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P A S A D O pt 2
Suni había terminado de realizar todos los exámenes que le permitirían graduarse de la secundaria años antes, asi que estaba dispuesta a contarle las buenas noticias a su hermanito.
Cuando llegó al hospital, el médico encargado de la supervisión de la salud de Hwan la detuvo para hablar a solas.
- S-señorita Yim -tartamudeó, le daba mucho miedo la chica- Hay algo que debo decirle...
- ¿Qué ocurre? -preguntó preocupada, si era sobre su hermano debía estar alerta.
- La enfermedad del joven Hwan ha avanzado mucho... Si bien lo hemos tratado todo un año, se nos hace imposible contrarrestar el virus en su cuerpo, no importa que hagamos o que tratamiento le demos, es imposible curarlo -soltó desviando la mirada- Es... probable que le queden... dos meses de vida, incluso menos...
La única reacción que tuvo Suni fue tomar el escritorio del doctor y lanzarlo a la pared, destrozando la madera.
- ¡Les he estado pagando toneladas de dinero! ¡¿Qué demonios han estado haciendo todo este tiempo?! -gritó furiosa, enojarse era la única manera de no llorar por la noticia- ¡Se supone que son el mejor hospital de Corea del Sur, que cuentan con los mejores médicos y especialistas!
- ¡L-lo siento! -lloró arrodillado pegando su cabeza en el suelo- ¡La enfermedad solo ataca a personas adultas que han desarrollado otro tipo de anticuerpos, es la primera vez que vemos un caso en un menor!
- ¡Esa no es una excusa! ¡Ahora por su negligencia mi hermano morirá! -volvió a gritar, pero ahora sus ojos estaban humedecidos- ¡No puedo creer que sean inútiles! ¡¿Qué hicieron con todo el dinero que les di?! ¡Se supone que deberían haber investigado la enfermedad y curarla!
Suni no aguantó la situación y se fue al techo del edificio azotando fuertemente la puerta.
No podía creerlo, en realidad, no quería creerlo. Ella sabía que su hermanito fallecería tarde o temprano debido a su condición, pero jamás quiso verlo, asi que vivía con la esperanza de que Hwan se salvaría algún día.
Se odiaba por ser despertada, desearía con todas sus fuerzas que él también lo fuera y así sobreviviría a la enfermedad, pero le tocó ser ella.
Es por ello que le pidió a otros despertados con habilidades curativas para que lo traten, pero para su desgracia, los poderes despertados no influyen en la gente normal.
En estos momentos, tenía tantas ganas de llorar y gritar por todas las mierdas por las que ha vivido, deseaba que alguien la abrazara y le dijera que todo está bien. Pero no podía hacer nada, estaba sola y su hermanito solo la tenía a ella. Suni era la adulta, no podía llorar para no preocuparlo, debía hacer todo sin ayuda.
Intentando que las lágrimas no salieran y sus manos no temblaran, bajó hacia la habitación de su hermanito y tocó la puerta.
- ¡Hola! -la saludó cuando ingresó, dándole más ganas de llorar al verlo sonriendo- ¿Qué ocurre? ¿Ha pasado algo?
- Nada -negó tranquila con la cabeza acercándose a él y recostándose a su lado- Reprobé un examen, es la primera vez que me ocurre asi que es raro.
- No pasa nada, está bien -la abrazó ocultando su cabeza en el pecho de su hermana mayor- Es solo un número, no debes preocuparte por eso, noona.
Suni se mordió fuertemente el labio y abrazó con fuerzas a su pequeño para que no la viera en ese estado. Debía aguantar todo por él, no importa que tan mal estuviera, debía ser fuerte.
- Mañana te dan el alta en el hospital -habló la chica acariciando su cabeza- ¿Te gustaría que hiciéramos algo?
No le diría al infante sobre su próxima muerte, mentiría si es necesario para que él no se ponga triste, asi que lo sacaría del maldito hospital y harían en esos dos meses todo lo que Hwan desee, no importa si quiere ir al otro lado del mundo, lo harían.
