Epílogo
Unos años más tarde...
Una caja de cartón llena de recuerdos estaba siendo transportada en los brazos de Eileen. Las gotas de sudor caían por su frente y el cansancio ya empezaba a hacerse presente. Las altas temperaturas del verano y el cielo tan despejado acompañaba este día tan emocionante como agotador.
- ¿Falta algo más? - preguntó Jungkook cuando vio a Eileen llegar con la caja y dejarla en el suelo del nuevo piso del que ya eran felizmente propietarios. Jungkook vestía con camiseta de mangas cortas ajustada y unos pantalones de chándal cortos. Decenas de cajas se encontraban esparcidas por toda la casa. Un piso del que se enamoraron la primera vez que lo visitaron. Grande y espaciosa, perfecta para formar una vida juntos y una familia en algún futuro. Y, lo que más les enamoró, unas espectaculares vistas hacia la Torre Namsan. Ese lugar donde tan buenos momentos habían compartido.
- No faltaría nada más - informó Jimin que apareció por el salón con una sonrisa satisfecha por el gran trabajo que habían hecho durante todo el día.
Eileen echó un vistazo a su alrededor, el salón vacío pero llena de cajas y de trastos. Aún quedaba mucho trabajo por hacer pero no podía sentirse más que feliz. Era imposible borrarle la sonrisa de su rostro y Jungkook la miraba, fascinado y dándose cuenta que no hay ningún día en el que no piense que está perdidamente enamorado de esa chica tan peculiar. Su compañera de vida que hacía que cada día fuera uno especial.
- Ya lo hemos subido todo - habló Danielle mientras soltaba el aire cansada. El calor la estaba sofocando.
- Bueno, querrás decir que NOSOTROS lo hemos subido todo - replicó Jimin mientras que Jungkook y Eileen se aguantaron la risa sabiendo que su comentario había sido muy desafortunado. Danielle lo miró con los brazos cruzados, indignada.
- Disculpa, no querrás que coja peso estando EMBARAZADA - le respondió con el mismo tono de voz.
- No no, por supuesto que no, cariño - se arrepintió rápidamente Jimin, acojonado de que su mujer se enfadara. Intentó arreglar la situación dándole un beso en la mejilla mientras Danielle mascullaba palabras feas.
La barriga de Danielle estaba muy grande y es que, en apenas unas semanas iba a ser mamá de un niño. Y sí, el padre era Jimin.
La boda de Jimin y Danielle hacía dos años que se había celebrado. Muy íntima y especial. Parece ser que Jimin decidió asentar la cabeza, más cuando se dio cuenta que estaba perdidamente enamorado de la pelirroja. Jimin estuvo viviendo en el sofá del pequeño piso de Eileen por unos largos meses desde su llegada a la capital, aunque muchas noches las pasaba en la cama de Danielle, compartiendo noches inolvidables.
Eileen no podía creérselo, estaba que se moría por ver a su sobrino y poder mimarlo.
- ¡Con permiso! - gritó Taehyung entrando por la puerta con toda la confianza del mundo y con un destornillador electrónico en la mano. Lo acompañaba su amigo Yoongi. Hacía mucho tiempo que ya no compartían piso.
- ¿Dónde está esa estantería del demonio para montar? - preguntó Yoongi enfadado listo para ponerse a trabajar. Jungkook y Eileen agradecieron la ayuda de sus amigos, la verdad es que se sentían muy afortunados de tener esas personas en sus vidas y que dedicaran su día libre en coger peso y montar muebles.
- Yo también vengo a ayudar - Yeoreom entró por la puerta con una sonrisa. Eileen sonrió al ver a su amiga entrando por su casa. La relación entre ellas había terminado pero después de todo lo que tuvieron que pasar y las palabras de Yeoreom disculpándose con Eileen, finalmente se logró una amistad sana y honesta. Fue poco a poco, sin forzar ninguna situación. Y se consiguió una amistad mucho más fuerte que la de años atrás habían tenido.
Yeoreom se encontraba actualmente trabajando en la empresa de sus padres, por lo que pasaba muy poco tiempo en Seúl por sus viajes de trabajo. No tenía mucho tiempo para ella pero cuando podía, disfrutaba la vida. Ganaba mucho dinero y le gustaba viajar sola, conociendo otras culturas, personas y lugares del mundo.
- Veo que hoy no vistes de ropa de marca - bromeó Eileen al verla vestida de chándal, muy de domingo. Yeoreom sonrió.
- Estoy pensando ir siempre así. Le voy a dar más importancia a la comodidad que a la elegancia.
- No le des ideas, Eileen. Vas a hacer que pierda negociaciones - interrumpió Jungkook.
- Por cierto - Eileen miró a Yoongi que ya se disponía a montar la estantería que tenían en mitad del salón. - Tenemos que organizar la despedida de soltero de Yoongi.
- Y una mierda - soltó él haciendo a todos soltar una carcajada.
- ¿Cómo que no? - preguntó Taehyung - Lo haremos y te obligaremos a salir con nosotros.
- Me encierro en el cuarto antes de pasar vergüenza junto a vosotros.
Yoongi se iba a casar a finales del verano con Wendy.
Taehyung se había puesto más mono de lo normal y es que cuando Yeoreom estaba en la ciudad, se moría por verla. Se volvía loco por tener una interacción, aunque sea pequeña, de ella. A pesar de que Yeoreom siempre se encontraba liada, no podía negar que algo de atracción sentía entre ellos. Había una tensión sexual que no se podía ni fingir.
- ¿Haces algo está noche? - Taehyung le preguntó por lo bajito, mientras los demás seguían trabajando. Yeoreom dejó de atornillar el mueble que montaba para mirarlo a los ojos con una sonrisa. Amaba cuando él le hacía esa pregunta, no era la primera vez.
- No estoy ocupada. - le respondió provocándole una sonrisa - He traído de mi último viaje un châteua le pin procedente de Paris ¿Te gustaría degustarlo conmigo en mi casa?
- No he entendido nada de lo qué me has dicho pero, sí a todo. - Yeoreom se río.
- Es un vino.
- Perfecto. Me gusta el vino. - lo que más le gustaba era Yeoreom pero se lo diría esa noche después de beberse la botella de vino.
Finalmente Jungkook y Eileen se encontraron solos en su nueva casa, después de que sus amigos hubiesen pasado toda el día ayudándolos. Habían hecho un gran trabajo aunque la casa seguía algo vacía pero realmente llena de ilusiones y amor. Cenaron en el colchón que tenían tirado en el suelo y de mientras tenían el televisor encendido. Un anuncio salió que dejó a Eileen con la boca abierta.
- ¡Es Younghyun! - gritó Eileen con una risa y Jungkook frunció el ceño. Younghyun promocionaba el tour de su exitosa banda. Lo había perdido de vista hace años y aunque la última vez que se vieron no había terminado muy bien, se alegraba de que él estaba cumpliendo sus sueños.
- Parece ser que ha triunfado como idol. Ya era hora. - comentó Jungkook.
- Tenía futuro, me alegro mucho - Eileen se río pero miraba la pantalla viendo como ese chico había conseguido en lo que tanto había trabajado.
- ¡Yah! Deja de mirarlo, que me pongo celoso. - soltó Jungkook recordando como ese chico quiso robarle la chica de sus sueños. Hizo carcajear a Eileen y finalmente decidió apagar la televisión. Eileen se giró para mirarlo mientras tomaba su copa de vino y le daba un sorbo. Se sentía tan feliz. Su vida estaba en constante cambio. A mejor. Había conseguido graduarse tal y como se había propuesto. Lo había logrado junto con Jungkook. Después de la carrera le entró la incógnita, no sabía dónde dirigirse, a qué dedicarse toda su vida.
Pero entonces, se vio convirtiéndose en socia de The Moon Pub y más cuando Namjoon decidió abrir un segundo local en la capital, dándole la oportunidad de dirigirlo. Namjoon había visto como Eileen amaba su trabajo, como siempre le gustó ver a las personas disfrutando de la música, de la noche, bailando y creando recuerdos con otros. No dudó que ella era la indicada, el perfil perfecto para dirigir su negocio.
Y Eileen no dudó en aceptarlo. Su trabajo le llenaba y le hacía feliz.
Jungkook la apoyó siempre. En cada decisión que tomaba.
Y también se quedó a su lado, dirigiendo el local junto a ella.
Jungkook esa noche se sentía más nervioso de lo normal. Quería haberlo hecho de otra forma pero lo que tenía en el bolsillo de su pantalón lo desesperaba, estaba loco por entregárselo de una vez.
- Eileen - se acercó un poco más a ella y le apartó su cabello largo poniéndoselo detrás de su oreja.
- ¿Hmm? - Eileen sonrió y su ceja de frunció - ¿Qué ocultas, Jungkook? ¿Estas nervioso?
- ¿Tanto se me nota?
- Te conozco muy bien. - Jungkook sonrió plenamente y sacó el pequeño estuche de su bolsillo. Eileen se mordió el labio y se emocionó cuando su chico abrió el estuche mostrándole un anillo precioso.
- No he podido esperar más - se sinceró nervioso mientras su chica lo observaba con amor - Soy muy feliz a tu lado y por eso esta noche y por fin, en nuestra casa, quiero preguntarte, ¿te quieres casar conmigo?
Una sonrisa se le formó en la cara provocándole otra a su futuro marido. Lo tomó de la camisa y lo besó, dejando de lado la cena.
- Sí, sí me quiero casar contigo. - respondió Eileen quien no podía creerse este suceso. Jungkook quería pasar toda su vida con ella, lo tenía claro. - Pero ya sabes, me meto en muchos problemas. - bromeó sacándole la lengua después de recordar cuando años atrás siempre estaba envuelta de líos.
- No me preocupa eso, yo te sacaré de ellos o te apoyaré porque somos un equipo - Jungkook le guiñó el ojo, Eileen sonrió sintiéndose tan feliz que no pudo evitar volverlo a besar. Consiguió expresarle las ganas de hacerle el amor en su nuevo hogar.
- Te amo.
- Yo también te amo - respondió Jungkook tomándola de las caderas y tumbándola en el colchón. Era tan feliz a su lado. Su corazón bombeaba rápido, le hacía sentir tan bien. La adoraba y sobretodo, adoraba verla crecer como persona.
Eileen había logrado muchas cosas estos últimos años. Había superado miedos y aprendido a vivir con ellos. Le gustaba aprender cosas nuevas y hobbies como el boxeo aún lo seguía practicando junto con su gran apoyo. También se había metido a aprender inglés para poder comunicarse en los viajes que tenía planificado con su compañero de vida. Tenía aspiraciones, tenía sueños que cumplir y que los iba consiguiendo poco a poco. Luchaba cada día por conseguirlos.
Amaba a Jungkook porque él, a parte de ser tan bueno con ella, divertido y de volverla completamente loca nada más besarla, le proporcionaba toda la paz y seguridad que Eileen necesitaba. Y finalmente no dudó en acudir a recibir ayuda psicológica para superar aquello que tanta ansiedad le podría generar. Había conseguido que la figura de sus progenitores no la torturasen, había aprendido a valorarse como persona, a tener paciencia si no lo conseguía a la primera, a que su miedo a la soledad desapareciera poco a poco. Había conseguido quererse y respetarse.
Estaba constantemente aprendiendo, tanto ella como, en general, todas las personas.
Estamos aprendiendo, a superar nuestros miedos, a ser mejores personas cada día que pasa.
Estamos aprendiendo a vivir en este caótico mundo. Que no es nada fácil pero...
Aquí seguimos y lo vamos a conseguir.
:)
______♡______
Gracias. Solo puedo agradecer por todo vuestro tiempo en leer mi novela, por vuestros comentarios y votos. Gracias por la paciencia cuando no actualizaba seguido, gracias por siempre estar ahí desde el primer capítulo apoyando. Escribir este libro me ha hecho muy feliz, crear a Eileen me ha hecho muy feliz. Os deseo con todo mi corazón que todos podamos conseguir una vida plena, una vida donde seamos felices, donde nos rodeen gente tan genial y que nos aporten cosas buenas. Que nos llenen de amor.
Espero que Eileen os haya robado vuestro corazoncito.
No puedo evitar emocionarme escribiendo esto. Sé que hay mucho que mejorar, pero espero que podáis sentir que cada capítulo de esta historia tiene mi corazón. Al igual que todos los personajes que he creado. Espero que os haya gustado esta historia, que (como siempre digo) os haya hecho sentir algo. Algo, pequeñito, algo. Yo con eso puedo sentirme más que satisfecha.
Me siento boba ahora mismo llorando mientras escribo esto JAJAJA
En fin, esto no es una despedida, aún tengo más historias que contar.
Así que, nos veremos pronto.
Os leo como siempre.
Gracias.
Atentamente,
Alice.
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