11 𝔗𝔞𝔫 𝔠𝔢𝔯𝔠𝔞
ᣃ⚓Dylan ⚓ᣄ
Paso las fotos de mi móvil, mientras río como tonto viendo las últimas fotos tomadas a Sedna, casi todas son haciendo alguna mueca o siemplente sonriendo, es tan divertida y linda sin proponérselo que duele. Es tierna de una manera perfecta , para otros resultaría algo boba pero para mi es encantadora. Me detengo en una que le tomé mientras hablaba con Deborah, sonriendo , siendo feliz. Sus ojos tan llenos de vida , sus dulces labios estirados en una sonrisa, es justo lo que imaginas de niño que es una sirena, el ser más hermoso del mundo.
—Por fin te veo. —La voz de Betty consigue que quiera volver coche, me espera un fuerte pelea puedo sentirlo, guardo el móvil a toda velocidad , lo último que necesito es que vea una foto de Sedna—Llevas días desaparecido.
—He estado ocupado. —Trato de sonar calmado.
—Si claro, ocupado con tu prima. —Recuerdo que Debbs me había dicho que presentaron a Sedna como mi prima. —Sin tiempo para tu novia. —Me reclama y hago un enorme esfuerzo por no poner los ojos en blanco —¿A caso me estás siendo infiel con la mascota de los profesores, con la nueva integrante de tu grupo de inadaptados? ¿Con Marnie?
—Betty por favor. —Enserio sus reclamos estúpidos comienzan a cansarme.
—¡Tienes que estar ocupado conmigo! —Grita de la nada y todos en el pasillo miran hacia nosotros —¡No con ella!
—Solo es mi amiga.
—No me importa. —Toca mi pecho con su índice. —A partir de hoy no te le acercas más ni a ella, ni a Deborah.
—Si claro. —Quito su índice de mi pecho. —Cuando se te pase la pataleta, me llamas.
Sé que debería hablar con ella, que no estoy siendo un buen novio, pero ella no puedo imponerme de quien soy amigo y de quien no, además sus continuos reclamos comienzan a cansarme, sin contar el hecho de que debo mantener a Sedna lo más alejada posible de su hermano.
Aunque todos la tildan de rubia plástica y malvada en el fondo es buena persona , lo vi y es la razón por la que decidí empezar una relación con ella. Porque debajo de todo ese rosa y purpurina artificial, está la chica que alimenta las avecillas, que se preocupa por el lesiones ambiente , que un día casi es atropellada por salvar a un crío, solo que se ha puesto la máscara de chica mala.
Lo mejor y mas sano dejarla será lo mejor, por ella, por mi y por Sedna. No quiero, ni deseo, mucho menos necesito una relación tóxica en estos momentos y por lo que veo, estamos a nada de volverla así con mis secretos y con sus reclamos. Porque a pesar de tener la máscara de chica mala con el mundo , conmigo, jamás se la quita al contrario de lo que había pensado que pasaría.
Con el humor arruinado llego a mi casa luego de un largo día en la escuela y en los entrenamientos, solo deseo un baño relajante para luego ponerme a estudiar para el examen de biología que tengo pronto.
No hay rastro de mi padre por la cocina,ni de la señora Rogers, solo veo un pastel recién hecho y sé que fue ovra de ella , él debe estar en casa de la señora Mitchel, últimamente pasa mucho tiempo allí. Pero él se niega a admitir que le gusta, creo que está en la etapa de negación.
Subo las escaleras a toda velocidad dispuesto a buscar la ropa para ir a darme un baño cuando todo mi humor mejora de un tirón.
Ese es el efecto que tiene Sedna en mi, el hecho es escucharla cantar en mi cuarto es un bálsamo para todas mis molestias, su voz es la más relajante y hermosa del mundo. Abro con cuidado la puerta y la recuentro acostada boca abajo en mi cama con las piernas cruzadas y levantadas, la típica pose de las sirenas en las fotos, solo que ahora tiene piernas... «Y qué piernas»Mi portátil está abierto frente a ella y la veo tocar repetidamente un botón, mientras sigue tarareando.
—Hola—La saludo justo cuando sus azules ojos caen en mi.
—Hola —En sus labios teñidos de rojo, aparece una sonrisa.
Me dejo caer a su lado en mi cama, dejando escapar un suspiro, es sorprendente como con verla simplemente, me he relajado, si parecía una mujer con la regla cuando venía para acá, no me soportaba ni a mo mismo.
Siento sus delicados dedos en mi cabello y abro los ojos viéndola observarme desde arriba.
—¿Qué te pasa?
—Problemas y más problemas. —Sus dedos no dejan de acariciar mi cabeza enviando agradables sensaciones a todo mi cuerpo. —Un día demasiado estresante.
—¿Qué sueles hacer para relajarte?
—Tener sexo. —Respondo, y solo me doy cuenta de lo que dije cuando sus dedos se detienen, y no pronuncia ni una palabra.
