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✴️(2).Your Hero

Hyunwoo estaba en el trabajo, en medio de un casting para escoger a la actriz principal para una película, cuando su celular sonó.

No pudo contestar a tiempo, por lo que tenía al menos cinco llamadas perdidas de un número desconocido. 

Al regresar la llamada, supo inmediatamente quién era. Changkyun. 

—¿Puede venir a mi escuela? Verá… me metieron en un lío y necesitan a un adulto mayor que responda por mí. Como usted es el representante de mi papá… 

—¿De qué estás hablando? Yo no soy eso… 

—Estoy aquí con el director y desea hablar con mi tutor y ya sabe que mi papá está ocupado en el spa, no contesta las llamadas… entonces, pensé que usted podría… 

Hyunwoo pasó sus dedos entre sus cabellos, haciendo que se desordenaran.

—Voy para allá. ¿En qué escuela estudias? 

Escuchó el nombre y buscó la dirección. 

—Eunji —le avisó a su asistente—. Debo salir por una emergencia. Te quedas a cargo. Sólo falta una entrevista. 

—Sí, señor. Yo me encargo de hacerle la entrevista a la Srita. Suzy. 

Tomó su chaqueta, salió de la empresa y manejó todo el camino hacia la escuela. 

Al estar en la verja de entrada, supo que estaba frente a un buen colegio privado, de los de prestigio del país. No quería ni imaginar cuánto le costaba la matrícula a Kihyun. 

Dirigió sus pasos hacia la dirección y anunció su llegada. La secretaria lo hizo pasar a una estancia donde estaba el director detrás de un escritorio de roble, con Changkyun sentado frente a él, de espaldas a la puerta.

Hyunwoo cuadró sus hombros y entró a paso seguro.

—Estoy aquí en representación del Sr. Kihyun. Él no podrá venir. Soy Son Hyunwoo.

Le pasó una tarjeta de presentación. El director leyó la referencia y se dio cuenta de que estaba frente a alguien importante en la industria del entretenimiento.

—Tome asiento, Sr. Son.

El director le contó su versión de los hechos. Al parecer Changkyun había estado en una riña con un muchacho de su grado. 

—Aún cuando el joven Yoo no haya iniciado la pelea, es necesario hacerle ver que llegar a los golpes no siempre es bueno. 

—Estoy completamente de acuerdo con usted —habló pausadamente, en tono condescendiente.

—Debo decirle a usted que debe disciplinar al joven Yoo en casa. Esta vez seré indulgente, pero si se vuelve a involucrar en algo así, tendré que suspenderlo, ¿quedó claro? 

—Sí, señor. Me encargaré de que no vuelva a suceder. 

—Acaba de llegar hace poco y ya está causando problemas. Debe tener cuidado. Está en una escuela prestigiosa y no querrá manchar su informe académico.

Hyunwoo se despidió con una reverencia. Salieron de la oficina y Changkyun se fue a sentar en unos bancos del pasillo. 

—Bonita chaqueta —le dijo Changkyun viendo su atuendo.

Hyunwoo entrecerró sus ojos.

—¿Acaso solías hacer esto cuando vivías con tu mamá? ¿Pelear con tus compañeros?

—Ese chico se lo buscó. Esta escuela está llena de riquillos estúpidos y prepotentes. 

—Debes aprender a controlar tus impulsos. Desafortunadamente, por más que quieres darles una lección, ese tipo de muchachos seguirán creyendo que el mundo les pertenece. Así los educan en casa. 

—No quiero estar en esta escuela.

—Tal vez puedas hablar de eso con tu papá.

—No me dejaría cambiarme. No le diga nada de esto a mi papá, sobre la pelea.

—No tengo por qué ocultárselo a Kihyun. Él debe saber…

—Si se lo dice, yo le diré su secreto. 

—¿Qué secreto? No sé de qué hablas. 

—No crea que soy tonto. 

—No creo que lo seas, sólo eres un poco impetuoso… 

—Sé por qué no se ha negado a ayudarme. Bien pudo hablarle a mi padre antes de llegar aquí —se cruzó de brazos y se aplastó en la silla, sin intención de levantarse—. Como si no me hubiera dado cuenta de cómo lo vio en esos días en que fue a visitarnos —metió las manos en los bolsillos de su uniforme—. Mi papá es muy despistado para darse cuenta, pero yo no. Supe al instante que a usted le gusta. Así solía mirar mi papá a mi mamá… 

No es que le molestase que Kihyun se enterara sobre su interés por él, pero prefería decírselo personalmente. 

—¿Te molestaría que tu papá tuviera una relación con otro hombre? 

—Me da igual —se encogió de hombros para enfatizar eso—. Lo que le guste a mi papá no me interesa, ya sean papayas o plátanos, melones o pepinos. 

A pesar de todo, a Hyunwoo le hizo gracia su comparación. Observó su rostro, pero era difícil leerlo. 

—Está bien —accedió finalmente—. No le diré nada a tu papá sobre este incidente. Ahora regresa a tu salón. 

—Esperaré a mi próxima clase —respondió, muy quitado de la pena—. Al maestro de esta hora no le caigo bien y se enojará de que llegue tarde a su clase. 

—¿Acaso has hecho algo malo para que "no le caigas bien"? 

Changkyun no alzó la mirada y movió su pie sobre el suelo lustroso de esa zona. 

—Me he llevado su materia, matemáticas, además de física. Materias estúpidas. Como si me fueran a servir en el futuro. 

Hyunwoo suspiró pesadamente. Conque era eso. Se quitó la chaqueta, quedándose con su camisa blanca, y se sentó a su lado.

Estuvo pensando en una solución. Tal vez funcionaría.

—¿Qué tal si hacemos un trato? Yo te puedo dar clases particulares de esas materias.

—¿Usted? No tiene pinta de saber sobre el tema… 

—Estudié Economía, así que un poco sí sé. De algo servirá haber llevado esa carrera.

—¿Y por qué terminó trabajando como "Capitán Shownu" en ese parque de diversiones? 

—Es una larga historia, pero básicamente nunca fue mi intención estudiar eso, fue por presión de mi padre. Yo deseaba estudiar actuación, así que trabajar como un superhéroe de espectáculos fue lo más cercano que tuve de cumplir mi sueño de ser actor —se encogió de hombros y se metió las manos en los bolsillos de su pantalón, imitando a Changkyun—. Tú sólo debes pedirle a tu padre que yo te enseñe en su departamento, la frecuencia dependerá de él. 

Changkyun observó su perfil por varios minutos y llegó a plantearse varias dudas. 

—¿A cambio de qué sería? 

Para Changkyun, ese trato debía tener una especie de trampa. 

—A cambio de que evites meterte en problemas dentro y fuera de tu escuela. 

—Yo no busco problemas, los problemas me buscan a mí, Sr. Shownu —dijo con ironía. 

—Vamos. Puedes intentar hacer el esfuerzo por tu papá. 

—¿Eso es todo? ¿No pretende que, además, yo le diga maravillas sobre usted? 

—Sólo si tú lo haces por decisión propia, que de verdad lo digas porque lo crees. 

Changkyun caviló por unos minutos mientras veía a un alumno pasar frente a ellos.

—No tengo tu tiempo. Debo regresar a mi trabajo, así que… 

—Espere —exclamó al ver que el otro se levantaba del asiento—. Acepto. No pierdo nada en intentar entender esas materias. 

Hyunwoo alzó su dedo meñique en su dirección. 

—¿Qué es eso? —Changkyun frunció el ceño, viendo con extrañeza el dedo. 

—Es una forma de sellar nuestro trato. Una promesa. 

—Cosas de niños. 

—Exclamó el señor —se burló Hyunwoo—. Anda, no pierdes nada haciéndolo. 

A regañadientes, Changkyun entrelazó sus dedos meñiques. 

—Hecho —exclamó Hyunwoo—. Será un placer ser tu tutor. 

—No digo lo mismo sobre ser su tutorado —refunfuñó, pero luego dijo, sin voltear a verlo—. Disculpe por interrumpirlo en su trabajo...

Hyunwoo sonrió. Ese chico sabía darse a querer. Le revolvió el cabello y se despidió de él, volviéndole a repetir que regresara a clases. Changkyun, sorprendentemente, le obedeció. 

Nada más llegar su padre de trabajar, Changkyun soltó la bomba sobre las materias reprobadas. 

—Me he llevado matemáticas y física. 

—¿Otra vez, Changkyun? —exclamó cansinamente—. Ya habíamos hablado sobre esto —fue alzando su voz—. Debes de poner de tu parte… 

—No voy a escuchar de nuevo tu aburrido sermón. Necesito un tutor. Eso es lo que te quería decir. 

Kihyun se apretó las sienes con la mano.

—Está bien. Si eso ayuda a que te enfoques en esas materias… trataré de buscar mañana a alguien que te dé clases particulares. 

—No será necesario que hagas eso. Ya tengo un tutor. El Sr. Hyunwoo. Vendrá mañana por la tarde a mi primera sesión. 

—¿El Sr. Hyunwoo? ¿Le has pedido eso? No. Suficiente ha sido el que le haya pedido el favor de irte a ver al supermercado. 

—Una vez más no costará nada. Se ve que el Sr. Hyunwoo estará encantado de ayudarte a controlarme. 

—Yo no pretendo controlarte, Kyunie, sólo que aprendas a ser responsable con tus deberes escolares. 

—Como sea… es esa solución o que yo siga suspendiendo esas materias. 

—O que intentes prestar atención en las clases.

Changkyun nada más alzó su hombro. Kihyun suspiró largamente, tratando de poner sus ideas en orden. 

—Hablaré mañana con Hyunwoo sobre esto. 

—¡Bien! Asunto resuelto. Me voy a mi cuarto. 

—¡Changkyun, la cena! —le gritó, pero éste ya había desaparecido por el pasillo. 

Se recargó sobre la isla de la cocina con los hombros decaídos. 

Había veces cómo ésa en las que Kihyun extrañaba tener a alguien que lo apoyara, que le diera palabras para animarlo, que le dijera que lo estaba intentando, que no se rindiera. Palabras de aliento, de cariño, de comprensión… 

A veces se sentía como un patético hombre necesitado de amor, pero no hacía nada al respecto.

Hyunwoo le mandó un mensaje a Kihyun para acordar la hora en la que se verían para hablar sobre las tutorías de Changkyun. 

Llegó al departamento a la hora pactada. Kihyun estaba vestido con su uniforme del trabajo, casi a punto de salir. 

—Podemos acordar el precio de las tutorías… 

—No será necesario que me pagues. Tengo estas horas libres, así que puedo dedicarme a darle la tutoría a Changkyun. 

—¿De verdad? Es usted muy amable. 

—Me gustaría que me tutees, no creo tener más que... ¿qué serán, dos, tres años más que tú? 

—Tengo 35.

—Yo cumpliré los 37. Allí está. Dime Hyunwoo. 

—Está bien, Hyunwoo. 

—Mucho mejor —esbozó una sonrisa de satisfacción. 

—Debo irme al trabajo, por cualquier cosa ya tienes mi número de celular. Dejé un poco de comida en el refri por si desean comer. 

—Gracias. ¿Vas a tardar? 

—Hoy tengo pocas citas agendadas para la tarde. Podré llegar antes de las siete. 

—Aquí cuidaré a Changkyun. 

—De nuevo, muchas gracias. 

Changkyun sólo puso los ojos en blanco al escucharlos platicar. 

—¿Me va a enseñar o van a seguir coqueteando sin parar? Se te va a hacer tarde, papá. 

Kihyun enrojeció y carraspeó un poco. Ese comentario lo había tomado por sorpresa. 

—No le haga mucho caso, a veces dice disparates —trató de aligerar el ambiente. 

—Cosas de adolescentes. 

—Exacto. 

Hyunwoo y Changkyun se quedaron solos. El muchacho tenía un desastre de apuntes y Hyunwoo tuvo que armarse de paciencia para descifrar qué unidades temáticas estaban revisando.

Para ser la primera sesión, Changkyun captó algunos conceptos sin problemas.

Kihyun llegó un poco antes de las siete, como había dicho. Hyunwoo se quedó a cenar con ellos y, para su dicha, el ambiente fue un poco más relajado. Fueron capaces de platicar sin incomodidad, Hyunwoo hablando sobre su trabajo y Kihyun sobre el suyo, con un Changkyun escuchándolos atentamente e interviniendo de vez en cuando.

Salió del departamento satisfecho de ver por fin un poco más la bonita sonrisa de Kihyun.

La segunda tutoría dio lugar un día viernes. Esa vez Kihyun se estaba tardando en llegar. Eran ya pasado de las siete y Hyunwoo decidió cenar con Changkyun. 

Le sorprendió ver la enorme cantidad de recipientes con comida en el refrigerador, todos ordenados según el tipo de comida y con etiquetas para que no se confundieran. 

—Mi papá prepara comida como para un ejército. Se pone a cocinar de todo cuando llega a casa, pero no se llega a acabar. 

—Supongo que eso lo relaja, aunque es una lástima que se desperdicie comida. 

Hyunwoo procedió a calentar la comida y la sirvió en dos platos. Se la pasaron comiendo y platicando de rato en rato. 

—Creo que agradezco que mi papá tenga buen sazón. 

—¿Te quedas solo en estas horas? 

—A veces, cuando mi papá tiene turnos extras en la sala de spa. Es muy famoso como masajista, así que tiene muchos clientes regulares, incluidos artistas y celebridades. Al parecer la semana pasada atendió a Bae Doona… 

Terminada la cena, levantaron la mesa. 

—Aprovecharé para limpiar los trastes donde cenamos. 

—Como quiera —se encogió de hombros—. No es su obligación. 

Vio el fregadero lleno de otros recipientes sucios, así que se dispuso a lavarlos también. 

—Anda, ayúdame a acomodar los trastes, tú sabes dónde van. 