- ¡¿En serio?! ¡¿Ya me curé?! -preguntó con sus ojos iluminados- ¡Primero vamos al observatorio, luego iremos a un acuario y después...!
- Tranquilízate -rio al verlo correr por la habitación mientras intentaba empacar en una mochila de los minions- Haremos todo eso, pero debes descansar toda la noche así te levantas con energía ¿qué dices?
Hwan asintió obediente e inmediatamente se acostó en su cama para acatar la orden de su hermana mayor, haciendo reír a Suni por lo lindo que era.
La chica le dio un beso en la frente y se recostaron juntos para descansar, mañana Suni se lo llevaría sin avisar ni pagar un solo billete más.
Y como lo prometió, al otro día ambos se alejaron de ese hospital para cumplir todos los sueños del niño.
Durante un mes y medio se la pasaron en todos los lugares posibles, las risas y las anécdotas no se detuvieron ni por un segundo. Visitaron el más grande observatorio del mundo, fueron a la playa y diversos acuarios coreanos, comieron muchos dulces extraños, compraron juguetes y cosas sobre astronautas, jugaron en plazas y parques, se desvelaban viendo películas animadas de Disney y hacían pijamadas casi todos los días, también visitaron los enormes cohetes que serían lanzados al espacio. Eso y muchísimas cosas realizaron durante ese escaso tiempo, siendo inmortalizado en las miles de fotografías que tenía Suni en su teléfono.
Y en estos momentos, ambos hermanos estaban recostados en una hamaca dentro de su casa mirando el cielo nocturno, siendo Hwan quien estaba sobre el pecho de su hermana boca arriba mientras que ella lo abrazaba en la misma posición que él, ninguno veía la cara del otro.
- Noona -la llamó despacito.
- ¿Si, renacuajo? -contestó calmada acariciando sus cabellos cortos azules.
- Gracias por todo lo que has hecho por mí -sonrió cansado- Eres la mejor hermana que pude haber pedido.
Suni sentía como la respiración de su hermanito estaba deteniéndose lentamente, por lo que inevitablemente comenzaba a soltar pequeñas lágrimas.
- ¿Te gustó el postre que te hice hoy? -preguntó sin cambiar su tono de voz habitual, no quería que la viera o escuchara llorar.
- Si, fue lo mejor que he comido en mi vida -contestó acorrucándose de lado y abrazándola con todas sus fuerzas.
- Me alegro mucho -lo besó siguiendo sus caricias- ¿Tienes sueño?
- Si -bostezó cerrando sus ojos- ¿Mañana iremos al parque otra vez? Quiero enseñarte un truco nuevo.
- Claro que si, mi niño -dijo llorando en silencio- Podrás mostrarme todos los trucos que quieras.
-... Te amo, Suni.
- Yo también te amo, Hwan -soltó rota- Asi que duerme tranquilo ¿si? Tu hermana mayor te llevará a la cama.
Y hubiera deseado que él le respondiera, pero ya no sería posible.
- Por favor, no te vayas -murmuró llorando a mares mientras abrazaba el pequeño cuerpo frio- No me dejes sola, si tú te vas ya no sé qué hacer.
Suni comenzó a gritar con todas sus fuerzas sin soltarlo, su hermanito se había ido y ella no puedo hacer nada para salvarlo. No importara que tanto dinero tuviera, eso no lo traería de vuelta.
Sus lágrimas no se detenían al igual que sus gritos, sus manos tiritaban y se aferraban fuertemente al cuerpo de su hermano, quien se fue en paz y con una sonrisa en los brazos de su hermana mayor.
Estuvo lamentándose hasta que vio como el sol alumbraba a ambos.
Su cabeza le daba vueltas y sus labios estaban resecos, estaba sin una lágrima más que derramar o algo para decir debido a lo lastimada que estaba su garganta por gritar durante horas.
Sin saber que hacer de ahora en adelante, con su rostro destruido y sin emoción, tomó delicadamente el cuerpo del pequeño y lo tapó con una sábana que tenía ahí, una vez que no pudo ver su lindo rostro, se dirigió en su auto hacia el mismo hospital donde estaba internado.
- Hazme un certificado de fallecimiento -ordenó inexpresiva al doctor- No quiero que nadie pregunte, solo hazlo para que yo pueda enterrarlo en paz.
Dicho esto, el adulto no se demoró en acatar la orden y le entregó el papel, asi Suni pudo irse a la funeraria más cercana aún con el pequeño cuerpito de su hermanito en el auto.
Con un gran bolso lleno de millones de wones, los encargados de la funeraria no se demoraron en hacer una pequeña ceremonia, en la cual la única que estaba en la sala era Suni.
En silencio, se acercó al ataúd y acarició la cara de Hwan, llorando sin poder detenerse mientras caía de rodillas.
- Por favor, despiértate, me dijiste que querías mostrarme un nuevo truco -susurró dolida.
Estuvo alrededor de una hora sola en aquel lugar ahogándose en sus lágrimas sin tener a alguien que la abrace, después de todo, los hermanos no tenían familia o conocidos, solo se tenían ellos mismos. Y ahora Suni estaba sola.
El entierro fue rápido, no habrá durado más de treinta minutos entre las bendiciones del cura y como bajaban el ataúd hasta cubrirlo por completo de tierra acompañado por la única flor blanca lanzada por Suni.
La peliazul se quedó hasta la madrugada de pie en el mismo lugar con una expresión sin emociones.
Estaba sola. Su madre la odiaba y su padre ni siquiera lo conoce, sus compañeros de clases le hacen la vida imposible, las peleas callejeras no le interesan y aborrece a los adultos de ese lugar, no tiene amigos o conocidos para hablar por lo menos unos minutos. No tenía nadie a su lado, y la única persona a la que le dedicó su vida entera se había ido ¿qué haría ahora?
Lo mejor era acompañar a su hermanito. Decidida, Suni se fue hasta el edificio más alto que encontró y se paró en el borde de la azotea, mirando el cielo por última vez.
- Siempre quisiste ser astronauta para explorar el espacio ¿cómo te sientes al saber que cumpliste tu sueño? -susurró con lágrimas en los ojos sin apartar su mirada de una estrella en específico, la más brillante.
Quiso lanzarse en ese momento, pero el fuerte agarre en su cintura le impidió acabar con su vida.
- ¡¿Qué haces?! -gritó enojada viendo al hombre.
- ¡¿Tú qué haces?! -respondió sacándola del borde.
- Vete de aquí si no quieres que te mate –gruñó irritada, no quería que nadie la molestara.
- No sé qué te ocurrió, pero eso no es motivo para querer acabar tu vida –habló serio.
Enojada por las palabras de mierda que había soltado el pelinegro, creó una lanza y la envió rápidamente hacia él, no le interesaba si lo mataba, después de todo ya nada le interesaba si no estaba Hwan.
Pero jamás espero que su ataque fuera detenido con viento.
- ¿Eres un despertado? –preguntó levemente sorprendida.
- Si, y veo que tu igual –sonrió calmado- Mi nombre es Inhyuk Goo ¿tu?
Suni no respondió y se quedó quieta en su lugar, si lo atacaba había posibilidad de que la asesine debido a lo fuerte que se veía el mayor. Y en ese momento sus pensamientos entraron en conflicto ¿no quería morir? ¿por qué no simplemente deja que la asesine?
Ignorando sus pensamientos, volvió a atacarlo con dagas, pero volvieron a ser detenidas.
- ¡Déjame en paz! –gritó harta- ¡Sólo finge que no me has visto o mátame! ¡Pero no te quedes ahí viéndome con lástima, no la necesito!
Inhyuk vio atentamente como la chica luchaba por detener las lágrimas, desde lejos podía ver lo mal que la había pasado.
