Cap 1: Oportunidades
El improvisado público estalló en vitoreos, silbidos y aplausos mientras una sonrisa de soberbia y satisfacción se dibujaba en su rostro.
Se acercó un par de pasos a su contrincante, quien, sin saber que responder agachó su rostro ocultándolo con la capucha que llevaba puesta. "Si, esa es una buena reacción" se burló Akali en su interior y parándose frente al chico hincho su pecho y volvió a acercar el micrófono a sus labios.
-Y así, niñato. Es como se rapea-
Pronunció sin ocultar el deje de burla en su rostro al tiempo que dejaba caer el micrófono para darse la vuelta y abrirse paso en el círculo de espectadores que se habían congregado para presenciar la batalla callejera.
El tumulto de gente abrió le abrió un camino a base de insultos y empujones para que la chica saliera del lugar sin dificultades.
La verdad es que la fama de la que gozaba y el respeto que había obtenido con la agilidad de su lengua y fluidez de palabras había aumentado un montón últimamente, tanto que le llamaban "El Dragón de los barrios bajos" aunque no estaba del todo segura si se debía a su habilidad para improvisar, por su arte con el spray fluorescente o por haber dado lecciones a base de puñetazos a quienes no aceptaban la derrota en versos.
Sea como sea, la reputación era algo bueno, especialmente en las zonas en las que la ciudad se tornaba una selva de cemento. Pero no era algo a lo que Akali le prestara atención en realidad.
Avanzo despreocupada hasta su motocicleta, cuando algo llamo su atención. Todo estaba tal cual lo dejo pero había un pequeño extra, una chica rubia apoyada sobre su vehículo le sonreía mientras le hacía un ademan con su mano de que se acercara.
Normalmente, antes que cualquier conversación un fuerte puñetazo habría sido la manera de saludar a alguien que se apoyaba tan descuidadamente en su preciada motocicleta. Pero no lo hizo por la extraña escena que representaba la chica allí.
Lo primero en notar Akali fue la radiante belleza de la chica, su rostro parecía el rostro de una muñequita de porcelana hecha a mano. Por más que aguzara su vista estaba segura que no encontraría un solo defecto en él.
Lo segundo fue su lacio cabello rubio y las ropas que llevaba que claramente distaban mucho de ser ropas compradas en descuento en algún almacén cercano, incluso desde la distancia sabía que eran el tipo de prendas que básicamente eran lo mismo que vestir dinero.
Luego de un momento suspiro y ahogando su enojo inicial se acercó a su motocicleta.
-Hey, fue una buena actuación esa que diste allá-
La chica ensancho su sonrisa alegremente al tiempo que levantaba ambos pulgares como en un gesto de aprobación.
-¿Podrías apartarte de mi moto por favor?-
Respondió Akali secamente. La chica rubia no evito que el tono cortante le borrara la sonrisa y levantando las manos en un gesto de rendición se alejó del vehículo.
-¿Y bien? ¿Qué es lo que quieres?-
-Busco a alguien llamado "el Dragón de los barrios bajos" y mira que coincidencia, justo lo consigo haciendo de las suyas-
Akali le miro extrañada un momento, ciertamente aún no se acostumbraba al apodo pero más que eso, no comprendía del todo.
Avanzo hacia la rubia quien no dijo más nada y pasándola de largo se subió al vehículo poniendo la llave y encendiendo el motor.
-Felicidades entonces, me encontraste-
Dijo Akali perdiendo el interés en la conversación
-Pero antes que nada y para tu mala suerte, si eres una fan, no doy autógrafos. Y si eres policía, entonces no fui yo-
Akali se giró su gorra y se dispuso a marcharse sin más, pero la chica ágilmente se adelantó y se puso frente a ella apoyando sus brazos en el manubrio mirándole desde abajo.
-Ehh... Una actitud altanera y confiada, nada mal... Nada mal-
Hablo sin inmutarse aun cuando la morena chasqueo su lengua y le miro enojada.
Luego de varios segundos de que la chica solo estuviera recostada sin decir nada apagó el motor y suspiró cansada dándose por vencida.
-Bien, tú ganas. Tienes dos minutos-
-Oh cariño, la prisa nunca ha llevado a nadie a ningún lugar, ¿sabes?-
-Quizás no. Pero mi motocicleta si lo ha hecho y justo ahora estaba por llevarme al puesto de ramen de la calle 34. Así que habla.
-Uhm sí. He escuchado que los mejores platos de ramen son servidos en ese lugar. Aunque no soy especialmente fanática del ramen, alguna vez lo probé, sí.
-Bien, entonces lo entiendes. Así que ¿me dirás que asuntos tienes conmigo o te seguirás haciendo la tonta?-
Ahri se encogió de hombros sin borrar la sonrisa coqueta de su rostro pese a que se le había insultado.
-Tienes talento- le dijo simplemente.
Akali enarco una ceja expectante.
-Estoy segura que no soy la primera que te lo dice, eres toda una sensación en las redes después de todo. Pero, déjame decirte algo. Pese a que tú tienes el talento, no eres distinta para nada a aquel pobre chico que dejaste humillado, o a cualquier otra persona.-
-¿Qué es lo que intentas decir?- Dijo Akali con voz venenosa.
Ella estaba muy orgullosa de su habilidad, había abandonado muchas cosas por seguir su sueño de ser la mejor rapera que se haya conocido, incluso habia abandonado su pais natal, Japon y habia viajado a la ciudad de Seúl en Corea del Sur para lograrlo. Y justo cuando pensaba que estaba por buen camino esta chica que a su parecer idealizaba la palabra "plástica" en toda su extensión le echaba un balde de agua fría así sin más.
-Lo que intento decir es... Que eres una sensación en las redes, toda una estrella si- dijo ladeando su sonrisa y dándole la misma mirada aguda de un zorro. -Una estrella tan grande como ese perro que toca el piano o el gato que maúlla villancicos- término encogiéndose de hombros nuevamente.
-Serás zorr...- La ira en Akali estaba llegando a su límite al escuchar como la rubia se burlaba de ella pero la mano de la chica le hizo detenerse.
-Pero no es como que no te entienda. Lo repetiré una vez más, tienes talento, pero para tu mala suerte El talento no es nada, sin una oportunidad. Y esa es la razón por la que estoy aquí.-
La chica se levantó finalmente y metió su mano en la chaqueta de corte que llevaba sacando una innecesariamente brillante tarjeta dorada y se la ofreció. Akali aun un poco enojada la tomo y vio que tenía grabado en relieve un número telefónico.
La rubia sonrió ante el gesto de la morena y se giró sobre sus talones empezando a marcharse.
-Si deseas esa oportunidad, solo llámame. ¿Okey~?-
Akali pudo ver lo innecesariamente elegante y lujosa que era la tarjeta de presentación y miro a la espalda de la chica que avanzaba sin cuidado despidiéndose con la mano en alto.
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-¿Señorita, está bien?-
La pregunta le hizo volver en sí y mirar al hombre que le hablaba, allí de pie un hombre que debía estar cerca de los 60 y vestía un delantal de cocina blanco con bordados decorativos de fideos y Kanjis coloridos le miraba con preocupación.
-No ha tocado su plato, ¿hay algo que le moleste?-
Akali volvió a mirar su plato y tal como se le había señalado, el ramen humeante estaba intacto.
-Ah, lo siento viejo. Solo estaba pensando un poco... Pero ¿cuantas veces te he dicho que me llames por mi nombre?-
-Lo siento señorita, es solo la costumbre de todos estos años llamándola de esa forma-
Sonrió el hombre.
-Enserio... No vas a dejarlo ¿eh? Bueno, de cualquier manera está bien. Dime viejo, que harías si un completo extraño te ofrece una mano de la nada-
El hombre puso su mano en su mentón como si lo pensara un momento pero luego se encogió de hombros.
-No tendría intención de rechazar la ayuda si se me es ofrecida. Los milagros aunque son muy escasos ocurren- Dijo y luego miro sus propias manos antes de apretarlas y volver la vista a Akali.
-Pero me guardaría en mi ropa mi mejor cuchillo, porque más escasos que los milagros son las personas que realmente ofrecen ayuda sin pedir algo-
Akali asintió mientras miraba la tarjeta dorada da que sostenía en sus dedos. Bueno, de cualquier manera no haría daño hacerle un par de preguntas más a esa persona, y en casos de emergencia, quizás no un cuchillo, pero su Kama siempre le acompañaba.
Habiendo llegado a una decisión finalmente tomo sus palillos y empezó a devorar con dedicación el ramen que ya se había enfriado, hasta dejar el cuenco completamente vacío y luego de limpiar sus labios con una servilleta tomo su teléfono celular y marco.
-....-
Solo un par de repiques más tarde, el sonido de que la llamada había sido conectada precedió a la agradable voz de la joven.
-Vaya~ Eso fue más rápido de lo que esperaba, espero que ya tengas una respuesta cariño-
…......
-Recuérdame nuevamente por que estamos adoptando una pulgosa de los barrios bajos-
La crítica de Evelynn hizo que Ahri se detuviera en los ensayos que estaba llevando a cabo con la ayuda de Kai'sa para mirarle.
-Ya te lo dije- contesto Ahri con paciencia -Tiene talento-
-Si, si y seguro que también un rostro bonito y un cuerpo aceptable- Volvió a replicar la de cabello rosa. -Enserio Ahri, nunca entendí tu fijación por buscar amantes en sitios raros, y ahora sales con esta que conseguiste... ¿Dónde era? ¿Un basurero?-
Ahri suspiro cansada, desde que expuso su idea para la cuarta y última integrante del grupo las quejas y comentarios filosos de Evelynn no habían cesado.
La rubia había sido amiga de la diva durante mucho tiempo y conocía los prejuicios que tenía esta por el estatus y condición social de las personas. Pero aun sentía que la cantante callejera podía aportar mucho para el grupo, y además, tampoco negaba la idea de Eve que la morena era guapa, y bastante además.
-Oh, cierto Ahri- Volvió a levantar la voz Evelynn para hacerse notar -Si ahora vas a estar jugando con ese cachorrito de la calle ¿puedo tener mi turno con Kai?-
-No. Ya te dije que Kai'sa esta conmigo- Dijo acercandose a la tercera chica en la habitación que se había mantenido en silencio, rodeando sus caderas con un brazo como un intento muy obvio de demostrar a Evelynn que la bailarina era su pareja.
-Y no pretendo jugar con nadie, ya te lo dije, ella sera parte del grupo-
Evelynn chasqueo la lengua y girando su vista a otro lado se puso sus lentes oscuros y sus audifonos cortando la pequeña disputa alli.
Viendo a su amiga darse por vencida continuo con la práctica de pasos con su pareja y coreógrafa hasta que un hombre, pidiendo permiso, le informó que alguien habia llegado mostrando una tarjeta dorada.
Ahri asintió y luego de dar un corto beso en los labios de la de cabello purpura salió del gimnasio y volvió al poco tiempo acompañada de otra chica, morena y con una gorra de visera plana.
-Bien chicas- hablo Ahri aplaudiendo para llamar la atención, cosa innecesaria pues desde que atraveso la puerta tanto Kai'sa como Evelynn no habian despegado su vista de ellas.
-Dejenme presentarles a alguien. Adelante- Dijo Ahri instando a Akali.
Akali asintió y dio un paso al frente, quitandose el tapabocas que usaba a modo de máscara.
-Hola, mi nombre es Akali-
Kai'sa no se lo penso mucho y se acercó con una sonrisa en su rostro.
-Bienvenida, mi nombre es Kai'sa. Espero nos llevemos bien-
Estiro su mano derecha y Akali asintio al gesto tomandola en un apreton de manos.
-Mi nombre es Evelynn-
Akali levanto la vista la chica que hablo y justo cuando abrió la boca para responder el saludo la otra levanto la mano para detenerla.
-Oh no, por favor realmente no es necesario una presentación desde que ya dijiste tu nombre y realmente a diferencia de Kai no me importa "llevarme bien" contigo- Termino encogiéndose de hombros.
Akali enarco una ceja ante la actitud arrogante de la chica, pero no respondió, para su mala suerte conocía a la chica... No, sería más correcto decir que no había nadie en la ciudad que no la conociera o incluso en toda Corea del Sur.
No solo era una cantante exitosa, también era una niña rica y malcriada en todos los aspectos, le encantaba ser el centro de atención ya fuera amada u odiada, todos sin duda conocían que lo único más grande que su ego eran el talento, las calificaciones de las revistas a su cuerpo y la cantidad de dinero con los que lo respaldaba.
-Creo que no me he presentado correctamente- Interrumpió la cuarta y última persona en el salón -Mi nombre es Ahri, y estas aquí porque te escuche rimar y se te da bastante bien- Dijo la rubia sonriéndole y acercándose a ella tomándole la mano con suavidad -Así que me gustaría hacerte una propuesta-
-Te escucho- respondió la morena.
-Bien, la verdad es que hemos estado trabajando en la formación de un grupo pero sentía que faltaba algo... Lo hable con los productores que conozco y algunos dueños de disquera escucharon un poco de lo que teníamos y opinan lo mismo que yo.... Pero cuando te vi, en ese video mientras uhm ¿cómo era el titulo? Ah sí "Una chica de los barrios rapeaba como un Demonio". Lo supe, supe que era lo que faltaba, y lo confirme en tu batalla del otro día, necesitábamos un poco del "Dragón de los barrios bajos" y esa es mi propuesta, quiero que trabajes con nosotras Akali.-
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