Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

19

Lo primero que noté cuando desperté fue el fuerte dolor de cabeza que tenía. Era tan fuerte que no fui capaz de pensar en otra cosa mientras llevaba mis manos a la sien y dejaba caer mí frente a algo tibio. Después pensé en qué demonios podría ser esa cosa tibia y porqué la cama se sentía tan irregular y alta, pero aún no podía lograr hacer pensamientos coherentes. Me moví un milímetro, el dolor de mí cuerpo punzó. Luego, mientras abría mis ojos noté que estaba sobre un cuerpo con un aroma muy conocido.

Me guardé un grito de horror y todos los recuerdos de la noche anterior llegaron a mí, como si mi mente disparara imágenes sin cesar, primero distorsionados pero después más vívidos.

Comienzo a recordar todo lo que había pasado la noche anterior, me masturbé descaradamente frente a Gustavo en su auto, luego él lo hizo por mí cuando me quejé de que no había sido suficiente, después llegamos a su casa y me tiré sobre él; me dio mucha comida y agua, me llevó a su habitación insistiendo que comiera más, pero no, no, yo estaba hecha toda una loca.

Estábamos en la habitación, él me estaba ordenando que comiera una cosa que traía en la mano, era un tipo de pan del cuál ya estaba harta y asqueada. Lo ignoré regañándome por no ponerle atención, me quité el vestido, actuando como toda una puta ansiosa para quedar en ropa interior frente a él. Mis pezones estaban tan duros que sentí alivio cuando me quité el sostén. Estaba tan, pero tan mal que mis muslos estaban mojados y pegajosos por mis propios fluidos naturales. Ni siquiera sentí vergüenza en ese momento, me tiré desnuda sobre Gustavo. Él no estaba actuando como yo, en lo absoluto. Él había estado excitado también, lo había sentido, pero de todos modos ¿qué hombre normal no estaría excitado en esta situación? Siendo sincera, cualquiera. Pero lo admito, me dolió cuando recordé lo renuente que estaba a acostarse conmigo. Dijo: "no, Esthep, para" su cara no reflejaba mucha pasión ni felicidad. Al final aceptó luciendo derrotado, pero sólo si tomaba otro galón de agua y me comía otro maldito pan.

Se puso sobre mí después de buscar un condón en su escritorio y, en mi locura, ni siquiera me acuerdo como fue quitándose la ropa. Lo único de lo que soy consciente es lo mucho que me gustó cuando él se meció contra mí por primera vez y lo fuerte que gemí. Recuerdo también como Gustavo dijo: "Esthepanie mírame" lo cuál me gustó en ese momento, me sigue gustando.

Pero entonces noté otra cosa. Gustavo estaba dormido. Lo que quiere decir que, por primera vez en años, Gustavo durmió en la noche. Sin ningún recuerdo feo aparente y sin ninguna pesadilla que lo despertara. Ese pensamiento me hizo sonreír un poco.

Me levanté con cuidado tomé una toalla y fui al baño a darme una ducha.

—Buenas días pequeña. —Me dijo con su hermosa sonrisa al salir del baño.

—Buenos días Gus —respondí dándole la espalda para buscar algo de ropa en el armario. Me sobresalte cuando sentí sus brazos alrededor de mi cintura, mientras aparto mi cabello y depositó un beso en mi cuello.

—¿Te sientes bien? —Me giré hacia él y lo miré a los ojos. La verdad si me sentía bien, que mi primera vez haya sido con él lo hizo especial. Pero, no me gustó la circunstancia en la que pasó todo, quisiera haber guardado cada recuerdo de esa noche—¿Esthepanie estas aquí? —habló sacándome de mis pensamientos.

—Si, estoy bien. Es sólo que no recuerdo completamente todo lo que pasó anoche, y me disculpo contigo porque se que te obligue. —Bajé la mirada apenada.

—Oye. —Me levantó la cara—. Tu no me obligaste a nada, lo hice porque quise, ahora dime algo; ¿te arrepientes? —preguntó buscando respuesta en mi mirada.

—Yo... no, claro que no. —Pasé mis brazos alrededor de su cuello—. Sólo quisiera poder recordar cada detalle.

—Puedo contarte si qui... —Y de pronto se escucho un ruido proveniente de su teléfono—. Espera.

—¿Dígame señor Ferrer? —habló al teléfono, por lo que supe que era mi padre—. Si ella esta bien, claro, ya vamos para allá. —Y colgó la llamada.

—¿Que quería mi padre? —pregunté.

—Quiere que vaya a mi casa, que ya esta despejada y que necesita hablar conmigo.

—Bañate y ve entonces —dije dándome vuelta para tomar algo de ropa y comenzar a vestirte. Con que sorpresa nos saldrá mi padre ahora.

—Vale, ya vuelvo. —Y entró al baño.

Narra Gustavo

Llegué a mí casa, al entrar el señor Ferrer estaba sentado en la sala junto a mis hermanos esperándome.

—¿Qué ocurre? —pregunté medio asustado.

—A Ferrer le han llegado muchas amenazas desde Brasil de alguien que sabe aparentemente cada uno de sus movimientos —habló Joe.

—¿Qué tipo de amenazas?

—Del tipo que nos tiene desconfiando hasta del viento. Alguien quiere a Esthepanie y no sabemos quién.

—Hijo, tranquilizate —habló Ferrer—. Sólo quiero platicar contigo de lo que harás con Esthepanie.

—Bien. —Tomé asiento.

—Déjenme solo con Gustavo —dijo hacia los chicos a lo que ellos obedecieron y salieron de la casa—. Como te seguía diciendo; Sé que eres diferente a tus hermanos y por eso eres mí favorito. No quiere decir que ellos no me agraden, pero contigo me identifico.

—¿En serio? —pregunté deshaciéndome un poco del miedo.

—Sí, yo también fui lanzado a esta vida así sin más. También sé lo horrible que se siente hacer esto por obligación y tampoco pude dormir por mucho tiempo. —Miró al suelo, suspirando, como perdido en sus recuerdos —. ¿Me entiendes no? Lo que pasa con las personas es que se adaptan a la maldad, pero nosotros no.

Asentí con la cabeza, aceptando sus palabras.

—Fui un adolescente problemático, triste, enfurecido también, hasta que conocí a mí esposa. No puedo evitar darme cuenta de que eso está pasando contigo y Esthepanie. Ya no eres tan visiblemente miserable como antes, hijo. —Me elogió con una gran sonrisa. Bueno, gracias por eso... supongo—. Puede ser que no te des cuenta ahora mismo, por todas esas cosas que corren por tu cabeza, todas las obligaciones y miedos que ningún niño debería tener, pero tener a una persona con buena energía a tu lado todo el tiempo te ayuda. Mucho. Incluso aunque no lo notes.

—Pero lo noto. Lo hago, señor, créame. Y lo aprecio —hablé, dejando las cosas claras entre nosotros—. Sé que cuando estoy con ella soy muy diferente y que desde que la conocí he cambiado para bien. Es con la única persona que he reído de verdad en cuatro años, la única que me ha hecho sentir feliz, que me ha hecho sentir como que no soy completamente despreciable... y yo de verdad no quiero hacerlo, señor. Por favor, ponga a alguien más.

El señor Ferrer se me quedó viendo con algo parecido a admiración unos segundos y luego bajó su cabeza, pensando un momento.

—Yo tampoco quiero hacerlo. Sé muy bien lo que puede pasar y lo que le pueden hacer en ese poco tiempo, pero tenemos que terminar con esto de una vez. Si nos deshacemos de todos ellos nos quitaremos un muy, muy grande peso de encima. Los federales ya están de nuestro lado, han prometido dejarnos tranquilos. Las ganancias de este año son mucho mejores que las de los años pasados. Lo único que me tiene al borde de la muerte es este asunto, y tenemos que terminarlo.

—Lo entiendo, pero ¿tiene una idea de lo que ellos pueden pedirme que le haga a Esthepanie? No me van a llevar sólo de adorno, ellos querrán asegurarse que ella sufrirá, y me utilizarán para eso.

—Estoy muy consciente de ese hecho. —Contestó con dureza—. Tú tendrás que cumplir con cada cosa que ellos te digan que hagas. Cada cosa, por más fuerte que sea, por más bizarra, por más cruel... recuerda que serán tan solo unos minutos. Esthepanie es una chica de buen corazón, te perdonará por cualquier cosa, aún más si sabe que todo esto fue planeado. Ahora, ve con ella, hazla feliz y prepárate para tu próximo trabajo, no falta mucho para que el momento llegue, de todos modos.

Como si fuera tan fácil.

  **********

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro