CAPÍTULO 8
La pelirroja quedó perpleja cuando lo vio. Cabello dorado resplandeciente, ojos azules como el mar, labios con una sonrisa coqueta, un bello rostro bendecido con rasgos finos muy encantadores al igual que su porte, una figura digna que se alzaba sobre ella, teniendo la luz del sol tras él, pues entraba por el ventanal de la biblioteca, creando la ilusión de un aura celestial, el joven era un poco más alto que ella, pero tenía buena figura y estaba ataviado con un traje blanco con bordados en las mangas, el cuello y los bordes con hilos dorados, un hombre guapo, en definitiva, le calculaba unos veintitantos, pero eso no era lo importante. Verónica se sentía realmente nerviosa en la presencia de aquel y el corazón le latía con fuerza, esa situación era desconcertante, no podía pronunciar ninguna palabra, sin embargo, sus labios se abrieron para decir algo y cuando estaba a punto de decirlo, nuevamente un repentino dolor de cabeza la tomo desprevenida, había sido tan violento, mucho más que los anteriores, incluso se llevó la mano izquierda sobre su cien y cerró los ojos.
"Vincent" Ese era su nombre y por alguna razón le resultaba.... Desagradable
Los recuerdos pasaron de golpe en su cabeza no era como las anteriores ocasiones, estos tenían una velocidad espantosa y sintió mareos pues en esos pocos segundos muchos recuerdos acerca de ese chico fluyeron y los sentimientos que llevaban consigo también se arremolinaron en su corazón.
Agracia en uno de sus paseos nocturnos en la biblioteca traía consigo unos de los libros sobre técnicas de producción agrícola mientras devolvía uno de economía y administración, ella los devolvía una vez cada dos días por las noches cuando todos dormían y las criadas terminaban sus tareas, se colaba con prisa e inmediatamente volvía a su habitación, sin embargo, cuando iba de regreso una figura alta como la suya bloqueó su camino, era Vincent Eckard, Agracia intuyó que era una de las visitas de sus hermanos, por la edad del chico, debería ser un poco mayor que su medio hermano Cristopher y efectivamente lo era, Agracia al ver al muchacho se había quedado congelada, por primera vez en muchos años la habían pillado y no sabía que decir, cuando estaba a punto de abrir la boca para suplicar si era necesario para evitar que dijera algo, Vincent se le adelantó
― Buenas noches señorita ― Vincent le dio una de sus sonrisas amigables, Agracia por su parte estaba perpleja ¿Debería contestarle de la misma forma o solo huir y fingir que no lo había visto?
Mientras pensaba en ello Vincent continuó hablándole
― Me disculpo por abordarla de esta forma, permítame presentarme... Soy Vincent Eckard, amigo de Cristopher, él me invitó a pasar unos días aquí, espero no molestarte― mientras tanto Vincent sabía quién era ella, esa era una de las razones por la que se había acercado a la familia Grafton en primer lugar, la misteriosa primera hija del conde, por quien el emperador le había dado protección a la familia Grafton y una cuantiosa suma de dinero.
Vincent Eckard, el segundo hijo del conde Agustín Eckard, si bien era un joven carismático, estaba lejos de heredar el título de su padre, pues el futuro dueño era su hermano mayor Clarence, a menudo Vincent era comparado con su hermano y poco a poco el sentimiento de inferioridad se apoderó de él y aunque trató de ocultarlo con un amable y pícaro carácter. Vincent envidiaba a su hermano mayor quien tenía una personalidad seria e imperturbable, él siempre analizaba con lógica los problemas que surgían en su condado y era de valiosa ayuda. Todos lo veían cómo el más adecuado para ser el heredero y ninguno presentaban objeción alguna, el segundo hijo de los Eckard sería el heredero en el peor de los casos si su hermano se imposibilitara, todos lo veían como un remplazo mediocre, Vincent no era tan listo como su hermano y carecía de sentido de responsabilidad.
"¡¿Por qué?! ¡¿Por qué tiene que ser así?! ¡Me he esforzado igual que él! ¡Solo nací después de él! ¡¿Por qué es mejor que yo?!"
Obviamente estaba buscando excusas consigo mismo, en el fondo sabía que su hermano era mejor, pero no podía simplemente bajar la cabeza sumisamente, su ego no lo permitía, su familia estaba presionándolo para que se case con la hija de alguna familia o enviarlo a una sucursal de uno de los negocios de su familia para que aprenda a administrarlo correctamente cuanto antes porque cuando su hermano se volviera Conde, Vincent solo obtendría el título de Barón, para los nobles era una vergüenza mayor bajar su estatus por eso todos a su alrededor no dejaban de mencionarle, bailes y reuniones para que encontrara pareja o "propuestas" de trabajo en zonas alejadas de la capital donde su familia tenía negocios, Vincent aunque a regañadientes había accedido a lo primero, no podía tolerar que su salvación consistía en casarse, era un golpe directo a su orgullo, no obstante trató de ocultarlo a la perfección y mostrando un rostro afable ante todos, además esas absurdas y odiosas reuniones le eran beneficiosas de algún modo, pues había conocido allí a los futuros herederos que serían de ayuda en el futuro, también había oído cotilleos de las damas sobre la vida en los círculos sociales y así fue como se enteró de la familia Grafton y su enigmática primer hija, Agracia.
Había oído muchos rumores, pero sobre todo le impresionó que nadie se atreviera a tocar el tema abiertamente, la existencia de Agracia era un secreto a voces, eso le había despertado curiosidad además la familia Grafton tenía asegurado su lugar en la sociedad por la expresa ayuda del Emperador, fue por eso que se acercó a Cristopher, él era un tipo fácil de manejar, con unos cuantos halagos y favores se había ganado su confianza, además Vincent se introdujo lentamente al círculo de amigos de los hermanos, así que pudo disfrutar los resultados de sus esfuerzos, Cristopher le tenía una estima muy alta y Catrina estaba interesada en él, pero a Vincent le importaba menos eso último, Catrina era la segunda hija, un peso muerto para él, solo la trataría con amabilidad y como una hermana pequeña para marcar una línea, eso sería todo, no tenía interés en ella. A diferencia de Catrina, Agracia sí llamaba su atención, qué tenía ella para que el Emperador le diera tal poder a los Grafton, cuando la vio lo descubrió, pero le causó un poco de decepción, cabello rojo como el fuego y ojos verdes como gemas, eso fue lo único que concordaba los rumores pero no habían nada de lo enigmático o sobrenatural con la que la describían, parecía más bien una chica normal con esos rasgos extraños y un comportamiento nervioso al verse descubierta, aun así Vincent decidió ser amable, debía constatar sus impresiones para dar por cerrado el asunto de los Grafton
― Agracia... soy Agracia, me disculpo por importunarlo y me retiro ― Agracia tenía la idea de salir de allí cuanto antes, no quería entablar una conversación a pesar de que eso significara ser grosera, pero Vincent no pensaba así, se había pasado unos cuantos días dando vueltas en la mansión con la intención de encontrársela, pero cómo no la hallaba ni nadie hablaba de ella parecía que su existencia era solo una mentira
― No por favor, es mi culpa parece que moleste en su paseo... pero me pregunto... por qué una dama debería estar andando como si nada a estas horas de la noche... ― Vincent soltó esas palabras con toda la intención de perturbarla, pero suavizó su expresión para que pareciera despreocupada
Agracia tensó su cuerpo, si él la delataba estaría perdida y las cosas se pondrían realmente horribles, pero trató de pensar con claridad
― Yo también me pregunto por qué un noble joven estaría paseando por la noche en una casa que no es la suya
Ambos quedaron callados por un tiempo, al parecer la joven no era tan tonta como creía, Vincent sonrió y fingió ignorancia
― Oh discúlpeme no pretendía molestarla con mis palabras... solo tenía un poco de curiosidad, la verdad es que el sueño no me llegaba y decidí caminar un poco, pero tiene razón cualquiera podría malentenderlo ― Vincent se llevó una mano a la nuca y desvió la mirada.
― Yo...no vi nada ― Agracia con ese comentario pretendía hacer un acuerdo, pero Vincent tenía en mente otros planes
― Vaya para mi será un poco difícil, no me gustaría pretender que no te vi... ahora eres parte de una bella imagen en mi mente que no quiero que se vaya, crees que podamos volver a charlar― Vincent se mostró lo más amable que pudo, Agracia lo veía como si fuera un bicho raro, las personas no eran amables con ella y la mayoría prefería pretender que no la había visto, así que el comportamiento de Vincent le pareció extraño en una forma agradable, pues solo Edelweiss y unas contadas sirvientas eran amables con ella
― Tranquila no tienes que pensarlo ahora y tampoco diré que te vi hoy... bueno buenas noches señorita, espero verla nuevamente― Le hizo una pequeña reverencia inclinado un poco la cabeza y reanudó su paso
Agracia se quedó en su lugar observando como la amplia espalda del joven desaparecía, cuando estuvo lo suficientemente lejos, ella salió con dirección contraria hacia su cuarto, por otro lado, Vincent pensaba que su visita no había sido del todo inútil, había descubierto algo interesante, Agracia cargaba unos libros en los brazos, eran libros avanzados que incluso le resultaban complicados a su hermano, además que los traía de noche y a una corta distancia de la biblioteca, era demasiado obvio para deducirlo. "Interesante, sin duda interesante... Me pregunto qué otras cosas interesantes descubriré"
Vincent tenía una sonrisa en el rostro, una sonrisa que no acostumbraba a mostrar a nadie, una de autosuficiencia y desdén, y en su mente iba trazando qué hacer a continuación.
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