Estaban en verano, era domingo y el calor era insoportable, a pesar de que se encontraban bajo la sombra de un gran árbol.
A su lado izquierdo, SeokJin y JungKook jugaban a las cartas; mientras que, a su lado derecho, YoonGi dormía usando la camisa de su Alfa como antifaz. A unos metros de ellos, bajo los intensos rayos del sol, HoSeok, NamJoon, TaeHyung y un chico alto de orejas muy grandes —que, cabe aclarar, él no conocía— tenían un partido de fútbol. Los cuatro estaban sin camisas producto del calor y JiMin era el encargado de cuidarlas, además de darles agua cada tanto.
El ambiente era tranquilo, amistoso y cálido, pero el dulce omega no se sentía así. Fingía estar disfrutando del día, del partido y de los goles que dos de cuatro alfas le dedicaban, pero, en su interior, estaba jodido. En su interior, su lobito lloraba y suplicaba que se diera vuelta hacia YoonGi, su amigo, para quitarle la camiseta que estaba usando para cubrir sus ojos mientras dormía. Su lobito casi que le pedía a gritos — y con el corazón absolutamente roto — que se llevase la prenda a la nariz para oler el fuerte aroma a canela de TaeHyung, el apuesto alfa del que estaba profundamente enamorado.
El Alfa de su mejor amigo: YoonGi.
¿Era posible estar más jodido?
— ¡Gol! — exclamó, moderadamente bajito para no molestar a YoonGi.
— Todo por ti, Mimi — HoSeok dijo con voz ronca mientras le guiñaba un ojo.
JiMin sonrió bonito, actuando coqueto, cuando el alfa se acercó para besarle la frente.
— Todo por ti, Mimi — NamJoon repitió con voz aguda, una mueca asqueada adornando su rostro.
El omega casi quiso burlarse.
— Yo le dediqué tres puntos — HoSeok alardeó —. ¿Tú cuántos, Joon-ah?
Con fingida altanería, HoSeok miró a NamJoon mientras inflaba su pecho para lucir mucho más intimidante, por lo que el alfa moreno rió bajo; y, luego, le enseñó el dedo del medio.
— ¿Sólo uno? — HoSeok se mofó —. Uhm. Creo que JiMin se decidirá por salir conmigo — bromeó, abrazando al hermoso omega.
NamJoon le gruñó, intentando que el alfa mayor se alejara de JiMin, quien reía bajito mientras ambos Hyungs le rodeaban en un abrazo. HoSeok tenía sus manos puestas en los hombros del omega, mientras que NamJoon tomaba sus caderas, y JiMin soltó una carcajada cuando HoSeok gruñó, amenazando con morder al alfa moreno.
— Ya — JiMin sonrió, acariciando las nucas de ambos alfas, dejando que se recostaran ligeramente sobre su pecho.
HoSeok le sacó la lengua a NamJoon y éste se la devolvió, ambos riendo luego. Ya era costumbre competir entre ellos para conquistar el corazón del omega, a pesar de que sólo lo hacían en broma, intentando alegrar a JiMin, pues sabían lo que sentía por TaeHyung y la forma en que ese sentimiento le entristecía el alma cada día un poquito más.
Eran buenos amigos, a decir verdad.
— El que anote el siguiente punto, se ganará mi corazón para siempre — el omega les dijo con una tierna sonrisa.
TaeHyung elevó una ceja, interesado por lo que acababa de escuchar, mas JiMin no lo notó. Por eso, le sorprendió demasiado ver que el alfa por el que su lobo lloraba, comenzó a jugar tan bien. La forma en que TaeHyung se movía le cautivó rápidamente, y no pudo prestar atención a otra cosa. El aura de el alfa derrochaba convicción, como si supiese desde mucho antes que iba a anotar el siguiente punto.
Y así fue.
JiMin abrió los ojos como platos.
— ¡Gol! — exclamó, elevando ambos dedos pulgares hacia el alfa.
TaeHyung infló el pecho, orgulloso.
— ¡Já! — se mofó —. Ninguno de ustedes anotó, así que el corazón de JiMinnie es mío. — sentenció mientras les sacaba la lengua.
NamJoon y HoSeok se quejaron.
— ¡No! ¡No cuenta! Tú no estabas en esto — exclamó NamJoon.
TaeHyung le observó, confundido.
— ¿Cómo que no?
— Lo siento, TaeHyung-ah — HoSeok se colocó instintivamente delante de JiMin, queriendo cuidar su corazoncito—. Sólo Joon y yo somos aptos para pelear por el corazón de JiMin — siguió aunque sabía que ellos jamás serían aptos para tener el corazón de JiMin.
El corazón de JiMin ya tenía un dueño y ése era un alfa prohibidísimo.
TaeHyung frunció el ceño.
— ¿Por qué? — preguntó mientras se cruzaba de brazos con un puchero en los labios, lo que provocó que el omega tuviera que reprimir todas sus ganas de ir hacia el alfa para darle muchos besos.
No se podía.
JiMin no debía.
