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Prefacio

Bebió un largo trago de cerveza, era amarga, el sabor no fue bueno, sin embargo, era lo que necesitaba, había Sido un día demasiado largo para su gusto, entre protocolos, festivales y escuchar a sus padres, quienes no dejaban de decirle lo que debía hacer, era cansado, realmente agotador y nadie a su alrededor parecia darse cuenta de lo que estaba pasando con él, apretó la mandíbula, lo único que quería era escapar. Miró el techo por unos segundos ¿Y por qué no lo hacía? Podía huir, salir corriendo y jamás regresar, esa sería la mejor de las opciones, si estaba fuera de reino, nadie podría obligarlo a cumplir órdenes, reglas y protocolos sofocantes. La decisión estaba tomada.

Se levantó, tomó su chaqueta y salió de su habitación sigilosamente, mirando alrededor, cuidando no ser visto por los guardias, ayudaba el hecho de que fuera tan bueno escabulléndose, una práctica que tuvo que perfeccionar mientras crecía, cuando escapaba y se escondía, sus nanas y los guardias pasaban horas tratando de encontrarlo, conocía el palacio como la palma de su mano, también los alrededores, cruzó el jardín principal, las antorchas de fuego estaban encendidas, facilitando su camino, apretó las manos, esperando el momento adecuado para ir a la segunda torre, espero paciente el rondín del guardia, en la oscuridad, cuando esté camino hacia la parte trasera de la torre corrió y entró, cerró la puerta con cuidado, todos en esa ala del castillo estaban durmiendo, subió las escaleras pedregosas de caracol, hasta que llegó a la cima, a las habitaciones, contuvo la respiración unos segundos antes de aspirar el aroma dulce, su aroma favorito, abrio la puerta con cuidado.

El interior era el mismo de siempre, todo alrededor olía a él, y no podía dejar de sentirse ansioso por ello, estaba durmiendo, en medio de la amplia cama, la luz de afuera se colaba delicadamente por la ventana, a través de las cortinas blancas, había estado ahí tantas veces y el sentimiento siempre era el mismo, un anhelo impresionante, hizo a un lado el dosel, mostrando su rostro, apacible, su piel perfecta y pálida, su cabello rubio, su nariz y labios pequeños, era adorable mientras dormía, aunque, era perfecto de cualquier forma imaginable, lo adoraba tanto, no podía dejar de amarlo y esa era una de las razones por las cuales quería salir huyendo, porque su amor era imposible.

Se sentó en la cama, llevó sus manos a su cabello y acaricio con cuidado. Sabía lo sensible que era, tenía un sueño ligero, así que no tardó mucho en ver sus parpados temblando, y después de ello, unos ojos verdes, al principio parecía demasiado adormilado para darse cuenta de lo que estaba pasando, pero tras unos segundos, lo vio reaccionar con sorpresa.

—Lamento haberte despertado—dijo con un susurro—. Pero, es importante.

Lo vio sonreír, se sentó en la cama y asintió.

—Sabes que eres bienvenido, sólo que nadie puede saberlo, ¿Qué sucede? —susurró acariciando su mejilla—. ¿Por qué tienes esa cara? ¿Paso algo? ¿El rey volvió a reprenderte?

—No, no es eso, yo...lo he decidido, ya no aguanto más, quiero irme y vine a pedirte que huyas conmigo.

No obtuvo más que silencio, un pequeño suspiró y una sonrisa ligera y preciosa.

—No creo que estés pensando bien en esto Tete.

Estaba usando su mote cariñoso, bajo la mirada a sus manos, pero, los dedos delicados levantaron su mentón para que pudiera verlo a la cara, otra caricia, una que le robaba el aliento, su aroma a cereza dulce, inundaba sus sentidos, nada más importaba, era como si el mundo desapareciera y sólo quedaran ellos dos.

—No quiero ser rey, no quiero hacerme cargo de este reino y de la manada, no estoy listo, me siento ahogado, harto de todas esas reglas y normas, lo odio. Tú eres lo único que tengo, lo que más amo y lo que en verdad me importa, nada me hará falta si tú estás a mi lado.

Unos ojos llenos de tristeza le miraron, lo sabía en su interior, lo que decía no podía pasar, jamás podría deshacerse de su marca, de su destino, muy pronto tendría que tomar el lugar de su padre y ser el alfa supremo.

—Tienes que descansar, pensarlo mejor, sé que puedes tener miedo y estar cansado, es entendible, pero Taehyung, tú naciste para ser rey.

—Pues no lo quiero—dijo levantándose, yendo hacia la ventana, apretó los puños, su alfa estaba respondiendo a su molestia.

Miró a la nada, tratando de calmarse, cuando una mano cálida tocó su brazo.

—Ven aquí, está bien, estás pasando por mucho—se puso delante de él—. Te haré sentir mejor, después regresarás y todo estará bie....

No dejó que terminara, Taehyung tomó sus labios con deseo, buscando aquello que lo hacía sentir bien, no mentía cuando decía que Yoongi era el único que le importaba en la vida, en sus brazos todo parecía estar bien.











—¡¿Viste eso?! Vaya es increíble—decía sin dejar de ver por la ventanilla del auto.

Namjoon rio, la inocencia de su hermano era dulce, sus grandes ojos marrones brillaban cada que veía algo que le maravillaba.

—Sí, este reino es más grande que el nuestro, ¿Estás nervioso?

—Sí, un poco ¿Y si no les agrado?

—Dudo mucho que haya alguien en el mundo a quien no le agrades Kookie.

Jungkook le sonrió a su hermano, este era tan amable como siempre. Estaba nervioso, era la primera vez que viajaba a ese reino, también, la primera vez que era presentado ante los reyes, había elegido su mejor vestimenta desde hace un mes, contaba los días para ir a ese lugar y ahora estaba sucediendo, era un reino muy diferente al suyo, tan grande y deslumbrante, no podía esperar para conocer todo, aunque sabía que no lo haría en esa visita rápida. Llegaron al castillo, que era mucho mejor de lo que había llegado a imaginar, tan grande e imponente, brillante y elegante, al bajar del coche se quedó absorto, mirando alrededor.

Las grandes puertas fueron abiertas, ahí estaban el rey y la reina, hicieron una reverencia, ellos eran de un rango mucho más alto.

—Bienvenidos, Jeon Namjoon y Jeon Jungkook.

—Es un placer verlo de nuevo rey Kim, es un honor estar aquí.

—Por favor, entren, hemos preparado la cena para ustedes.

Tanto Namjoon como Jungkook entraron al castillo, el segundo estaba impresionado con la decoración, era un chico curioso, fue así desde que era niño, por lo que las personas que convivían con él, lo tomaban con normalidad. Namjoon tomó su muñeca, tratando de controlar su efusividad.

—En calma Kook.

—Bien—rio por lo bajo.

Entraron a un gran salón, dónde había un comedor para por lo menos veinte personas, no había nadie ahí. El rey Kim les indico que podían sentarse.

—Es mejor si la reunión es pequeña, tenemos mucho de que hablar.

—Me parece bien su alteza.

La reina Kim miró a Jungkook, curiosa, mientras que este observaba el techo, esculpido y pintado a mano.

—Te has convertido en un joven muy lindo, bueno, siempre lo fuiste, aún recuerdo cuando te conocimos, tenías apenas tres años.

—Muchas gracias majestad, es un gran halago viniendo de alguien tan importante.

Ella pareció satisfecha con su respuesta. Al comedor entro un alfa, Jungkook lo miró con asombro, decir que era apuesto era un eufemismo, su rostro perfilado, con las proporciones perfectas, ojos azules, serios, alto, bien formado, tenía un porte excepcional, no pudo dejar de mirarlo. El alfa hizo una reverencia.

—Es un gusto conocerlos, soy Kim Taehyu, el príncipe heredero.

—Jeon Namjoon rey de la manada del sur, y mi hermano, Jeon Jungkook.

—Un gusto—susurró Jungkook sin dejar de mirarlo.

—Toma asiento Taehyung, es bueno que hayas llegado, te estábamos esperando.

—¿Por qué madre? —preguntó manteniendo el semblante serio.

Jungkook le observó fijamente, no podía creer lo apuesto que era.

—Bueno, ya que el príncipe Jeon Jungkook ha cumplido la mayoría de edad, es momento de poner en marcha el acuerdo que hicimos cuando eran niños.

Jungkook apretó sus manos juntas en un gesto de nerviosismo, Taehyung miró a sus padres confundido, esperaba de todo corazón, con la última fracción de esperanza que sus padres no estuvieran hablando de algo tan grande.

—No entiendo—dijo con seriedad—. ¿De qué acuerdo están hablando?

El rey Kim miró a su hijo con serveridad.

—De tú matrimonio con el príncipe Jeon Jungkook.

Taehyung sintió que el aliento escapaba de su cuerpo, no podía ser posible, miró al omega que estaba frente a él, quien parecía feliz y animado con la idea, una que él repudiaba por completo. En ese momento, deseo haber escapado muy lejos.


Será una historia que combinará el pasado con el presente, ya les iré explicando cómo.

Es una historia Omegaverse, donde se hablara de la supremacía del alfa.

Diversión temas, si habrá buena cantidad de drama. Espero que les guste.

Mención de ships como Taegi, Namgi, 2seok, etc...

Agradecería que le dieran la oportunidad 🖤🖤

Drama 80%

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