Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4

Domingo por la mañana...

Mi cabeza y corazón eran un completo desastre y sin saber qué hacer, solo me había dejado llevar, hasta ese momento, por mis sentimientos y emociones. Sentimientos que tenía muy a flor de piel por aquellos dos maravillosos hombres de los que, sin poder controlarlo, me enamoré como una niña.

Joey me había llamado por video llamada, tal como me lo había dicho, lo que me puso muy feliz y contenta; ahora vibrante, y a la vez nerviosa, iba a buscarlo al terminal de buses.

Ya me imaginaba como iba a hallarlo. Vestido con sus jeans y camisa azul marino, la que me fascinaba, además de sus gafas de sol y gorra. El me sonreiría y yo correría a sus brazos.

Exasperada, comencé a esperarlo y el corazón se me subió a la garganta.

De pronto, él apareció con su equipaje y yo lo vi con corazones por todo a su alrededor; la alegría y amor me abrazaron al instante y corrí a sus brazos. Joey me contempló con su perdura sonrisa de amor, me tomó en sus brazos y los dos nos besamos profundamente.

Lo había extrañado demasiado; solo quería que me besara y él acarició mi largo cabello.

Nos sonreímos con emoción y alegría y yo acaricié su mejilla.

—Oh Joey, mi Joey.

—Fueron tan solo tres días, pero para mí también fueron una eternidad. Anaïs, ya no prolonguemos más esto. Yo te amo y solo quiero estar a tu lado — lo vi con los ojos cubiertos de lágrimas y me sentí de pronto ahogar.

<< Layne. >>

<< No quiero perderte, pero tampoco quiero perderte a ti, Joey... >>

Sin saber que decirle, me moría porque estuviéramos juntos, como novios, pero no podía hacerle semejante daño a Layne, él no se lo merecía, al igual que Joey tampoco, y a punto de llorar, él me miró.

—Sé que has sufrido en el pasado por otro imbécil, que no supo valorarte, pero ¿No crees que ya es tiempo que vuelvas a ser feliz y que alguien te ame de verdad? Como yo te amo y te quiero — lo miré y sin saber qué hacer, pensé en los dos y me entró la desesperación.

—No puedo. De verdad que no puedo, lo siento...

Salí corriendo de su lado y Joey sin entender, fue tras de mí.

— ¡Anaïs, detente!

Corrí y corrí sin voltear a verlo, y llorando, solo pensaba en los dos con amor y dolor. Deseé jamás haberlos conocido, y de repente la respiración se me entre cortó y ya no pude más y me desmayé en pleno terminal de buses.

Joey alarmado, corrió a socorrerme.

— ¡Anaïs!

Nervioso y preocupado, acarició mi mejilla para hacerme reaccionar y me cargó con cuidado y protección en sus brazos, frente a todos quienes nos observaban...

Sentado a mi lado, en su cama, me observó y acarició mi mejilla. Yo aturdida, abrí con pesar los ojos y lo vi a él junto a mí. Confundida y sorprendida, todavía veía puntos de colores por todos lados.

— ¿Dónde estoy?

—Estás aquí en mi habitación — su voz me alivió al instante y él me observó atento y con dulzura.

— ¿Qué me pasó? ¿Por qué estoy aquí en tu cama?

—Te desmayaste y te traje aquí, a mi casa.

—... — lo recordé todo y pensé en él y en Layne.

— ¿Cómo te sientes? ¿Aún estás mareada?

—Estoy bien. Debo irme — volvió a acariciar mi pálida mejilla.

— ¿Qué ocurre, amor mío? ¿De qué quieres huir?

—...No quiero hacerte daño, Joey. No quiero.

—Pero, niña mía ¿Por qué piensas eso?

—...

No podía, no tenía el valor de decirle la verdad, y angustiada, era como si se me hubieran robado la voz, y con temor a perderlo, lo abrasé llorando. Joey preocupado, no comprendió que me ocurría y me consoló en sus brazos. Me amaba tanto, al igual que yo a él.