Changkyun puso los ojos en blanco, pero no se negó. Dejó de lado su celular y se levantó de su silla. Estuvieron varios minutos en silencio, sólo escuchándose el sonido de los trastes al ser lavados y puestos en la alacena. 

De regreso del trabajo, Kihyun se quedó anonadado al ver todo ordenado en la cocina. 

—No tenías por qué limpiar. 

—No, pero lo hice porque así lo deseé. Changkyun me ayudó mucho. Espero que no te moleste. 

—Te lo agradezco, pero no quiero abusar de tu amabilidad —dijo con gesto apenado—. Ya suficiente haces con venir a darle tutoría a Changkyun. Espero que no interfiera con tu trabajo. 

—Voy a la oficina por las mañanas y en estas fechas no hay mucho trabajo que hacer, así que no hay problema. Me voy. Sólo estaba esperando a que regresaras. Changkyun está en su cuarto. 

Kihyun lo despidió en el vestíbulo, esperando verlo al siguiente día, como habían acordado para las sesiones.

Una hora después, Changkyun se asomó a su cuarto para desearle buenas noches, algo que nunca había hecho antes.

Esa tarde Changkyun había acabado de resolver varios problemas de matemáticas en poco tiempo, y habían revisado lo de física con cierta dificultad.

Llegó un punto en el que se estresó y Hyunwoo no quiso presionar más. Debía también darle un espacio para que descansara.

Ya había pasado el mes y sus sesiones continuaban con regularidad, y había encontrado el ritmo para trabajar con Changkyun.

El chico era listo, muy inteligente a opinión de Hyunwoo, pero su tipo de inteligencia no había sido bien encaminada.

Hyunwoo miró a través del gran ventanal que daba la vista a la calle. 

—Allí abajo hay una cancha de fútbol. Bajemos a jugar. Podemos pedir prestado un balón. 

—Gasto innecesario de energía. Prefiero el aire acondicionado del departamento. Así que… no, gracias. 

Hyunwoo no desistió. Lo llevó casi a rastras, pero lo logró. 

Pronto estuvieron los dos pateando un balón que habían conseguido prestado de otros jugadores allí presentes. 

—Vamos, échale ganas —le daba pases que Changkyun apenas y recibía. 

—No me entusiasma la idea de mover una pelota con los pies, por toda la cancha de pasto. 

—¿Entonces qué otra cosa te gustaría hacer? —detuvo el balón. 

—Quiero jugar a eso —señaló un punto lejos de allí. 

Hyunwoo siguió la trayectoria del dedo hasta dar con una pequeña cancha donde estaban un par de jóvenes jugando voleibol. 

—¿Voleibol?

Hyunwoo prefería el fútbol, basquetbol, incluso el béisbol, pero si Changkyun se sentía más cómodo con ese deporte, no se iba a negar. El objetivo era que se entretuviera. 

Regresaron el balón y se alejaron rumbo a la cancha. Un par de ojos desconfiados los siguieron observando mientras se acercaban. Pronto estuvieron cerca de ese grupito de jóvenes reunidos al lado de la red de juego. 

—Queremos jugar con ustedes un ¿partido?, ¿cómo se dice en voleibol? —les dijo Hyunwoo. 

—No jugamos con rucos —exclamó uno de los jóvenes con burla—. Tú —señaló a Changkyun—, tú sí puedes jugar. Necesitábamos un jugador.

Hyunwoo se indignó al escuchar cómo se dirigía a él, pero Changkyun lo frenó de contestarle a ese niño. 

—Déjamelo a mí. Podré adaptarme a su juego. Vaya a sentarse y observe. 

Hyunwoo boqueó, indignado de que hubiera sido hecho de lado por un par de pubertos, pero no le quedó de otra que irse a sentar a las gradas. 

Desde allí vio cómo jugaba Changkyun. 

Era sorprendentemente bueno, a pesar de ser el más bajito de ellos. Se movía con agilidad, hacía buenos pases, recibía, remataba y voleaba el balón con facilidad. 

—¿Dónde aprendiste a jugar tan bien? —le preguntó cuando terminó de jugar y se dirigían de nuevo al departamento. 

—Era el líbero oficial del equipo de mi antigua escuela. 

—Eres bueno. 

—Lo sé —exclamó, seguro de sí mismo, no por nada su equipo había ganado varios trofeos—. Mañana vendré de nuevo. Jooheon me ha invitado a formar parte del equipo de la colonia. 

—¿Jooheon? 

—El chico pelirrojo que no lo dejó jugar. 

—Oh, ese niño —cómo olvidarlo, tenía muy bien grabada su cara.

—Es un año mayor que yo. Técnicamente es un adolescente. 

—Para mí siguen siendo unos mocosos. Es bueno saber que has hecho amigos. 

