, no, preferiste estar aquí durmiendo con estos muchachos! -la interrumpió.

- A ver, vamos a calmarnos -intervino Suni colocándose delante de su amiga- Señor, disculpe mi rudeza, pero le pediré que se controle.

- ¿Hah? -soltó amenazante.

- Entiendo su enojo, pero no toleraré que le grite de esa manera a Subin -repitió sin bajar la mirada, le había molestado de sobremanera esa forma de dirigirse a su amiga, no, a su mejor amiga- No solo eso, sino que irrumpió en una casa ajena en plena madrugada mientras había personas descansando. Asi que por favor, lo mejor será que tomemos esto con calma.

- Suni, está bien -la calmó Subin con una sonrisa tomándola del brazo- Abuelo ¿qué ocurre?

- Nos vamos ahora mismo -ordenó mirando a la Yim para luego dirigirse a su nieta- ¡Ahora!

- Si, señor -bajó la cabeza para mirar a sus amigos- Lo siento, nos vemos luego.

La peliazul frunció el ceño y salió de la casa sin importarle mojarse en el proceso.

- ¡Subin, toma! -le gritó lanzándole un paraguas que ella misma creo.

Suni solo pudo ver como su amiga lo recibía y le daba una sonrisa triste, haciendo que su corazón se estruja por eso y apretara los puños de impotencia.

- Suni ¿por qué no entras? -la llamó Jiwoo al verla bajo la lluvia- Te refriarás.

La chica suspiró rendida e ingresó a la casa, secándose con una toalla y cambiándose de ropa por un conjunto que le dio el Seo. Ignoró la conversación que tenían sus amigos y volvió a recostarse en el sofá, sintiendo la falta de calor que le daba Subin cuando dormían juntas.

¿Por qué tengo un mal presentimiento de esto?








Nota: yo amo mucho a Cain, es que que hombreeee


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