—Sea lo que sea, lo podemos solucionar juntos, niña mía — yo lo miré con los ojos llenos de lágrimas y él tomó mi rostro en sus manos — Escúchame, cariño, solo quiero que estés bien y feliz.

—Lo sé. Creo en ti, Joey.

—Yo te amo. Estoy enamorado de ti, mi hermosa Anaïs.

—Yo también te amo Joey. Te adoro con todo mi corazón.

—Entonces, démonos la oportunidad y estemos juntos — se me volvió a entre cortar la respiración y lo vi con las lágrimas escurriéndoseme por las mejillas.

—De momento solo te puedo ofrecer mi amistad — Joey me miró y me abrazó fuerte, amándome con todo su corazón.

—De acuerdo, si solo así puedo estar a tu lado, lo acepto mi vida — me sentí tan miserable y a la vez triste por él, que también lo abrasé fuerte y deseé que su abrazo detuviera el tiempo.

Joey me contempló con sus profundos y acechantes ojos, que yo amaba con locura y me besó con todo su amor.

Recargada en su pecho, él acarició mi cabello y yo solté un suspiro. Me sentía tan protegida y plena en sus brazos, y pecho, y Joey me miró con ternura.

— ¿Ya te sientes mejor?

—Sí y todo gracias a ti — me sonrió y besó mi cabeza.

—Tengo algo para ti. Vengo enseguida...

Me dijo y se enderezó de mi lado. Caminó a la puerta y yo vi embelesada su ancha espalda, la que me volvió loca.

Intrigada por lo que tenía para mí, el corazón me vibró con dicha y sonreí y aguardé por él anhelante.

Joey me hacía tan, inmensamente feliz, y sentía que más lo amaba con el pasar de los segundos y minutos. De pronto, entró de regreso a la habitación y yo me coloqué más ansiosa; Joey me vio todo enamorado y se me acercó, trayendo con él, una pequeña caja, envuelta en un papel azul.

—Ten. Esto es para ti. Espero que te guste — me entregó aquella caja, yo lo miré con destellos, y expectante, la abrí y la sorpresa y ternura me abordaron. Era un tierno osito de peluche blanco el que me enamoró al instante.

— ¡Oh! Es un osito de peluche — Joey se encontentó y sus ojos brillaron de ternura.

—Lo tenían en una tienda allá en la otra ciudad y en cuanto lo vi, pensé en ti— lo abrasé al pecho y jugué con su orejita.

—Amo los peluches ¿Cómo lo adivinaste? — le pregunté risueña y Joey me vio perdidamente.

—Porque eres muy dulce y tierna. Me tienes todo loco por ti, mi hermosa.

Lo contemplé amándolo con todo mi corazón y Joey volvió a sentarse junto a mí. Yo le acaricié su mejilla y cabello y nos besamos largamente.

Sin dejar de besarnos, Joey me recostó suavemente en su cama y yo sin resistirme, lo abrasé y él comenzó a besar mi cuello. Solté un dulce gemido y Joey me vio apasionado.

—Te amo tanto, mi hermosa, Anaïs.

—Yo también te amo, Joey. Siempre.

Me miró apetente, volvió a besarme con afán, deseos y me arrinconó a la pared. Me cargó en sus brazos, yo rodeé su cadera con mis piernas; acaricié toda su enorme espalda, y los dos sin dejar de besarnos, Joey volvió a llevarme a la cama y ahí nos desnudamos rápidamente e hicimos el amor.

Aferrado a mi espalda, los dos nos sonreímos y Joey tomó mi mano y besó mi hombro desabrigado.

Mi alma y corazón estaban flotando de felicidad, y él fijo en mí, sonrió perdidamente sin dejar de recordar que habíamos hecho el amor.