Mierda, la he cagado. Esto se ha vuelto incomodo. Puedo escuchar la voz de Deborah regañándome por semejante idiotez. Es que sus caricias son tan buenas que me drogan.
—También me gusta caminar. —Hablo luego de unos minutos en busca de romper la tensión formada. —O ir a comer tacos o sushi... Cualquier cosa que tenga picante.
—¿Picante? —Abro los ojos justo a tiempo para ver confusión en sus hermosos zafiros. Es tan tierna sin proponérselo que se me escapa una risa. —Eso no suena como algo delicioso.
—A muchas personas no le gusta. —Explico. —A mi me encanta.
—¡Quiero probarlos! —Dio un salto fuera de la cama. —Por favorrrrrr.
Hace un puchero que consigue que toda mi atención vaya a sus labios y la idea de besarlos parece tan cristalina en mi mente que me asusta.
Pone cara del gato de Sherk cada que quiere atención y siento deseos de pegarle un chicle en el cabello a Deborah porque estoy seguro de que fue ella la que se lo enseñó.
Reparo en su vestuario por si necesita cambiarse o algo, pero sin poder evitarlo paso más tiempo del necesario evaluando lo bien que se ven sus pechos bajo la suave tela gris de su suéter. Es demasiado perfecta
—Vamos. —Tomo mo chaqueta de la silla y las llaves del jeep. —¡Nos esperan los tacos!
Andar con Sedna es toda una aventura y me encanta, me encanta que tenga la posibilidad de conocer un mundo nuevo, me encanta que pregunte que todo lo quiera tocar, porque así mismo me siento yo cuando buceo, siento que hay tanto por descubrir y tan poco tiempo, que me emociono de más.
Conduzco por las calles mientras ella se mantiene observándolo todo, admito que tuve que regañarla unas dos veces debido a que sacaba la cabeza por la ventana.
Hasta que una fabulosa idea pasó por mi cabeza.
—Hey Sedna. —La llamé distrayéndola de la imagen de unos chicos jugando al baloncesto en el parque. —Toca ese botón.—Señalo uno de los tantos botones del jeep
Ella lo hace sin dudar y en el techo de vehículo comienza a abrirse una pequeña ventana, ella lo mira emocionada, como si de una niña de seis años que acabase de comer chocolate se tratase.
—Ponte de pie y saca tu cabeza por allí. —Ordeno y veo su entrecejo fruncirse. —Hazlo, será divertido
No lo piensa dos veces y con un poco de dificultad hace lo que le dije parándose sobre el asiento sacando la mitad de sc cuerpo, no consigo verle la cara, pero me la imagino sorprendida y ansiosa.
Sigo conduciendo noto como saca sus manos, y las abre, siente que vuela se siente libre, y simplemente me doy cuenta de que nunca me ha importado tanto la felicidad de una persona como me importa la de Lydia, ninguna sonrisa me llena tanto como la suya.
Si ella vuela, yo vuelo con ella.
...
—¿Que van a pedir? —Pregunta el camarero con marcado acento mexicano.
Sonrío con un toque de maldad mientras la inocente chica frente a mi no sabe lo que le espera, se encuentra observando la decoración con estilo mexicano con una sonrisa enorme, sin duda le gustan las cosas coloridas.
—¿Qué vas a pedir, sirenita? —Pregunto llamando su atención.
—Picante. —Una sonrisa se cuela en mis labios.
—Traime los tacos más picantes que tengas, señor. —Le entrego el menú. —Y mucha agua para la señorita, bueno si tiene leche mejor.
El hombre asiente y se va a entregar nuestro pedido, Lydia ya no mira otra cosa que no sea yo y sinceramente eso comienza a subir mi ego.
—¿Te gusta el lugar? —Pregunto jugando con los dedos de su mano derecha.
—Si. —Sonríe con la vista fija en la unión de nuestras manos. — Es muy colorido y la gente de aquí parece ser feliz.
Sin duda es lo que parece, el ligar está lleno de risas y de personas que aunque posiblemente no se conozcan por el simplemente hecho de venir de un mismo país se saluda y se abrazan como hermanos. Este lugar es un pedacito de hogar para esas personas que por razones diversas no pueden estar en su país en estos momentos.
Una marca en su muñeca llama instantáneamente mi atención, parece un...
—¿Tienes un tatuaje?
—¿Un qué?
—Qué es esa marca. —La acaricio. —No la había notado.
—Amm es una marca que indica de que familia venimos. —Se encoje de hombros. —Es como el apellido aquí en tu mundo. —Juro que había visto esa marca antes, solo que no consigo recordar donde, tengo la insoportable sensación de tener la respuesta en la lengua. —¿Tú padre lo tenía?
Ella sonríe y niega con la cabeza.
—En eso debo admitir que las sirenas somos algo como animales. —Siento un poco de molestia ante sus palabras, ellos no son animales. —Los tritones... Los machos, ellos no viven con su descendencia, por lo que me sorprendió mucho viéndote con tu papá.
—Wow ¿No conoces a tu padre entonces?
—Si lo hago. —Sonrió. —Además tengo buena relación con él, pero no vivo con él, ni llevo su apellido aquí somos lo que se considera bastardo.
Asentí dando por cerrada la conversación, sintiendo el amargo sabor de que alguien la esperaba bajo el mar, por lo menos es su padre y no un novio.
No pasa mucho tiempo para que traigan nuestros pedidos, llevo mi taco a mis labios al tiempo que Sedna lo hace a los suyos.
La veo dar una mordida, masticar y tragar, sus labios siempre serán algo que llamen mi atención por lo perfectos que son, pero esta vez no me dejo hipnotizar por ellos, porque enserio deseo ver su reacción ante el picante.
Sus ojos azul marino se encuentran con los míos, muy abiertos, sus mejillas pasan de estar pálidas ha volverse rojas.
—¡Fuego! —Susurra abanicándose con la mano —Mi lengua arde.
Que dios me perdone por reírme pero es que su cara es muy graciosa y la manera en que se traga toda el agua mucho más.
—Eres odioso. —Me lanza una servilleta. —¿Como se te ocurre hacerme comer eso?
Yo apenas puedo mirarla siento que me haré pis de la risa y eso sería incomoda.
—Estabas muy dispuesta. —Me defiendo. —No me dejaste ni siquiera advertirte.
—Odio el picante. —Se cruzó de brazos. —El resto de la tarde la pasaremos comiendo helado.
—Eso no es sano. —Niego.
—Eso o me como a Archie.
—Tú amas a Archie, no te lo vas a comer. —Apunto.
—¿Lo dudas?
¿Quién demonios enseño a negociar a Ariel? En el cuento nunca pusieron que la sirenita se comía a Flounder. Fui estafado.
Así que por el bien del pez y de mi integridad física, porque si el pez muere Deborah me estampa la pecera en la cabeza, acepto el trato y tomo la mano de la sirena.
—Después no te quejes cuando te duela el estómago
Ella sonríe como una niña pequeña y comienza a dar palmaditas, sin duda la estoy malcriando, pero esa sonrisa vale la pena.
Acomodo un rebelde mechón rojo de su cabeza que ha escapado de su trenza, y el contacto con su piel es lo mejor de todo, es suave y tersa, es perfecta y me encanta.
Estoy creando una fascinación por esta chica demasiado acelerada.
Nos ponemos de pie dispuestos a salir , pero supongo que aún no coordinamos bien sus movimientos y cuando una camarera pasa por sus lados desestabilizandola. Soy lo suficientemente rápido como para atraparla antes de que se de de buses contra el suelo.
Su rostro queda a centímetros del mío , sus grandes ojos abiertos por el susto caen sobre los míos y es como si el mundo desapareciera a nuestro alrededor, sus manos sujetando mis antebrazos y las mías en su cintura son todo lo que siento. Las pequeñas manchas oscuras en esos increíbles ojos es todo lo que veo, hasta que cometo un error , bajar la vista hasta sus labios, que de encuentran entreabiertos por su respiración irregular.
El corazón quiere salir de mi pecho, y sus labios son todo lo que puedo observar mientras la sostengo , estamos tan cerca, tan cerca... que casi puedo sentir su aliento e imagino a la perfección lo suave que se sentirá su boca bajo la mía.
—¿Dylan?
Todo mi cuerpo se pone a la defensiva ante la voz que se escucha tras de mi, noto como Sedna también se tensa debido al miedo. Justo cuando la dejó ir.
Mierda.
— Gustav
El medio hermano de mi novia camina hasta nostros vistiendo de traje como siempre con las manos en sus bolsillos , nos mira inexpresivos e involuntariamente me coloco frente a Sedna cuando sus ojos caen sobre ella y la empiezan a estudiar.
—Gustav, ella es mi prima Sedna.
Mueve su mirada hacia mi , aburrida.
—Un gusto, Sedna —Frunce el ceño cuando baja la vista a sus piernas —Me resultas conocida.¿Por qué parte de tu familia es tu prima , dijiste? Es que ese cabello rojo , me resulta algo demasiado llamativo en los O'Conner.
—Es prima mía por parte de mi madre —Espetó y sus labios se curvan en una sonrisa sin dejar de mirarla, siento el miedo se Sedna hasta aquí.
—Bueno, esperemos que no halla adquirido la enfermedad de las mujeres de tu familia materna.
Eso es pasarse, pasarse muchísimo, mis manos se cierran en puños y siento que le partiré la cara en dos cuando un delicado toque sobre mi puño calma mi ira. La mano de Sedna.
—Tenemos que irnos. —Declaro —Un gusto verte Gustav, cuídate.
Paso por su lado asegurándome de chocar su hombro cuando lo escucho decir .
—Cuidado con las cosas que encuentras en el mar O'Conner.
Hola gente bella por aquí les dejo otro capitulo!!!
Espero que disfruten.
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