— Porque ya eres dueño del corazón de YoonGi Hyung — NamJoon le explicó e hizo una disimulada reverencia a modo de disculpa hacia el triste omega —. No puedes participar si ya eres dueño de un corazón.
TaeHyung aumentó más sus pucheros cuando se volteó para mirar a JiMin. Él también quería unirse a la competencia amistosa (y en broma) que ambos alfas llevaban desde hacía años, pues siempre le pareció curiosa la forma de actuar de ambos Hyungs: peleando por el omega, burlándose del otro cuando cometían un error o gruñéndose alto cada que el otro conseguía un "avance".
Incluso aunque NamJoon y HoSeok eran pareja peleaban por JiMin y eso siempre era gracioso de ver. Y si era gracioso el sólo verlo, participar lo sería aún más.
TaeHyung no tenía dudas de eso.
— ¿Puedo participar, Chim?
Chim.
TaeHyung sólo le llamaba así cuando quería convencerlo y, aunque JiMin ya sabía eso, su estúpido (y enamorado) Omega se empeñaba en susurrarle que el alfa lo hacía porque le amaba mucho; así que, eventualmente, JiMin también creía que tenía ese apodo especial para él porque lo amaba de la misma manera en que él lo hacía.
Y es por eso que terminó aceptando.
— Claro, TaeHyungie.
Después de todo, TaeHyung ya era el dueño de su corazón. Podía participar, perder y volver a intentarlo cuantas veces quisiera pues JiMin siempre lo querría a él.
Sólo a él.
Siempre sería él.
TaeHyung sonrió victorioso.
— ¡Ja! — se burló —. Estoy dentro, así que el corazón de JiMinnie es mío — les sacó la lengua a ambos antes de abrazar al omega, sosteniéndolo por las caderas —. Mío. Mío. Mío. Tooodo mío. Eres mío.
La voz de TaeHyung era chillona y sus labios se habían elevado en una gran
sonrisa rectangular, lo cual indicaba que estaba bromeado cuando le decía que «era suyo», «todo suyo», «de él».
Ser consciente de eso, dolía mucho.
— Yo gané — el alfa siguió festejando mientras hundía el rostro en el cuello del omega, restregando su naricita allí para provocarle suaves cosquillas.
JiMin no pudo evitar carcajear. Porque incluso si el corazón le dolía por saber que TaeHyung estaba bromeando, su lobo se sentía muy feliz porque éste les estaba abrazando y mimando con tanta dulzura. TaeHyung estaba dejando que su olor a canela se impregnara en JiMin, así que el omega iba a disfrutarlo. Luego tendría tiempo para sentirse culpable.
Ahora, sólo quería disfrutar.
El hermoso omega terminó cayendo de espaldas, pues el cuerpo contario era muy pesado, pero TaeHyung no pareció molesto con eso. En cambio, se alejó un poco y recostó su cabeza en el estómago de JiMin, recibiendo suaves caricias en su cabello casi de inmediato. Las manos de JiMin eran muy suaves y le relajaban al punto de darle sueño, mas se obligó a no cerrar los ojos por mucho que sus párpados le pesaran.
— ¿TaeHyungie va a dormir? — JiMin le preguntó con voz dulce mientras tocaba la nariz del alfa en repetidas ocasiones.
TaeHyung sonrió adormilado y negó, pero ya estaba cerrando los ojos para dormir una pequeña siesta cerca del dulce aroma del omega; por lo que, el rubio sonrió enternecido y le hizo más mimos en el cabello, disimuladamente inhalando el delicioso aroma a canela, obligándose a recordar con gran lujo de detalles todo lo que el aroma del alfa le hacía sentir. Pero su alegría se esfumó por completo cuando YoonGi apartó la camiseta de su rostro y observó a su alrededor hasta dar con TaeHyung.
— Alfa — JiMin le oyó susurrar.
Y el corazón de JiMin se quebró un poco más cuando YoonGi sonrió ante la linda imagen de un TaeHyung adormilado. Se alisó un poco la ropa y luego gateó hasta quedar a un lado de su pareja, quien le rodeó cariñosamente en un abrazo. Y no pasó mucho para que ambos se alejaran de JiMin para dormir juntos un rato, por lo que el rubio omega se mordió el labio inferior, acercándose rápidamente a la bonita pareja de alfas que le miraba con tristeza.
— Al menos tuve su aroma cerca — les dijo en un susurro roto, intentando casi en vano sonreír para ocultar el sollozo que llegaba a su garganta.
— Oh, JiMinnie — NamJoon le hizo un puchero.
— Ven aquí — animó HoSeok.
JiMin lo hizo.
NamJoon lo sentó entre sus piernas para acariciarle las caderas con suavidad, en lo que HoSeok estaba a su lado haciendo caricias suaves en sus pequeñas manos, ambos intentando transmitirle paz, pero no funcionó. JiMin, ciertamente, sólo se tranquilizó una vez que tomó su propia camiseta e inhaló el aroma a canela en ella. Porque su lobito omega sólo quería a TaeHyung. Siempre a él. Sólo a él. Pero TaeHyung era un ser prohibido, así que JiMin se conformaba con pequeñeces.
Siempre había sido así.
Y seguiría así.
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