De regreso en mi departamento, tomé su querido osito de peluche y lo abrasé con amor y melancolía. La confusión por los dos me estaba matando, y pensativa, miré el osito y le coloqué la bufanda, que él también me había regalado. Lo vi con su bufanda, azul, puesta y lo atesoré con todo mi corazón.

Recordé que me le había entregado y el corazón se me aceleró de dicha, nervios y de amor. Sentí que más lo quise y amé.

—Te amo, mi Joey. Te amo con todo mi corazón...

Urgida por llegar, olvidé que había quedado de verme con Layne en el parque y aceleré mis pasos.

<< Dios, espero que no se haya cansado de esperarme y se haya ido. >>

Llegué a nuestro lugar de dulce encuentro y nerviosa, me acomodé el cabello y el cintillo azul que me había puesto.

Habían tres colillas de cigarrillos tiradas a su alrededor, y Layne nervioso, volteó a mirar de nuevo a la entrada y de pronto me vio. Sus ojos brillaron de amor, se levantó rápido del asiento y botó el nuevo cigarrillo que había encendido.

Yo lo miré perdidamente y el alma se me regocijó de alegría y ternura.

—Hola, Layne — él me sonrió.

—Hola, angelito.

—Lo siento. Tuve un percance. Discúlpame por haberte hecho esperar.

—Descuida, aunque debo confesarte que pensé que ya no vendrías, por la hora.

—Es que se me subió la presión en el centro y me desmayé — me miró preocupado.

— ¡¿Te desmayaste?! Pero ¡¿Por qué?! ¡¿Estás bien?! — le sonreí.

—Sí, ya pasó. Es que... Estaba un poco nerviosa y la presión se me disparó — me acarició el brazo.

—No sabía que tuvieras problemas de presión alta. Tienes que tener cuidado. No me gustaría que te pasara algo — lo vi otra vez perdidamente, y sin contenerme, le acaricié su mejilla.

—Nada me va a pasar, porque esto lo tengo controlado. Me ocurrió que hoy perdí el control, es todo.

—Solo quiero que estés bien, angelito. Me moriría si te ocurre algo.

—Eso no va a pasar. Te lo prometo — Layne me vio con ojos dulces y serenos y luego me abrazó fuerte, con todo su amor.

Su abrazo me derritió por completa, y amándolo con más fervor, se me escapó un suspiro y acaricié su largo cabello con dreadlocks.

Él vio el cintillo azul en mi cabello y me contempló con destellos.

—Te amo, amor mío — volví a acariciarle su mejilla.

—Yo también te amo, mi Layne. Te amo demasiado.

Le confesé, él me vio perdidamente enamorado y tomó con ternura mi rostro en sus manos y me besó largamente.

Amé que me besará, sentir sus tibios y húmedos labios, con su barba chivato en los míos; Layne introdujo su lengua en mi boca, sujetó mi cabeza con ternura y los dos nos besamos y amamos sin opresión.

Al cabo de besarnos, yo lo contemplé idiotizada y Layne me sonrió muy dulce y acarició mi mejilla.

—Me hace tan feliz cada vez que te beso, mi angelito.

—Tú a mi me haces feliz. Agradezco tanto que hayas llegado a mi vida.

—Y tú a la mía.

—Mi Layne — lo amé tanto. Ya era imposible, imposible sacarlo de mi vida y corazón.

Él me miró risueño y con ternura.

—Si te dije que nos viéramos era para entregarte algo.

— ¿Qué cosa?

Layne sacó de sus pantalones verdes una pequeña bolsa roja, y un boleto, que me entregó.

—Es un boleto para un recital que daremos hoy con los muchachos — lo vi sorprendida y él no dejó de sonreírme — Quiero que vayas, angelito. Es esta noche.

— ¿Esta noche?

—Así es. Sería muy importante y especial para mí que tú fueras. Quiero verte en la primera fila cuando estemos tocando con la banda — lo contemplé con amor y el corazón me estalló de anhelos.

