
Allí encontré tu nombre...
En la avenida encontré tu nombre
que me esperaba mirando al cielo
lleno de encanto y de ganas
por descubrir nuevos senderos.
La tarde se torna en sueños
cuando mi caminar acompaña
las palabras que van surgiendo
de un andar alegre y sereno.
Sólo el mar es confidente
de mis pensamientos y deseos
y sus olas sonoras abrazan
mis pies con agua salada y cielo.
Corro alegre mirando a la gente
que sonriente pasea a sus perros...
en la avenida del Puerto ahora paro
para sentir cerca tu sereno silencio.
Momentos fugaces son, pero bellos
de una tarde de mayo cualquiera,
donde la inspiración se recrea
en mi sueño azul con estos versos.
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