{×Narrador×}

Hace muchos años se había creado un nuevo universo que al "parecer" no tenía nada interesante.. solo se podía apreciar un inmenso campo y un gran bosque, sin embargo mientras más pasaba el tiempo dentro de aquel universo comenzaba a crecer un peculiar árbol, pero tal vez este "árbol" tenía algo que contagiaba a sus alrededores... Ya que a medida que crecía el entorno cambiaba con el, todo empezaba a ser más colorido y "mágico" por decirlo de esa manera, hasta los habitantes parecían contagiarse de esa "enfermedad" o "virus" como lo habían denominado los humanos. Era un suceso fuera de lo normal, y a lo que nadie podía dar una explicación lógica.

Después de casi 115 años el árbol finalmente había crecido lo suficiente, había cambiado tanto el lugar y a sus habitantes, con un aspecto fuera de lo común, era muy extraño y no era como cualquier otro árbol antes visto en aquel mundo, este árbol tenía unas esferas coloridas.. siendo estas esferas como sus "frutas" en sus ramas y cada una de ellas tenía un sabor diferente, sin embargo no era para nada parecido al sabor de una fruta, tenían un sabor más... Dulce, tan dulces como caramelos ¿Cómo era posible eso? ¡No tenía ningún sentido, nadie entendía nada!, no era posible de explicar.

A los habitantes, sin embargo no les parecía extraño esto ni mucho menos algo a lo que tener miedo, ahora todos parecían muy acostumbrados a aquel árbol y el entorno que había creado desde su aparición.

Era tan extraño.

[...]

Un día unas personas fueron a ver al árbol y se sorprendieron al encontrar dos seres desconocidos ahí, se acercaron más y notaron algo, eran esqueletos.. nunca se había visto monstruos de esa especie y era algo nuevo para ellos.

─ ¿Quienes son ustedes? ─Pregunto una chica humana.─

Ambos esqueletos, que estaban leyendo un libro juntos levantaron sus miradas encontrándose con las de las personas, se miraron entre sí un momento dándose una sonrisa.

─ Somos los guardianes de este árbol. ─Contesto el esqueleto con coronilla y pupilas amarillas.─

─ ¿Guardianes? ─Preguntó un poco confundido un conejo.─

─ Exacto. ─Afirmó otro esqueleto con coronilla, pero tenía pupilas naranjas.─

─ ¿Cómo se llaman? ─

─ ¡Yo me llamo Dream! ─Exclamó alegre el de coronilla y pupilas amarillas.─ Y él es mi hermano. ─

─ Llámenme Nightmare. ─Dice con calma el de ropas y pupilas naranjas con una pequeña sonrisa.─

Las personas se miraron y después miraron a los hermanos, dándoles unas sonrisas.

Debían llevarlos con el resto del pueblo, todos estarían encantados de conocerlos seguramente, dos guardianes para el árbol que era una preciado para todos los habitantes del lugar.

Así que no perdieron el tiempo y aunque les costó mucho convencer a los guardianes, lograron que accedieran pasar un rato en el pueblo, entonces todos fueron al pueblo que se encontraba a varios minutos del árbol "místico".

Los aldeanos estaban sorprendidos al oír sobre los hermanos nightmare y dream, ¿Desde hace cuánto existen? ¿Cómo apenas sabían de la existencia de ambos? Todos les quisieron hacer preguntas, pero los guardianes se negaron.

No estaban para preguntas y tampoco para quedarse, no podían estar lejos del árbol tanto tiempo, como guardianes debían cumplir con su deber y no pensaban fallar, mucho menos nightmare pensaba hacerlo.

Debían cumplir su deber, nada ni nadie impediría eso.

[...]

❝ Puedes ser una dulzura, pero si te pasas puede que te devoren como el caramelo que eres. ❞

❝ Cariño, no pienses de más y deja que esté mundo te consuma.  ❞

❝ No te arrepentirás. ❞

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