Michel Gilbert:

La loca de Lara:

—¡Michel acaba!.

—¡Ya voy!— cojo los auriculares y me los coloco alrededor del cuello para bajar las escaleras.

Voy a la cocina y le doy un beso a mami.

—Adiós mi amor— se despide.

Al estar en la puerta veo a Maickel en la acera esperándome con el casco en la mano.

—Mira que te das lija hermanito.

—¡Cállate y dame!— espeto quitándole el casco para ponérmelo.

—Necesito que le des esto a Theresa— me muestra la funda de un portátil —doña Thalía me pidió que se lo llevara.

—Entonces lleváselo— subo a la moto.

—No puedo hermanito— aclara mientras arranca.

—No puedes o no quieres.

No responde, simplemente sale a toda velocidad, en cuestión de segundos el aire comienza a azotar mi cara y todo a mi alrededor pasa extremadamente rápido.

Theresa es nuestra vecina, una chica de último año en la preparatoria que está colada por mi hermano, la pobre, mi hermano aún no le da luz verde, dice él que no está para relaciones y todo lo que conlleva.

—Llegamos— me bajo de la moto y me quito el casco.

La profe Bianca pasa a nuestro lado y Maickel chifla en su dirección, ella ni siquiera lo mira.

—Adiós— le doy la espalda luego de lanzarle el casco pero no le llega a dar porque él lo atrapa a tiempo.

—Hey, hey, hey— cuando volteo tiene la funda en la mano —no te hagas el de rogar y hazme ese favorcito.

—¿Qué me vas a dar a cambio?— me cruzo de brazos.

—Lo que quieras.

—Lo que quiera— repito haciéndome el pensativo —¿Qué tal tu colección de discos de vinilo?.

—De eso nada.

—Pues no hay trato— hago ademán de irme.

—Tres de los discos.

Volteo a verlo —Seis y los que más me gusten.

Lo piensa un momento para luego soltar un suspiro derrotado —Está bien.

—Bien— agarro el portátil entre mis manos y entro a la preparatoria.

Soy un negociante de primera.

Siempre es lo mismo, la Theresa esa se deja cosas en su casa para que venga yo y se los traiga ¡De puta madre!.

Hablando del rey de Roma —¡Theresa!.

Ella se gira en mi dirección —Michelito— hago una mueca disimulada al escuchar ese diminutivo de mi nombre.

—Hola, tu madre te mandó esto.

—Pensé que lo traería tu hermano— coge la laptop.

Chiquita deja a mi hermano en paz, no vez que te evita cada que puede.

Rasco mi nuca —Bueno tenía trabajo que hacer.

—Ah bueno, gracias.

—No es nada.

Sigo rumbo al aula mientras me coloco los auriculares a todo volumen.

Al entrar tarareo la canción que va sonando hasta que me doy cuenta de la presencia de la profe Belén.

—Oh profe— retiro los auriculares.

—Buenos días Michel.

—¿Por qué tan temprano?— dejé mi mochila junto a los audífonos en mi mesa.

—En realidad acabo de llegar— lleva una rosa en la mano.

—¿Y esa rosa?— me acerco a ella.

—La encontré en mi escritorio esta mañana.

—¿Un enamorado secreto?— apoyo uno de mis codos en la mesa frente a ella.

—Eso parece— tiene una tonta sonrisa en los labios.

—¿Y tú que haces tan temprano aquí?— preguntó mirándome.

—Siempre llego temprano,  lo que me quedo merodeando por la escuela.

—Ah, yo hacía lo mismo cuando estaba en el instituto.

—¿A sí?.

—Sí, pero era como una rata de biblioteca — arruga la nariz y sonrío.

—¿Por qué?.

—Siempre estaba metida ahí.

—Tipo Yusdailis.

—Ajá.

—Mira Michi se me adelantó— ruedo los ojos, ya conozco muy bien esa voz.

Me volteo y efectivamente, vienen Diago, July y Malena.

—Buenos días profe— saludan las últimas y se acercan.

—Hola profe— saluda Diago pasándose la mano por el pelo y guiñándole un ojo, queriéndose parecer a los modelos esos de comerciales sobre dentífricos, lo único que falta es que le brille un diente.

—Hola chicos.

—No me vaya a decir que Michi ya logró cortejarla.

