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Era un día soleado, con matices de que en la tarde lloverá, louis se levanta de su cama, recreando su rutina de todos los días desde que llegó a esa aburrida ciudad, algo monótono e insensato que a vuelto repetitiva su vida.
Ya estaba listo para salir hacia el edificio en el que se sienta 8 horas al día.
Aburrido lunes y sus malditos trancones a 5 kilómetros de su trabajo- pensó louis mientras se recostaba sobre el volante de su auto.
Su vida era una mierda sin nada de emoción, aburrida, sencilla, sin nada nuevo o por lo menos alguien allí.
Cansado de todo, del mundo y su mierda, volteo a ver a la ventana, esperando encontrar uno de tantos vendedores ambulantes que le pudieran ofrecer una cajetilla de cigarros.
No vio nada.
Ni nadie.
Al parecer ese lunes todo el mundo había decidido joderle los cojones.
El tráfico avanso después de una hora y media, llegando tarde a su trabajo, y recibiendo uno de tantos sermones, los cuales se los ofrecía la única persona que aparentemente, le caía bien.
Liam Payne
Ese director ejecutivo, alto y de muy buen porte.
Era, por así decirlo, la única persona con la que no se aburría.
Se sentó en su oficina, y empezó con el papeleo que tenia sobre su escritorio, un montón de mierda, que se ordenaba para luego pasarlo a gente de mierda.
Eran las nueve de la mañana, ya había trabajado dos horas y media seguidas, y se merecía un buen descanso.
Se levantó de su escritorio y fue hacia la oficina de Payne, con tal de servir un buen café de la cafetera en dicho lugar de trabajo.
Malditos ejecutivos y sus lujos en la oficina.
-Louis, deberías de estar trabajando- dice Payne, viendo como Louis entra y se sienta en su sofá de terciopelo.
-ya e trabajado dos horas y media, merezco un descanso y un buen café- dice, acomodándose en ese hermoso y cómodo sofá, que ni vendiendo todos sus órganos lograría conseguir.
-ya, aparte que llegas tarde, estas de flojo. Prepárate un café y vete a trabajar Tommo- la tranquilidad con la qué salen dichas palabras de la boca de Payne hace que Louis rodará sus ojos. !ESQUE YA NO PUEDE SIQUIERA DISFRUTAR DE UNOS MINUTOS?!
-o vamos amigo, es lunes, un fastidiosos lunes, y ya me sermoneaste una vez, dos me derrititan las neuronas- dice Louis mientras se levanta de su asiento, en busca de tan deseado café.
Sirve en un vaso plástico, y se despide de su amigo.
Volviendo a su oficina, que más bien es un cubículo con mesas.
Se sentó en su silla giratoria y se propuso disfrutar de su café, sin importarle mucho el como su jefe caminaba por los pasillos del lugar.
Al parecer el café le dio buena vibra, porque, el señor malik no se detuvo a regañarlo, y sólo siguió su camino. (Hacia la oficina de quien sabe quien)
Se azomaba el medio día, cinco horas y media de arduo trabajo, escribiendo y firmando papeles, poniendo sellos y cortando hojas.
Como era de esperarse, a las doce y treinta en punto, todos los trabajadores dejaron su puesto, llendo a buscar algo con lo cual, llenar su estómago.
Louis solo fue en busca de su amigo, pues siempre almorzaba juntos.
Llegando a la oficina de Payne, vio que la puerta estaba cerrada, y las persianas abajo; algo muy poco común, puesto que payne le gusta trabajar con aire ventilado.
Se acercó a la puerta dispuesto a llamar, acercándose lo suficiente.
Todo hiba bien, hasta que escucho un estruendo dentro de la oficina, que fue callado con unas risas acompañadas de susurros.
Louis le pareció extraño, así que sin rodeos, llamo a la puerta.
Silencio....
Solo había eso.
Hasta que, un despeinado Liam abrió la puerta.
-Tommo? Que sucede?- dice Payne, su voz sonando como si hubiera corrido una maratón.
-son las doce treinta, un lunes, en el trabajo, vengo por el pan- si el segundo nombre de Louis no fuera William, definitivamente sería sarcasmo.
-pan?- Liam reflejaba que no había entendido una mierda de lo que dijo Louis.
-amigo......... Sabes que? Almuerza solo- fastidiado, louis se aparto de la oficina de Payne, dejándolo con las palabras en la boca.
Cuando estuvo por girar hacia el elevador, Tommo se da vuelta un poco, visualizando la oficina de liam, dándose cuenta el como unos brazos rodeaban como un peluche la cintura del ejecutivo, empujándolo hacia adentro de la oficina mientras cerraba la puerta.
Idiota, pensó louis mientras seguía caminando.
Se encontraba en un restaurante barato, de esos que huelen a leña, pero que te hacen sentir cómodo.