—¿Amigos? Puede ser. Depende de si no lo echan a perder, pero me cayeron bien. 

Hyunwoo sonrió. Ese muchacho tenía una forma rara de demostrar su entusiasmo por haber encontrado cómo entretenerse un poco. 

—Juguemos una partida de ajedrez antes de que llegue mi papá. 

—Primero debes irte a bañar, luego terminar el tema de física.  

—Está bien~ —canturreó Changkyun con retintín—. Ya ni mi papá es tan mandón como usted, lo cual es decir mucho —terminó con aparente enfado, pero Hyunwoo no pasó por alto la sonrisa que tenía Changkyun al dirigirse a su cuarto. 

Hyunwoo le mandó a Kihyun fotos que le había tomado a Changkyun mientras jugaba voleibol y, mientras esperaba a que terminara de bañarse, se la pasó mandándole mensajes a Kihyun que éste trataba de responder cuando terminaba cada sesión de masaje.

Hyungwon notó cómo su amigo Kihyun se había pasado la última media hora mirando su celular con una sonrisa mal disimulada en su rostro. 

Los dos estaban en su breve descanso, en la azotea del edificio. Solían hacerlo para despejarse un poco. 

—Últimamente has estado de muuuuuy buen humor, Kihyun. ¿Con quién te mensajeas que te pone tan feliz? 

Kihyun respingó al darse cuenta que Hyungwon estaba detrás de él e intentó ocultar su celular, pero fue muy tarde; su amigo ya había visto el nombre de su contacto en pantalla. 

—¿"El superhéroe de Changkyun"? ¿Qué nombre es ése para un contacto? 

—Es un amigo de Changkyun, de los dos. Es un hombre que le ayuda con sus tareas de las materias en las que va mal. 

—¿Dejas a Changkyun con un desconocido? 

—¡No es un desconocido! Yo he platicado con él. Es una buena persona —lo defendió—, si no fuera así Changkyun me diría inmediatamente si algo malo pasara. 

—¿Cuánto te cobra? 

—Nada… lo hace sin una recompensa económica. Sólo le doy de cenar. Vacía prácticamente mi refrigerador —sonrió al recordar cómo es que ahora ya no había sobras de comida y eso, no sabía por qué, le gustaba.

—¿En serio lo ayuda sin cobrarte nada? —exclamó con asombro, marcando una "o" con sus labios. 

—Sí. Es… ¿sorprendente? 

—Tomando en cuenta qué tan caras salen las clases particulares, sí. ¿Tiene pareja?

—Me dijo que hace poco había terminado con su novio, un actor… 

—¿Un novio? Ummm, conque batea de ese lado… —se tocó la barbilla, sopesando las posibilidades. 

—¿Por qué lo preguntas? 

—Umm eso de que te ayude encarecidamente… —entrecerró los ojos, acercándose más—, ¿no lo hará para sumar puntos a su favor frente a ti?, ¿no estará interesado en ti?

Su amigo llegaba a conclusiones extrañas. 

—¿Él? No creo —batió su mano frente a él—. No. Definitivamente no —negó con vehemencia —. Es un amigo, además, yo no podría corresponderle, él sabe que tuve una esposa y no soy… 

—¿Gay? Yo tampoco lo era, querido, y mírame ahora, tan feliz de la vida teniendo a mi Hoseok —tenía una mirada soñadora al hablar sobre su pareja—. Dicen que siempre hay una primera vez para todo. 

—No es que tenga prejuicios contra eso, cada quien su vida, pero simplemente no… 

—¿No te imaginas teniendo una relación con él? —resopló al no obtener respuesta y ver a Kihyun en estado de negación—. Como sea, sólo te quería decir que me alegra verte de tan buen ánimo últimamente, sea a causa de ese "superhéroe", o no. 

Le dio una palmadita en el hombro y se retiró a su sala de masajes.

A pesar de que no quisiera admitirlo, esa conversación dejó a Kihyun pensativo. 

Se puso a repasar sus interacciones con Hyunwoo. 

Debía ser honesto consigo mismo. 

No podía negar las veces en que, cuando llegaba del trabajo, se quedaba observando la amplia espalda de Hyunwoo mientras éste le daba explicaciones a su hijo, o la manera en la que se arremangaba sus camisas manga larga, ésas que tan bien le quedaban.

Alto, fornido, se mantenía en forma, tenía facciones angulosas, un bello tono de piel canela y cabello azabache que regularmente mantenía hacia atrás con gomina. Era un hombre atractivo.

Tenía muchos clientes, entre ellos hombres de muy buen ver. Nunca había tenido reparo en admitir la belleza de otros hombres, de manera objetiva, pero no se había sentido particularmente atraído hacia uno. Había recibido invitaciones a salir, tanto de hombres como mujeres, una que otra vez, pero amablemente las declinaba. 

A diferencia de ellos, Hyunwoo le inspiraba mucha confianza. Podía estar tranquilo al saber que Changkyun estaría a salvo con él. Era un hombre transparente, de sonrisa franca y voz pausada y amable. 

Se imaginó dándole un beso en esos labios rellenitos que tenía y, para su propio estupor, un calorcito agradable lo inundó por dentro. Se sonrojó al darse cuenta que no le había desagradado esa idea. 

Hacía mucho que no le pasaba algo así. 

¿Rechazaría a Hyunwoo si lo invitara a salir? 

Se la pasó las siguientes horas pensando en la respuesta, incluso estando de regreso en su área de trabajo y en medio de una sesión de masaje. 

Para cuando salió de trabajar, llegó a la conclusión de que no, no rechazaría a Hyunwoo si lo invitaba a salir, aunque, siendo sincero, no lo creía posible. 

Seguramente Hyunwoo tenía una fila de hombres deseando salir con él, actores incluso, muchas oportunidades de ligar, ¿por qué lo elegiría por encima de los demás? No tendría sentido. 

Desechó esos pensamientos, pero era difícil no volver a pensar en ello cuando llegaba a su departamento y le recibía la reconfortante escena de Hyunwoo explicándole un tema a Changkyun, quien tenía una mirada atenta y concentrada en el cuaderno de notas. 

Su hijo por fin se estaba enfocando en esas materias que le habían estado costando aprobar, y eso era gracias a Hyunwoo, el superhéroe sin disfraz, el héroe sin capa, que había vuelto a aparecer en sus vidas. 

Tal vez en su afán de autoconvencerse de que su atracción por Hyunwoo era temporal, una crisis de los treinta, Kihyun aceptó una cita con una compañera de trabajo, un hecho que asombró hasta a Hyungwon.

Era sabido entre sus compañeros que él no aceptaba citas y que se mantenía muy enfocado en el trabajo, y en su único hijo.

Hizo un espacio un día domingo y reservó una mesa en un restaurante decente.

Al parecer no fue una buena idea eso de la cita.

Al finalizar la comida y al terminarse los temas de conversación, los dos no supieron cómo continuar. La muchacha parecía incómoda y a Kihyun le entró el pánico. No supo cómo desenvolverse, se sintió torpe... parecía que se le había olvidado cómo actuar en situaciones así.

—Supongo que hasta aquí termina esto —le dijo la joven con una sonrisa apenada cuando estuvieron fuera del restaurante—. Creo que los dos estamos de acuerdo en que no ha funcionado. No me malinterprete, es usted muy lindo y amable, pero tal vez mis expectativas fueron muy altas.

—Lo siento, Hyerin, tal vez si salimos de nuevo...

—No. Sería forzar la situación —dijo en tono amable—. El solo hecho de que haya aceptado una cita conmigo es suficiente. Por lo menos podré presumir que he sido la única en lograrlo hasta ahora —le guiñó un ojo con jovialidad y llamó a un taxi.

—No creo que sea para tanto salir conmigo. Usted podrá encontrar un mejor compañero...

—¡Cómo que no! —sonrió más alegre—. ¿No lo sabe? Es muy popular entre las chicas del spa y las solteras desean salir con usted. Todas estamos de acuerdo en que es muy guapo.

—¿Yo? —se señaló a sí mismo con incredulidad.

—Claro. ¡Usted! Si tratara de verse con detenimiento frente a un espejo, lo sabría. Espero que pueda encontrar a alguien que le haga ver lo hermoso que es, por dentro y por fuera, sunbae.

—Yo igual espero lo mismo para ti, Hyerin —le dijo antes de que la joven se despidiera de él, se metiera al taxi y se alejara por la calle.

Desde esa ocasión se dio cuenta de que no debía aceptar citas sólo por el afán de tapar una verdad que no quería aceptar. No había sido justo para Hyerin, y no sería justo para alguien más.

Esa noche, al mirarse al espejo, pensó que era hora de tratarse mejor a sí mismo. Recordó la época en la que estaba muy seguro de su atractivo, incluso era un poco vanidoso, más seguro de sí mismo en ese aspecto de su imagen.

Decidió agendar una cita con un estilista y se llevó a Changkyun consigo ese día. Les cortaron el cabello y de allí se fueron a comprar ropa nueva, del gusto de cada uno. Para algo debían servir sus ahorros. Debían ser capaces de permitirse ciertos caprichos.

Cuando Hyunwoo lo vio, sus cortes de cabello fue lo primero que notó.

—Te has cortado el cabello. Igual Changkyun.

—Ya me estaba molestando el flequillo. Demasiado largo.

—Eso me gusta. Así puedo apreciar mejor tu rostro.

Kihyun sintió sus orejas arder como lava y sus mejillas parecían dos manzanas cociéndose en vergüenza.

Al llegar al departamento de los Yoo un día martes, Hyunwoo encontró en la sala a ese chico pelirrojo que le había dicho"ruco". 

—Vino Jooheon a visitarme —le dijo Changkyun al estar los tres reunidos—. Vive en este mismo edificio. Va a tomar hoy la clase conmigo. 

Hyunwoo sintió cómo ese par de ojos marrones lo estudiaban detenidamente, entrecerrándolos y mirándolo de abajo hacia arriba. 

—Él es Hyunwoo, alias Capitán Shownu, el superhéroe de acción. 

—¿En serio es usted Shownu? —abrió lo máximo posible sus ojitos—. Wow, mi papá llegó a llevarme al espectáculo que hacían en el parque de diversiones. "Capitán Shownu vs. Dark Star". Buenos tiempos. 

—Otro fan más —comentó Hyunwoo gratamente sorprendido—. Veamos qué tanto te defiendes en los temas.

A la media hora, se rindió. No era posible que los muchachos se concentraran en resolver las ecuaciones. Decidió dejar allí las explicaciones del tema. 

Los chicos parloteaban mientras Hyunwoo los miraba con asombro. Era increíble lo alegre y cómodo que se veía Changkyun platicando con ese muchacho cachetes de bollo, tan antipático que le había parecido días antes, pero ahora parecía haber cambiado de actitud. 

—Mi papá me regaló el muñeco de acción nada más llegué aquí —mencionó Changkyun, siguiendo con el tema del superhéroe. Todavía recordaba ese día. Le había dicho a su papá que ya no era un niño, pero eso no evitó que pusiera la caja encima de su cajonera, exhibida junto a otros objetos personales—. Como si todavía tuviera siete años. 

—Yo tengo la colección de estampillas, edición limitada —presumió con orgullo—, ¿vamos a mi departamento para que te las enseñe? 

—Está bien —se encogió de hombros y se dirigió a la puerta junto a Jooheon—. Le puede decir a mi papá que llegaré al rato. No me esperen para cenar. 

—Lo que usted diga, señorito. Vayan con cuidado. 

—Vendré después para que me platique sobre sus aventuras, Sr. Shownu. 

—No creo que tenga mucho que contar —intervino Changkyun—. Como puedes ver, es un ser humano común y corriente, incapaz de confesarse a la persona que le gusta y sólo arde en celos cuando esa persona sale con alguien más.

Changkyun lo sabía muy bien. Él vio cuánto se contuvo cuando le contó, casualmente, que su papá había tenido una cita con una compañera de trabajo.

—Eso es triste, pero no se desanime. Buena suerte con su confesión, Sr. Shownu —alzó su pulgar enérgicamente—. Use su armadura protectora por si lo llegan a rechazar. 

—No era una armadura, era un escudo que se activaba en momentos críticos. 

—¿En serio? No lo recuerdo bien. 

Siguieron platicando rumbo a la salida y Hyunwoo se quedó en medio de la sala, un tanto confundido y aturdido ante tanto parloteo de los chicos.

Se dispuso a limpiar la mesa donde habían estado "estudiando" y, cuando llegó Kihyun, comieron juntos mientras le comentaba lo que había pasado con el amigo de Changkyun. Kihyun hacía poco que había conocido a Jooheon y le agradó que su hijo haya hecho un amigo en ese lugar.

—¿Le compraste el muñeco de acción del Capitán Shownu? 

—Sí. ¿Changkyun te lo contó? 

—Hace un rato, cuando estuvo aquí con Jooheon. Tiene ya trece años, Kihyun. 

—Lo sé, lo que pasa es que le prometí comprárselo cuando saliera a la venta y como ya no tuve esa oportunidad… 

—Entiendo. Quisiste cumplir tu promesa. Lo asombroso es que pudiste conseguirlo. 

—Créeme. Actualmente puedes encontrar de todoooo en Internet. 

—En eso tienes razón —coincidió—. De haberte encontrado antes, te hubiera dado uno de los que guardo en mi departamento —en eso recordó preguntarle algo que ardía en ganas de saber—. Changkyun me contó, casualmente, que tuviste una cita, ya sabes... romántica.

—Ah, sí —se mordisqueó el labio inferior y Hyunwoo no pasó por algo cómo esquivó su mirada—. No funcionó. Seguimos siendo sólo compañeros de trabajo.

Sabía que no debía, pero sintió su cuerpo relajarse, y se reprochó por ser egoísta. Vio que Kihyun se disponía a agarrar su plato ya vacío.

—Deja, yo te ayudo a lavarlos.

A partir de allí fue común que Changkyun fuera a pasar unas horas en casa de Jooheon y Hyunwoo aprovechaba ese tiempo para ayudar a Kihyun con los quehaceres domésticos, avanzaba con sus propios pendientes o revisaba las tareas de Changkyun.

Se convirtió en algo natural, y pronto lo incorporó a su rutina diaria, y, mientras Kihyun aceptara su presencia allí como su amigo, pensaba en formas de cómo dar el siguiente paso en su relación, sin que a Kihyun le diera pánico por una hipotética confesión de su parte, o rechazara una relación con otro hombre.

Jooheon y Changkyun estaban sentados en cuclillas en la entrada de su complejo departamental. Estaban comiendo paletas de hielo mientras veían a la gente pasar a prisa y jugaban a contar los carros amarillos que pasaban por la calle. 

—Creo que a mi papá le gusta el señor Hyunwoo —soltó de la nada Changkyun. 

—¿En serio? —respondió Jooheon, relamiéndose los labios luego de chupar su paleta—. Con razón los he estado viendo juntos muy seguido. ¿Ya son novios? —siguió preguntando en tono casual, echando un vistazo a la calle. 

—No… pero… ¿no te causa… rechazo? —expresó con duda—. Digo, se trata de dos hombres… 

—¿Y qué? —lo volteó a ver, marcando en sus cejas un ceño—. Rechazarlos sería como rechazar a mi hermana. Mi noona tiene una novia. Viven juntas. A veces vienen a comer a nuestra casa y me llevan a pasear los fines de semana. 

—¡Eso es genial! —expresó con ánimo al saber que Jooheon no lo juzgaría si su padre tuviera un novio. 

—¡Sí! Me invitan a muchas cosas. Este sábado vamos a ir a un parque acuático, con muchas albercas y toboganes. ¿Quieres ir con nosotros? 

—No sé nadar. Mi mamá nunca me llevó a clases de natación y mi papá tampoco me ha enseñado… —dijo cabizbajo. 

—Yo tampoco, pero podemos estar en la zona menos profunda de las albercas.

—Hyunwoo sabe nadar muy bien. Me contó que trabajó un tiempo de salvavidas y de instructor de nado. Tal vez lo podamos invitar para que nos enseñe. 

—¡Muy buena idea! Podemos ir mi hermana, su novia, tu papá, su futuro novio, tú y yo… 

De allí la conversación se enfocó en planear su salida al balneario y, al terminar sus paletas, se rieron al darse cuenta lo morados que habían quedado los labios del otro. 

Era el final del verano y su amistad se iba reforzando cada día más. 

Hyunwoo estaba en medio de una explicación sobre los binomios cuando escucharon los enérgicos timbrazos. 

Se asomó a la puerta y se sorprendió de ver a una señora cargando una gran bolsa en la mano. Vestía un gran vestido de tafetán rojo y estaba muy bien maquillada. Tenía un aire jovial.

—¡Me alegra tanto que haya alguien en casa! —exclamó con entusiasmo—. ¿Es usted el Sr. Kihyun?

—No. Él no regresa todavía del trabajo.

—¿Es usted su… novio? —lo miró de pies a cabeza y le sonrió—. No se preocupe, yo no tengo nada en contra de los homosexuales. Mi hija tiene una novia y siempre las acompaño a las marchas ésas que organizan… 

—No soy novio del Sr. Yoo —la interrumpió con amabilidad—. Soy el tutor de Changkyun, Son Hyunwoo. 

—Oh, ya veo. Mucho gusto, Sr. Son —volvió a esbozar una amplia sonrisa—. Una disculpa. ¿Le podría entregar esto al Sr. Yoo? Es un recipiente con una pay de queso. Quiero agradecerle con esto por dejar a Jooheon quedarse aquí por algunas horas. Le ha hecho mucho bien juntarse con Changkyun. Tan lindo niño que es, tan educado.

—Yo se lo doy —tomó con cuidado la bolsa negra.

—No sé si podría también pasarle un recado… 

—Dígame, yo se lo diré. 

—Mi hija y su novia irán mañana con Jooheon a un parque acuático y quieren que su amigo Changkyun los acompañe. Si les fuera posible ir, sería fantástico. Jooheon insiste en que un tal señor Shownu vaya también, quien sea que fuere… 

Hyunwoo sonrió al recordar a Jooheon y su insistencia en decirle "Sr. Shownu". 

—Muy bien. Yo le paso su recado, Sra...

—Lee Hani. Mucho gusto. Espero volver a verlo por aquí. Chaoooo.

Se alejó por el pasillo, haciendo sonar sus zapatillas sobre el suelo. Hyunwoo cerró la puerta luego de despedirse de esa estrafalaria señora.

B&N×07/04/21

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