Cap 18: Ahogar el Orgullo con un poco de Veneno.
Una suave melodía perturbo su sueño, levantó su torso con pereza y se estiró en su posición descubriendo sin pudor su modesto pecho.
No creía haber dormido demasiado, en varias ocasiones su mente se había tomado la molestia de darle pesadillas un par de veces, para que al final, y para atormentarla aún mas su pesadilla se transformara uno de esos pasionales sueños que no se admitían con facilidad, se sentía enojada consigo misma por haber asociado de alguna manera una visión de un filme de terror barato con la persona que ahogaba su mente desde anoche.
En algún punto, ese ser de aura oscura y opresiva que le perseguía en sueños cambió el color de sus ojos a un iris dorado y dibujó una sonrisa afilada y socarrona mientras salía de la oscuridad y las sombras dispersas que componían su ser empezaron a tomar una figura femenina, por supuesto, no podía ser otra mas que "esa" figura femenina, esa que estaba segura podía dar detalles de memoria en cuanto a proporción y tamaño.
"¿Estas asustada, cachorrita?"
Su voz, esa maldita voz. Además de su tono coqueto y amenazante le hicieron congelarse en su sitio. Incluso cuando las afiladas garras se acercaron a su cuello y la sujetaron con un poco de fuerza ella no hizo ademán de alejarse, tenía un poco de miedo, si. Pero tambien sentía un poco de pertenencia, era un sueño, ¿que mas daba?.
El final del sueño... Bueno, quedaba en evidencia al notar que su piel y ropa interior, lo único que llevaba encima en ese momento, estaba empapada no solo de sudor.
-Jodido demonio...-
Maldijo a la mujer y a su representación en sus sueños, era mortificante admitir la casi dependencia que sentía por estar con ella. Y tenía que culpar en gran parte al hecho de que, la endemoniadamente sexy Diva, tambien era sexy con una forma mas endemoniada.
Sacudió su cabeza para volver a la tierra. Basta de pensar en Evelynn, nisiquiera pudo disfrutar su noche de venganza con Sona, y aún se sentía culpable por ello. En su lugar se dedicó a escuchar la melodía que aún sonaba y a investigar su orígen.
Se levantó de la cama para buscar su pantalón por la habitación encontrandolo sin mucho esfuerzo, asi como sus zapatos, los cuales no se explicaba cómo habían terminado en lados opuestos del lugar, aunque no hubo suerte con su camiseta, por mas que buscó no pudo encontrarla, y se resignó a tomar la camiseta negra de Pentakill que había dejado la dueña del lugar la noche anterior. Tal como sospechaba, le quedaba muy holgada en comparación a la chica de cabellos rojos.
Al final, salió de la habitación y se aventuró por los pasillos hasta dar con el recibidor. Nisiquiera recordaba que hubiera un piano de cola allí.
Sin embargo ese era el origen del sonido, allí una Sona que vestía solo un par de Shorts y una camiseta blanca estaba tocando una melodía tan dulce que le hacía dudar si era la misma persona que destilaba peligro cuándo estaba en los escenarios con el resto de Pentakill.
Casi como si hubiera notado su presencia, las manos de ma mayor dejaron de recorrer las teclas y la melodía se detuvo. Se giró para verla y saludó en lenguaje de señas.
"Buenos días, ¿te desperté?"
Una sonrisa tranquila acompañó el saludo.
-Buenos días- Devolvió con un leve asentimiento. -No, no realmente... Aunque sentía curiosidad por ver que producía ese hermoso sonido-
-"Me halagas"- Pronunció con sus manos antes de llevarselas a los labios para disimular una risilla. -"En realidad... Sé tocar varios instrumentos, el piano, el teclado y la guitarra son solo unos de ellos" Dijo inflando su pecho, haciendo que el par de descomunales senos que llevaba resaltaran aún mas.
Akali desvío la vista y simplemente contestó un "Ya veo...".
-"Entonces, ¿Qué te gustaria para desayunar?"-
-Ramen Picante-
Contestó sin siquiera dar espacio a pensar, casi como si fuera automático. Sona le miró divertida por la respuesta instantánea.
-"¿Desayunas ramen picante siempre?-
-No siempre. Sólo cada vez que puedo-
Fue el turno de Akali de encogerse de hombros provocando que ahora si riera por lo bajo la chica de cabellera roja.
-"Enserio... ¿Como haces para mantener esa figura?-
-Eso no es nada. Deberias ver a Kaisa y sus sandwiches de cuatro pisos, ella sí que es un fenómeno de la naturaleza-
Sona no pudo evitar abrir los ojos de par en par por la revelación de su invitada, y luego estallar en una risa insonora cuando la propia Akali lo hizo.
...............
Entró al lugar observando cada rincón, y hasta dar con las únicas dos personas que ocupaban el enorme gimnasio.
Los movimientos de la chica de iris purpúreos eran exquisitos, incluso ella mismas debía admitir que en más de una ocasión le habían robado el control de su vista, obligándola a observarla y fantasear con ideas para nada puras de tener ese magnífico cuerpo bajo su control.
Su figura alta y esbelta, con músculos suavemente marcados, su vientre plano y de aspecto suave y piel casi de porcelana contrastaban enormemente con el vientre marcado suavemente de Akali, su baja estatura y su piel ligeramente bronceada.
Aún así, ella siempre se consideró una persona de buenos gustos, y quien no considerara a la mujer frente a ella que se movía con total naturalidad sobre las notas de la música como un pez nadando en el agua, con su ropa deportiva oscurecida por el sudor que también hacia que su cabello se pegara a su rostro y su cuello, sus mejillas ligeramente sonrojadas por el esfuerzo mancillando de manera casi artística su siempre inmaculado y bonito rostro como un ser divino simplemente no podía ser normal.
Era obvio ver por qué su rubia amiga mordía su dedo índice de manera involuntaria mientras sus ojos se dilataban presenciando la escena que tenía frente a ella.
Casi podria jurar que de tener cola la estaría meneando de lado a lado, con espasmos de vez en cuando por las jugadas de su imaginación. Y aunque le causaba un poco de gracia ver a su líder así, ella era el motivo por el que había visitado el gimnasio esa mañana, por lo que era una pena que interrumpiría lo que sea que estuviese pasando por su mente en ese momento.
Se acercó a ella con pasos decididos para reafirmar su resolución y se sentó a un lado de su líder.
-Foxy-
Le llamó al notar que apenas y había reaccionado a su presencia.
-¿Hmm?-
Incluso llamarla por su apodo hacía poco y nada por despegar la vista de Ahri de la figura de Kaisa bailando. Lo que hizo que la diva se enfureciera un poco
-¿Podrias dejar de comerte a Bookie en tu mente un maldito segundo y prestarme atención?-
Finalmente Ahri giró hacia ella, dejando escapar una risilla que no ayudaba en nada a declarar su inocencia frente a la acusación de la Diva.
-Veo que alguien no está de buen humor hoy... ¿Que sucede?-
Evelynn suspiro y dirigió su mirada al cielo razo que componía el techo del establecimiento y habló.
-Yo... Necesito un consejo-
Esas palabras si se ganaron el interés de Ahri quien finalmente se giró por completo a ver a Evelynn con sorpresa, antes de sonreir con malicia.
-Tu... Demonio, ¿Pidiendome un consejo?
Evelynn desvío sus ojos de ese par de Orbes celestes que le miraban de manera inquisidora y sintió algo amargo y pesado deslizarse por su garganta cuando se tragó su orgullo y se dejó ver derrotada por primera vez ante su amiga.
-No tengo a quien más recurrir...-
La sorpresa en la mirada de Ahri se acrecentó, sin embargo decidió ponerse seria, era verdad que Evelynn era una perra desalmada, que por todo lo que había hecho tenía un puesto, no... mejor dicho, un trono bien asegurado en el infierno como el demonio que era para muchos.
Pero era ese mismo demonio el único que se acercó a ella a tenderle una mano cuando todos le dieron la espalda o quisieron aprovecharse de su carrera en decadencia. El único que le dijo que tenía talento de manera sincera y que quiso conocer más de ella fuera del estudio o del dormitorio, Evelynn era una amiga para Ahri. Además, podía adivinar de qué se trataba.
- Haré lo que pueda... Dime, ¿Que le hiciste a Kali esta vez?-
Ahora fue el turno de la de cabellos fucsias de sorprenderse.
-¿Tan obvia soy?-
-No. De hecho, eres todo un misterio... Pero, Kali tiene días sin volver al dormitorio y aunque contesta las llamadas solo dice que se está "tomando un descanso" solo supuse que tenías algo que ver-
Evelynn no comentó nada durante algunos momentos y en su lugar se dedicó a ver a Kaisa moverse.
-Lo arruine...-
Admitió aún sin dirigirle la mirada a Ahri. Y el solo hecho de admitirlo le hacía sentir de nuevo ese peso que le había estado atormentando.
-Eso es algo de lo que puedo darme cuenta con solo ver esa mirada de "por favor matenme" ... Pero, ¿que es distinto esta vez?-
Por respuesta la Diva simplemente tomó su móvil y con un par de movimientos rapidos ya lo había desbloqueado y se lo estaba ofreciendo a Ahri, quién aún sin entender lo tomó con cautela para encontrarse con un mensaje y una imagen adjunta, una fotografía, de hecho.
A pesar de que no se veía el rostro, no le costó mucho adivinar de quien se trataba, no muchas personas se podrían jactar de tener un dragón tatuado en toda la extensión de su espalda, y aunque la fotografía sólo se centraba en la imagen de la mítica bestia abarcaba lo suficiente de la espalda baja de las chica para saber que, en efecto, había estado como vino al mundo para quien había tomado dicha imagen... Nadie más que el mismo remitente del mensaje, Sona.
-¿Entonces... ? Kali se está quedando con Sona...?- Alargó las preguntas como queriendo hacer que Evelynn hablara.
Ella sabía de la cita que tuvo Akali con el miembro de Pentakill hace unos días, de hecho, fue ella quien recibió el extravagante arreglo floral que le había enviado esta última a la ninja y quién le aconsejo que fuera con ella, aunque fuera solo como una salida de cortesía. Pero viendo la imagen se podía ver que la cortesía se había ido al dormitorio.
No es que fuera algo malo. Akali tenía derecho a estar con quien quisiera, después de todo, tenian todo el mes prácticamente libre y tampoco podía decir que Sona fuera un mal partido. Pero, si le desubicaba completamente.
Hasta hace solo unos días Ahri habría jurado que, si los extraterrestres finalmente decidieran invadir el mundo y plagaran los cielos con extravagantes platillos voladores, pero al mismo tiempo Evelynn se agachaba a recojer un papel, los ojos de la ninja ignorarían completamente cualquier otra cosa que no fueran la posibilidad de observar la retaguardia de la mujer. Asi de colgada estaba Akali.
Así que el hecho de que Akali haya decidido ir y tomar mas que un café con Sona implicaba que Evelynn no solo la había cagado, sino que como era común en la Diva para todo lo que hacía, lo había hecho a lo extravagante.
Evelynn volvió a guardar su móvil, resistiendo nuevamente la tentación de lanzar el maldito aparato al suelo y destrozar la pantalla junto con la imagen que mostraba. Pero no podía, si, por algún milagro del cielo Akali decidía llamarla y ella acababa de estrellar su móvil contra el piso sería simplemente el resto del motivo que necesitaba para saltar desde el puente mas alto que lograra encontrar.
No podía concebir que otra persona, en especial la puta de Sona había tenido a su pequeña ninja para sí, imaginar el hermoso rostro de su Kali entre las piernas de la chica que disfrutaba de la atención de SU chica le volvía loca.
Apenas recibió el texto con la imagen adjunta quiso ir en ese mismo momento y librar este mundo de una zorra mas, pero se contuvo con toda su fuerza.
Lo primero que hizo fue advertirle sobre lo que le pasaría si llegaba a tocar uno solo de los cabellos de Akali. Por supuesto, la respuesta que obtuvo sólo puso su paciencia más a prueba, cuando casi regodeandose de ello, la mujer declaró haber tocado más que un par de cabellos durante largo rato. La furia y la tristeza que le embargaron en ese momento la hicieron sentirse mareada, era la primera vez que albergaba esa clase de sentimientos y no tardó mucho en asociarlos con esa pequeña rebelde de cabellos alocados.
No se había percatado en que momento su mundo había empezado a girar en torno a ella y su altanera actitud... No, se mentía a ella misma. En realidad si había tenido indicios de ello.
Cada vez que deseaba pasar tiempo con Akali fuera de la cama, dando una vuelta por la ciudad, disfrutando de la expresión de cachorra cada vez que descubría algo que no conocía o cada vez que suplicaba con sus ojos casi llorosos la atención de Evelynn. Si, se había encontrado absorta perdida en ese bonito rostro en más de una ocasión.... Pero su maldito orgullo siempre lo atribuyó a que disfrutaba la manera en que su ninja le adoraba, o a que su "juguetito" era de muy alta calidad y era un desperdicio jugar sólo un poco con él.
Todo por no admitirse a sí misma las palabras que estaba segura su Rougue se moría por escuchar...
-¿Eve...?-
El llamado de Ahri le hizo volver a poner los pies sobre la tierra.
-Me gusta Akali... Maldición-
Ahri se mantuvo en silencio ante la declaración. Había sido testigo de los comportamientos impropios de la Sirena para con la menor durante todo el tiempo que empezaron su extraña relación, pero nunca pensó escuchar a la Diva inalcanzable pronunciar esas palabras.
Ahora, la expresión de angustia de Evelynn se lo dejaba más claro que sus palabras, sin embargo, la mayor fijó sus ojos llorosos en sus celestes y repitió una vez más.
-Foxy... Me gusta Akali... Y yo...- Se cortó un momento, como buscando las palabras o intentando digerirlo ella misma. Admitir que se había rendido con alguien y al mismo tiempo buscar ayuda porque no sabía que hacer con esos sentimientos debió ser mucho mas duro de lo que podía imaginar. -Yo... No se que hacer, la cagué, ¡lo sé, lo sé mejor que nadie! Pero... No quiero perder a Kali... Foxy, ayúdame-
Ahri sopesó un momento, dubitativa de si debía o no inmiscuirse en el asunto. Pero un último "Por favor..." De parte de la mayor le hizo darse por vencida. Era verdad que Evelynn le había ayudado en innumerables ocasiones en el pasado, era momento de devolverle el favor. Suspiró cansada
-Esta bien, esta bien... Primero, cuéntame qué fué lo que pasó-
Evelynn empezó a relatar todo lo sucedido ese día. Ya había tirado su orgullo cuando al encontrarse en un callejón sin salida había decidido recurrir a la única persona en la que siempre había podido confiar. Aunque, joder, estaba dispuesta a aceptar la ayuda hasta del mismísimo demonio en ese momento...
... Incluso si ese era un demonio de cabellos como la sangre y un par de extravagantes tetas que se había atrevido a tocar a SU Akali.
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#ImHakku
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