Al fondo del lugar, se escuchaba alguna que otra canción, no lograba identificarlas, así que solo se puso a revisar el menú.
Ofrecían como plato principal una sopa de... ¿calló?
Okey, eso no sonaba apetitoso.
Siguió leyendo, hasta que un mesero llegó a tomar su orden, diferente a quien le había entregado el menú.
- buenas tardes caballero, ya sabe que va a ordenar?- hablo el muchacho, su voz sonaba alegre.
- quisiera algo liviano, pero no me decido- habla louis, ignorando el como el mesero tarareaba la canción de fondo.
- tenemos sopas, puede pedirla sin el acompañamiento, así sería más liviano- habla el muchacho, recomendando la dichosa sopa.
- bien, tráeme la sopa sin el acompañamiento- dice Louis, subiendo alfin la mirada del menú, encontrándose con un lindo mesero.
-claro, quiere algo de tomar?-
-si, el jugo de naranja porfavor-
Luego de eso, el mesero se aleja de la mesa de louis, quien se queda pensando..
Lindo.
Tiene voz bonita.
Es muy guapo.
Cuantos años tiene?
Será legal?
Se ve muy tierno con ese delantal.
Su voz siempre es así de profunda?
¿Que te pasa louis? Dijo su vocesita, devolviendo su mente a la realidad.
Esa mierda que fue?
Porque pensó eso
Nisiquiera sabe quien es el mesero.
Ni sabe su nombre.
¿Que te pasa louis? Se Regaña otra vez.
Nisiquiera hubo química entre los dos.
O si?
CALLATE- se dice a si mismo
El no es de querer tener química con alguien.
El es un ser oscuro y aburrido.
Monótono.
Elimino cualquier pensamiento incoherente de su cabeza, y se dispuso a visualizar el como, el chico de antes, se acercaba con su pedido.
-bien, acá esta tu pedido- dice llegando a la mesa de louis.
-gracias am...-
-Harry, dime Harry- ofrece el mesero con una sonrisa algo tierna.
-gracias, Harry.- wow, que nombre tan lindo.
Louis que te pasa, es obvio que no hay química.
Nisiquiera se siente destello en la voz de... Harry.
La falta de emoción en tu vida te está fundiendo el cerebro.
Se regaña nuevamente a si mismo, mientras procede a cucharear dicha sopa.
Había terminado la sopa, quedando satisfecho. Estaba malditamente deliciosa, aunque aún no supiera que mierda es el callo.
Limpio la comisura de sus labios con una servilleta, y se levantó de la mesa, dirigiéndose al cajero para pagar, y así volver a su aburrido trabajo
-serian 15 dolares- dijo la señorita que atendía el cajero.
Louis saca un billete de veinte y se lo entrega, ofreciendo el cambio como propina.
Ya hiba saliendo del lugar, cuando alguien le toca el hombro.
-disculpa, pero se te quedó esto- dice el mesero de antes, ofreciéndole un papel.
-amm, gracias....... este, ya me tengo que ir, te agradezco nuevamente- dice Louis, cortando completamente la conversación.
Le incomoda hablar en las calles, porque piensa que en cualquier momento un espía enviado por el gobierno escuchara sus conversaciones.
Exagerado? Un poco, pero, más vale hombre prevenido que hombre muerto.
Vio a harry asentir con la cabeza mientras giraba en sus talones y se dirigía nuevamente al restaurante.
Se metió el papel al bolsillo, y se puso a caminar hacia su edificio, pues no había sacado su carro, estaban a menos de cinco cuadras, el no es un flojo.
Entro al ascensor, apretando el botón que lo llevara a su piso. Mientras esperaba que terminara de subir, se le vino a la mente el recuerdo de aquel papel.
El no había dejado ningún papel. Y quien en su sano juicio persigue a alguien contal de darle un papel.
Ilógico.
Rebusco en sus bolsillos dicho papel, y lo empezó a desdoblar.
No tardo mucho en hacerlo, y cuando visualizo un número de teléfono, más un: me parecíste lindo, que tal si vamos por un café algún día?, se atragantó con su propia saliva.
Que es esto.
Si hubo química?
Aw que lindo.
Le puso un corazón al final de la nota.
Al parecer este lunes no sería tan mierda al final de todo.
No volvería una vez más un caos su cabeza.
Martes por la mañana, se encontraba en su oficina, debatiendo si escribirle o no al bonito mesero.
No lo haría, el tiene mucho trabajo que hacer como para ponerse a salir con un desconocido.
Es ilógico....
Al final si le escribió.
Hablaron un rato, y quedaron en verse hoy a las seis de la tarde a las afueras del restaurante donde trabaja harry.
No era normal que se saliera de su rutina aburrida, pero ey, haría algo productivo.
Louis estaba undido en sus pensamientos, aburrido y estresado, no entendía como Zayn Malik, su jefe, lo llenaba de trabajo hasta el cansancio.
Le pediría un aumento.
De echo, iría ya mismo a hacerlo.
Se levantó seguro, y se puso en marcha a la oficina de su jefe.
Todo había salido perfecto, de no ser que al momento de abrir la puerta, se encontró con que Liam, estaba acorralado a su jefe contra el escritorio.
Al momento que vio es escena, salió corriendo del lugar. No hiba a presenciar algo más subido de tono.
Luego le pediría explicaciones a Payne.
A la hora del almuerzo, no salió, pues esta mañana se había preparado un sándwich, dejando la cocina vuelta mierda.
Estaba en el balcón del edificio, disfrutando de su almuerzo mientras pensaba q hacer esta tarde cuando se encuentre con el desconocido llamado Harry.
No tenía buena habla, el nunca había sido ente de socializar, era aburrido.
Y vien, aburrido se queda corto, más bien, no sabe como hablar.
Además, le hiba a pedir ayuda a Liam, pero al parecer su amigo no se encontraba en la oficina porque salio a almorzar.
Maldito, no me llevo.
Bien, se concentrará en terminar lo más rápido posible de ordenar los papeles que tiene en su escritorio, y hablaría con Lily, la secretaria de Malik, para que lo dejen salir a las tres de la tarde, así tendrá tiempo suficiente para pensar que hacer.
(Por otro lado)
-entonces lo perseguiste y le diste un papel con tu número?- dice Amanda, la chica que atiende el cajero.
-si, y cuando se lo entregue casi me desmayo, esque es endemoniadamente lindo- dice harry, un brillo casi invisible pasándose por sus ojos.
-bueno chico enamorado, cambiando de tema, son las dos de la tarde, tienes que irte si no quieres llegar tarde a tu clase.
-tienes razón!- el chico, con una sonrisa en su rostro, se quita el delantal y se apresura a salir del restaurante; dirigiéndose hacia su academia.
Tres de la tarde. Academia Brigtes.
Bellas artes
Harry entraba por la puerta de atrás, para así no ser visto por la recepcionista, y que no lo dejara entrar.
Logró llegar hasta los ascensores sin ser detectado, entró y pulso el botón que lo llevaría a su piso.
Cuando el ascensor se detuvo, Harry acomodo su maleta sobre el hombro izquierdo, y avanzo por el pasillo del edificio.
Curso 1-c
Especializado en baile contemporáneo.
Abrió la puerta del salón con mucho cuidado, visualizando que el maestro Horan no estuviera.
Para su buena suerte, en el salón solo estaban sus compañeros.
Entro rápidamente, y se quito los zapatos, sentándose al lado de Asthon, uno de sus compañeros.
-llegas tarde amigo- dice el castaño.
-me quede atascado en un semáforo en rojo que no quería cambiar- dice harry, ya sentado y comenzando una conversación amena con su amigo.
Minutos después, llega el maestro Horan, un irlandés de tes pálida y cabello teñido de Rubio.
-Buenos días chicos!!- dice Horan, como siempre, de buen humor. Los alumnos respondiendo le el saludo.
..bueno, como saben, estamos a comienzos de otoño, lo que significa, que como cada año, la academia dará un espectaculo en el Royal Albert Hall, entonces, les voy a explicar la temática de este año.
El espectáculo de inicio de otoño, el evento más importante del año, claramente, harry le emocionaba, y ya había pensado en muchas coreografías y temas para tal.
..como les vengo diciendo, entonces, la temática de este año centralmente son la expresión de amor, miedo, dolor, tristeza, y exasperación. Entonces, cada uno de ustedes tendrá la oportunidad de crear una coreografía, la cual será evaluada por los maestros, para así escoger una por curso. Somos 9 especializaciones, osea, solo nueve coreografías tendrán el honor de ser mostradas en el teatro el 25 de noviembre.
La euforia se hizo presente entre todos los alumnos.
Era el evento más importante del año, y si su coreografías lograba buenas críticas, podría lograr llegar a las grandes ligas.
-maestro, una pregunta, las coreografías tienen limite de integrantes?- pregunta uno de los alumnos desde el fondo.
- no, este año se pudieron abrir a libre cantidad de personas, pero no significa que se tiene que hacer en conjunto, perfectamente pueden hacer un solo.
Así, durante toda la clase, se hicieron y respondieron preguntas, se dio más información, y entrenaron un poco, pensando y agrupandose.
- Bien chicos, nuestra clase de hoy a terminado, quienes tengan que reunirse con los demás profesores, diríjanse a la sala 2, y quienes no, se pueden retirar. Descansen y nos vemos mañana, espero lleguen con la temática que escogieron.
Todos salieron, y se exparsieron por los pisos, eran las cinco de la tarde cuando harry salió de la academia, se suponía que tenía su "cita" a las seis, y suc asa estaba un poco lejos, así que llamo a Amanda, quien vivía a dos calles de donde se encontraba.
-Amanda, sálvame la vida y dime que aún tienes la ropa que deje el viernes en tu casa- dice harry por el teléfono.
-hola harry, si, la tengo lavada, justo estaba por salir para ir a entregarte la.
-no!! Espérame allí, necesito cambiarme- empezó a correr hacia la casa de Amanda, con la esperanza de que no se le haga tarde como siempre.
-bueno, acá te espero. Pero no tardes eh?- sin que dejara hablar al rizado, colgó la llamada.
Harry corría por las calles de Londres, ciudad hermosa, pero a la vez un tanto aburrida.
Cuando llego a su destino, saludo rápidamente a Amanda, y le pidió que lo dejara pasar. Se cambió de ropa y se arreglo un poco.
Tenia unos pantalones entubados, una camisa negra con sus botones mostrando la clavícula, un pañuelo en su cuello, y sus hermosas botas cafe.
-porque tan guapo chico?- pregunta Amanda cuando lo vio bajar ya listo.
-recuerdas que te dije que le di mi número al chico lindo que paso por el restaurante?- mientras hablaba, salía de la casa, la chica pisandole los talones.
-cuadraron una cita??
-se podría decir que si es cita, y ya voy tarde, asi que, nos vemos linda, y gracias por salvarme el pellejo- dice El rizado mientras se alejaba de la casa de Amanda. La chica despidiéndose y alejándose por el lado opuesto.
Louis había salido a las tres treinta de la oficina, y se fue directo a su casa, cansado, aunque no hubiera echo mayor cosa.
Durmió hasta las cinco, no sin antes haber alistado que ponerse para su encuentro con el chico llamado Harry.
Cuando se despertó, se dio un baño rápido y se puso la ropa.
Una camisa blanca de mangas remangadas hasta los codos, unos jeans negros, y zapatos Adidas.
Algo sencillo, no pondría esfuerzo en arreglarse para un desconocido.
Peino su castaño cabello, y salió de la casa, viendo que eran las cinco con cuarenta y el lugar de encuentro estaba lejos.
Llego quince minutos después, aparco su carro en la acera de enfrente al restaurante, y se recargo sobre la ventanilla de este. Esperando por el chico.
Cuando visualizo una cabellera risada, no pensó que vería algo más hermoso.
El chico que se dirigía hacia el, era sin duda alguna, la persona más hermosa del mundo.
Esque como algo tan sencillo lo puede hacer ver tan hermoso?
-Ey, hola!! Llevas mucho tiempo esperando?- habla harry, llegando a donde estaba louis.
-hola, no, la verdad no, prácticamente acabo de llegar.- dice el castaño.
- oh, eso esta bien, bueno, que te parece si vamos a una cafetería?- ofrece el rizado con una sonrisa en su rostro.
-claro, es buena idea. Ven vamos en mi carro- ofrece louis, subiéndose al asiento del piloto.
Harry rodeo el auto, y se subió al asiento del copiloto.
Empezó una conversación amena con el castaño, empezando por preguntarle su nombre, pues no se lo había dicho antes.
Llegaron a una cafetería cercana, se sentaron en una mesa cerca a las ventanas, y pidieron café junto a unos postres.
Todo hiba perfectamente, mucho a decir verdad.
Hablaban con confianza, y se conocían más, preguntaban cosas monótonas, y reían con comentarios sarcásticos por parte de louis.
Habían pasado dos horas hablando, y la cafetería hiba a cerrar. Así que decidieron pagar y salir del lugar a caminar un rato. Encontraron un parque, y se sentaron en una banca del lugar. Continuaron hablando y hablando, muy cómodos con la presencia del otro.
-valla, ya es un poco tarde no?- pregunto Harry, quien empezaba a sentir un poco de frío.
-tienes razón, se está haciendo tarde, y yo tengo que ir a trabajar mañana- responde louis levantándose de la banca. Harry haciendo el mismo acto.
-bien, entonces, supongo que.. nos veremos luego?
-claro, me gustó salir contigo, eres una persona muy interesante. Quieres que te lleve a tu casa?- ofrece louis con una sonrisa tranquila.
-no tranquilo, vivo cerca de aquí, no quiero ser molestia. Y tu también eres alguien muy interesante. Gracias por el rato, te escribo luego Louis- dice harry mientras se despide del castaño, empezando a caminar por el lado opuesto de donde se dirigía el.
Fue un rato increíblemente cómodo.
Todo surgió con magia.
Hermoso.
Buena forma de terminar el día, pensó Louis.
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Louis:
Harry:
Amanda
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