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Te quiero

Camus se aferraba a mi sin darme tregua, sus manos y piernas se sentían como tentáculos que me apresaban y a pesar de eso no quería parar, no podía, como hacerlo después de que soñé tantas veces con este momento... pero supongo que lo que quieren saber es como llegamos a esta situación en primer lugar...

5 días antes Santuario de Athena

-¿Entonces lo has hecho?- la conversación dio un giro extraño, ahí estaba Camus, mi mejor amigo y compañero de armas indagando en mi vida sexual

-¿Por qué la curiosidad?- lo cuestione, no es que no quisiera responderle, es solo que no entendía por qué estábamos hablando de aquello, nos teníamos confianza pero él era tan serio y reservado nunca pensé que podríamos hablar sin tapujos de algo así

-Te conté que estuve con esta chica Galina pero... No fue lo que esperaba, sé que eres bisexual así que quería saber que se siente "del otro lado"-

Le di un trago a mi cerveza ahora si algo incómodo-Bueno no es que haya estado "del otro lado como tal" en todas mis experiencias con hombres he tomado el rol activo así que tampoco sabría decirte con exactitud cómo se siente-

-Ya- Camus miro al horizonte dándole un largo trago a su cerveza también, teníamos 16 años y aprovechábamos todas las visitas que el hacía al santuario para ponernos al día sobre las cosas de las que no considerábamos apropiado hablar en las cartas que intercambiábamos. Pero era la primera vez que hablábamos tan abiertamente de nuestra vida sexual.

Había una razón en específico por la que yo evitaba el tema y era que tenía pensamientos de lo más impuros para con Camus, desde hace aproximadamente un año que accidentalmente lo encontré masturbándose no había podido sacar de mi cabeza sus excitantes gruñidos de placer, y en más de una ocasión su imagen me había servido para desfogarme ¿Cuántas veces no le había dedicado mis desvelos y mis calenturas? Había perdido la cuenta ya.

-¿Lo harías para mí?-

-¿De qué hablas?-

-Sí, ¿Qué si tu estarías dispuesto a sodomizarme? -

Mi cara definitivamente tenía que ser un poema, ahí estaba Camus mi mejor amigo, compañero de armas y motivo de mis más bajos instintos pidiéndome que lo profanara como si pidiera una taza de azúcar

-¿Qué estas queriendo decirme?-seguramente había escuchado mal, Camus no podía estar pidiéndome aquello

-No es nada del otro mundo, confío en ti, tú confías en mí, y sé que esta curiosidad no va a desaparecer, no quiero hacerlo con alguien que no vaya a ser cuidadoso, tú eres mi amigo y sé que no me lastimarias-

Trague saliva, aquella propuesta parecía muy en serio -¿No preferirías hacerlo con alguien a quien ames? Tú sabes que sea algo especial-

-¿Por qué no sería especial contigo? Eres mi mejor amigo, de cierto modo nos amamos, no puedo pensar en otra persona con la cual hacer esto-

Tamborilee con los dedos en la mesa nervioso, era cierto nos amábamos, pero íbamos a rebasar la línea del amor fraterno para volverlo amor pasional y... Había tantas cosas que podían salir mal, pero demonios tenía 16 años la idea de poder tenerlo fue más fuerte que cualquier pensamiento racional que pudiese tener.

-De acuerdo si es lo que quieres lo hare- dije como si no estuviera deseándolo-Pero será con mis condiciones-

-¿Y cuáles son esas condiciones?-

No quería que él se arrepintiera por aquello así que le daría suficiente tiempo para que reconsiderara su petición

-No quiero que sea aquí en el santuario, te parece si vamos a Kallithea* el fin de semana y estando ahí veremos qué pasa-

-Está bien, regreso a Siberia a mediados de la próxima semana así que tenemos tiempo-

-Bueno pues trato hecho-

Pasamos el resto de la tarde juntos, como si los planes de implicarnos sexualmente no alteran en lo absoluto nuestra relación actual ¿Podríamos seguir de esa manera después de hacerlo?

4 días después

-¿Se puede saber qué haces?-pregunté al entrar al templo de Acuario y encontrar a Camus sentado en el suelo con las piernas abiertas e inclinándose hacia adelante casi tocando el suelo con la nariz

-Shaka dijo que hacer este tipo de ejercicios me ayudaría a que no fuera tan doloroso-

Alcé una ceja extrañado-¿Le hablaste a Shaka sobre lo que planeamos hacer?-

-No exactamente, le mencione que tenía curiosidad sobre el tema y me dio algunos consejos, no le dije que ya tenía con quien ponerlo en práctica-me respondió restándole importancia, me sentía extraño como un objeto que sería utilizado para un experimento científico, pero joder era Camus, como decirle que no y aún más después de verlo con esos pantalones cortos que estaba usando

-¿Puedo intentarlo también?-pregunté sentándome a su lado para poder estar más cerca de él, realmente no es como que necesitará un pretexto para acercarme, Camus quería esto tanto como yo, tal vez por razones diferentes pero ambos deseábamos hacerlo y no pude evitar contar las horas que faltaban para nuestro encuentro

-¿Seguro que estás listo?- cuestione cuando llegamos a los límites de Rodorio y nos disponíamos a tomar el autobús que nos llevaría a la cuidad vecina

-No me practique un enema por nada Milo claro que estoy listo-

-¿Enema?- Cuestione para mis adentros, así que había tomado sus precauciones. Eso me hizo sentir un poco más cómodo respecto a "haber tomado las mías también" pero más que nada me sorprendió su seguridad ante aquello, me hacía sentir ansioso, como si la primera vez fuera mía y no suya pero no había marcha atrás.

Llegamos a Kallithea a medio día y contra todos los pronósticos le pedí a Camus que antes fuéramos a tomar algo, no me urgía hacerlo, tampoco lo estaba posponiendo es solo que, nunca imagine la posibilidad de tener "una cita" con él y ahora que tenía la oportunidad no iba a desaprovecharla.

Recorrimos la cuidad de la mano como una auténtica pareja de enamorados, ya había estado ahí antes con Death Mask y Saga pero con Camus todo se sintió diferente, la ciudad era otra a través de su mirada curiosa y habida de conocimiento, lo admiraba, esa inteligencia y perspicacia que lo caracterizaban, su curiosidad, y era exactamente esa curiosidad la que nos tenía delante de las puertas de aquel motel

-¿Compraste todo?-

-Sí, cerveza, condones y lubricante-

Como caballeros menores de edad recibíamos lo que se podía llamar como una mesada, y con algo del dinero que ambos teníamos ahorrado pudimos costear el viaje, la comida, y una discreta habitación en uno de los moteles de la cuidad, no era un sitio 5 estrellas pero no estaba mal.

Pedí la habitación orándole a los dioses porque no me pidieran una identificación, afortunadamente no lo hicieron y solo me entregaron la tarjeta llave.

Subimos al elevador rodeados de un silencio extraño, estaba nervioso y por cómo jugueteaba Camus con su cabello era obvio que el también.

Entramos al cuarto aún en silencio, deje las compras sobre el buro dándole un rápido recorrido visual a la habitación, la cama era amplia, tal vez demasiado, una televisión, pero los más llamativo era el enorme espejo frente a la cama y el sillón tántrico que lucía prometedor.

-Voy al sanitario-anuncio Camus dirigiéndose ahí rápidamente, suspiré destapando la primera cerveza, tal vez aquello había sido un error, aun así me quite la camisa y los zapatos encendiendo la televisión dispuesto a ponerme cómodo.

Camus salió del baño poco después y la imagen que me regalo es algo que llevare grabado hasta el último de mis días, estaba frente a mí con unos strigns negros que resaltaban lo blanco de su piel, lucia sonrojado y yo no pude resistirme.

Me puse de pie de inmediato y camine hacia el abrazándolo.

-Luces increíble-dije aún sin tocarlo más allá del abrazo disfrutando del reflejo de sus preciosas nalgas en el espejo-Tu si sabes cómo volver loco a un hombre-lo halague tomándolo de la barbilla besándolo por fin.

Su boca se sentía tan bien, fresca, con un ligero sabor a menta que me hizo salivar. Nada de lo que estaba pasando se parecía a lo que había visto y sentido en mis fantasías, la realidad estaba superando a mi imaginación y por mucho.

-La cama- me pidió Camus entre suspiros sin separar su boca de la mía, claro que quería llevarlo a la cama pero antes lo levante haciendo que enredara sus piernas en mis caderas, el tacto era divino sus nalgas desnudas metidas en esa diminuta ropa interior eran más de lo que podía soportar.

Continuamos besuqueándonos largo rato, teníamos toda la noche. Camus era increíble, sus besos eran demandantes y apasionados, era como si él hubiera deseado aquello tanto como yo.

La erección de Camus se sentía tan bien frotándose con la mía, pero yo aún llevaba los pantalones puestos y eso me impedía sentirlo en su totalidad, me desabroche los pantalones ansioso y apenas él tuvo acceso a mi erección la tomó entre sus manos masturbándome con suavidad, era una sensación terriblemente excitante.

-No pares-le pedí embriagado por el placer que sus manos me provocaban, acaricie sus piernas, sus caderas, su pecho, diososes era tan hermoso y estaba ahí para mí, suspirando de placer debajo de mí, con un demonio tenía que hacer que aquello fuera inolvidable.

Baje mi boca de sus labios a su barbilla, después su cuello, su pecho, para cuando llegue a su abdomen sus manos ya no alcanzaban mi entrepierna y las ocupo para acariciar mis cabellos.

-Esto te luce tan bien, casi lamento tener que quitártelos- dije en referencia a su ropa interior paseando mis dedos por el borde solo para provocarlo, se remolineo excitado cubriéndose el rostro con los brazos-Trata de no moverte mucho- dije una vez que le quite los calzoncillos abriéndole las piernas y besando la cara interna de sus muslos

-Miiilooooo-suspiro Camus cuando sintió mis labios dando besos a la punta de su miembro

-Exacto así me llamo-dije juguetón, paseando mi lengua de la base a la punta, antes de meterlo en mi boca me estire para tomar el lubricante, carajo Camus era exquisito, en toda la extensión de la palabra, su miembro palpitaba dentro de mi boca y podía sentir como todo su cuerpo se estremecía a causa de mis caricias, sus muslos se apretaban mientras el luchaba por no cerrar las piernas, joder sí que era un tipo con suerte por poder tenerlo de esa manera.

Recordé que menciono estar "limpio" así que no dude en llevar mi boca un poco más abajo

-Eso noooo- Camus parecía avergonzado, intento cerrar las piernas pero le sostuve los muslos para que las mantuviera abiertas

-Quédate quieto- le exigí con una sonrisa al ver su rostro completamente sonrojado-Prometo que te va a gustar-

-Pero...- no pudo continuar pues pasee mi lengua por los bordes de su entrada provocándolo un profundo gemido

-Joder-dijo cubriéndose la boca

-No te contengas-le pedí al ver su gesto-Puedes gritar y gemir todo lo que quieras-

-Cállate- me ordeno cubriéndose el rostro con la almohada, quería verlo, disfrutar de sus expresiones de placer, pero de momento preferí concentrarme en lo que tenía frente a mí

Volví a lamer y succionar su entrada, dándole pequeñas mordidas que le provocaban espasmos más violentos, a este paso no ocuparíamos el lubricante, el lugar estaba tan lleno de mi saliva cuando me incorpore que pude deslizar un dedo fácilmente

-¿Cómo se siente?- le pregunte colocándome de nuevo por completo sobre el mordiéndole la oreja

-Raro-me respondió agitado

-¿Duele?-

-No, solo es raro-

-Ok- bese su cuello, sus orejas y su boca tratando de desviar su atención mientras mi dedo comenzaba a salir y entrar de el -¿Qué tal si te tocas un poco para mí?-le pedí tomando su mano llevándola hasta su propio miembro

-¿No prefieres que te toque?-me pregunto llevando sus manos a mi erección haciéndome estremecer, pero no, no quería eso, necesitaba que él se relajara para poder continuar

-Quiero verte haciéndolo-aclare, aunque en realidad estaba sobre estimulado y sentirlo tocándome haría que terminara antes de poder hacer lo que tanto deseaba

-De acuerdo- cedió Camus con una sonrisa, todo su cuerpo estaba perlado de sudor y en cuanto comenzó a tocarse aplique el lubricante para introducir con cuidado un segundo dedo

-¿Duele?-le cuestione al ver su gesto

-No, es un poco incómodo pero no está doliendo-

-Ok solo no dejes de tocarte de acuerdo- Volví a besarlo moviendo mis dedos despacio, su interior estaba apretado, caliente, se estrechaba contra mis dedos haciéndome imaginar las sensaciones en otra parte de mi cuerpo, cuando se relajó lo suficiente los introduje un poco más rozando ligeramente su punto P

-¡¡Mierda que!!-Camus se arque como si hubiera recibido una descarga eléctrica

-Se siente bien vedad- le pregunte sonriendo disfrutando de su expresión desencajada y su respiración agitada

-¿Qué estás haciéndome?- cuestiono resoplando

-Apuesto a que no pensaste que se sentiría tan bien-me burle sin parar de mover mis dedos en su interior disfrutando de cómo se remolineaba debajo de mí

-Voy ahh... voy ahhh...-sentí venir su orgasmo por cómo se apretó su cuerpo contra mis dedos, su expresión era hermosa y su orgasmo fue tan potente que su semen le llego al pecho, aproveche la languidez de su cuerpo para cargarlo y sentarlo en mis piernas

-¿Estás listo?-pregunte acomodándome para penetrarlo

-Espera, espera – me pidió aún agitado por el orgasmo, pero no quería que se preparara tenía que aprovechar que su cuerpo estaba completamente relajado, lo masturbe un poco y el oculto su rostro en mi cuello

-¿Quieres hacerlo para mí?-le pregunte besando su cuello cuando termine de ponerme en preservativo, podía haberlo hecho, haberme clavado en su interior de una estocada, pero era el quien había pedido que hiciéramos esto y si era lo que realidad deseaba tenía que demostrarlo

Camus me sonrió, pero era una sonrisa felina que me tomo por sorpresa, lamio mis labios y se enderezo-Ayúdame quieres- Pidió mientras se abría las nalgas y maldición ese gesto fue demasiado para mí, coloque la punta en su entrada mientras él se dejaba caer lentamente

-Se siente caliente-

-Lo sé – dije mordiéndome el labio para resistir el impulso de terminar de empalarlo sobre mí, él lo estaba haciendo tortuosamente lento y supe por su expresión ladina que lo estaba haciendo a propósito, cuando sus nalgas llegaron a mis muslos y estaba casi por completo dentro el volvió a levantarse haciendo que se saliera casi por completo

-Mierda Camus- brame aferrándome a sus caderas, el comenzó a carcajearse y aproveche para jalarlo hacia mi sumergiéndome por completo en su interior

-Eres increíble-lo halague besándole el rostro, me moría por embestirlo pero el que estuviera tan cómodamente sentado sobre mis muslos hablaba de lo bien que lo había preparado, no quería arruinarlo en el último momento siendo brusco, asi que me concentre unos minutos en besar su cuello y su pecho con fuerza, adoraba como su cuerpo se tensaba cuando succionaba su piel demasiado fuerte

-Tú también lo eres, me has hecho sentir increíble, no sé si pueda compensarlo-

-Descuida sé que lo harás-

Nos besamos y la idea que tenía cuando llegamos al hotel tomo cada vez más fuerza en mi cabeza, quiero hacerlo con él, hacerlo todo, dejar que haga conmigo lo que yo hago con el ahora.

El vaivén de sus caderas me regreso al presente, sus brazos alrededor de mi cuello, sus muslos junto a mis caderas, Dioses se aferraba a mi cuerpo de un modo que me hace sentir desbordado

-No pares-le suplique sintiéndome al borde del orgasmo, su respiración agitada en mi oreja, su boca entreabierta que no contiene los gemidos, maldición creo que no aguantare mucho más.

Camus disminuyo el ritmo de sus caderas, sé que está agotado pero no puedo soportarlo, sin salir de su interior lo recosté en la cama embistiéndolo con fuerza.

-Nghhh... ahhh me encantas, me encantas-repitió en mi oreja una y otra vez haciéndome temblar, sus piernas me abrazaron las caderas y me atrajo hacia el en un abrazo asfixiante, mi boca busco la suya mientras mi pelvis sequia embistiendo su trasero, se estaba tan bien en su interior que casi lamente que tuviese que terminar, su pene estaba erecto de nuevo, lo sentía rebotar contra mi abdomen, mis sentidos estaban saturados, eran tantas las emociones, sus uñas clavándose en mi espalda, mis testículos chocando contra sus nalgas, su legua que arrasaba mi boca, había tanto que tocar, tanto que sentir era casi indescriptible

-Quiero hacerlo adentro-le suplique separándome de su boca sintiendo que era mi último aliento

-Está bien-me concedió sin aliento juntando su frente con la mía, mi cuerpo temblo y siento como todos mis músculos se tensaban, eyacule en su interior sintiendo que se me iba el alma en ese orgasmo, Camus se arqueo apretando aún más mi miembro en su interior haciendo que me falte la respiración.

-¿Estas bien?-le pregunte aún agitado, quitándole el cabello sudoroso del rostro

-Si solo me duelen los muslos-admite jadeando dejando caer sus piernas a mis costados

-Por Zeus eso fue alucinante-digo secándome el sudor con el antebrazo quitándome el condón

-Lo sé, estoy agotado-

-Pero aun estas erecto-digo con una sonrisa mirando hacia su bajo vientre-Creo que hare algo al respecto- me deslizo hacia abajo y justo cuando voy a meterlo a mi boca y siento como te estremeces por la anticipación cambio de parecer –Te parece si lo ponemos en otro lugar- sugiero coqueto acariciando tus testículos

-¿De qué hablas?-

Sonrío, parece que realmente está agotado y no entiende mi "indirecta" así que tomo el lubricante poniéndolo en su mano

-Es tu turno-

-¿Hablas en serio?-parece sorprendido por mi propuesta pero no lo dejo vacilar, me coloco en 4 patas frente a el

-¿Qué esperas?-le pregunto sonriendo por su cara de incredulidad

-¿Estás seguro de esto?-

-Vamos Camus ya lo dijiste tú, no hay otra persona en la que confié más que en ti, y de verdad quiero hacerlo-

-De acuerdo-

Tomo mis caderas y me recorrió un escalofrío, suspire intentando calmarme pero me sorprendió al recostarse con la cabeza entre mis piernas

-¿Qué haces?-cuestione extrañado mirando hacia mi abdomen

-Preparándote-

Metió mi pene en su boca casi hasta su garganta, aún estaba bastante sensible por mi reciente orgasmo pero sentir la calidez de su boca hizo que rápidamente estuviera duro otra vez

-Maaaahs despacio- suplique sintiendo que en cualquier momento se me vencerían las rodillas y me derrumbaría sobre él, pero contrario a mi petición aumento la velocidad de su boca, sentí algo frio entre mis piernas y cuando menos me di cuenta uno de sus dedos ya estaba en mi interior.

-¿Todo bien?-me cuestiono haciendo su dedo entrar y salir despacio

-Sí, pero ahora entiendo a qué te referías con que se siente raro-conteste conteniendo un suspiro, el me sonrió volviendo a meter mi pene en su boca

Lo hacía tan bien, la presión de sus labios a mi alrededor era deliciosa, sus dedos jugueteando en mi interior hacían que me temblaran las piernas

-Hazlo de una vez-le pedí deseando sentirlo cuanto antes

-¿Seguro? No quiero lastimarte-

-Estaré bien, solo apresúrate- salió de debajo de mí y yo alce más las caderas pegando el pecho a la cama

Sentí de nuevo ese líquido frio y sonreí disfrutando de la anticipación, de sentir sus manos aferradas a mis caderas después de que se colocó el condón

Camus metió la punta despacio bufando de placer-Demonios está muy apretado, se siente muy bien-dijo mordiéndose el labio empujando despacio

-Dímelo a mí-jadee en respuesta haciendo mi mayor esfuerzo por mantener la caderas levantadas a pesare de que mis piernas se sentían como de gelatina

-Nghhh por todos los dioses Milo esto se siente demasiado bien- Camus embestía mis caderas a un ritmo violento sin darme oportunidad de recuperarme, era tan placentero, comencé a masturbarme dejando a Camus concentrarse en su propio placer mientras yo disfrutaba de tanta estimulación, aquello era glorioso jamás imagine que ser montado de esa forma se sentiría tan bien, pero él era maravilloso, se aferraba a mi haciéndome sentir que me derretiría si se atrevía a soltar mis caderas, haciendo que me recorriera un escalofrío cada vez que llegaba a lo más profundo de mi

-Ya no aguanto- confesé agotado, mi cuerpo comenzó a estremecerse joder aquel orgasmo iba a ser demoledor

-Solo un poco más-me pidió aumentando en ritmo e hice lo posible por contenerme pero cuando lo sentí enterrándome las uñas en los costados no pude mas

-Yo estoy... voy ahhh...- el clímax fue intenso, más de lo que imagine, no pude contener el semen con mi mano y termino ensuciando las sabanas, Camus dejo caer todo su peso sobre mis caderas haciéndome caer sobre el colchón agotado

-Lo siento, lo siento-se disculpó jadeando

-Está bien no pesas tanto-

Se quedó recostado sobre mi unos minutos, jadeando igual que yo, sentir su respiración en mi cuello no me ayudaba en lo absoluto a tranquilizarme, era como si todas mis terminaciones nerviosas estuvieran en alerta, me estremecí –Eso se sintió demasiado bien- reconocí limpiándome el sudor de la frente

-Lo sé-por fin se incorporó un poco, lo suficiente para que me volteara y quedáramos cara a cara, su mirada estaba adormecida y no resistí el impulso de besarlo, correspondió con lentitud, y nos enredamos en un abrazo que me hizo suplicar en el interior que nunca se terminara.

-Camus, ey Camus despierta es hora de irnos-lo sacudí un poco al ver que el llamarlo no era suficiente

-¿Qué hora es?-pregunto adormilado tallándose los ojos, lucia tan sensual, con el cabello revuelto cubriéndole el rostro

-Las nueve de la mañana- teníamos que regresar al santuario antes de mediodía o excederíamos el permiso de ausencia que nos habían dado

-Me duele todo-se quejó estirándose con pereza

-Me imagino-respondí divertido por ver su cuerpo lleno de las marcas que le hice la noche anterior

-No deberías decirlo con esa estúpida sonrisa de satisfacción-se quejó golpeándome con la almohada

-Llevaba mucho tiempo deseando esto, no me pidas que no sonría-

-¿De qué hablas?-

Mierda! Dije aquello sin pensar, pero bueno había llegado la hora de ser sincero

-Te quiero Camus-dije en un arranque de visceral sinceridad-Llevo demasiado tiempo cuestionándome si lo que sentía por ti era más que un cariño fraterno y después de esto yo... no quiero seguir siendo solamente tu amigo-

-Estas diciéndome que tu querías que esto pasara, bueno incluso antes de que yo lo propusiera-

-Más de lo que crees, llevaba meses fantaseando con esto, no me atrevía a proponértelo porque no quería perderte pero... no voy a poder seguir como si nada ahora-

-Entonces... ¿Por qué lo dudaste tanto?-

-Porque no sé qué es lo que tú sientes por mí, me lo pediste como si fuera algo tan banal... pero para mí no lo es, y si no me correspondes, no quería arruinar nuestra relación solo por un acoston-

-Y sin embargo aceptaste-

-En serio pensaste que me negaría, por Athena Camus eres tú, no hay manera que te diga que no a algo que me pidas, te me pusiste en bandeja de plata por voluntad propia, no soy tan fuerte como para rechazarte-

-Lo sé-dijo el con una sonrisa de autosuficiencia

-No te burles de mí, te estoy abriendo mi corazón-

-Y lo aprecio Milo en verdad, pero no puedo creer que seas tan tonto como para no darte cuenta que siento lo mismo por ti-

-¿De que estas hablando?-

-De que te quiero idiota, de que estaba seguro que no ibas a rechazarme, de que te pedí que hiciéramos esto con la esperanza de que las cosas cambiaran entre nosotros, de eso estoy hablando-

-Estas diciendo que tu...-

No pude terminar la frase pues ya lo tenía sobre mí

-Estoy diciendo que te quiero Milo de Escorpio-

Iba a responder que también lo quería pero su boca no se despegó de la mía por un buen rato y decírselo mientras lo tenía empinado frente a mí me pareció de mal gusto. Ya tendiéramos tiempo, lo único importante era que me quería... 

N/A: Hola de nuevo! Después de un tiempo de ausencia (en el que estuve preparándome para mi examen de ingreso a la uni) estoy de vuelta con este one shot. Fue solo un pretexto para escribir un poco de lemon así que espero les guste. Tengo el objetivo de volver a publicar al ritmo que traía. Gracias por leer.

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