Capítulo {18}:
Alexia:
Debate:
Me enojé severamente al ver a Lara recostada del marco de la puerta del salón interrumpiendo como siempre mi turno de clases.
—Faltaste ayer y hoy llegas tarde ¿qué crees tú que es esto?.
—¿Un aula?— pregunta/responde en broma.
—No estoy para chistes Lara Kavinsky, dame ahora mismo una razón, ¡Una! Para dejarte entrar.
—Que soy una estudiante con dinero, que si quiero puedo hacer que te despidan, son varios los motivos querida Belén.
—Fuera— alzo mi brazo derecho apuntando a la salida.
—¿Qué? ¿En serio no me vas a dejar entrar?.
—¡Fuera Lara!— exclamo.
—Esta me las pagas, Belén, me las pagas— y se desaparece de la puerta.
Fuerzo una sonrisa —Seguimos.
~~~
—Ahora quiero saber su opinión sobre la obra, sobre Nora y el resto de los personajes.
Yusdailis levanta la mano.
—A ver Yudi.
—Bueno, esta obra refleja a Nora, personaje principal, que siendo una mujer de casa, en parte apasionada por el dinero, es minimizada, ofendida, considerada incapaz de solucionar un problema...
—Es cierto— interrumpe Diago.
—¿Qué es cierto, Diago?— inquiero.
—Que Nora era incapaz de resolver los problemas por su cuenta.
—¿Por qué?— vuelvo a preguntar.
—En vez de enfrentarse a los problemas desde un principio ¿Qué hace? Falsifica una firma para viajar y pide dinero prestado.
—Estás siendo machista— reclama Kim.
—No, estoy diciendo la realidad.
—Además estaban en pleno siglo XIX, donde la mujer aún no se revelaba— aclara Yusdailis.
—¿Entonces por qué ella no se reveló? ¿Por qué no hizo como Linde? Que sí se sacrificó por su familia, Nora no movió ni un puto dedo haciéndose la de falsificar firmas cuando ella ni siquiera lo hizo— umm... buen punto.
Yo me mantengo en silencio, me gustan estas "discusiones literarias".
—Pero también Linde fue manipuladora, haciéndose la buena gente por delante cuando a espaldas ya tenía todo planeado, hacer una familia con el hijo de su madre de Krogstad y vivir feliz— replica Malena.
—No, Krogstad hizo lo que tenía que hacer que fue acabar con toda esa farsa, Nora debió haberle agradecido, si al final salió triunfante— habla Michel por vez primera.
El resto de la clase observa y escucha detenidamente, me asombra que Yusdailis no haya dicho ya un sinfín de motivos para justificar el por qué Diago no tiene razón pero quizás está dándole el protagonismo a Kimberly ya que el que comenzó todo fue Diago, este es el momento perfecto para que aclaren algunas cosas y se den cuenta de otras.
—¿Michel tú también?— cuestiona Julie.
—No me juzguen, solo digo lo que pienso.
Me cruzo de brazos.
—Eso, defiéndeme— vuelve a decir Diago —porque Nora fue débil, todas son débiles.
Te equivocas querido Diago.
»Nunca tienen el valor de decir las cosas a la cara y prefieren esconderse— ¿Es idea mía o eso se lo dijo a Kim?.
—No, las mujeres no somos débiles, solo que hay veces que no sabemos enfrentar las situaciones— alega Kim —como yo— susurra esto último pero creo que todos lo escucharon aunque nadie presta la merecida atención excepto Diago que la observa con una ceja enarcada por algunos segundos.
No eres débil Kim, tan solo temes al rechazo.
—¡Que fue débil!— repite en voz alta Diago, ok, esto está subiendo de tono —porque desde un principio ella ve que el socotroco de Helmer la trata como a basura dándole apodos de animales, y sí, es cariñoso, pero también patético, "mi pajarito cantor", ¿Qué es eso?, además ni siquiera le daba el dinero suficiente.
—El dinero no lo es todo— ataca Yudi.
—Sí, sí, no lo es todo y tampoco el corazón late oro— todos ríen —eso ya lo sé, pero Nora fue mentirosa, indigna, impostora, criminal e hipócrita.
—¿Como tu novia?— pregunta en burla Julie.
—Eso no viene al caso— le hace un gesto con la mano para que olvide esa parte y cuando decide seguir hablando Yusdailis vuelve a decir:
—Krogstad también fue todo eso y no lo defiendes.
—Ese es otro que también se merece mis respetos por desenmascarar a la descarada de Nora que se hizo la víctima en vez de enfrentar a su esposo y decirle la verdad desde un principio, es que esos son los resultados por permitir que su padre mucho antes la tratara como a una inútil, y a cambio se va de casa dejando a sus hijos.
Kimberly se levanta del asiento arrastrando la silla con rabia.
—Mira, estás siendo machista, egoísta y una serie de insultos que no me apetece decirte ahora pero Nora hizo lo que hizo porque necesitaba hacerlo; una mujer que se pasa su puta vida sin ser considerada ni siquiera un ser humano, siendo tratada como a un objeto sin valor, sin derecho a tomar sus propias decisiones, catalogada de débil, frágil, incapaz de hacer algo por cuenta propia y un sinnúmero de cosas más, llega el momento en que explota y se cansa de todo, así que hizo bien al irse de casa para ella misma encontrarse como mujer y como madre teniendo la valentía suficiente para enfrentarse a una sociedad patriarcal como aquella representando la lucha de la mujer en un medio hostil por defender arduamente SUS derechos, ¿y sus hijos? Pues ella sabía que ahí estarían bien cuidados así que Nora es un ejemplo a seguir y punto.
—¡Caso cerrado!— exclaman Malena, Julie y Yusdailis con una sonrisa.
El rostro de Kimberly está rojo de la ira, Diago se queda en silencio observándola con una sonrisa socarrona.
Al segundo se escuchan aplausos desde la puerta todos se giran para encontrarse a la directora.
—Me encantó— admite.
—Lo sé, somos los mejores— hablo con gesto engreído.
Admitámoslo, no tengo suerte en el amor pero sí en mi trabajo.
—Bueno chicos, lamento interrumpir el turno— se disculpa Elena —pero vengo para avisarles que a partir de las 10 am quedan liberados— el aula comienza a murmurar y a hacer chillidos de alegría —los profesores de segundo año tenemos congreso pero mañana sin falta estarán aquí como siempre, ahora me voy— y sale.
—De acuerdo, entonces me retiro, que tengan una feliz tarde amores míos y estudien— recojo mis cosas también para salir —hasta mañana.
—Hasta mañana profe— responden.
En la puerta me giro de nuevo —Peter— lo llamo, el se voltea —¿podrías pasar por el departamento antes de irte?.
Él asiente.
Le sonrío y me voy al departamento.
Llego tarareando una canción mientras miro el libro que llevo en las manos por lo que no me doy cuenta de la presencia de Paul en su asiento, y cuando lo veo casi salto del susto pero no digo nada.
Me siento en mi puesto y continúo leyendo mi libro, puedo sentir su mirada en mí, intento ignorarlo pero me es imposible.
Dejo salir un suspiro y alzo la vista —¿Te gusto o te caigo mal, muñeco?— él levanta ambas cejas —pregunto porque desde que llegué acá no dejas de mirarme, o es que tengo algo en algún lugar de mi cuerpo.
—No, no tienes nada— esa voz tan varonil aún logra derretirme —de hecho necesito hablar contigo.
—Si es por el beso despreocúpate, haré de cuenta que nunca ocurrió.
—No Alexia, no...
—¿Eso no es lo que quieres asegurar?— intervengo —¿que nadie se entere? Entonces tranquilo.
Él se levanta de su asiento para acercarse más a mí sentándose en el puesto de Éricka.
—Belén no es nada de eso, yo solo...
—Hey ¿Qué está pasando aquí?— Bianca acaba de entrar.
Esta mujer es peor que los policías de tránsito ¿Será que nunca podré tener una conversación civilizada con Paul sin interrupciones?.
Esto es demasiado para mi alma corrompida (...)
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El libro mencionado en el capítulo es Casa de muñecas de Henrik Ibsen, es una obra de teatro de 1917, sé que a la mayoría de hoy en día no les gustan los libros así pero lo recomiendo, a mí me gustó.
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