⇁ 028
El día del enfrentamiento de Jurion contra Jiwoo había llegado, ambos mayores le dijeron que no era necesario que los acompañara asi que solo les deseó éxitos en el combate y se colocó a cocinar unos bocadillos para cuando llegaran.
Hacía una semana y media en la que Suni había estado entrenando con Veramunt, fue muy difícil ya que el mayor era estricto y estaba a otro nivel, pero luego de tres días pudo adaptarse a las técnicas y métodos de entrenamiento del anciano, su control de fuerza había aumentado su efectividad, al igual que su fuerza y velocidad en sus ataques. Se notaba demasiado la diferencia de tener un maestro a que hacer las cosas por si sola. Asimismo, también compartía una que otra charla de consejos por parte de Jurion.
A pesar del poco tiempo en que habían convivido, se habían hecho algo cercanos; a Suni le agradaba estar en su compañía eran amigables pero serios, no la subestimaban y la hacían sentir cómoda con ellos, los veía como un abuelo y un hermano mayor de los cuales aprender todo de la vida. El haber crecido sola y sin figuras adultas que la guíen, se podría decir que ha desarrollado cierto cariño a las personas mayores que la tratan bien.
Al pensar en ellos como alguien de su familia se sonrojó de la vergüenza y continuó cocinando, les haría unos postres para que los lleven de camino a su país, no era nada a comparación de lo que ellos hicieron por ella, pero quería mostrarles lo agradecida que estaba con ellos.
Estuvo un rato largo creado variedades de dulces, le gustaba mucho cocinar y decorar las pequeñas tartas, asi que solía demorarse algunas horas debido a su perfeccionismo.
Los había terminado de preparar por completo asi que ahora los estaba colocando en unas cajas decorativas para que puedan llevar los aperitivos de manera segura en el avión.
Y casi tira uno de los macarrones al suelo al oír la puerta abrirse de repente, asi que colocó la masita en su lugar y fue a recibir a sus nuevos tutores.
- ¿Cómo les fue? -preguntó con una pequeña sonrisa mientras limpiaba sus manos en el delantal- Espere ¿por qué su ropa está rota?
- Perdí, ese niño me ganó de un solo golpe -suspiró Jurion.
- Lo suponía -habló Suni volviendo de la cocina para ofrecerles unas galletas de limón a ambos varones, había descubierto que eran sus favoritas- Jiwoo posee supervelocidad, él sabía que no tendría oportunidad con usted en un combate de verdad, asi que seguramente dio todo de si en el primer ataque ¿verdad?
- Me sorprende que seas tan buena leyendo el ambiente -comentó Veramunt saboreando la galleta.
Suni suspiró alagada y se dirigió otra vez hacia la cocina para volver con tres cajas del tamaño de una tarta llenas de diversos bocadillos.
- Hoy volverán ¿verdad? -preguntó colocando las cajas sobre la pequeña mesa ratonera.
- Si, en unos minutos nos iremos -respondió Jurion volviendo de cambiarse la ropa.
- Esto... es para ustedes -dijo avergonzada señalando los postres- Es para que coman de camino.
Ambos varones al verla sonrojada no pudieron evitar sonreír, se les hacía tierno verla de ese modo luego de acostumbrarse a su faceta de tranquila y desinteresada.
- Gracias por tomarte el tiempo de prepararnos algo asi, Suni -dijo Jurion comiendo un pastelito de frutilla- ¿Acaso nos quieres engordar?
- Si no lo logré en estas semanas, no podré ahora -bromeó.
Sin embargo, su sonrisa divertida se trasformó en una mueca al verlos levantarse para irse, se debían despedir. Era orgullosa y no quería admitirlo, pero los extrañaría.
- Señor Patrick, Señor Jurion -los llamó una vez que salieron- Quiero decirles que me esforzaré, les demostraré a todos que sus enseñanzas no fueron en vano y dejaré en alto el nombre de los Patrick... Les estoy eternamente agradecida de que se hayan tomado el tiempo de orientarme, me volveré más fuerte y en un futuro los desafiaré para enseñarles en lo que me he convertido.
-... Estoy seguro de que así será -sonrió Jurion y acarició su cabeza- Estaré esperando con gusto el desafío.
Suni sonrió y vio como el joven se adentraba al auto mientras volvía a abrir una de las cajas y comía otro dulce. Mientras, Veramunt se quedó en frente de ella y palmeó su hombro de manera amigable.
- Estoy orgullo de ti, Suni -habló con sinceridad viendo como los ojitos grises de la chica brillaban- Estoy feliz de haberle enseñado a alguien como tú, no me defraudes y continúa tu enfrentamiento.
- Gracias, señor Veramunt -sonrió levemente- Espero verlos en otra ocasión, prometo esperarlos con más bocadillos y té negro.
- Yo también lo espero -dijo yéndose hacia el auto.
Suni agitó un poco su mano en señal de despedida mientras veía como el automóvil se alejaba.
Después de todo no la había pasado mal.
Sintiéndose renovada, se dirigió hacia su departamento para preparar la cena para ella y sus amigos, les había mandando un mensaje avisándoles que ya estaba libre y les llevaría algo de comer como muestra de disculpas por ausentarse.
Ya había atardecido cuando terminó de cocinar toda la comida para su grupo de amigos, solían comer mucho asi que no le quedó de otra que preparar diversos tipos de comidas para cada uno debido a sus preferencias.
Una vez en su auto con todo a bordo, condujo mientras fumaba después de tanto tiempo, al estar en la casa de los Patrick no se le permitía ya que a Veramunt le molestaba.
Al llegar, estacionó en frente de la casa de Jiwoo y tomó todas las bolsas con los recipientes de plástico y bebidas. Tocó la puerta y esperó que la atiendan, siendo Jisuk quien ni la saludó y le quitó las bolsas para hurgar en ellas.
- También me alegro de verte, Jisuk -suspiró quitándose los zapatos en la entrada.
- ¡Suni! -la abrazó Subin de manera brusca.
- Hola -sonrió y se la sacó de encima.
- Me alegro verte, te desapareciste por mucho tiempo -habló Jiwoo y Wooin solo asintió.
Suni se sintió genial al verlos, no pensaba que los extrañaría tanto.
Iba a comentar algo, pero la presencia de una mujer en la sala la interrumpió. El parecido con el Seo era impresionante, era básicamente la versión mujer de su amigo.
- Buenas noches, disculpe mi tardía en presentarme -habló Suni estirando su mano en su dirección- Soy Suni Yim, amiga de Jiwoo.
- Un gusto conocerte, soy la mamá de Jiwoo -sonrió alegre.
Suni entró en cortocircuito al ver aquella sonrisa tan radiante, asi que no puedo evitar sonrojarse y desviar la mirada.
- ¡Suni! ¿Tú preparaste todo esto? -preguntó Jisuk colocando los recipientes en el suelo para comenzar a comer.
- Si, hoy se fue el señor Patrick y el señor Jurion, asi que aproveché para cocinar algo -contestó sentándose mientras acariciaba la cabeza de Kartein, quien ya se dejaba querer- Menos mal que hice mucho, asi que coman todo lo que quieran.
- ¡Hablando de eso! -dijo Subin saboreando unos fideos, era la primera vez que comía algo tan delicioso- ¿Cómo te fue con ellos? Te desapareciste por un mes.
- Fue agotador, pero nada mal -respondió sirviéndole a la señora- Fueron amigables conmigo, incluso me entrenaron.
- ¡¿Veramunt Patrick te entró?! -gritaron todos juntos.
- En realidad me ofreció ser su alumna titular -dijo tomando un refresco- Pero me negué, aun así durante una semana me entrenó.
El lugar quedo en silencio, no podían creer que Suni haya rechazado a un top 10 del ranking mundial, era una oportunidad única para ella, pero aún asi jamás dirían que estaban felices de que ella se negara.
- El señor Jurion me contó que le ganaste, te felicito -sonrió Suni.
- Jiwoo se ha vuelto muy popular entre sus amigos -comentó Subin.
- ¿Ah si? -soltó la madre maravillada.
- Si, le agrada a mucha gente en la escuela y también es un despertado muy fuerte.
Suni sonrió ante aquello y le sirvió otro plato más a Wooin para luego darle una gaseosa a Jiwoo; a su vez, Jisuk la molestaba por haberse ausentado durante tanto tiempo y Subin le metió una papa en la boca, recibiendo risas de todos en la sala.
Sin embargo, el sonido del timbre los sacó de ese ambiente, siendo el peliblanco quien fue a ver quién era, sorprendiendo a todos por la presencia de Kayden.
- Él es el maestro de Jiwoo -aclaró Subin para la madre del chico.
- Mi nombre es Kayden, soy el maestro de Jiwoo -saludó inclinándose.
- Yo soy la madre de Jiwoo -habló sonriendo- Muchas gracias por orientar a mi hijo.
- No hay de que... Pido disculpas por no haberme presentado antes a la señora...
Suni suspiró y volvió a sentarse para comenzar a prepararle un plato al pelinegro, agradecía haber preparado de más, le hubiera dado mucha vergüenza no tener comida para todos.
La cena duró unos minutos más en donde todos compartían una que otra anécdota, se había vuelto un ambiente muy agradable entre todos, más para Jiwoo quien estaba rodeado de todas las personas que amaba.
Y alguien más se sumó a esa noche, siendo la presidenta de Shinhwa quien visitó la casa por "casualidad", trayendo consigo una canasta con frutas y bebidas.
Luego de una pequeña presentación y charla entre Jiyoung y la madre del Seo, la azabache se sentó en la punta del sillón avergonzada.
- Presidenta ¿qué la trae por aquí? -preguntó amable Suni mientras jugaba con el gato negro.
- Es solo que me quedaba de paso...
- ¿Por casualidad pasabas por este vecindario cuando te dije que aquí estaba la mamá de Jiwoo? -se burló Jisuk- ¿No es eso demasiada coincidencia?
Y Suni no puedo evitar reírse al ver como la mayor golpeó con fuerza a su hermano al punto de torcerle el cuello.
- ¿Qué demo...? Creo que mi cuello... se rompió ¿cómo lo arregló? -habló Jisuk.
- ¿Quieres que te ayude a ponerlo en su lugar? -preguntó Subin dándole otro golpe, pero no resultó- No funcionó, lo voy a intentar otra vez.
- ¡No es un saco de boxeo! -la regañó Suni frenando la golpiza que le estaba dando la de pelo corto- Se hace así.
Suni recostó a Jisuk en el suelo, rodeó el cuello con sus manos y en un solo movimiento preciso lo torció colocándolo en su lugar a la vez que sonaba un hueso.
- Listo -suspiró viendo como el Yoo se sentaba aliviado.
- ¡Era más divertido cuando parecía ese muñeco de los lavaderos! -se quejó Subin volviendo a golpearlo.
Suni y Wooin suspiraron y dejaron que se mataran por si solos, si alguno de esos golpes le llegaban a la peliazul ella no dudaría en devolvérselos.
- Cuando lo siento, pero ya tengo que irme -habló la señora apenada.
- ¿Ya te vas, mamá? -preguntó Jiwoo- ¿De verdad tienes que irte ahora?
- Si, he estado afuera por mucho tiempo y ya tengo que regresar -respondió y al ver la cara de todos siguió hablando- Les estoy muy agradecida por todo... Hasta hoy, nunca había visto a Jiwoo tan feliz, él siempre se veía triste y temeroso. Al principio traté de averiguar el origen de las habilidades de Jiwoo para curarlo y fue asi como terminé trabajando para la industria farmacéutica en donde estoy ahora, pero las cosas ya no son como antes... Por fin puedo ver a Jiwoo de la manera que siempre quise verlo y estoy segura de que eso es todo gracias a ustedes, como su madre, no tienen idea de lo agradecida que estoy... Por favor, les pido que no se aparten de mi hijo -finalizó haciendo una reverencia.
Nadie podía formular una palabra, todos estaban conmovidos por aquel discurso, mucho más Suni. Ella se preguntó si así se sentía tener una madre, alguien que se preocupara por ti y se inclinara a otros por el bien de tu hijo; estaba mal y ella lo sabía, pero sentía envidia de Jiwoo, Suni hubiera deseado que su madre se comportada de esa manera y la acompañara cuando descubrió sus poderes, pero eso jamás sería posible, asi que borró esos pensamientos y sonrió serena.
- Señora -habló la Yim tomando las manos de la mujer- No debe pedirnos algo asi, nosotros siempre estaremos juntos, asi que puede irse tranquila de saber que su hijo estará bien acompañado... Aunque no puedo asegurarle que no nos metamos en problemas, Subin y Jisuk suelen meter la pata cada dos minutos.
- ¡Oye, adicta al cigarro! -se quejó la otra chica lanzándola al suelo.
- ¡¿A quién le dices problemáticos?! -siguió Jisuk haciéndole una llave.
- ¡Sálganse! -ordenó intentando librarse de los agarres.
No pudo despedirse de la madre debido a que estuvo varios minutos luchando con el dúo, en la cual ella salió ganadora al atarlos y elevarlos boca abajo.
- ¡Se me sube la sangre al cerebro, bájame! -lloriqueó Subin moviéndose como un gusano.
- No -soltó Suni volviéndose a peinar en una coleta alta, sus amigos la habían despeinado- Digan la palabra mágica.
- ¡Suni! -gritaron ambos negándose a pedirse por favor.
Pero la chica solo los ignoró y se sentó en el otro sillón viendo como Kayden suspiraba. Luego de unos segundos los soltó dejándolos caer al suelo mientras escuchaba sus quejas, pero éstas fueron calladas al ver como la puerta de ingreso era abierta.
- ¿Señor Kartein? -soltaron ambas chicas sonrojadas.
Sin embargo, el peliblanco se quedó en silencio y salió en un segundo azotando la puerta.
Todos en la sala se miraron extrañados, nadie entendía que había sido eso.
- Bueno ¿nos quedaremos a dormir aquí? -rompió el silencio Jisuk mirando su teléfono.
- Si -respondieron todos menos el mayor, ya que Jiyoung se había ido antes que la madre del Jiwoo.
Suni se recostó en el sofá y prendió su celular, viendo como en la bandeja de notificaciones tenía un mensaje de Jurion. Cuando abrió el chat pudo apreciar una foto de ambos Patrick comiendo los bocadillos que ella les había dado mientras tomaban té.
Ante eso, suspiró con una sonrisa y les deseó buenas noches, siendo vista por todos al verla tan feliz.
- ¿Con quién te mensajeas? ¿Es un novio? -preguntó pícara Subin.
- No ¿por qué tendría novio? -devolvió colocando su cara seria y apagando su teléfono- Es el señor Jurion.
- ¿¡Te gusta Jurion Patrick?! -gritó el dúo tomándola de los hombros.
- ¡¿Qué?! ¡No! -se negó asqueada, no lo veía de esa manera al rubio, además a él le gustaba la presidenta- ¡Piérdanse! ¡Ellos solo son conocidos cercanos!
Suni los tiró al suelo y les lanzó unas almohadas, comenzando así otra batalla en la cual Kayden ni Wooin tenían intenciones de frenar.
Nota: capitulo por la Navidad ¡felices fiestas lectores lindos, pasenla lindo los adoro con mi coranzoncito!
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