La vida gacha
Milo llego a su bar favorito con la única y clara intensión de embriagarse, había descubierto de nuevo a Afrodita en brazos de otro sujeto y lo único que pasaba por su mente era que quería perderse en el alcohol para olvidar lo que había visto.
-¿Dónde estás?-le cuestionaba Aioria al otro lado de la línea cuando contesto la llamada-Apresúrate que ya comienzan a tocar-
-Estoy afuera, pase a comprar cigarros pero ya mismo entro-
Colgó la llamada disfrutando del olor a mala muerte que invadió su nariz cuando entro al bar, tocaban rock en vivo todos los viernes y Afrodita no podía haber elegido mejor noche para romperle el corazón, el lugar estaba a tope e incluso antes de reunirse con sus amigos fue a la barra a pedir la primera cerveza de la noche, se la acabo de dos tragos y busco con la vista a sus amigos.
Dohko, Aioria y Shura lo esperaban en una de las mesas cercanas al escenario
-Pensé que no vendrías-lo saludo el español abrazándolo
-Desde cuando Afrodita te soltó la correa-acompleto Dohko
La sola mención del sueco hizo que a Milo le doliera el pecho Aioria pateo al mayor por debajo de la mesa, el griego le había contado a grandes rasgos el por qué quería emborracharse y les pidió a los otros que no mencionaran a la "ex pareja" pero parecían haberlo olvidado
-No me hablen de Afrodita por favor-pidió Milo sentándose destapando otra cerveza
-¿Ahora que te hizo?-quiso saber Shura ignorando la mirada de advertencia de Aioria, Milo tenía que desahogarse estaba ahí para eso
-Lo encontré en su departamento, se acuesta con Angelo-
Dohko no pudo evitarlo y comenzó a reírse Shura le paso un billete de mala gana-Te dije que sería antes del mes-se jacto en chino oliendo el billete con satisfacción
-No me culpes desde la última vez pensé que ahora sí tendría la descendía de respetar a este sujeto-
-Esperen apostaron cuanto tiempo duraría sin engañarme-cuestiono Milo dolido con sus amigos
-Te lo advertimos Milo, Afrodita no está para una relación seria-le aclaro Dohko restándole importancia-Me lo hizo a mí y después de la última vez que te engaño y de los mensajes que encontraste en su teléfono no tenías por qué seguir con el-
Milo torció el gesto, era cierto todos sus conocidos le habían dicho que no se tomara tan en serio su relación con el sueco pero él se aferró, aun después de que descubrir que frecuentaba a una de sus ex parejas y de encontrar los mensajes que intercambiaba precisamente con el sujeto con el que lo encontró él se empeñó en intentarlo.
-Como sea, me dio un pretexto para embriagarme el día de hoy así que...- trato de disimular pero la verdad es que estaba desecho, él quería mucho a Afrodita, le gustaba como nadie antes, se había encariñado mucho con él y verlo en brazos de aquel sujeto en verdad le había partido el corazón.
La tocada comenzó y Milo agradeció que sus amigos desviaran la atención de él. La noche transcurrió entre música increíble y mucha en verdad mucha cerveza. No supo en que momento él y sus amigos terminaron cantando eufóricos frente al escenario.
Camus se preparó para la siguiente canción, el público se estaba portando increíble había más gente de la acostumbrada y coreaban su voz haciendo que se le enchinara la piel, pero no era solo eso, cerca del escenario un muchacho moreno de cabello rubio cantaba con tanto sentimiento Camus estaba seguro que tenía el corazón roto pues había cantado con especial entusiasmo su cover de La planta
-¿Con cuál quieres continuar Camus?-le pregunto Kanon golpeándole suavemente la espalda con las baquetas
-Todos parecen tener el corazón roto esta noche-dijo Saga acomodándose la guitarra-¿Te parece la de Amargo Adiós?-
-Vamos chicos no queremos que todos se pongan a llorar- los reprendió el francés –Toquemos algo para subir los ánimos-
Milo presto una vez más atención al escenario cuando el grupo volvió a salir, no había parado de cantar desde que se levantó, aun no se sentía borracho del todo y por primera vez maldijo su resistencia al alcohol, el pelirrojo y los demás salieron de nuevo al escenario.
-Ese tipo esta como quiere-le dijo Dohko al oído y Milo por primera vez prestó atención al vocalista y le pareció notar que estaba mirándolo, era un sujeto de piel blanca y cabello rojo, ojos del mismo tono carmesí delineados en color negro, no podía entender por qué no le había prestado atención antes porque su amigo tenía razón el tipo estaba de muy buen ver
-¿Acaso no están hasta la madre de estar tristes?-cuestiono el vocalista dirigiéndose a la multitud que le contesto animada, pero por una extraña razón Milo sintió que se dirigía a el-Vamos a tocar algo que les subirá los ánimos-
Un pegajoso ritmo de batería comenzó y se le sumo la guitarra, el pelirrojo paseo por el escenario animando al público a brincar junto con el
-Me hice susceptible a esas cositas del amor... y en las borracheras nunca falta un cabrón que esté cantando tristezas y que se ponga a llorar... déjate de puñaladas, tócame una rockera, yo quiero agarrar la jarra y olvidarme de todo-
Milo comenzó a brincar y a cantar al ritmo de la canción, claro que aquel chico cantaba para él, esas palabras... aquella canción era justo lo que necesitaba escuchar para dejar de sentir lastima por sí mismo
-Si ves que estoy dolido porque aquella me dejó... si ves que estoy jodido cambia el tema, por favor, sino pues dame un balazo en el mero corazón...-El pelirrojo hizo la pantomima de dispararse a sí mismo en el pecho, era tal su energía al cantar que la piel de Milo se erizo- Si ya no está conmigo, ya no está y ni modo, yo quiero ser feliz y no atascarme en el lodo.-
El ambiente en el bar había cambiado por completo, todos cantaban y bailaban siguiendo la increíble energía que emanaba el chico sobre el escenario
-Y si la vida fue gacha, pues dale vuelo a la hilacha... y si te hicieron pendejo, que no te gane el complejo...aquí te vas a topar... no te la vas a acabar.-
El pelirrojo bajo del escenario y comenzó a caminar entre la multitud sin dejar de cantar
-Si te pusieron los cuernos, para eso están tus cuadernos...si te soltaron las riendas, sobra con quién te entretengas...aquí te vas a topar... no te la vas a acabar...ya quítate ese dolor, que te hicieron un grandísimo favor.-
Canto a la par de varios chicos con los que se topaba, bailaba y brincaba con ellos haciendo que el resto del público enloqueciera
-Si ya no está conmigo, ya no está y ni modo, yo quiero ser feliz y no atascarme en el lodo-
Llego hasta donde Milo se encontraba, se paró frente a él mirándolo con coquetería- Y si la vida fue gacha, pues dale vuelo a la hilacha...-le canto guiñándole un ojo-Y si te hicieron pendejo, que no te gane el complejo... aquí te vas a topar... no te la vas a acabar.-
El griego se sintió soñado, aquel chico tan guapo en verdad estaba cantando para el-Si te pusieron los cuernos, para eso están tus cuadernos...si te soltaron las riendas, sobra con quién te entretengas...- Milo no estaba loco, ese muchacho se le estaba insinuando, la forma en que se le embarro se lo dejaba claro, lo tomo de la mano y volvió con él al escenario, sus amigos lo miraban estupefacto, había ido a embriagarse para olvidarse de Afrodita y al parecer resultaría más fácil de lo que imagino.
-Aquí te vas a topar... no te la vas a acabar... ya quítate ese dolor, que te hicieron un grandísimo favor...
La canción término con Milo sobre el escenario para su buena suerte era la última canción que aquel grupo tocaría y el pelirrojo lo llevo tras bambalinas sin soltar su mano
-Quieres contarme tu historia o quieres que pasemos directo a la acción-le pregunto encaminándolo hacia la parte trasera del lugar pera el griego que estaba embelesado viendo el movimiento de caderas de esa criatura tan sensual que lo arrastraba a un lugar desconocido y no atino a contestar nada, el pelirrojo sonrió, salieron del lugar por la puerta trasera y subieron a una van, había cables micrófonos estuches de instrumentos pero eso no importo.
Camus acomodo el lugar colocando una colchoneta en medio de aquel desastre estaba dispuesto a hacer que aquel muchacho tan guapo olvidara aquello por lo que cantaba con tanto sentimiento
-¿Y cómo te llamas guapo?-le pregunto una vez que estuvieron arriba de la camioneta sentados en la colchoneta, destapándole una cerveza
-Soy Milo-
-Mucho gusto Milo yo soy Camus ¿Vas a decirme porque estás aquí hoy?-
-Que hay si digo que no quiero hablar de eso-
-En ese caso tendrás que buscar algo con que mantener ocupada esa boca-
Milo sonrió sin poder creer que tuviera tanta suerte, no lo pensó dos veces y se le fue encima al cantante que correspondió de inmediato aquel beso arrebatado
Se besaron con voracidad y pasión, aquello era un sueño para el griego jamás imagino que su noche podría terminar de esa manera el sujeto debajo de él tenía un cuerpo perfecto y besaba de una manera que le robaba el aliento
Adentro del bar el siguiente grupo comenzó a tocar pero Milo no podía prestar atención a lo que oía en el exterior, sus sentidos estaban saturados por el hombre debajo de él, su respiración jadeante y las manos que se paseaban por todo su cuerpo era en lo único que podía pensar.
Camus se quitó la camisa dejando al descubierto su torso, Milo admiro los múltiples tatuajes que adornaban su cuerpo
-Eres una obra de arte- dijo Milo acariciando el costado de su abdomen donde tenía el tatuaje de un ángel caído, sus pezones perforados y lo bien trabajado de su musculatura eran un paisaje excitante.
-¿Eso crees?-cuestiono el pelirrojo coqueto quitándose los pantalones –Tengo más si quieres verlos-le mostro en gran pulpo que tenía en el muslo, el moreno estaba maravillado, aquella piel blanca era un lienzo perfecto.
-Yo solo tengo uno- dijo quitándose la camisa también, su oblicuo derecho estaba adornado con un imponente escorpión
-Dan ganas de besar ese tatuaje-
-Podrías hacerlo-
Se sonrieron con picardía y Milo se puso de rodillas dejando a Camus a gatas frente a él y el pelirrojo se deleitó besando aquel marcado abdomen haciéndole un chupetón justo al lado del tatuaje, le desabrocho a Milo los pantalones y comenzó a practicarle sexo oral
Milo movió sus caderas al compras de aquella boca que estaba devorándolo con devoción las alas que Camus tenia tatuadas en la espalda le hacían pensar que de verdad se estaba follando a un ángel, un ángel que le estaba haciendo olvidar sus penas por completo.
El pelirrojo se incorporó devorando de nuevo su boca y el moreno no pudo esperar más, le bajo la ropa interior de un tirón masturbándolo son fuerza Camus se aferró a sus hombros jadeando
-¿Tienes condones?-
-No, realmente no esperaba acostarme con nadie hoy-reconoció Milo rascándose la nuca
-Tienes suerte de que esté preparado- Camus se alejó de él y abrió la guantera sacando un paquete de condones y un tubo de lubricante-Bien ahora si- volvió a írsele encima recostándose sobre la colchoneta.
-No mames que rico-exclamo Milo fuera de si masajeando con ahínco el trasero de Camus que se retorcía de placer sobre él, movía las caderas sobre su erección estimulándolo para que se diera prisa en prepararlo, y así lo hizo lubrico sus dedos y los introdujo lentamente sin parar de besar al pelirrojo que jadeaba y mordía sus labios presa de la excitación.
-Solo mételo ya quieres-pidió Camus arqueando la espalda cuando Milo comenzó a estimular su próstata, el moreno no se hizo del rogar, se colocó el profiláctico y se sumergió en aquel cuerpo que le recibía con euforia, Milo no cabía en si del gozo todo afuera de aquella van era insignificante, el mundo se detuvo mientras aquella magnifica criatura de cabellos rojos cabalgaba sobre él , se incorporó para poder abrazarlo besarlo juguetear con sus tetillas y tirar de las hermosas argollas que los adornaban
-Carajo- bramo Camus descontrolado sin dejar de moverse -Si te vienes te mato-le advirtió y Milo sonrió, aquel tipo estaba follándoselo literalmente pero se sentía bien, en manos de Afrodita nunca se había sentido tan deseado, era un buen cambio así que se esforzó por complacerlo, masturbándolo con ahínco y masajeando su pecho disfrutando de los gemidos que sus caricias le arrebataban
-Lo haces muy rico- lo alabo el pelirrojo contras su boca
-De que hablas si tú estás haciendo todo-
Camus sonrió arqueando la espalda hacia atrás impulsándose con fuerza, estaba a punto de terminar y quería que Milo terminara junto con el
-No pares-le solicito el griego gruñendo de placer aferrándose a sus caderas, el orgasmo de ambos fue casi simultáneo, se quedaron jadeando un buen rato intentando recuperarse de sus respectivos orgasmos.
-Eres demasiado guapo- halago Camus al moreno quitándole el cabello sudado del rostro
-Gracias, tu eres increíble-
-Lo sé-
EL griego se rio y después le acaricio el rostro
-Ahora si me dirás porque estas aquí esta noche-
Milo suspiro aferrándose nuevamente a ese cuerpo de ensueño- Encontré al chico con el que salía acostándose con alguien-
-Auch, eso debió ser duro ¿Era muy serio?-
-Lo era para mí-
-¿Cómo se llama?-
-¿Quién?-
-El chico, el que te rompió el corazón-
-Afrodita pero...No vale la pena hablar de eso, no ahora que me siento tan bien-
-Bueno me alegra que te sientas mejor, perecías a punto de llorar mientras cantaba-
-Soy un romántico sin remedio, es fácil romperme el corazón-
-¿Y es igual de fácil arreglarlo?-
-Depende de quien lo intente-
-Y si soy yo quien quiere intentarlo-
Milo sonrió, beso las manos de aquel muchacho abrazándolo con fuerza
-¿Es demasiado pronto?-
-No, pero no pensé que pensaras en esto para algo más de una noche-
-Bueno aguantaste cuando te dije que no te vinieras así que creo que puedo darte una oportunidad-
Ambos rieron y se miraron a los ojos, había algo, ambos lo sentían, como si encontrarse aquella noche hubiera estado predestinado
La magia se rompió cuando tocaron en la puerta
-Terminaste Camus tenemos que subir todo-
-Dame cinco minutos más- grito el pelirrojo en respuesta
-Creo que debemos vestirnos-
-Sí, será lo mejor-
Comenzaron a buscar sus ropas
-Dame tu teléfono-pidió el pelirrojo y el griego se lo extendió –Registrare mi número y estaremos en contacto de acuerdo-
-Está bien-
Milo continúo vistiéndose y cuando ambos estuvieron presentables bajaron de la camioneta
-Ya era hora debemos irnos- se quejó uno de los gemelos
-No seas marica Kanon. Chicos les presento a Milo, Milo ellos son Kanon y Saga-
-Mucho gusto-
Se saludaron y mientras los gemelos subían los instrumentos la pareja se apartó para hablar
-Bueno ya tienes mi número así que llámame-
-Lo hare-
-y por favor no busques a Afrodita-
-¿Por qué crees que lo hare?-
-Dijiste que eras un romántico así que creo que eres fanático de las relaciones tortuosas-
-Bueno hay algo de verdad en eso-
-Por eso tengo que asegurarme de que estés a salvo y lejos de ese sujeto-
-Supongo que debo agradecerte-
-Deberías-
De nuevo se miraron a los ojos embelesados esta vez fue el claxon de la camioneta el que los hizo volver a la realidad
-O te lo llevas a casa o lo dejas Camus pero tenemos que irnos- grito Saga desde el asiento del copiloto
El pelirrojo le hizo una seña obscena –Debo irme-
-Es lo que veo-
-Nos vemos-
Se besaron nuevamente, en una despedida que no se sentía como tal Camus estaba seguro que Milo lo llamaría y este estaba seguro de que quería intentarlo con el
Camus se alejó y subió a la camioneta, en cuanto Milo la perdió de vista reviso su celular en busca del número del pelirrojo para enviarle un mensaje, se sorprendió al ver en su app de mensajes el chat de Afrodita en primer lugar abrió la conversación Camus se había tomado una selfie en la camioneta con el de espaldas aun sin camisa
-Gracias por romperle el corazón-había enviado la foto junto con el mensaje y a juzgar por la ausencia de la foto de perfil de Afrodita suponía lo había bloqueado
Se rio ampliamente al parecer Camus se había asegurado de que no volvería a hablar con Afrodita nunca más y eso lo hizo sentirse de cierto modo aliviado, comenzó a caminar de vuelta al bar para buscar a sus amigos
-Si ya no está conmigo, ya no está y ni modo, yo quiero ser feliz y no atascarme en el lodo-canto mientas escribía su dirección y le pedía a Camus que lo visitara el día siguiente...
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