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№11

Nota: ¿¡Habéis visto la nueva portada!? Me encanta :') La hice yo después de aprender hacer recortes JAJAJAJAJ soypatética. Bueno, ya me callo. Os dejo disfrutar del capítulo. <3

Jungkook.

Yeoreom me contó lo ocurrido con Eileen, visiblemente molesta y con razón. También me habría enfadado si me pasara algo así.

- El problema con Eileen es que nunca piensa en los demás, solo en lo que le conviene - afirmó Yeoreom con frustración mientras observaba a lo lejos - Es egoísta.

- Entiendo... ¿Y sabes por qué es así?

- No tengo ni idea. Nunca ha querido compartir mucho de su vida.

- ¿En serio? ¿Desde cuándo la conocías?

- Casi cuatro años - respondió Yeoreom con un tono sombrío - Pero Eileen siempre fue reservada sobre su vida personal.

Después de lo ocurrido la otra noche, Eileen se había convertido en un misterio para mí. Ahora que pensaba en todo lo que había visto en su casa, muchas preguntas surgían en mi mente.

- Siempre fue así de problemática desde que la conocí. No era la primera vez que se metía en problemas. Siempre estaba en el centro de los líos y no siempre para bien - comentó mientras daba un mordisco a su manzana. - La he perdonado una infinidad de veces, yo ya estoy harta de esta situación. No puedo confiar en ella.

- Ya veo.

- Encima, le advertí que te dejara en paz... - suspiró con cansancio.

- ¿Por qué?

- Porque sabía que algo como esto podía pasar.

- ¿De verdad siempre fue así? - pregunté incrédulo.

Yeoreom asintió.

- Sí.

-Entonces, ¿por qué sigues siendo su amiga?

- No lo sé. Quizás al principio me dio pena verla tan sola y decidí acercarme para conocerla mejor.

- ¿Y...?

- Bueno, Eileen puede ser divertida y a veces tenía una actitud positiva que me atraía... No todo es malo solo que - justo en ese momento llegó Tae y decidimos cambiar de tema.

Eileen no apareció en ninguna clase durante todo el día y se hizo eterno.

Mientras caminaba por los pasillos, escuché a algunos estudiantes hablando de ella, burlándose y riéndose a sus espaldas. Todos comentaban lo que había sucedido en la fiesta de Lia y parecía que Lia se había ganado cierta admiración por enfrentarse a Eileen.

La reputación de Eileen estaba por los suelos y no vi a nadie dispuesto a defenderla. Parecía que nadie en toda la universidad tenía una opinión positiva de ella.

- Oye, Jungkook - me habló Yeoreom mientras guardaba algunos libros en mi taquilla.

- Dime - respondí con una sonrisa.

- Algún día podríamos quedar...

- Oh...

- Para tomar algo, digo - aclaró rápidamente, notándose un leve rubor en sus mejillas.

- Claro, cuando quieras. No suelo salir mucho del piso, así que estaría bien que saliera de la cueva. Me gustaría conocer Seúl, aún no me ubico mucho y me da cosa perderme.

- Eso tiene que cambiar - comentó con los brazos en jarras mientras nos dirigíamos hacia la salida de la facultad. Tenía planeado pasar la tarde estudiando. - ¿Qué te parece el sábado?

Me quedé unos segundos pensativo. Realmente no tenía planes concretos. Mi tiempo libre se reducía a estudiar y ocasionalmente jugar unas partidas en la consola con mis compañeros de piso. Sin embargo, la idea de buscar un trabajo a tiempo parcial cruzaba mi mente más a menudo, considerando lo caro que era vivir en Seúl y lo poco que me quedaba de mis ahorros tras un verano trabajando en un bar cerca de la playa.

- Sí, me parecería perfecto - asentí con la cabeza.

- Perfecto. Bueno, nos vemos mañana - se despidió con un gesto de la mano y se alejó elegantemente. Era tan diferente a Eileen; me resultaba difícil imaginar que alguna vez hubieran sido amigas.

...

Me despiertan los gritos de una vecina, ya parte de mi rutina diaria. Siempre estaba vociferando, a menudo hablando sola, y como mi ventana daba al interior del edificio, se escuchaba todo. Era desagradable. A veces extrañaba mi casa en Busán.

Me levanto de la cama y me dirijo al único baño que había en el piso. Normalmente yo era el primero que se levantaba para poder pillarlo y no tener peleas. Pues Tae suele tardar mucho y eso nos desesperaba hasta tal punto que terminábamos gritándonos a las 8 de la mañana.

Desayuné rápidamente en la pequeña cocina. Yoongi bebía su café mirando al vacío. A esas horas, ninguno de nosotros estaba de humor para hablar; el sueño predominaba.

Caminé hacia la universidad con los auriculares puestos, escuchando música. La facultad no quedaba muy lejos, pero el frío ya comenzaba a congelar mis manos y mejillas. El invierno se acercaba rápidamente y, según me habían dicho, sería duro y frío aquí. Diciembre estaba a la vuelta de la esquina, y con él, la Navidad. Este año sería muy diferente.

Llego a la clase junto con Yeo, que me la había encontrado en la entrada. Íbamos hablando de temas sin mucha importancia y ambos nos quedamos en silencio cuando vemos a Eileen en su sitio. Había venido a clase. Yeo se sienta en su sitio e ignora completamente la presencia de Eileen.

- ¡Buenos días, Jungkook! - me saludó Eileen alegremente cuando tomé asiento a su lado. Tenía una sonrisa en el rostro como si el día anterior nunca hubiera pasado. Nuestras miradas se cruzaron, pero no mostré ninguna reacción. No respondería a sus intentos de conversación. Observé las ojeras que intentaba ocultar con maquillaje; parecía cansada. Aun así, su sonrisa parecía forzada, fuera de lugar. - ¿Cómo estás? - me preguntó animadamente mientras sacaba mi cuaderno. Fruncí el ceño, confundido por su cambio de humor. No entendía a qué jugaba. - ¿Qué pasa? ¿Te comió la lengua el gato? ¿No vas a hablarme?

Respondí con una risa sarcástica. ¿Qué tan inestable es esta mujer?

- No, parece que ya dije suficiente - respondí serio, recordándole lo que me había dicho el día anterior. Intentó articular una respuesta pero se quedó callada. No dije más; no quería hablar con ella ni involucrarme en sus problemas. Me había dejado claro que quería que la dejara en paz.

Eileen cambió su expresión a una de sorpresa y seriedad, acomodándose finalmente en su silla y mirando al frente justo cuando el profesor entraba por la puerta.

Al rato, Eileen dejó un papelito en mi mesa. No quise leerlo y lo ignoré por completo. Eileen parecía desesperarse y soltaba pequeños bufidos cuando veía que no le hacía caso. Apoyó la cabeza en la mano después de un gran bostezo. Me pregunté si había trabajado esa noche. Debía ser duro trabajar por las noches y luego ir a estudiar.

- Chicos, para la semana que viene van a presentar un proyecto de emprendimiento. Todo lo que les pido está en el temario que estamos viendo. Ah, y será en pareja - dicho eso, algunos compañeros empezaron a compartir miradas con sonrisas. De hecho, Yeoreom me toca la espalda y cuando me giro esta me mira así. Sé lo que me está pidiendo y asiento con la cabeza. Claro que iba a hacer el trabajo con ella. Estaba cien por cien seguro que sacaríamos la mejor nota - Pero me gustaría que lo hicierais con vuestro compañero de mesa - me quedé petrificado. Se escucharon algunos murmullos al fondo de la clase y el profesor añadió - Ya, chicos, sé que queréis hacerlo con vuestro amigo del alma pero la vida laboral te va a hacer trabajar con gente que puede ser muy diferente a ti. Así que, lo haremos así esta vez. Es solo un trabajo.

Maldita sea... Entonces, me tocaba con Eileen.

Ella no parecía inmutarse por lo último. No dijo nada al respecto y me pareció extraño. Le eché un rápido vistazo al papelito que aún estaba en mi mesa.

"¿Tú también estás enfadado conmigo? :("

Solté un suspiro al releerlo. Había sentido un pinchazo en mi corazón, pero sabía que Eileen quería hacerse la víctima y obtener mi compasión. Tomé la nota y la guardé en mi bolsillo.

Eileen seguía sin moverse mientras todos los demás organizaban el trabajo.

- ¿Eileen? - le pregunté, y cuando me di cuenta, la vi dormida con la cabeza apoyada en la mano.

No podía creerlo. Empezábamos bien.

La clase terminó y los compañeros comenzaron a salir. Eileen seguía dormida. Le toqué el brazo.

- Eileen. - dije, pero siguió ignorándome - ¡Eileen! - Moví su brazo y levantó la cabeza asustada y completamente desorientada. Al segundo, se dio cuenta de que la clase había terminado y me miró a los ojos.

- Ups - dijo, mostrándome una media sonrisa incómoda y avergonzada. Solté un suspiro cansado.- ¿Me perdí algo? - preguntó mientras se ponía de pie y recogía sus cosas.

- Sí, que tenemos que hacer un proyecto. Juntos.

- ¿Juntos? - preguntó confusa.

- Juntos.

- ¿¡En serio!? Ay, qué ilusión me hace - dijo verdaderamente alegre, y se dio cuenta de que yo no tenía las mismas ganas- Ya veo que tú no.

- Ni siquiera sabes de qué va. - recalqué con pesadez.

- Bueno, no te preocupes por eso para eso te pregunto a ti - dijo riendo, y continuó hablando. - ¿Y de qué va? - preguntó. Rodé los ojos, estaba cansado de su pasotismo. Salimos juntos de clase.

- Es sobre emprendimiento.

- O sea, que tenemos que crear un negocio ¿no?

- Sí.

- Fácil - me golpeó en el hombro y me sorprendí. - No desesperes.

- No sé, conociéndote, me veo haciendo el trabajo solo.

- ¡Jungkook! - me gritó ofendida, aunque siempre parecía tomárselo a broma. "- No asumas cosas cuando no me conoces bien.

- Ya ya... Centrémonos en lo importante ¿Cuándo quedamos? Me gustaría que no lo dejáramos para el último día. Tenemos una semana.

- Trabajo mejor bajo la presión de haberlo dejado en el último momento pero si te pones así de exigente, que por cierto me encanta, esta misma tarde podría.

- ¿Seguro?

- Seguro.

- ¿No trabajas esta noche? - le pregunté curioso, y negó con la cabeza. - De acuerdo, entonces esta tarde a las 17h.

- Hecho ¿Dónde? Te invitaría a mi casa pero me gustaría que nos centremos en el trabajo... - dijo con un tono pícaro, y me di cuenta de que había aprendido a ignorarla. Se rió.

- Nos vemos en el Starbucks cerca del metro Myeongdong.

- ¿Y no podría ser en la cafetería que hay justo enfrente? Algunos no tenemos tanto dinero para permitirse un café de ese lugar. - lamenta y la verdad es que yo también pienso lo mismo. Era muy caro ese sitio. No había dicho ninguna tontería.

- Vale, en la cafetería que hay justo enfrente. Sin problema.

- Gracias. - me mostró una sonrisa y aceleró el paso, dejándome atrás. Caminaba de espaldas mientras me hablaba. - Nos vemos en un rato, Jungkook. Ven más guapo de lo normal a nuestra segunda cita.

- ¿Qué dices? ¿Segunda cita? - se giró y se fue riéndose, y yo negué con la cabeza observando su figura. Vaya personaje.

...

Me presenté en la cafetería acordada. Estaba vacía, salvo por una chica trabajando. El lugar era acogedor y cálido, con mesas para cuatro personas y sillas tipo sofá. Me senté en una de ellas, saqué mi portátil y los libros que necesitaríamos.

- ¿Qué te sirvo? - preguntó con cortesía.

- Estoy esperando a alguien, pediremos juntos. - respondí, y ella asintió antes de alejarse.

Miré el reloj en una columna cercana y vi que ya pasaban cinco minutos de las cinco en punto. Sabía que Eileen por experiencia que no solía ser puntual; esa palabra parecía no existir en su diccionario. Aún así, tenía la esperanza de que no tardara mucho.

Pasaron los minutos y Eileen aún no aparecía. Las manecillas del reloj avanzaban implacables, marcando las cinco y media y yo seguía esperando, sin haber pedido nada y preguntándome si realmente debería esperar más.

Empecé a sentirme molesto. ¿Por qué seguía dándole el beneficio de la duda? Estaba perdiendo un tiempo valioso y la impaciencia empezaba a nublar mi juicio.

Cuarenta y cinco minutos de espera y ninguna señal de ella.

Finalmente, me levanté, recogí mis cosas y decidí irme a casa. Estaba decepcionado y seguramente le pediría al profesor hacer el trabajo con otra persona, alguien más responsable y sensato.

Salí de la cafetería y empecé a caminar hacia casa.

- ¡Jungkook! - escuché una voz llamándome a lo lejos. Me giré y vi a Eileen corriendo hacia mí, visiblemente agitada y sin venir sola. En sus brazos llevaba a una niña pequeña, de unos cuatro o cinco años, que parecía disfrutar del paseo en brazos de Eileen. A mi lado, un niño más grande, de unos cinco o seis años, se acercó con una sonrisa traviesa en su rostro.

- Pillado - exclamó el niño con una risa, tocando mi brazo como si estuviera jugando a las escondidas.

Me quedé mirándolos, completamente desconcertado. No entendía quiénes eran estos niños ni por qué estaban con Eileen. Ella llegó a mi lado, respirando agitadamente, como si hubiera corrido una maratón.

- Lo siento mucho por llegar tarde... Surgió un imprevisto de última hora - explicó, aún algo sofocada, mientras observaba a los niños.

- Eileen está muy nerviosa - bromeó el niño con una sonrisa, y Eileen solo mostró una sonrisa mientras yo seguía completamente desconcertado. Su comentario me hizo esbozar una sonrisa a pesar de mi confusión. Eileen respondió con una risa nerviosa mientras acunaba a la niña en sus brazos, quien seguía mirándome con curiosidad infantil.

¿Quiénes eran esos niños y por qué venían con Eileen?

__________________

Chan chan chaaaan.

No sabía muy bien como enfocar este capítulo, entré en un colapso mental y no avanzaba de ninguna manera Y-Y

Aún así, espero que os haya gustado y os deje con ganas de más ¡Os leo!

Toma una galletita 🍪 para ti.

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