—Además, también tengo esto para ti...

Me mencionó y colocó con cariño y amor un corazón de oro alrededor de mi cuello. Amé sentir sus tibias y grandes manos en mi cuello y el aliento se me agitó. Layne me contempló apasionado con mi nuevo collar y yo derretida por completo por él, me tomé el corazón y lo atesoré con toda mi alma, era un hermoso corazoncito. Vi a Layne perdidamente.

— Se te ve muy bonito ¿Te gusta?

—Es precioso — me sonrió todo tierno y yo me llené de dulzura por él — Oh, mi Layne. Eres tan lindo y tierno. Cada detalle, tú, me tienes toda loca por ti.

Le confesé y lo abrasé fuerte, amándolo desenfrenada y Layne derretido frente a mi sorpresivo abrazo, correspondió a mi abrazo y me amó con locura.

—Me encanta que me abrases y que me digas que me amas, porque yo daría mi vida por ti, angelito. Te amo como nunca imaginé que llegaría a amar a alguien — lo contemplé con emoción y él se perdió en mi eterna sonrisa para él.

— ¿Qué dices? ¿Te gustaría ir? — le sonreí.

—Sí. Claro que me encantaría verte cantar. Siempre he pensado que eres un gran cantante, con una potente y desgarradora voz — me sonrió extasiado y me tomó en sus brazos.

—Ven aquí. Te amo, mi Anaïs.

—Y yo a ti.

Le dije, y los dos enamorados, volvimos a besarnos con complicidad, anhelos y amor.

Ansiosa y nerviosa porque pronto lo vería en el escenario, las luces se habían prendido y escuché el bullicio de todo el público, quien también esperaba a que ellos salieran y comenzaran a tocar sus grandes éxitos.

De pronto ellos aparecieron, y Layne, el último en presentarse, todos gritaron y yo lo miré perdidamente, amándolo con todo mi corazón.

Él buscándome entre el público, me vio y me sonrió de extremo a extremo. Me amó con locura, y con orgullo comenzó a cantar y su show fue inolvidable y mágico para mí y mi enamorado corazón.

Su poderosa voz me atrapaba de tal manera, que lo observaba hipnotizada y Layne luciéndose con su largo cabello, lo movía con elegancia.

Gritaba como solo él lo hacía en los conciertos, luego me miró a mí perdidamente enamorado y me sonrió.

Acabado su recital, su voz no dejaba de escucharse en mi cabeza, y él tierno, tomó mi mano y me sacó del recinto.

Eran más de las una de la madrugada y él preocupado porque no me fuera sola a mi departamento, me ofreció que me quedara con él en el suyo, y yo embelesada por él, no lo dudé y le dije que sí. No quería aún separarme de su lado. Amaba a Layne, lo amaba tanto, como amaba a Joey.

A la mañana siguiente...

Ambos desnudos en su cama, Layne despertó y vio que yo aún dormía y me miró perdidamente enamorado. Recordó que yo me le había entregado y el corazón le vibró de anhelos.

<< Te entregaste a mí, mi amada Anaïs. >>

Lleno de suspiros, besó con ternura mi hombro y yo abrí lentamente los ojos. Volteé a mirarlo y le sonreí. No era un sueño, había hecho el amor con Layne. Dios, fue tan romántico y tierno conmigo.

—Hola, mi angelito — le sonreí con destellos.

—Hola.

— ¿Cómo estás? ¿Dormiste bien? — suspiré.

—De hecho, aun pienso que estoy soñando, que esté aquí a tu lado y en tu cama y que me ames tanto — me vio con sus tiernos ojos celestes y me acarició la mejilla.

—Tú para mí eres como un hermoso sueño. Un sueño que no quiero que acabe nunca.

—Layne.

—Te amo y ahora que hicimos el amor, anoche, más te amo.

—Amor mío — le jadeé y él se colocó sobre mí y los dos nos besamos profundamente.

