One-shot angst que se me ocurrió porque dormir no es una opción
¡Привет, Estrellitas! ¿Qué tal estáis?
Veréis, yo tengo un pasatiempo bastante raro. Este pasatiempo consiste en irme al traductor de Google, poner alguna palabra en español o algún otro idioma que sepa (casi siempre inglés) e ir escribiendo más cosas alternando los idiomas para así escribir algún tipo de historia o cualquier mierda que se me venga a la cabeza (aunque casi siempre son historias o diálogos sin sentido). ¿Por qué lo hago si yo ya sé inglés? Pues no sé xD, pero mantener me mantiene ocupada a pesar de que muchas veces el traductor se buguee y traduzca las cosas de manera muy literal o incorrectas para el contexto.
Os preguntaréis "Mia, ¿a qué viene todo este rollo?" (No, en vedad nadie se pregunta eso .-.).
Bueno, pues resulta que este one-shot (en un principio iba a llamarlo "corto", pero es que supera las 1000 palabras xD) fue producto de una de las muchas veces que me puse a tontear con el traductor de Gulugulu, era por la noche, no podía dormir y me puse a hacer esto, se me ocurrió hacer un One-Shot angst relacionado con Mike y Steven/Strangled Red. Obviamente lo pondré en español porque me da flojera.
Antes de ver la kgada que hice producto de mi insomnia, voy a decir unas cosas:
1. En este angst sólo se toma en cuenta "Strangled Red", aquí nada de lo que pasó en "Pokémon: Strangled" o "Door's Open" ha pasado, o al menos aún no.
2. A pesar de lo anterior, no consideraría esto un "AU" ya que no ha cambiado casi nada de la historia original, sólo me inventé una especie de final raro.
3. A pesar de que no sea taaan explícito bajo mi criterio, aviso de que habrán menciones a la muerte y suicidio. Como ya dije, tampoco es tan explícito, pero sólo aviso. (Creo que con esto muchos sabréis ya por dónde van los tiros, pero creedme, en general me quedó bastante bien).
Sin más habladuría, aquí os dejo el angst...
—¿Hmm? ¿Qué te pasa, Mike? —Preguntó Steven al notar que su hermano estaba más decaído que de costumbre y no comía nada.
—Nada, sólo... no preguntes —respondió Mike vagamente.
Era claramente una mentira, algo andaba mal. Mike llevaba casi una semana con esa actitud impropia de él, cosa que en un principio su hermano ignoró un poco, sin embargo, ya estaba empezando a preocuparse. Ya había pasado alrededor de un mes desde AQUELLA noche, Steven pensó que todo fue una simple pesadilla y nada de eso pasó, mas lo que pasaría a continuación le haría ver que no fue así...
—¡Oh, vamos, Mike! Seguro que te pasa algo, ¡no has comido nada! —Insistió Steven, seguramente le pasaba algo a su hermano mayor.
—No puedo...
—¿Por qué no puedes? ¿No tienes hambre, te duele el estómago? —la voz del de cabello negro sonaba más preocupada.
—No, es sólo que... —hizo una pausa para suspirar—no importa, no quiero que lo sepas.
—¡Sólo dímelo, Mike! Eres mi hermano, tengo derecho a saber si algo anda ma-
—¡NO, NO LO SOY! —finalmente le espetó el de pelo corto.
—¿P-por qué dijiste eso? —preguntó el chico de ojos carmesí, claramente afectado por el repentino tono y las repentinas palabras del mayor.
—¡Ya no soy tu hermano, Steven!
—¿Q-qué...? ¿Por qué dijiste eso, Mike? —el menor cada vez se sentía más afectado por sus palabras—Sabes que tus palabras duelen, ¿verdad?
—¡Pero es la verdad! ¡No soy tu hermano... PORQUE ESTOY MUERTO! —Mike le confeso a su hermano menor—¡No puedo comer porque estoy muerto! ¡No puedo ser tu hermano porque estoy muerto! Ya ni siquiera existo, ¿lo entiendes?
—No seas tonto, claro que existes. Estás aquí, frente a mis ojos —el moreno siguió negando como si intentara aferrarse a la idea de que Mike aún estaba vivo.
—Sólo... intenta tocarme. Te reto a que lo hagas.
—¡Por supuesto que lo haré! Sólo estás siendo dramático, tal vez sólo necesitas un abrazo de tu hermanito... —dijo tratando de calmarse a sí mismo mientras se acercaba al de ojos azules e intentaba envolverlo con sus brazos...
Sin embargo, no podía sentir a Mike entre sus brazos. Era como si estuviera abrazando el aire, como si quisiera tocar algo que no estaba ahí, algo... incorpóreo.
—¿Lo ves?
—N-no... de ninguna manera —el chico de la gorra roja no podía creer lo que estaba sucediendo.
—¡Steven, abre los ojos ya! Estoy muerto, morí hace un mes —al decir esto, comenzó a verse diferente: su piel estaba más pálida, sus preciosos ojos azules ahora estaban opacos y parecían muertos y tenía algunas marcas en el cuello. Era el mismo aspecto que tenía aquella noche en la supuesta "pesadilla" del ex-campeón.
—N-no...
—Sí...
—¡Es imposible! Si realmente estás muerto... ¿qué estaba viendo todo este mes, un fantasma? —seguía negando el hermano menor.
—Sólo soy parte de tu imaginación, ninguna de las veces que me viste era yo de verdad, nunca me levanté de la cama después de aquella noche...
Esta declaración tocó un punto en el más alto. Todo tenía sentido ahora. Como si su percepción de la realidad ya no estuviera tan alterada, comenzó a recordar algunos eventos del último mes: las veces que habló con Mike, estaba hablando solo, las veces que comieron juntos, estaba él solo, las veces que Mike lo abrazó, era él abrazándose a sí mismo... Mike no estaba ahí, él, o mejor dicho, su cadáver, en realidad estaba pudriéndose en la cama.
Esto fue demasiado para el ex-campeón. Sus ojos comenzaron a derramar lágrimas e inconscientemente empezó a sollozar.
—Acéptalo, Steven. Estoy muerto. Me mataste, me rompiste el cuello... por un maldito Charizard.
—¡NO DIGAS ESO DE MIKI! —gritó el de la gorra entre lágrimas—¡Ella es... es mucho más que eso! ¡Tú no lo entiendes...!
—¿Es ella más valiosa que tu hermano, es decir, tu familia? ¿Es más valiosa que la persona que te cuidó cuando nuestros padres no estaban y que alegró tus días antes de comenzar tu viaje pokémon? —Mike, o bueno, la halucinación preguntó molesta—¿De verdad prefieres a un pokémon... antes que a mí, tu hermano?
Steven ya no podía hablar, estaba sin palabras. En el fondo, sabía que "Mike" tenía razón. En realidad, no era Mike, sino su propia mente castigándolo por lo que hizo. Finalmente rompió a llorar mientras el reflejo de su hermano lo miraba sin emociones.
(...)
—¿Ya terminaste de llorar? —preguntó el castaño con frialdad después de ver cómo el peli-negro se había quedado sin lágrimas.
—Creo que sí... —respondió el menor para secarse los ojos y la nariz con el brazo.
—Supongo que es hora de que enfrentes la verdadera realidad... —Mike mantuvo ese tono de voz frío.
—¡Pero no quiero! Quiero que sigas conmigo, que sigas a mi lado... ¡ya recuperé a Miki! No hay más drama, ya no estoy enfadado contigo... —Steven estaba mintiendo, todavía le guardaba rencor a Mike después de que el intercambio saliera mal, matando a Miki.
—Sí, recuperaste a tu querida Charizard... ¿pero a qué costo? —suspiró—. Mira, Steven. No puedes creer esta mentira por siempre, pronto la gente se enterará de mi asesinato, notarán el mal olor que has estado ignorando todo este tiempo y tendrás que enfrentar sus miradas despreciándote... cuanto antes asimiles la realidad, más fácil será todo.
Un silencio mortal invadió la casa.
—Supongo que no me queda más tiempo...
—M-Mike, espera... ¿puedo... despedirme de ti por última vez, por favor? —preguntó suavemente el de cabello largo.
—Si eso te hará afrontar la verdad, entonces pue- —el de ojos azules ni siquiera pudo terminar de hablar cuando su hermano menor lo volvió a rodear con sus brazos.
Steven no podía sentir absolutamente nada porque ese Mike que tenía frente a él no era real, sin embargo, no le importaba. Abrazar a su hermano mayor por última vez era lo que necesitaba en ese momento, incluso si no era de verdad, incluso si era una ilusión creada por su cerebro trastornado y hecho mierda.
—Mike, yo... —el chico de ojos color rojo musitó—te quiero, hermanito... —añadió entre sollozos.
—Adiós... —se limitó a despedirse el de cabello corto para luego desvanecerse de entre los brazos de su hermanito pequeño, dejándolo solo con sus pensamientos y remordimientos.
(...)
Desde entonces los días de Steven no fueron más que un auténtico calvario. Solo, deprimido, con el peso de la muerte de la única persona que le quedaba en sus hombros y viendo cómo Miki, su querida Charizard, no era ella, sino la sombra de lo que alguna vez fue: era sólo una cáscara vacía, no tenía alma, y lo peor de todo... es que parecía estar sufriendo, como si sintiera siempre un constante dolor.
El ex campeón no soportaba ver a su pokémon así, por lo que, a pesar de todo lo que sacrificó para tenerla de vuelta, optó por ponerle fin a su sufrimiento... al sufrimiento de ambos.
La buscó por toda la casa con un arma en la mano, le desgarraba el corazón ver así a su pokémon, pero le desgarraba aún más la idea de lo que estaba a punto de hacer... aún no lo hizo, pero se sentía un monstruo, él ERA un monstruo.
—Miki... —el único humano allí habló con una voz suave, más suave de lo que normalmente era.
El mencionado dragón volteó de inmediato a verlo. A pesar de que Miki fuese una especie de Charizard no-muerto, de alguna manera todavía reconocía al que una vez fue su querido entrenador.
—L-lo siento por lo que estoy a punto de hacer, pero... —la temblorosa mano derecha del entrenador pokémon mostró lentamente el arma que llevaba consigo, era una pistola completamente cargada con plomo, plomo que marcaría el final de este martirio —. Esto es por el bien de ambos. No soporto verte sufrir por mi egoísmo, no es justo que estés sufriendo sólo porque no supe dejarte ir... —apuntó lentamente hacia la de tipo fuego —. Gracias por todas las victorias y todos los momentos de felicidad que pasamos juntos, espero que me puedas perdonar... —una vez pronunciadas estas palabras, Steven apretó el gatillo, disparándole varias veces hasta que no hubo señales de vida en la dragona de tipo fuego.
Vacío, si nuestro protagonista pudiera describir lo que sintió al ver que Miki estaba muerta otra vez sería con "vacío". No le quedaba nada ni nadie, todo lo que sacrificó fue en balde, todo seguía igual o peor que cuando atrapó a aquella abominación antinatural...
MissingNo...
—Hay algo más que debo hacer... —se dijo a sí mismo el moreno mientras se metía la mano al bolsillo y agarraba con fuerza la Poké Ball en la que se encontraba MissingNo.
Sin importarle si alguien lo vería o preguntaría algo sobre la situación, Steven salió de su casa y puso rumbo al mismo lugar en el que encontró a la abominación que aún tenía en su poder: las Islas Canela.
—Gracias por arruinar mi vida, maldito bastardo con fallas... —se sacó la Poké Ball con glitches del bolsillo para luego mirarla con desprecio —. ¡Esto acaba AQUÍ Y AHORA! ¡NO DEBÍ HABERTE ATRAPADO! ¡HASTA NUNCA!—Con toda la furia acumulada y con todas sus fuerzas la arrojó al agua. Ya no le importaba dónde acabaría esa porquería, ¿acabaría en el fondo del mar para que algún otro pokémon se la comiera? ¿Algún iluso se la llevaría a casa pensando que sería un pokémon valioso y fuera de lo común? ¿Le daría en la cabeza a algún bañista de por allí? Eso ya no le incumbía.
Por fin se deshizo de ello, hizo lo último que tenía que hacer, eso significa que todo terminó, ¿no?
Pues no, todavía no había terminado... para él no. Había terminado con casi todo... excepto consigo mismo.
Sin esperar que sucediera nada, el chico de pelo largo tomó rumbo hacia su casa. No tenía ninguna prisa, nadie lo esperaría en casa, no le quedaba nadie que lo esperara allí. El resto de personas en su vida o bien se olvidaron de él, se hartaron de su comportamiento depresivo y distante o bien fueron alejados. Ahora era una miseria con patas, un lastre para sí mismo, un desperdicio de oxígeno. Steven estaba completamente solo, en el fondo no sabía estar solo, simplemente era incapaz de estarlo.
Una vez en casa, ni siquiera se molestó en cerrar la puerta tras de sí. Pasó los últimos momentos de su vida enterrando a Miki en su jardín y limpiando la sangre que derramó unas horas atrás, sus ojos color rojo carmesí estuvieron inundados en lágrimas durante todo este proceso de enterrar y limpiar.
Una vez acabado el trabajo, se dirigió a la cocina, agarró un cuchillo notablemente afilado y punzante y fue escaleras arriba al cuarto que solía compartir con su hermano. El olor era insoportable, ya que el cadáver de Mike en ningún momento fue retirado y seguía ahí putrefacto, pero Steven ya estaba curado de espanto, le dio igual el vomitivo aroma que desprendía el difunto.
Ni siquiera se atrevía a acercarse a su difunto hermano, no porque le diera asco, sino porque no podía quedarse mirándolo como si nada después de toda la mierda que había pasado. Sin embargo, esto no era la gran cosa, pronto estarían —probablemente—juntos otra vez...
(...)
—¿Steven, Mike? —una voz femenina retumbó por toda la vivienda—Soy yo, Daisy. ¿Estáis ahí?
Esa voz no era ni más ni menos que de Daisy Oak, hermana mayor de Blue Oak, nieta del Profesor Oak y la que anteriormente fue la novia de Steven, hasta que éste decidió alejarse de la gran mayoría de gente en su vida, incluída su pareja. A pesar de todo, la chica todavía se preocupaba por el entrenador de rojo y algunas veces trataba de volver a contactar con él, siendo ignorada o recibiendo respuestas vagas del moreno, por lo que al ver que su interés no daba frutos, decidió rendirse y dejarlo con su duelo aún con la consciencia intranquila. Al percatarse de que no hubieron noticias de ninguno de los dos hermanos Stoughton, ni siquiera de Mike, Daisy se preocupó bastante. El hecho de que su ex pareja no diera señales de vida podía llegar a entenderlo, pero ¿y Mike? ¿Qué había sido de él y de su paradero? Preocupada por la situcación de ambos hermanos, la chica decidió ir a visitarlos a su casa, la cual se encontraba alejada del resto de casas de Pueblo Paleta.
Después de una larga caminata, Daisy llegó a la que sería la vivienda de los Stoughton para ser recibida con la puerta abierta de par en par. No tenía sentido, no era verano, ¡ni siquiera hacía calor! ¿Por qué tendrían la puerta totalmente abierta? Pronto la chica de pelo castaño lo averiguaría por sí misma. Sin embargo, algo más llamó su atención: una pala clavada en un montón de tierra, se notaba que alguien había cavado un hoyo allí, mas no se paró a descubrir qué era. Su prioridad era ahora saber si Steven y Mike se encontraban "bien", dentro de lo que cabe. Ni siquiera pensó en llamar a la puerta, estaba tan necesitada de respuestas que optó por entrar sin pensarlo dos veces.
Con lo primero que se encontró al entrar fue silencio, silencio que pronto fue interrumpido por ella misma:
—¿Steven, Mike? —preguntó por los nombres de los residentes —Soy yo, Daisy. ¿Estáis ahí?
Respuesta nula, eso fue lo que recibió la hermana de Blue. Tal vez no la habían oído, por lo que decidió volver a hablar, esta vez más alto:
—¿C-chicos...? ¿Hay alguien...? —la única chica allí se estaba empezando a preocupar más y sus nervios se estaban apoderando de ella, pero trató de mantener la calma tomando aire y respirando hondo, aunque pronto se arrepentiría de esa decisión.
Pronto notó el horrible aroma de aquella casa. No, no podría ser ni mucho menos el típico olor a cerrado de las casas al no ser ventiladas porque la puerta estaba abierta desde a saber cuánto tiempo, ese era un olor algo más intenso y... olía a podrido. Ella siguió buscando a los hermanos por la planta de abajo, tratando de ignorar aquel repugnante hedor, no encontró nada, sólo le quedaba revisar arriba. Muy en el fondo se sentía mal por haber entrado en aquella casa sin el permiso de nadie, pero intuía, no, SABÍA que algo andaba mal y necesitaba saber qué era ese algo.
A medida que subía las escaleras hacia en segundo piso, aquella peste se fue haciendo más pesada e insoportable llegando a tal punto en el que Daisy tenía que taparse la nariz para poder seguir avanzando. Toda esta repulsión venía directamente del dormitorio, nuestra nueva protagonista empezó a temerse lo peor...
—¿Hay alguien? —Llamó con la nariz tapada mientras pasaba a la habitación que ambos residentes compartían.
De nuevo, respuesta nula. En su lugar, se encontró con ambas camas ocupadas al pasar a aquella estancia de la casa, se acercó lentamente sin hacer ruido al lecho de Steven para verlo, suponiendo que estaba durmiendo. Pobre muchacha, no sabe lo que está a punto de ver...
—¿Steven...? —Susurró suavemente mientras se acercaba aún más con la nariz tapada para ver a su ex novio, o mejor dicho, a su difunto ex novio.
Nada más asomarse, se encontró con una imagen que la dejaría horrorizada: vio a Steven tirado en su cama, sin vida y con sangre en sus muñecas, misma sangre que manchaba la cama. A su lado se encontraba el cuchillo con el que se hizo los cortes por los que aquel fluído carmesí se escapó, haciéndole perder la vida. El mal olor se debía en parte a que su cuerpo se empezó a pudrir, cosa que era notable, Daisy no pudo evitar soltar un grito ahogado de terror y derramar lágrimas. ¡Aquel chico que quería tanto yacía muerto y en proceso de descomposición delante de sus ojos!
—Steven... —la única viva susurró entre lágrimas aún impactada por la imagen ante ella —¿Qué pasó aquí?
Apresurada por respuestas y preocupada por el bienestar de Mike, la chica se dirigió hacia la otra cama para encontrarse un bulto que la ocupaba entera tapado por la sábana. Daisy retiro la sábana y... casi vomita.
Con lo que se encontró fue con Mike, sí, pero éste también se encontraba inerte. Su proceso de escomposición era más avanzado que el de su hermano, cosa que se notaba por su aspecto tan demacrado y espantoso, la peli-castaña tuvo que aguantarse las ganas de vomitar.
(...)
Tiempo más tarde, lo último que la chica vio acerca de estos 2 fue cómo sacaban sus cuerpos sin vida de aquella casa de los horrores. Puede que, con el tiempo, Daisy pueda seguir con su vida, pero las imágenes de su ex pareja y ex cuñado muertos y en descomposición será algo casi imposible de olvidar para ella...
FiF (sí, por fin).
Y puessss... ese sería el One-Shot. Sé que el final es un poco flojo y poco pulido, pero a esas alturas ya se me estaba secando el cerebro y me empezó a dar sueño/me quedé sin ideas. Pero bueh, puede que en alguna otra ocasión piense en algo mejor :P.
¿Os gustaría ver más cortos/one-shots/lo que sea como este? Si queréis podría de vez en cuando hacer más como esto, no necesariamente de pokepastas o hechos con el traductor de Google, pero sí historias o diálogos relativamente cortos.
¡Bai, Estrellitas! 💕✨⭐️
-St0opid_Mia
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