—Deja de decirme así— reclamo.

—Lo siento Diaguito, pero ya se adelantó, te quedaste atrás— la profe le sigue la corriente.

Malena y July ríen.

—¿Y esa rosa?— pregunta Male.

—Tiene un amigo secreto— me adelanto a explicar.

—Umh—- emitió Diago —tengo demasiada competencia, así no se puede.

—¿Puedo?— July señala la rosa para cogerla y la profe asiente —es hermosa.

—Todas las rosas son hermosas— aclara Malena rodando los ojos.

—Pero esta más porque es especial.

—Pues si usted quiere yo lw regalo un rosal entero— Diago con su sonrisa de galán.

La profesora ríe y el aula empieza a llenarse de estudiantes.

—Venga a sus puestos— Belén se levanta de la silla y los demás nos acomodando acomodando en nuestros lugares —Buenos días.

—Buenos días— responden todos.

—Bueno hoy es día de...

—¡Debate!— exclamamos, últimamente me empiezan a gustar las clases de literatura.

Todos comenzamos a sacar libretas y lápices.

—Profe Belén— el profesor de Mates de primer año se asoma a la puerta.

—Ahora vengo niños— ella sale a su encuentro.

—¿Hablaste con Lara?— aprovecho para preguntarle a Diago en un susurro.

—No, no he podido— responde de la misma forma.

—¿Y cuándo piensas hacerlo?.

—Sin presión Michi.

—Entre más te tardes más difícil será, sabes muy bien que esa chica es medio loca.

—¿Medio loca o loca completa?— cuestiona Yudi sonriendo desde el puesto de al frente y Diago gira los ojos.

—No es por nada pero deberías solucionar el problema cuanto antes— interviene Peter.

—¿Y me vas a hablar tú de problemas cuando vives y mueres ausentándote sin motivos?— ataca Diago.

—No sabes nada de eso— masculla Peter en respuesta.

—Chicos ese no es el tema— habla Yusdailis.

Diago lleva su mirada hacia el antepenúltimo puesto de atrás donde está Kim riendo con algo que Malena le dice. Sé muy bien que a él le gusta Kimberly pero solamente dice que le gusta como amiga, ahora no la tiene ni como amiga ni como nada.

—Lo que no entiendo es tu problema para terminar con ella— admito.

—Es que con las locas hay que tener cuidado— se burla Peter y Yusdailis le da un leve golpe en el brazo.

—Perdonen mis niños— Belén entra —comencemos, días atrás estuvimos abordando sobre la obra Casa de muñecas, luego les pedí que se estudiaran a Romeo y Julieta y como sé que muchos ya la conocen, la han leído o han visto la peli, hoy solamente vamos a dar nuestros puntos de vista con respecto a dicha obra escrita por...

—William Shakespeare— respondemos a coro.

—Genial porque si no se sabían el nombre iba a tener que hacer el procedimiento que requiere el estudio de...

Tres toques en la puerta del aula interrumpen. Todos volteamos a ver y es nada más y nada menos que Lara con la apariencia de siempre.

—Buenos días, profe— saluda dócilmente.

Raro.

Belén se pasa las manos por la cara frustrada.

»Perdone mi llegada tarde ¿Puedo pasar?— pero... ¿Dónde está la cámara oculta? ¿Qué hicieron con la Lara original?.

La profe suspira —Está bien Lara, puedes entrar.

—Gracias— entra y sin mirar a nadie se acomoda en su lugar.

Yo toco a Diago por las costillas quien también está anonadado con la actitud de Lara.

—Continuamos, como les decía, ayer les di los libros así que sáquenlos— volvemos a retomar la clase, hay movimientos en el aula al sacar el libro de Romeo y Julieta —primero que nada hagamos un recordatorio de la trama de la obra, de cómo Julieta y Romeo se conocen, se enamoran, qué pasa a partir de ahí y...

Y así seguimos la clase.

La profe en verdad se ve feliz y más atenta que nunca, en poco tiempo ella se ha ganado mi aprecio, no solo por ser amable con nosotros sino porque es una profesora que de verdad ama lo que hace, y son pocos los profesores así.

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N/A: ¿Pensaron que me había olvidado? Pues no muñec@s, aquí les traigo un nuevo capítulo.

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#Selesquiere 💞💕