Risueños y plenos, nos habíamos olvidado de todo, y tomados de la mano, Layne me sonrió y se bajó conmigo a la librería.

Nos miramos con destellos, amándonos mucho más, y los dos sin dejar de recordar que habíamos hecho el amor, Layne me contempló con sus vibrantes y seductores ojos celestes y nos besamos.

Ansioso por verme, aceleró el auto y dobló a la siguiente esquina, que daba con la librería...

Se bajó más que rápido de su auto, y contento porque volvería a verme, el aliento y corazón se le oprimieron al verme besándome con otro sujeto. No lo pudo creer, y desesperado, vio que aquel sujeto no era nada menos que Layne Staley y la desilusión y dolor lo invadieron.

—No es posible. Tú no, Anaïs

Cegado, los ojos le ardieron de furia, celos y cruzó la calle. Deseó darle su merecido a Layne.

Nosotros besándonos, nos sonreímos y Layne acarició una vez más mi rostro, cuando de pronto, escuchamos a Joey y mi mundo colapsó.

—Que bien. Los felicito. Ahora entiendo porque no querías estar conmigo, Anaïs — el corazón se me quebrantó y la desesperación me consumió.

—Joey.

Layne confundido, me miró y luego vio a Joey.

— ¿Se conocen? — Joey lo miró furioso.

—Tal como te conoce a ti, Layne — abrí los ojos atónita. Ambos se conocían, lo que nunca imaginé.

Layne lo vio serio, y Joey furioso, yo no podía hablar. Estaban los dos hombres, a quien yo más amaba, juntos, cara a cara, lo que nunca pensé que pasaría y la angustia y nervios me dominaron por completo. Layne aun confundido me miró, esperando a que yo le diera una explicación y se me llenaron los ojos de lágrimas.

— ¿Qué es lo que está pasando, angelito? ¿A caso él es la otra persona de quien estás enamorada?

—Angelito, por dios — blasfemó Joey con ironía y Layne frunció el ceño.

— ¿Tienes algún problema con que la llame de ese modo?

— ¡Tú eres el que va a tener un problema conmigo por haberla besado! — gritó Joey y lo tomó violento de su suéter, de rayas rojas con negro, y a mí se me escapó un grito. Temí que ambos se pusieran a pelear por mi culpa.

— ¡NO! ¡POR FAVOR!

Layne indefenso, Joey le iba a dar un puñetazo y yo me metí entre ambos.

— ¡DETENGANSE, POR FAVOR!

Los dos descontrolados, me miraron y yo rompí en lágrimas.

—No puedo creer que me hayas hecho esto, Anaïs — mencionó Joey con desilusión y Layne me vio con sus ojos acabados.

—...

—Jamás lo imaginé, ni pensé de ti — dijo por ultimo acabado, con dolor y yo lo vi con las mejillas cubiertas de lágrimas.

Me merecía el rencor y odio de los dos. Me lo merecía, por no haber tenido el valor de haberles dicho la verdad y haber sido honesta con cada uno.

Layne tan desilusionado y destrozado como Joey, me vio perdidamente enamorado y se le llenaron los ojos de lágrimas.

—Entonces ¿Estuviste con los dos al mismo tiempo?

—... Si, lo hice — Joey más se destrozó y Layne me miró con decepción.

—De verdad sentí que me querías, pero ahora me doy cuenta que solo te burlaste de mí, de los dos — dijo Joey y yo los miré a ambos exasperada.

—No. Jamás me reí de ustedes, porque estoy enamorada de ambos, de los dos — ambos me miraron atónitos.

—...

—... ¿Cómo que estás enamorada de los dos? — preguntó Layne y Joey lo miró.

—Es la verdad. Aquel día conocí a Joey de casualidad en la cafetería, él me ayudó, después de que un sujeto me botó, y me invitó a tomar desayuno. Fue tan atento y bueno conmigo, luego tú llegaste a la librería y te conocí. Vi en ti algo muy especial y dulce. Fuiste muy tierno y lindo conmigo. Eres un ángel, Layne.

