Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo {8}:

Alexia Belén:

Profesores dedicados...

Una semana después:

—¿Segura que no quieres que me quede acá contigo?.

—No, no te preocupes, apenas empiezas a adaptarte, además, ya llamé a Elena avisándole y una profesora de tercer año impartirá mis clases— excusa Éricka.

Ella se ha estado sintiendo mal, supongo que de algo que le asentó mal en el estómago pero se ve fatal.

—Te ves pálida, pareces sacada de un cementerio.

Coloca los ojos —Es solo un malestar, además yo voy más tarde, anda acaba de irte y toma...—  rebusca entre un montón de papeles que tiene cerca para sacar las llaves de su auto   —cuídalo como a tu propia vida ¿ok?.

—Si contigo que eres toda una loca al volante sigue intacto ¿por qué conmigo no?.

Me da una mirada asesina  —Mejor vete.

Sonrío, cojo las llaves y le doy un beso —Cualquier cosa no dudes en llamarme.

—Estaré... — no termina la frase cuando sale corriendo rumbo al baño a vomitar.

Corro tras ella —¿Segura de que estás bien?— insisto.

—¡Acaba de irte Belén!— exclama desde el baño.

—Ok, ok.

Me voy del apartamento rumbo a la escuela, hoy me corresponde el turno después del receso pero aún así me propongo llegar temprano. Esta semana ha estado normal, con algunos problemitas, pero nada que no pueda solucionar, estuve molestando a Paul todo el tiempo con insinuaciones pero ni rastro de emoción y Bianca me odia, sí, ya sé que tengo tremenda facilidad para ganarme el odio de todos, pero dicen que luego se convierte en amor aunque imposible que Bianca y yo nos llevemos bien algún día, Leonel tampoco se queda atrás, aún no acabo de recordar de dónde lo conozco y Elena ha sido demasiado buena conmigo.

—Buenos días—  canturreo entrando al aula.

Muchos responden, otros como Lara no se adaptan a mi existencia.

¿Qué tendrán las rubias contra la humanidad? O mejor dicho, contra mí.

No sé cómo Diago, un chico extrovertido, que gusta gustar pero con sentimientos, escondidos pero los tiene, se fijó en ella teniendo frente a él a una Kimberly enamorada.

Seep, son mis alumnos por lo que me fijo en esas cosas, cualquier profesor dedicado lo haría ¿no?

Profesores dedicados, eso es lo que no hay aquí, exceptuando a Elena y a Éricka, el resto tan solo se fija en el qué dirán sin importarles la opinión de sus estudiantes y cuando digo resto me refiero también a Paul.

—¿Se puede saber a qué se debe su visita por acá tan temprano cuando no nos corresponde Literatura?— cuestiona Lara.

En estos días he estado solamente repasándoles gramática y redacción que bien mal que están pero se puede arreglar. La semana entrante es cuando empieza el verdadero show literario.

—Pues verás querida Kavinsky—  su cara de presumida cambia a una seria, me he dado cuenta de que odia que la llamen por su apellido —vengo a pasar asistencia.

Lo sé, soy un poco rara pero me preocupa uno de mis estudiantes, a él como que no le importa nada y yo voy a hacer que le importe hasta la forma en que duerme, los que son profesores lo entenderán.

—¿Asistencia?¿En serio? Para eso existe un personal— habla una Kimberly medio histérica.

—Por un momento pensé que tendríamos que soportarte los primeros 45 minuto— interviene Diago.

Ya tuteándome porque les pedí que lo hicieran, el respeto nada tiene que ver, porque se gana, no se impone.

—Ya quisieras tú muñeco— le respondo con una sonrisa.

—Un profesor no debería ponerle esos apodos a sus alumnos ¿no cree?—  ataca Lara.

Esta chica me saca de mis casillas.

—Y una estudiante no debería interrumpir a alguien cuando habla, es de muy mala educación, ¿no crees Kavinsky?—  contraataco con voz firme, ella piensa volver a hablar cuando lo hice yo —así que te me callas ¡Ya!.

Silencio absoluto. La paciencia no es mi fuerte.

Lara no vino mi primer día de clases y cuando en el segundo día apareció (llegando tarde), entrando con aires de grandeza y una cartera Christian Dior como mochila supe que nos llevaríamos fatal y efectivamente. Es que siempre tiene que haber un estudiante creído, y no solo ella.

Ella con su pose toda plástica creyéndose la reina Isabel, pero como yo soy buena en lo que hago se va a ver en la necesidad de cambiar por sí sola, eso espero.

Observo toda el aula  —¿Dónde está Peter?— otro estudiante que me odia con creces.

—Si no lo ves por acá es porque no está— responde Lara sarcástica.

—Debería estar más atenta señorita Belén— Diago sarcástico igual.

Peter Kendell, otro estudiante que no llegó el primer día, extraño ¿no?, pero bueno en verdad él me preocupa porque en la semana pocas son las veces que se aparece por acá y cuando lo hace no presta atención a las clases y está lleno de leves moretones, al parecer soy la única que lo ha notado, bueno, notado no, todos lo han visto pero se hacen los de la vista gorda.

En los turnos de clases ajenos a mí siempre me detengo en la puerta del aula a observar el comportamiento de todos y cada uno de ellos, y mis ojos siempre recaen sobre Peter, estoy pensando en hacerle una visita.

—Profesora Belén ¿Qué hace en mi turno de clase?— un sexy Paul en ropa casual ha entrado al aula.

—¿Llegando tarde muñeco?— algunos estudiantes comienzan a soltar risitas por lo bajo.

Ay que manía la mía de decirle muñeco a todo el mundo.

—Le hice una pregunta—  se va a la mesa del profesor para depositar sus instrumentos.

—Si te digo que vine para que también me impartieras clases...— la última palabra se desvanece en mi boca porque me detengo a mirar su trasero ya que él está de espaldas a mí, madre mía, este hombre sí que tiene todos los atributos.

—¿Qué decías?— creo que me atrapó observando territorio ajeno y el resto de la clase también se dio cuenta porque las risas se hacen más persistentes.

—¿Eh?... a sí, que no me vas a creer eso pero me encantaría, ¿a quién no le gustaría que un hombre tan guapo le diera clases, chicas?—  pregunto a las muchachas y la mayoría levanta la mano sin pudor  —¿ves? Pero en realidad vine a darle una vuelta a mi grupo.

—Si ya terminaste tu vuelta entonces vete que estoy retrasado en la clase.

—Ok no quiero molestarte.

—Ya lo haces con existir—  susurra tan bajo por lo que creo que yo fui la única que lo escuchó.

No pronuncio palabra y me voy.

Tranquilo muñeco que no me daré por vencido contigo, ni contigo ni con mi trabajo (...)

________________________________

Malena O'Conor en multimedia"

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro