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Capítulo cuatro: Spring term. [Parte 1]

Summary: La escuela reanuda sus clases y Harry se siente enfermizo¹, y parece que el tiempo para decirle al director acerca de su relación, puede llegar antes de lo esperado.


[¹Feeling under the weather.]



Lo mejor del invierno, en la opinión de Harry, es la nieve. Esponjosa y bella, cubre y suaviza todo, dispersa el sol del invierno así todo el mundo brilla como esos globos de cristal que las hermanas de Louis coleccionan. La nieve tiene su propia magia, algo milagroso y de otro mundo y es tan hermosa por toda su efímera naturaleza. Esto hace que Harry se sienta como un niño de nuevo, sin preocupaciones y maravilloso, y la manera en la que Hogsmeade aceptan la nieve contra sus adoquines y la alberga en la sombra de los edificios como montones de diminutos diamantes, que siempre roban el aliento de Harry.

Harry despierta ante una habitación brillando con estrechos haces de luz, en el último día del año, esparcidos por las estalactitas de hielo que se aferran precariamente contra el borde del techo y que iluminan la estrecha franja en el extremo de la cama, hacia la parte superior del hombro desnudo de Louis, la inclinación de la espalda de Harry, el sedoso pelaje de Salem. Todo es suave y tranquilo, el sonido mañanero de la calle suena amortiguado por la densa alfombra blanca de nueve que reviste las calles y quita el polvo de los techos de las cabañas, como azúcar glasé. Todo parece suspendido en el aire de esta manera, todo el mundo difuso cuando Harry se despierta lentamente.

Es la víspera de año nuevo, nota cuando se estira, con cuidado con sus extremidades para no despertar a Louis accidentalmente. Niall está organizando su tradicional partido en el The Laughing Leprechaun, y hay una botella de Daisyroot Draught con el nombre de Harry. Tiene cinco días para que sus vacaciones terminen, y tiene la intención de aprovecharlas al máximo.

Moviéndose lentamente, Harry se desliza alrededor de Salem, que está tendida y balancea las piernas al borde de la cama. Está pensando en té y un omelet, pero tan pronto cuando se levanta, su estómago da un giro y la sala da un giro repugnante, lentamente. Lanzando una mano para mantener el equilibrio, Harry toma una fuerte inhalación del aire frío de la mañana para tratar de reprimir las náuseas que brotan por su garganta. Con su mano todavía envuelta alrededor de la cabecera de la cama, Harry cierra los ojos y cuenta hasta diez.

"¿Hazz?"

Sólo ha llegado a cuatro cuando la somnolienta voz de Louis corta a través de la tranquilidad de la habitación y distrae a Harry de su conteo. La distracción y el sonido de la voz somnolienta y suave de Louis hacen un mejor trabajo en quitarle las ganas de vomitar que eso de contar, de todas maneras. Colocando una sonrisa, aunque su piel se siente un poco pegajosa por el sudor frío y su estómago duele un poco, Harry se da la vuelta y murmura, "Buenos días, amor."

El pelo de Louis está en su cara, desordenada y esponjoso, y hay marcas de la almohada en su mejilla y su piel está erizada por el frío ondulando en la habitación, pero su voz es clara, aunque un poco ronca, cuando pregunta: "¿Qué está mal?"

"Nada," Harry dice alegremente, agitando una mano en el aire. "Estaba admirando la nieve. Sabes que amo la nieve."

Sostiene la mirada de Louis cuando le entrecierra los ojos, estudiándolo ante cualquier signo de que está mintiendo. Está casi saliéndose con la suya, puede ver los engranajes de la cabeza de Louis girando mientras lo contempla, quedándose quietos después, mientras se recuesta de nuevo y cierra los ojos, cuando el dolor en su estómago aumenta con tanta rapidez y de forma inesperada que no puede detener el grito agudo que cae de su boca.

Louis se apresura, colocándose sobre sus rodillas y arrastrando los pies sobre la cama para poder tomar las caderas de Harry. "Bebé—"

"Estoy bien, está bien. Creo que sólo necesito un poco de té," Harry se estremece, dejándose ir ante el agarre de Louis por un momento. El calambre se ha desvanecido en un dolor sordo, persistente. "Menta, creo."

"Lo haré por ti," Louis dice con firmeza, no dejando espacio a que Harry discuta. No iba a hacerlo, de todas maneras.

Harry se instala de nuevo en la cama, su espalda contra la cabecera y levanta las mantas por encima de su regazo mientras Louis tira de una camiseta sobre su torso y desliza sus pies en las zapatillas de Harry. "¿Lou?" Pregunta, presionando la palma de su mano contra su vientre. "¿Puedes añadir un poco de olmo en el té? Está en uno de los frascos en la puerta de la despensa."

"Por supuesto," Louis afirma, dando un paso adelante para quedar a un lado de la cama, cepillando el cabello de Harry. "Quédate aquí, estaré de regreso en un momento."

"Gracias," Harry susurra, de repente, exhausto otra vez. Espera, desesperadamente, que esto sea un molesto virus o el resultado de no dormir lo suficiente en los últimos días. No quiere perderse la víspera de año nuevo en The Laughing Leprechaun, y desde luego, no quiere pasar sus últimos días de sus vacaciones en cama.




