Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo {20}:

Alexia:

El hijo perdido:

—¿Qué tal si vamos por un helado?— pregunta Éricka mientras yo tarareo una canción de Adele que suena en la radio del auto.

—Por mí está bien.

—Entonces vamos— dobla una curva para desviarse del camino a casa.

~~~

—¿Y cómo vas con Leonel?.

—Bien.

—Bien de bien o bien de espectacular.

—Ninguno de los dos, solamente nos hemos acercado un poco más, creo que es de esas personas a las que les gusta ir poco a poco.

—Algo es algo ¿no?.

—Bueno, cuando tú te imaginas a esa persona todo el puto día contigo con besos y abrazos es desquiciante ¿sabes?.

Suelto a reír.

Vamos paseando por la acera llena de transeúntes saboreando de nuestro helado y un paquete de caramelos, un poco de dulce de vez en cuando no le hace daño a nadie, el atardecer ya cae sobre nosotras, nos la hemos pasado de tienda en tienda mirando y comprando cosas, una perfecta tarde de chicas, las personas en la calle corren de un lado a otro, la mayoría con maletines y bolsos de trabajo de seguro de regreso a su hogar.

—Dime de Paul.

—¿Paul?— me sorprende el que lo haya mencionado.

—Sí Paul, el sexy Paul.

—Pues... ahí.

—Sabes muy bien que yo no quiero esa respuesta, necesito detalles.

—Bueno, hace casi una semana me besó.

Éricka por poco se ahoga con el caramelo en la boca.

—¡¿Te besó?!.

—Sí Éricka, me besó.

—Pero fue... fue un beso normal de roce o un beso con todas las de la ley— la miro con una ceja enarcada —ya sabes, un beso donde se comparte saliva, un beso con lengua donde...

—Ya Éricka, ya entendí perfectamente.

—¿Cómo besa?.

—¿En serio también quieres saber eso?.

—Pues claro, sino sería una información a medias y una amiga que se respete tiene que saber con exactitud los detalles más jugosos.

—Te digo que besa... fenomenal, fue un beso arrollador.

—Ay querida, ya estás creando dependencia de la droga Paul.

Río y niego con la cabeza, con Éricka no hay remedio.

Entonces veo a una niña pequeña que viene corriendo, resbala y cae frente a nosotras, enseguida comienza a llorar y rápido voy a socorrerla.

Le doy a sostener el helado a Éricka y la cojo entre mis brazos meciéndola.

—Hey, no, no llores— empleo un tono de voz suave, saco un caramelo de la bolsa que llevo —toma un caramelo, sirve para curar el dolor.

La niña deja de llorar para coger el caramelo, una mujer corre hacia nosotras.

—¡Naty qué te he dicho de salir sola!— se ve que a quien regaña es a la niña que llevo en brazos —siento si les molestó.

—No, no se preocupe— Éricka niega —solo venía corriendo y se cayó.

Le doy la niña a la mujer.

—Perdón de todos modos.

La mujer nos da la espalda con la niña, la cual aún nos mira por encima del hombro de la señora.

Glacias— la escuchamos decir y mis ojos se humedecen.

Luego seguimos el camino hasta el auto.

—¿Nunca has pensado tener hijos?— le pregunto a Éricka mientras ella mira por el retrovisor para salir del estacionamiento.

—Sí, claro que lo he pensado pero eso será cuando encuentre a alguien que esté dispuesto a dármelos— logra salir —¿tú no?— cuestiona ya en la carretera.

—Bueno la verdades es que... — me callo —olvídalo.

Me da una mirada rápida —Ahora vas a tener que decirme.

Observo a través de la ventanilla y suelto un pesado suspiro.

—En realidad yo ya tengo un hijo.

—¿Cómo así?.

—Bueno también puede ser hija, la tuve a los dieciocho años, ocho meses después de haber entrado en la cárcel.

—¿Y dónde está?.

—Pues me lo arrebataron— las lágrimas mojan mis mejillas y mantengo la vista fija en el exterior —ni siquiera pude saber el sexo, lo tuve y no lo vi más, no tuve la oportunidad de sostenerlo en mis brazos ni de... ni de amamantarlo.

—Cuánto lo siento, Belén— apoya su mano libre en mi hombro dándome un suave apretón.

Limpio mi nariz con el dorso de la camisa.

—¿Y no has intentado buscarlo?.

—Sí, pero en ese tiempo la persona que me lo quitó se fue del país, y en la cárcel no hay tantos medios para pagar un detective o a alguien que me ayudara a localizarlo.

—Entiendo— me dice con pesar y nos quedamos un instante en silencio —pero ahora estás libre ¿no?— vuelve a decir tratando de darme ánimo —entonces te será más fácil encontrar a tu hijo o hija.

—Eso espero.

—La esperanza es lo último que se pierde.

~~~

—Uf que cansancio— Éricka se deja caer en el sofá quitándose los zapatos y lanzándolos a una esquina.

—Pues yo tengo hambre— también me tiro en el sillón frente a ella mientras dejo mi cartera en la mesita a mi lado.

—¡Mierda!— rápido se levanta —ahora que lo dices, nos olvidamos pasar por el súper.

—¿En serio?.

—Aunque el de aquí funciona las veinticuatro horas, podemos ir ahora.

—¿Uh? De aquí a allá ya estoy muerta del hambre.

—Dramática— se levanta del sofá —mejor pidamos pizza.

—Eso— sonrío y levanto el dedo pulgar en señal de que está bien.

~~~

Me levanto temprano porque me corresponde el primer turno de clases.

Voy casi corriendo al baño para que me dé tiempo de coger el bus de las 7:00 am, al salir del baño me coloco un vestido ajustado negro que llega hasta mis rodillas, con una ranura en el lado izquierdo junto a unos tacones del mismo color, me meto en el cuarto de Éricka, quien duerme placenteramente, para coger las tenazas que descansan en su mesita de noche, toda la habitación está a oscuras, al volver a mi habitación trato de peinar mi extensa melena dejándola suelta sobre mis hombros, vuelvo a la habitación de Éricka, dejo las tenazas en su lugar y tomo la bolsa de su maquillaje, rápido me maquillo y por último salgo de casa, a tiempo para el bus.

Estando frente a la preparatoria, antes de entrar me voy a la cafetería de al frente, ya algunos estudiantes y profesores van entrando a la institución.

Pido un café y después de recibirlo entro al instituto, voy directo al departamento para reprepararme para la clase porque aún es temprano.

Al llegar a mi puesto una rosa roja descansa sobre un pequeño sobre rosa.

Miro a todos lados pero no hay nadie, frunzo el ceño y tomo el sobre entre mis manos, al abrirlo tiene una tarjeta con dibujos de rosas en las esquinas. Es una frase.

"No te avergüences de ser el que nada en contra de la corriente,

En un mundo de mentiras, la verdad es CAOS".

                   Buenos días, muñeca.

Al instante sonrío, tomo la rosa y me permito deleitarme con su perfume.

—Buenos días— Paul entra con la vista fija en unos papeles que trae en mano.

El sobre cae al suelo junto a la tarjeta del susto que me doy —¡Mierda!.

Veo como él levanta la vista mientras yo recojo el sobre.

—¿Belén?.

Me levanto del suelo agitada y acomodo las hebras de cabello que se han colado frente a mis ojos —Hola, muñeco.

—¿Qué haces aquí tan temprano?.

—Tengo clases a primera hora— cojo mi bolso —pero tranquilo que... que ya me voy.

Nunca en mi vida había estado tan nerviosa y a la vez tan emocionada porque ese muñeca en el saludo del sobre me da una pista sobre quién pudo haber puesto eso en mi mesa.

Él se mantiene en silencio mientras yo trato de ordenar mis nervios, esconder mi sonrisa estúpida y coger los libros en mano.

—¿Necesitas ayuda?— pregunta con una ceja enarcada.

—No, no ya... — al fin puedo tomar el último libro —ya está.

Paso por su lado aún sonriendo y cuando estoy en la puerta vuelvo en mis pasos, él me mira de brazos cruzados disimulando una sonrisa.

—Lo siento se me quedaba esto— le muestro la rosa, iba a seguir mi camino cuando vuelvo a retroceder —y esto también— le señalo el sobre y medio sonríe —adiós.

Creo que se me hizo el día, soy la mujer más feliz del planeta en estos momentos  (...)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro