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05 ¿𝔔𝔲𝔢́ 𝔠𝔬𝔪𝔢𝔫 𝔩𝔞𝔰 𝔰𝔦𝔯𝔢𝔫𝔞𝔰 ?

ᣃ⚓Dylan ⚓

Esa noche llego a mi casa tratando de organizar todas las ideas sobre mis fuertes sospechas de lo que hace mi "amado cuñado" con las redes de su embarcación y la existencia de las sirenas, pues no creo en las casualidades. Allí hay algo más.

Necesito crear algún plan, algo que me permita descubrir qué es lo que hace sin poner en peligro a la sirena o a mí. Debo anotar todo lo que sé para empezar en cuanto llegue a mi habitación, pero en lugar de eso, me llevo un susto de muerte viendo lo que parece ser un cadáver en mi Jacuzzi. Luego recuerdo que mi padre es mi padre y que de seguro dejó a la chica allí, sin avisarme, bien para molestar o para evitar que sea vista por alguien más.

Las luces están apagadas y su piel luce brillante bajo la claridad que deja la luz de la luna que se cuela por el ventanal de mi habitación. Su cola está hundida, mientras que la parte superior de su cuerpo sigue flotando, y su cabeza descansa apoyada en el borde ¿Así dormirán todas las sirenas? Desde mi posición alcanzo a notar sus pestañas ligeramente mojadas descansando sobre sus pómulos sonrosados, el cabello aún húmedo, los labios entreabiertos en una fina línea mientras duerme.

Cualquier chica mataría por lucir como ella. Por ser tan naturalmente perfecta sin ni siquiera intentarlo...

«Recuerda que tienes novia» me recuerda la molesta voz en mi cabeza, haciéndome prender la luz para despertarla.

Tengo que  dejar de observarla como un pervertido en la oscuridad.

Abre poco a poco los ojos antes de hundirse en el agua mientras se voltea. Llega al punto en que el agua cubre casi la totalidad de su cuerpo, solamente los zafiros que carga por ojos y su cabellera quedan fuera del agua. Observándome. Analizándome.

Me acerco hasta el borde del Jacuzzi para mirar con curiosidad como usa sus manos para llegar hasta mí. Su aleta, al parecer, nunca será la misma, pero la herida del arpón desde aquí se ve bastante mejor, y yo solo me encuentro deseando que pueda volver a su hogar. No es bueno para ningún inocente la prisión, y es duro decirlo pero, en estos momentos, es como si ella estuviera en una.

—Hola —la saludo, tratando de no seguir embelesado con su exótica belleza—Disculpa por despertarte.

Ella simplemente me observa con sus grandes ojos. Supongo que la barrera idiomática debe ser un problema. Ojalá le enseñen nuestra lengua, algo me dice que esa cara hermosa esconde una gran inteligencia y definitivamente una conversación con ella sería de lo más interesante.

Su mirada me abandona para ir hacia mi pecera, y el gesto de pasar su lengua por encima de sus redondeados labios, unido a la ansiedad evidente en sus ojos cuando se voltea, me deja en claro que lo hace  por hambre o deseo. En este caso deseo hacia mis peces.

Mis amados peces.

—¿Tienes hambre? —ella no vuelve a mirarme, solo se mantiene mirando a los peces, y estoy en un grave problema.

Quiero alimentarla, pero tampoco quiero asesinar a mis pobres mascotas que no tienen culpa de nada. Además, son un regalo de Déborah y si se me ocurre dárselos de comer, terminaré siendo freído a la plancha. Solo de imaginar la reacción de la castaña siento el temor correr por mis venas.

—Espera aquí no te muevas —ordeno aunque no me entienda y salgo de la habitación a toda velocidad, rezando por  encontrar a mi padre.

Mientras bajo las escaleras de mi casa, me doy cuenta de la gilipollez que dije y golpeo mi cabeza con mi mano por burro

—Ella no puede ir a ningún lado imbécil.

Llego a la habitación de mi padre y luego de tocar dos veces la puerta de madera, me doy cuenta de que hay una nota en ella. Una nota muy curiosa que hace que quiera agarrarlo por el cuello en cuanto lo tenga delante.

"ALIMENTA A LA SIRENA, FUI A RESOLVER ALGUNOS ASUNTOS"

¡Oh genial! me recuerda que alimente a la sirena, pero no dice con qué, y además, no le preocupa en lo absoluto que el ama de llaves vea eso y sepa lo que guardo en mi habitación.

¡Mierda! Se me olvidaba que Deborah me dijo que la anciana es tan parte de esto como el mentiroso de mi padre, pero para mi mala suerte, no llego a encontrarla por ninguna de las habitaciones de la casa

Resoplo con molestia.

A veces pienso que mi padre se cree que tiene mi edad y disfruta de hacerme las malditas bromitas pesadas donde tengo que vérmelas solo en situaciones desesperantes.

Vuelvo a resoplar con fuerza antes de bajar hacia la cocina algo mosqueado por no saber qué hacer para alimentar a la sirena, y preocupado quizás, pero sobretodo lo primero. Además de tener un padre ausente, pero a eso ya estoy acostumbrado.

A ver, pongámonos serios. No puedo dejar de alimentar a la sirena, pero tampoco puedo darle uno de mis peces...

Volteo hacia la alacena y diviso una bolsa de algo que posiblemente le guste. Digo, la sirena es un pez (medio pez para ser exactos) y la comida para peces le debe gustar. Los míos nunca se han quejado.

Tomo eso, un paquete de alitas de pollo para mí y corro nuevamente hasta mi habitación sintiéndome el tío más inteligente del mundo.

Justo en el momento que llego la veo haciendo fuerzas para salir del Jacuzzi. Supongo que su hambre es voraz, pero aún así cuando me ve, pierde el impulso y vuelve al agua, la molestia también es evidente en su atractivo rostro.

—Hola—trato de sonar alegre—¡Te traje la cena!

Agito la bolsa frente a su rostro y no puedo evitar ver el  la confusión reflejada en ellos.

Echo un poco de comida para peces en el agua a su lado y ella lo ignora olímpicamente, a la vez que estira una de sus manos para señalar a mis peces, mostrándome que eso es lo que quiere para la cena.

—No no no. Eso malo —me pongo frente a su campo de visión y señalo la pecera—Esto bueno.

Para que trate de entender, meto la mano dentro de la bolsa de cartón, saco un poco de comida y me la llevo a la boca. La mastico y se siente como comer galletas duras hechas migajas, pero lo peor viene cuando comienzo a sentir el sabor .Sabe a mierda. Pero me obligo a sonreír.

—¡Delicioso!

Extiendo la bolsa abierta hacia ella y quiero cantar victoria cuando la veo  tomar un poco y llevarlo a su boca, incluso hace la cosa de masticar lentamente hasta detenerse y mirarme con los ojos muy abiertos.

Puede ser lo mejor que ha comido en su vida.

Sus mejillas se vuelven rojas, y no precisamente de una manera tierna, más bien de una forma que asusta, y de la nada se lleva las manos a la garganta como si estuviese ahogándose.

Me asusto como nunca cuando la veo toser hasta escupir todo en el agua.

Si, definitivamente la comida para peces no le gustó. Y ni siquiera consigo analizarlo del todo, porque la bolsa de cartón es lanzada hacia mi cara y la comida cae toda sobre mi.

Ella hace un montón de sonidos raros, y sinceramente, me alegro de no entenderlo porque es claro de que me está mandando al demonio, como mínimo, en su idioma.

Llevo mi mirada hacia ella, y se mantiene dedicándome una mirada de lo más furiosa.

Ya qué, supongo que tendré que sacrificar a uno de mis peces.

Me pongo de pie y voy hacia la pecera con un tremendo dolor en el pecho. Mis peces son mis mascotas y me parece injusto que tengan que morir devorados, pero por otro lado, la sirena probablemente no ha comido nada en todo el día, o peor, desde ayer. Además de tener su cola dañada, no quiero que muera de hambre.

Cierro los ojos para no saber qué pez tomo y cuando lo siento entre mis dedos, los abro.

—Oh lo siento, Archie —mi pobre pececito dorado lucha por salir del agarre de mis dedos— Pero es el ciclo de la vida.

Camino con tristeza, disculpándome mentalmente con Archie por ser cómplice de su asesinato. Hasta que llego frente a la sirena y se lo entrego.

Ella lo mira y luego a mi, se saborea y luego vuelve a mirarme. Supongo que debe saber que no es algo que quiera hacer. Mi pobre pez lucha por oxígeno en sus manos.

Yo tomo una alita de pollo para cenar sobre la cama, justo cuando la veo abrir la boca, pero luego la cierra y deja ir al pez, quién no duda en huir por su vida y esconderse en alguno de los rincones del Jacuzzi. 

Ahora mira uno de mis pollos con atención, y hablando con la verdad, eso es mucho mejor que el asesinato de Archie. Así que, con algo de miedo, pero con  altas esperanzas, le entrego uno de los muslos, el cual toma sonriente.

Ella repite el proceso de morder y masticar lentamente, sus mejillas se vuelven a sonrojar, y espero el golpe del pollo frito sobre mi cabeza, pero en lugar de eso, vuelve a morder con más fuerza y a tragar. No ha pasado ni un minuto cuando deja el hueso pelado y se lo quito para darle otro.

No quiero que se coma el hueso.

Así hasta que está totalmente saciada. Cuatro pollos después. No la culpo el pollo es mil veces mejor que el pescado.

Me preocupa Archie, el pobre sigue en el Jacuzzi, pero supongo que el agua está adecuada para que él viva.

Sonrío y tras apagar las luces vuelvo a mi cama. Esa noche vuelvo a soñar con ella, pero esta vez caminando vestida con un camisón de hilo blanco por la orilla de la playa. Sueño con el aire moviendo su hermosa cabellera. La sueño sonriendo, siendo feliz y, esta vez, yo estoy a su lado.

             




༼★ Marnie ★ ༽

Dejo escapar un pesado suspiro cuando me bajo de mi vieja camioneta frente al Instituto McAllister, tan imponente como el primer día en que llegué a él. Lugar de tantas historias, algunas simples y otras más complicadas, sitio de lágrimas y risas, pero sobretodo el hogar del secreto mejor guardados de varias generaciones. Hogar de un propósito más importante que terminarlo para ir a la universidad, un propósito que tiene como resultado salvar vidas.

Camino a gran velocidad por los pasillos del colegio, los cuales he estado recorriendo a toda hora desde las últimas dos semanas, incluso en la madrugada. Cuando mi móvil suena siempre estoy lista para venir aquí.

Mis zapatillas resuenan en el suelo de lozas blancas, al tiempo que sujeto con fuerza mis libros de biología marina y leyendas. Entre ellos llevo algo importante, mientras trato de esquivar a todos.

Las taquillas de color azul marino entran en mi campo de visión y sé que llegué al lugar donde mayor movimiento de estudiantes hay a esta hora. Faltan solo dos minutos para el cambio de clase, lo que significa que voy retrasada para mi reunión urgente con el señor Johansson.

Esta mañana encontré algo en la playa que podría ser muy preocupante, y necesito hablar cuanto antes con el director. Él es el único que puede aclarar mis dudas. Buenon, también el único que está disponible en estos momentos. Porque mi otro tutor tiene una reunión urgente en Washington.

Pero claro, soy lo suficiente patosa para chocar con la dura espalda de alguien y arrojarlo todo al suelo. Literalmente todo, incluso la cosa importante que vi en la playa que afortunadamente está bien cubierta, sino sería muy incómodo explicar por qué lo tengo.

—¿Estás bien? —la voz de Déborah Rodriguez me hace levantar la cabeza, mientras que su acompañante y causante de mi accidente me mira raro. Tyler.

Rápidamente recojo todas mis cosas. Creo que el chico la vio, pues salió de su empaque, pero hay pocas posibilidades de que sepa lo que es.

La chica de cabellos marrones me ayuda a ponerme de pie mientras su novio se mantiene mirándome fijamente con el ceño fruncido.

—¿No vas a disculparte, tonto? —pregunta ella al ver que él deja de mirarme para saludar a otro miembro del equipo que pasó por su lado—Marnie, él lo siente, solo que parece que un gato se comió su lengua.

Yo solo asiento y salgo del lugar lo más rápido posible.

Necesito llegar con el director del colegio ya mismo, y sinceramente, no estoy de humor para esperar unas disculpas que, por lo que veo, él no piensa dar. Prefiere quedarse discutiendo en susurros con su novia, y yo por mi parte no necesito más obstáculos.

Afortunadamente, llego sin otro incidente de por medio a la dirección. La señora Lynn se encuentra al teléfono y como siempre me da una cálida sonrisa, una que le devuelvo.

Esa señora es un Sol. La madre asiática que no tuve. Aunque madre sí tengo, pero solo Poseidón sabrá donde está.

Abro la puerta y el señor Johansson sonríe al verme.

—Espero que me traigas noticias alentadoras.

—¿Esto es una noticia alentadora? —muestro la escama de sirena que encontré en la playa, y él abre mucho los ojos con la sorpresa.

—No creo que halla dejado una —toma la escama verde brillante y comienza a examinarla con su lupa— Él es como un vampiro hambriento de sangre, insaciable, cuando de las escamas se habla.

—Creo que la perdió de manera natural —señalo la parte superior de la enorme escama que no luce violentada—xPuede que la marea la halla traído.

—No.—niega con la cabeza mientras busca uno de sus tantos libros y lo abre sobre la mesa— Las sirenas no pierden escamas en el agua. O las matan para arrancárselas, o salen a tierra y se caen solas, pero luego... —veo como vuelve a tomar la escama y la pone de forma en que el rayo de sol que se cuela por la ventana insida en ella directamenete—Desaparecen.

Veo como esta pierde poco a poco su color verde y vitalidad para volverse de un amarillo opaco, luego finalmente blanco, ya no es una escama, ahora es piel muerta y todo huele a humo.

—¿Cree que hay alguna sirena cerca? —susurro aterrada. Una sirena en tierra en estos momentos es lo peor que podríamos imaginar, pondría en peligro toda la organización e incluso su propia especie.

—Espero que no. Pues echaría a perder todo lo que hemos avanzado .

Trago con fuerzas, sintiendo la calamidad que se acerca mientras me dejo caer en su asiento con una idea en la mente.

—¿Podría ser ella...?

—No, esta es joven, sin experiencia, aún más peligrosa si se cruza con la gente equivocada.

—Tendremos que reunirnos nuevamente y establecer un plan.

—Tiene razón, señorita Gerard —el director se quita sus lentes, dejándolos caer sobre un libro abierto— Es hora de tomar medidas, y la primera será volverte miembro oficial de Ocean Harbor Side.

—Pero señor, hace años que no reclutan a nadie.

—Philip entenderá que es hora que la nueva generación empiece a salir de sus cuevas... —saca de una de sus gavetas una carpeta de color negro con fotos de jóvenes que estudian aquí, en el instituto McAllister, entre ellos identifico a Déborah Rodriguez y a Dylan O'Conner— Pues tiempos oscuros se aproximan cada que una sirena sale del agua.

Hola!!! Aquí les dejo otro capitulo.
¿A que son una ternurita Dylan y La sirena?

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