—... — Layne mi vio a los ojos.

—... Y pasó lo que nunca, creí que me pasaría, que ambos buenos y tiernos sujetos, famosos, se interesarían en mí. Desde ese día, mi cabeza y corazón además de sentirse felices y enamorados, han estado en una gran confusión y culpa.

— ¿Culpa? — preguntó Joey intrigado.

—Sí, culpa. Culpa por no serles sincera y estar con los dos al mismo tiempo, porque los amo y adoro a los dos con todo mi corazón. Esa es la verdad, me enamoré de los dos.

Los miré a ambos con mi inmenso amor y Joey y Layne me vieron sin palabras.

—Esto es demasiado — dijo Joey molesto y con desilusión. Layne me vio fijo.

— Sé que esto no debería suceder, pero créanme, por favor. Nunca fue mi intención en mentirles, ni hacerles daño.

Los vi con los ojos hundidos en lágrimas y pensé y temí en lo peor. Los amaba demasiado, con toda la fuerza del mundo y solo quería tenerlos conmigo para siempre, pero sabía que eso no podía ser, no a los dos.

<< Esto es mi castigo por haberles mentido. >>

<< Entenderé si los dos quieren dejarme, porque lo merezco. >>

<< ¡Layne! >>

<< ¡Joey! >>

<< ¡Los amo, a ambos! >>

Joey me vio en seco y se armó de valor. Vio a Layne, quien lo miró serio.

—Esto tiene que acabar aquí y en este instante — Layne intervino.

—Espera. No te dejaré que la sigas atacando — Joey lo vio con enfado, pero entendió los sentimientos de Layne.

—Yo tampoco quiero verla más sufrir.

—... — volví a verlos a ambos y el corazón se me apretó. Aún no me sentía preparada para perderlos. No quería, y Joey me miró con ojos tristes.

—Te creemos, Anaïs. Creemos en lo que sientes por ambos, pero tienes que decidir — aquello me cayó como cubetazo de agua fría.

— ¿Qué?

—Lo que escuchaste. Tienes que escoger a uno de los dos — Layne vio a Joey y luego me miró a mí con sus profundos y tiernos ojos celestes.

—...

Perpleja, el corazón más se me agudizó. Jamás había pensado por uno de los dos.

—... No me pueden hacer esto. No.

—Tienes que hacerlo, Anaïs. Decide de una buena vez, O es Layne, o soy yo.

Con la angustia a flor de piel, la desesperación, nervios y ansiedad me cegaron y estallé en llanto.

— ¡No puedo! ¡No puedo!

Layne se alarmó al verme otra vez llorar, y Joey sintiéndose un completo desgraciado, por obligarme a escoger entre los dos, se contuvo y me miró en seco.

Los contemplé a ambos y tomé una decisión, que me iba a doler con toda el alma y corazón.

— Lo siento, pero no escogeré a ninguno — ambos se derrumbaron.

— ¿Qué? — Joey se descolocó.

—... — Layne me vio otra vez con ojos tristes.

—Los dos me han hecho inmensamente feliz, como ningún hombre lo hizo antes y siempre les estaré agradecida por eso. Gracias por haberme hecho sonreír, llenarme de ilusiones y soñar con bonitas fantasías, pero esto se tiene que terminar aquí. Los amo y amaré, siempre, con todo mi corazón.

—...

—...

—Por eso no puedo escoger a uno de los dos, porque no quiero seguir haciéndoles daño, más del que ya les hice. Los amo profundamente, tanto como no se lo imaginan.

Los vi con dolor y amor, y valiente, me di la vuelta y me fui de allí.

Joey desesperado, pretendió seguirme, pero Layne lo detuvo.

—No la sigas. Es mejor así...

—...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro