Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

25

Narra Esthepanie

Jadeé silenciosamente. Muy silenciosamente, al parecer, porque ellos no se movieron de su apasionada postura ni dejaron de susurrarse cositas. No supe muy bien qué hacer, así que sólo me quedé mirándolos, esperando que me vieran ahí, de pie en la puerta de la cocina y se separaran, pero eso no pasó por unos muy largos segundos.

Habían pasado tres semanas desde el día del suceso. Mi voz estaba menos macho alfa y más mujer fumadora, mi cara ya no parecía una salchicha hinchada podrida de raros colores, aunque aún tenía la mandíbula verde con el pómulo morado. Los agujeros de mis muelas faltantes se estaban empezando a sentir más naturales, igual me di cuenta de que no las iba a extrañar de todos modos. Ahora que estaba dispuesta a comer en la mesa, como no había hecho desde hacía mucho, me encontré con eso.

—Esthepanie. —Jadeó Linda, la ama de llaves de nuestra casa, dándose cuenta de mí por fin y saliendo de los brazos de mi papá, quien abrió la boca mirándome como venado deslumbrado por un momento, esperando mis gritos, supongo, sin saber dónde poner sus manos.

Mi enojo se había convertido en depresión a la segunda semana, pero no por eso accedí a hablar con mi papá como tanto me había pedido, así que supongo que por eso no mencionó nada acerca de lo que fuera que tuviera con Linda. Bueno, yo esperaba que fuera eso y que no hubiera empezado a esconderme cosas de nuevo. De verdad esperaba que fuera eso.

—Tú... —Escupí hacia Linda, parándome antes de soltar alguna grosería que ella realmente no se merecía, pero... yo estaba pasando por el peor momento de mi vida, mientras esos dos estaban haciéndose cariñitos por toda la casa ¿cómo le llamas a eso? Primero el hombre deja que me maltraten y violen, luego se enrolla con nuestra empleada, aparte, me lo esconde.

He perdido la cuenta de cuántas veces desde que superamos la muerte de mamá le dije que debía salir a citas, que debía encontrar una nueva mujer, él siempre dijo: "yo ya pasé por eso, Esthepanie, no tengo el tiempo para una mujer". Ahora, que por motivos del cielo ya tenía tiempo, una mujer que no me caía mal y que maldita sea, vivía en mi casa, no me lo dijo.

—Lo siento tanto —murmuró Linda acercándose un paso a mí y retrocediendo de nuevo como si creyera que la iba a atacar. Sus ojos estaban aguosos, odié que mi corazón se encogiera ante eso—. Yo sé que tu mamá...

—Eso no es lo que le molesta, Linda. —La interrumpió mi papá suavemente, tomando su mano, mirándome con tristeza—. Le molesta el secreto, si no me equivoco. Pero debes saber, Esthepanie, que esto es completamente nuevo y que planeábamos decirte cuando nos hablaras de nuevo.

Tragué saliva y parpadeé varias veces, deshaciéndome un poco del enojo. Mi papá era muchas cosas cuando yo intentaba enterarme de algo suyo; evasivo, cerrado, por ejemplo, pero nunca mentiroso, por eso caminé lentamente hacia la mesa esperando por él, para hablar. Yo no era una mocosa difícil y ya estaba harta de actuar como una.

Me dije a mí misma que debía permanecer fuerte ante cualquier cosa que me dijera, que debía seguir enojada con él por todo lo que me escondió y lo que causó, pero en el momento que él empezó a llorar mi débil alma se quebró por completo. Le dije que todo estaba bien, que lo perdonaba, que lo amaba mucho. Entonces empezó la plática seria.

Me contó todo lo que podía contarme, respondió todo lo que le pregunté. Me contó acerca de mi abuelo, a quién nunca conocí. Él se metió a la mafia cuando era joven y se convirtió en una persona muy poderosa en muy poco tiempo, arrastrando a mi papá y a su único hermano, Héctor, en eso desde que nacieron.

—Es lo mismo que pasó con Gustavo y sus hermanos. Nosotros no tuvimos una opción, nadie nos preguntó si queríamos hacerlo o no, sólo nos lanzaron a ello. Yo quería que tú tuvieras una opción, por eso te lo escondí.

Me contó acerca de cuando conoció a mamá, lloramos de felicidad todo el rato, recordándola. Dijo que fue en su primer viaje a México, la persona con la que necesitaba hablar no sabía ni inglés ni italiano, papá tampoco sabía español así que llamaron a mi mamá, quien sirvió de intérprete y se enteró de todo. Después de su junta él la invitó a salir, pensando que era una chica fácil, pero terminó descubriendo lo inteligente y dulce que era.

—No podía dejarla ir, ella me hacía ser una mejor persona —dijo con una sonrisa—. Era una mujer que valía la pena y me di cuenta de ello a los cinco minutos.

Se quedó en México con ella, se enamoraron, me hicieron en un auto (no es que necesitara esa imagen de novela erótica en mi cabeza). Un tiempo después mataron a mi abuelo en Italia, al parecer fue el abuelo de Ezequiel, pero nunca lograron saberlo.

Cuando regresaron a Italia mi papá hizo un trabajo "peligroso" para la familia de Ezequiel con unos rusos, por lo cual ganaron muchos millones de euros, entonces mi papá mató al abuelo de Ezequiel huyendo con el dinero y mi mamá a México. Yo sabía el resto la historia desde ahí: Francia, Italia de nuevo, USA, Italia de nuevo. Entonces, la cosa básicamente era que la familia de Ezequiel más otras cuántas a las que ellos le debían dinero trataron de robarle de nuevo a mi papá, pero nunca lograron atraparlo, entonces intentaron matándonos a nosotras, lo cuál salió mal pues sólo una salió herida. Pausaron el plan dos años, entonces, golpearon duro a mi papá, matando a su único hermano, llenándolo de amenazas acerca de matarme a mí, así que regresamos al punto de reunión donde él pensó que estaría más segura. Entonces, mientras hablábamos acerca de mi seguridad, llegamos al tema de Gustavo y su inocencia.

—Losé, papá, él me lo dijo, y no tengo ninguna razón para no creerle.

—Pero no lo perdonaste y además declaraste en su contra ¿por qué lo hiciste si sabías que él no tenía nada que ver?

—Porque me golpeó, me pateó, me sacó muelas que no crecerán de nuevo, me estranguló, dañó mi preciosa voz y se quedó parado como si nada mientras Ezequiel me violaba, esas son razones suficientes, además no tenía idea de que el agente ese lo iba a arrestar. No me pueden culpar por eso, él se lo merecía.

Mi papá cubrió su cara con sus manos un minuto y respiró profundamente unas cuántas veces.

—Tienes razón. Lo siento mucho —murmuró, sin quitar las manos de su cara—. Sé que esto no cambiará nada de lo que te pasó, pero te amo y no te volveré a poner en peligro de nuevo. Las personas que nos querían hacer daño ahora están muertas o de nuestro lado, Gustavo va a salir de la cárcel en dos semanas. Todo va a estar bien desde ahora, lo prometo.

—Espera ¿dos semanas? —pregunté, con la voz alta en pánico y felicidad. Una combinación muy rara— ¿No tenía cadena perpetua?

—Sí, pero yo jamás dejaría que ese niño se quedara toda la vida en la cárcel por algo que yo le pedí que hiciera, que además, lo lastimó tanto. —Miró hacia la mesa un segundo y luego alargó su mano para tomar la mía con fuerza—. Esthepanie, sé que es difícil, que aún estás dolida con todos nosotros, pero tienes que prometerme que hablarás con Gustavo.

—No —susurré, asombrada de que me lo pidiera—. No quiero. No lo haré.

—Él te ama, estuvo siendo miserable por semanas, sabiendo lo que tenía que hacer. Me pidió mil veces que le diera el trabajo a otra persona, pero yo no podía hacer eso, si las cosas hubieran sido diferentes no hubiéramos logrado tanto. Por favor, sólo promete que hablarás con él, no tienes que estar en una relación con él de nuevo, ni siquiera tienen que ser amigos, sólo dale el alivio del perdón. No quiero que viva con esa carga por siempre, bastante equipaje tiene ya para ser un hombre tan joven.

—Lo haré... —Acepté, asintiendo hacia él.

No quería hablar con Gustavo por nada del mundo, pero mi papá estaba en lo cierto; él ya tenía demasiado con que cargar, definitivamente yo no quería darle más dolor, sobre todo cuando lo que hizo fue una orden, él estuvo sufriendo tanto por ella. Por eso estaba tan tierno y tan triste al mismo tiempo esos últimos días, por eso me pedía perdón tantas veces sin motivo alguno, por eso quería que prometiera que lo perdonaría, que me iría con él cuando eso se acabara, todas esas cosas tomaban sentido ahora, sabía que odiarlo no sería justo. Parte de mi negación se debía a que, dentro de mí, sabía que no tomaría mucho esfuerzo de su parte conseguir mi perdón, él sólo tendría que verme con sus preciosos ojos tristes, yo haría lo que fuera para hacerlo sonreír de nuevo, pero no quería que pasara eso. No quería estar con él de nuevo, aunque al mismo tiempo lo anhelara tanto. No podría recuperar la confianza con él de ninguna manera y mi dignidad siempre estaría primero que mi amor por él.

*********

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro