El Torbellino del Caos: Kirby vs. Marx
advertencia: todo lo que esta escrito no tendra sentido alguno asi que lean lo con el cerebro apagado ademas esta medio inspirado en el fanfic "La bola rosada en el milenio 41" del usuario STEELFIVE2
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El Torbellino del Caos: Kirby vs. Marx
Era un día aparentemente normal en el vasto cosmos cuando, de repente, las leyes del tiempo y el espacio se doblaron. Un agujero negro se materializó en el horizonte de una galaxia distante, naciendo del retorcido poder de Marx. El ser de sonrisa astuta, con su poder al máximo, había abierto un portal, pero este no lo llevaría a otra dimensión cualquiera. No, el caprichoso Marx apuntaba hacia un nuevo mundo para desatar su caos. Sin embargo, algo salió terriblemente mal. Su creación descontrolada terminó fusionándose con energías desconocidas, y antes de que pudiera detenerlo, tanto él como Kirby fueron arrastrados hacia una dimensión de la que ni siquiera conocían su existencia: el mundo de las Monster Girls.
Cuando ambos seres aparecieron en el cielo de este nuevo mundo, los habitantes miraron con terror. Enormes destellos de luz y poder puro deformaron el firmamento como si el cielo estuviera siendo rasgado por manos invisibles. Mamono y humanos miraban en estado de shock mientras los dos combatientes descendían desde los cielos, como dioses listos para devastar la tierra bajo ellos.
Kirby fue el primero en aterrizar, suave pero firme, su pequeño cuerpo rosado brillaba con una energía inquietante. Marxeó al horizonte, donde Marx apareció envuelto en su propio aura oscura y púrpura, riendo con esa sonrisa retorcida.
—¡Oh, Kirby!— Marx soltó en un tono burlón, sus ojos chispeando con locura. —Este lugar parece... divertido. ¿Qué dices si lo convertimos en nuestro campo de juego?
Kirby, siempre el héroe que respondía al llamado, no dijo nada. En lugar de eso, inhaló profundamente, succionando una cantidad desmesurada de aire, distorsionando la gravedad alrededor de él. En un parpadeo, liberó una explosión de energía que destruyó una montaña cercana como si fuera arena. Las divinidades locales, observando desde las alturas, sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpos: estos seres no eran como nada que hubieran visto antes.
Marx sonrió más aún, sus alas de mariposa se desplegaron y se elevó en el aire. Con un chasquido de dedos, agujeros negros comenzaron a formarse a su alrededor. Estos no eran los típicos portales que solía crear; estaban distorsionados, succionando tanto la realidad misma como fragmentos de la disformidad, la dimensión corrupta del universo de Warhammer 40K. La tierra comenzó a fracturarse bajo el inmenso poder de Marx.
Kirby se lanzó hacia Marx con la velocidad de un cometa, su cuerpo convertido en una bola de energía pura. El impacto fue devastador. Un estruendo sacudió todo el continente, mientras montañas se desplomaban y la tierra se dividía en grietas interminables. Las Mamono corrieron aterrorizadas; succubos, lamias, arachne y todos los seres que habitaban esta dimensión sintieron el aire electrificarse con cada choque.
Marx, atrapado en una ráfaga de ataques de Kirby, soltó un grito de frustración. Con un giro brusco, invocó una lluvia de meteoros, cada uno del tamaño de una ciudad, bañando el mundo en una tormenta de destrucción. Los cielos, que alguna vez fueron pacíficos, se llenaron de destellos rojos y negros. Pero Kirby no era afectado. Con la inhalación de un solo meteorito, adquirió el poder de la materia cósmica y lanzó una explosión que borró el cielo entero. La explosión fue tal que rompió la barrera dimensional, colándose en el universo de Warhammer 40K.
Planetas enteros en el inmenso Imperium of Man comenzaron a desmoronarse. Mundos forja fueron reducidos a polvo, naves del tamaño de lunas se desintegraron como si fueran juguetes bajo la presión de la colisión de estos dos titanes. Incluso los inmortales dioses del Caos notaron la distorsión, sintiendo la oleada de energía que había destruido no solo realidades, sino también el tejido del Warp mismo.
Sin hablar, sin tregua, Marx y Kirby ya no eran conscientes del entorno. Estaban en un trance de combate absoluto, moviéndose a velocidades imposibles de seguir para cualquier mortal. Los ecos de sus ataques resonaban como truenos de dimensiones colapsando, mientras las Mamono, los humanos y las propias divinidades de este extraño mundo corrían para salvar sus vidas. A pesar de que diosas como la Mamono Lord trataban de intervenir, sus poderes eran ineficaces ante la escala divina en la que Marx y Kirby luchaban.
Cada golpe que lanzaban alteraba la geografía del mundo de las Monster Girls. Los ríos se evaporaron instantáneamente, los bosques fueron arrasados, y montañas enteras se convirtieron en polvo. Incluso el corazón de la propia Mamono Lord tembló ante el espectáculo que se desarrollaba frente a sus ojos. Este era un conflicto que estaba más allá de cualquier entendimiento o control.
Marx, ahora en su máxima desesperación, abrió un agujero negro final, el más grande que jamás había creado. Este no solo se tragó el mundo de las Monster Girls, sino que comenzó a arrastrar fragmentos del universo de Warhammer 40K. Imperios enteros, naves de los Eldar, fragmentos de planetas Necrones, incluso pedazos del Ojo del Terror mismo, comenzaron a ser atraídos hacia el vórtice.
Kirby, viendo la destrucción inminente, infló su cuerpo una vez más y, con una explosión de energía que sacudió todas las dimensiones, se lanzó al corazón del agujero negro. La colisión entre Kirby y el agujero negro resultó en una supernova de energía pura, lo suficientemente poderosa para borrar toda una sección del Multiverso.
Y, en un instante, todo terminó.
Cuando el polvo se asentó y las dimensiones comenzaron a recomponerse, Kirby y Marx flotaban nuevamente en el vacío cósmico. Ambos exhalaron, como si el trance de batalla hubiera concluido. Sin decir una palabra, Marx chasqueó los dedos y un nuevo agujero negro apareció, más controlado esta vez. Los dos combatientes fueron absorbidos de vuelta a su universo original, dejando tras de sí un mundo destrozado y cicatrices permanentes en la realidad misma.
El mundo de las Monster Girls quedó en ruinas, pero la memoria de esa batalla se convirtió en leyenda, una advertencia para cualquiera que osara desafiar los límites del poder. Y, en las lejanas estrellas del universo de Warhammer 40K, los ecos de la batalla entre Kirby y Marx aún resonaban como un susurro aterrador en los oídos de aquellos que osaban escuchar.
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fin del one shot
¿Que les parecio?
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