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Habían ganado el partido. 

El equipo de fútbol americano liderado por Son Hyunwoo le había ganado, con una aplastante gran ventaja, al equipo rival esa noche de enfrentamiento en el campo de juego de la universidad. 

En los vestidores, los ganadores estaban eufóricos, gritando porras y levantando el trofeo en alto, pasándolo de mano en mano y cantando el himno de la escuela. 

El entrenador los veía a un lado con una sonrisa de orgullo por el resultado final. 

El esfuerzo constante había rendido frutos. 

El capitán Hyunwoo estaba muy feliz de celebrar junto al equipo, con los que mantenía un fuerte lazo de compañerismo y confianza. Extasiado, con el cuerpo todavía rebosante de adrenalina, se sentía en la cima. 

Esa victoria le dio el coraje suficiente para decidir a actuar y dar un paso más. 

Escudriñó a su alrededor. Buscó con la mirada por toda la estancia atestada de gente y se concentró en un punto alejado del bullicio. 

Allí en la esquina estaba Yoo Kihyun con una sonrisa tímida, mirando el festejo y aplaudiendo con entusiasmo, con sus hermosas pecas resaltando en su tersa piel, su cabello del tono de las mandarinas, y esos hermosos ojos castaños que lo tenían cautivado desde que el chico había empezado a formar parte de su vida. 

El inteligente y lindo manager del equipo, una pieza clave para que ellos hubieran remontando sus partidos y se convirtieran en un equipo sólido, ganador ya de algunos campeonatos universitarios, se mantenía al margen, pero se percató de que Hyunwoo lo estaba mirando y amplió más su sonrisa. 

Pasado el momento de euforia, los jugadores fueron a las duchas y se prepararon para salir a celebrar fuera del gimnasio. Su amigo Wonho se acercó a hablarle mientras los demás iban saliendo de la estancia. 

—Los chicos han decidido ir a cenar. Vamos a ir todos, incluso el entrenador y el director de la escuela. 

—Debo resolver un pendiente —le contestó mientras terminaba de ponerse sus zapatos. 

—¿Hablas en serio? El director nos dejará usar su tarjeta dorada. 

—Tengo… otros planes —le echó una mirada significativa que captó en el acto. 

—Oh, ya veo. Está bien. Suerte con eso —le guiñó el ojo. 

La estancia fue vaciándose hasta que sólo quedaron dos personas. 

Kihyun se había quedado con la excusa de terminar de guardar el equipo y Hyunwoo se quedó con la excusa de ayudarle. 

—No es necesario que me ayudes —le comentó Kihyun al verlo a su lado—. Debes apresurarte. Deberías estar celebrando con los demás. Se lo merecen. 

—¿Y tú por qué no vas con nosotros? 

—No me gusta ese ambiente. Sé que es una celebración, pero… me sentiría incómodo. No bebo. Además, se acercan los finales de semestre y debo estudiar —siguió recogiendo los cascos y acomodándolos en su casilla respectiva. 

—Prefiero estar aquí, contigo. 

Lo miró fijamente, con esos ojos sinceros y llenos de vitalidad. 

Kihyun tenía las manos sudándole y el corazón repiqueteándole sin control. Sus mejillas habían adquirido un sonrojo. Carraspeó. 

—No sé por qué querrías estar conmigo, recogiendo cascos y limpiando. Sabes que no soy tan divertido como tus demás amigos. 

—Pero a ti no te considero sólo mi amigo. Acepta tener una cita conmigo. Vayamos a celebrar los dos solos. 

—¿Una… cita? —repitió con titubeos—. Ésa deberías pedírsela a Sohee, hace meses que espera que la invites a salir. 

—El problema es que a mí no me gusta ella —contestó con firmeza—, y no tendría por qué salir con alguien que no me gusta sólo para satisfacer el deseo de la mayoría —vio cómo todavía estaba indeciso—. Vamos, Kihyun, sabes de qué te hablo. Mi confesión del otro día va en serio: el que me gusta eres tú. ¿Acaso no tengo alguna posibilidad contigo? ¿Te desagrado? A veces es difícil que me digas qué es lo que piensas sobre mí… 

Kihyun tragó en seco. 

—No me desagradas. 

—Vaya, eso es un avance —sonrió con sorna, pero mucho más animado. 

—En realidad… me agradas… mucho. 

Kihyun se removió inquieto, bajando la mirada. Había tantas cosas que le gustaría confesarle pero, por su carácter retraído, se abstenía de decirlo. 

¿Cómo podría confesarle que, en realidad, lo adoraba? Él había sido el motivo de que se aventurara a presentarse para ser el nuevo manager del equipo y que se esforzara por desempeñar un buen trabajo aunque al inicio no supiera nada sobre fútbol americano. Había tenido que leer mucho sobre el tema e ir a todos sus partidos, sin perderse ni uno, tomar notas y estar al pendiente de que al equipo no le faltara nada. 

Tal vez más adelante pudiera confesárselo. Por ahora aceptaría esa cita. Le gustaba pensar que podrían tomárselo con calma. 

Pasos de pingüino, cortitos, vacilantes, pero pasos a fin de cuentas. Un avance.

—Hay un restaurante que abrieron recientemente, muy cerca de aquí… —dijo con mayor resolución—. Dicen que la comida está muy buena… 

—¿Tendremos que comprobarlo, no es así? 

Kihyun asintió con la cabeza y le sonrió. 

—Vayamos. 

Se pusieron en marcha. Salieron y cerraron los vestidores, y se dirigieron a la calle para caminar por la acera. 

Caminaron a paso acompasado, llenos de expectativa.

—Por cierto… muchas felicidades por su victoria. 

—Nuestra victoria. Fue un trabajo en equipo y tú también formas parte de este equipo. 

—No creo hacer mucho. Ustedes son los que hacen todo el esfuerzo. 

—Eres nuestro amuleto de la buena suerte —esbozó una pequeña sonrisa cálida, de aprecio—. Siempre lo he sentido así. Creo que me sirvió mucho tu consejo de no precipitarme a la hora de ejecutar los movimientos… 

Continuaron platicando sobre el partido mientras no dejaban de lanzarse miradas furtivas. 

Hyunwoo sentía que estaba ganando un partido mucho más importante en su vida.  

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Hola 👀.
Pensé que en mis vacaciones podría escribir a destajo, pero está siendo todo lo contrario xd. Luego con la noticia del sm de Shownu me dio la depre y ya no quise nomás nada, pero espero poder terminar lo que tengo a medias de mis oneshots. 

Bais. Se cuidan. :)