El mito de las sirenas habla de unas criaturas que poseen el don de la música, y pueden cantar de una manera tan hermosa que pueden quebrar la voluntad de los hombres. Sin embargo, su canto los lleva a la muerte, o bueno eso dicen.

Y ese es el camino que estoy pisando ahora, un camino muy peligroso, muy sangriento, un camino que no me arrepiento de recorrer, porque al final todo valdrá la pena cuando vea su sonrisa, cuando sepa que después de todo la pude salvar, que pude conseguir lo que nadie pudo.

Sedna estará bien. Estará a salvo, de eso me aseguraré, no importa, si muero, yo la jodí, yo la arreglé, y nadie más la tocará, porque he quedado perdida e irremediablemente enamorado de ella, de una sirena, una sirena a la que casi mato y por la que sin pensarlo dos veces moriría.

Preparo mi arma, apunto y lanzo el primer disparo.

La batalla ha empezado.