- ¿Por qué quieres acabar tu vida? –preguntó interesado- ¿No crees que es demasiado?
- ¡Qué te interesa! –gruño lanzándole una esfera que fue esquivada- ¡Si ya no quiero vivir es mi problema, ya no tengo a nadie que me retenga aquí, asi que solo déjame sola!
- ¿Crees que a esa persona le gustaría verte así?
- ¡No lo sé, los muertos no hablan! –respondió llorando, no servía de nada seguir aguantando- ¡Vete!
- Solo respóndeme –habló serio- ¿Qué crees que pensaría esa persona al verte en ese estado? Solo piénsalo en segundo.
Suni cayó de rodillas mientras ocultaba su rostro entre sus manos mientras las lágrimas aumentaban, no quería volver a pensar en su hermano, su corazón dolía mucho cada vez que lo hacía.
Inhyuk se quedó quieto esperando pacientemente a que la peliazul se tranquilizara. Él solo estaba patrullando esa noche y de pronto la vio en lo alto del edificio, algo lo había empujado a salvarla y hacerle ver que no todo estaba perdido ¿qué tanto tuvo que pasar como para querer terminar su vida?
- Él se enojaría conmigo... -murmuró entre lágrimas, lo suficientemente alto como para que el mayor la escuche- Seguramente me regañe por hacer algo tan tonto y luego me dé un abrazo... Siempre lo hacía cuando volvía golpeada del trabajo... Pero por más enojado que estaba, me perdonaba porque decía que eso hacen los hermanos...
Suni volvió a romper en llanto, le dolía tanto acordarse de aquellos momentos que ya no volverían.
- Pero...Si yo muero, ya nadie lo recordará...
Inhyuk se arrodilló a su lado y la abrazó con toque delicado mientras la oía sollozar. Luego de unos minutos, sintió como la menor se había dormido por el cansancio, asi que la tomó en brazos y la llevó a las instalaciones de Shinwa para que la atendieran, la mantendría en el edificio hasta que ella decide que hacer o por lo menos hasta que se recupere de su estado mental.
Y se sintió feliz de saber que luego de tres meses la Yim había aceptado ser parte de la asociación.
Por su parte, Suni no tenía interés en nada, solo se mantendría en Shinhwa hasta que ella muera en una misión o pelea contra otro despertado. Viviría por el simple motivo de que la memoria de su hermano no fuese olvidada, alguien debía saber lo fantástico que fue Hwan Yim durante sus nueve años de vida.
Esa iba a ser su vida de ahora en adelante, pero sus planes dieron un gran vuelco al conocer a aquellos muchachos problemáticos; tal vez ya no sea tan malo vivir si los tenía con ellos a su lado.
Nota: si yo llore, ustedes tambien
Una aclaracion, hice el funeral al esrilo occidental ya que no sabia como trtar los funerales coreanos
Ahora si, algunas curiosidades:
- El hombre que le enseñó a leer a Suni fue Inhyuk, pero ninguno lo recuerda.
- Hwan pensaba que su hermana era una mafiosa por todo el dinero que tenia, pero jamas preguntó.
- La casa donde Suni y Hwan vivieron durante esos dos meses está sin uso desde la muerte de Hwan. Suni no ha ido ahi desde ese dia pero mantiene todo lo que hay dentro en perfecto estado.
- Suni comenzó a fumar desde que Hwan se fue.
- Hwan jamás supo que falleceria, se fue pensando que solo dormiría.
- Hwan nunca supo la historia de su hermana, asi que solo tiene buenos recuerdos de su vida con ella.
- Suni nunca pudo regular el sueño, asi que es normal para ella dormir solo dos horas al dia o menos.
- Suni abandonó a Hypatia sin decir los motivos, simplemente desaparecio; los lideres de la organizacion querian asesinarla pero el señor Taeyang lo impidio diciendo que mientras ella no actuara en su contra todo estaria bien.
¿que piesan del pasado de mi hija?
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