Durante toda la mañana, Louis lo llena de té y coloca una bolsa de agua caliente sobre su estómago, que envuelve cuidadosamente con una franela y la mete arriba, por debajo de la camisa de Harry. Se enrosca entorno a él, con una mano sobre el estómago de Harry, por encima de la bolsa de agua caliente y su otra mano en su pelo, no dejándolo salir de la cama hasta tarde, cuando Harry intenta, sin éxito, zafarse de su agarre.

"Louis," se ríe, retorciéndose contra las piernas de Louis, donde están enredadas con las suyas. "Tengo que hacer pipí, ¡déjame salir!"

Lo deja ir quejándose, y Harry se pone de pie, dejando caer la bolsa de agua caliente sobre el colchón. Se siente caliente y letárgico, y toma unos momentos para pensar si debería hacer una carrera loca hacia a puerta principal para poder rodar sobre la nieve que ha caído recientemente. Louis le cortaría la cabeza, sin embargo, lo sabe, no lo ayudará a sentirse mejor, así que Harry sólo baraja hacia el baño, como le había prometido.

De pie frente al espejo, Harry se estudia a sí mismo —cara roja, el pelo un desastre, sus ojos brillando— y se sacude toda la somnolencia persistente antes de salpicarse agua fría en la cara y volver a la habitación. Louis lo observa, una taza de té fresca en una mano y un plato de pan tostado en la otra.

"¿Te sientes mejor?" Pregunta, cuando Harry se arrodilla sobre la cama y pellizca un trozo de pan del plato. Tiene que poner algo sólido en su estómago si beberá esta noche.

"Sí," Harry miente, resistiendo la necesidad de tomar la bolsa de agua caliente. "Mucho, creo que el té y el calor ayudó, gracias." Se inclina para darle un beso en la mejilla a Louis y murmura, "Eres el más maravilloso enfermero."

Louis mira a Harry sospechosamente mientras se inclina hacia atrás y da un mordisco a su tostada, pero Harry sólo le sonríe, decidido a ir a esta noche donde Niall.




La fiesta es un bullicio absoluto. Harry trata de evitar todos los pensamientos de su dolor de cabeza mientras sigue a Louis dentro del pub, vestido con un par de pantalones ajustados y su favorita, brillante, camisa. Ya es de noche, las calles resuenan con risas y conversaciones amistosas de los residentes de Hogsmeade y sus amigos, visitas y familiares que se dirigen al pub, o simplemente se mueven para sentarse en los asientos y beber whisky de fuego reflexionando sobre la hidromiel caliente con especias o socializar. Incluso, hay más personas metiéndose a The Laughing Leprechaun, personas locales y visitantes, y les toma unos minutos localizar a Niall y Liam a lo largo de la barra, con las cabeza inclinadas, mientras encantan la radio, para que grite una mezcla de música popular y música de magos del pub irlandés.

Sin esperar a que Niall o Liam los noten, Harry se abalanza sobre la espalda de Liam, sus brazos alrededor de su cuello y grita. "¡Estoy listo para las margaritas, Niall!"

"¡Hey!" Niall se ríe, tirando del pelo de Harry y atrapando a Louis con un solo brazo. "¿Ni siquiera me saludas apropiadamente?"

"¡Por supuesto!" Harry murmura, dejando ir a Liam para poder envolver alrededor de Niall y presionar un húmedo, sonoro beso en la mejilla de Niall. "Hola, Niall, por favor, dime dónde está mi trago. Ya son las diez y no he bebido ni una gota de alcohol, esto es inaceptable."

Prácitamente, puede escuchar cómo Louis rueda los ojos pero Niall, Dios lo bendiga, lo ignora y sale del abrazo de Harry para podert omar una botella de Daisyroot para Harry y un Dragon Scale para Louis.

Con el trago firmemente en una mano y la mano de Louis en la otra, ambos hacen sus rondas, charlando con los vecinos y sus amigos, bebiendo, bailando, poco a poco emborrachándose. La música es más fuerte y el pub está, cada vez, más concurrido cuando avanza la noche, por lo que cinco minutos antes de media noche, Harry y Louis están en una esquina junto a las ventanas, Harry contra la pared y Louis presionado sobre todo su torso. Habían peleado con uñas y dientes y agudamente, por este lugar, ya que tiene una vista perfecta de la plaza de Hogsmeade y la amplia franja de cielo por encima de ella, que será llenada con un espectáculo deslumbrante de fuegos artificiales.

"Dos minutos," Niall anuncia a la multitud, su voz amplificada mágicamente. "¡Así que, les sugiero que encuentren a la persona que planean besar esta noche, antes de que sea demasiado tarde y me tengan que besar, en cambio!"

"¡Yo te besaré, Horan!" Grita alguien de la multitud, y Harry entierra una risita en el hombro de Louis cuando la sala estalla en aplausos tan fuerte, escuchándose sobre la música.

Cuando levanta la cabeza, Louis lo está mirando, sonrisa suave, sus ojos brillando a la luz de la luna que entra por los cristales de la ventana. El corazón de Harry da una vuelta en su pecho, robando su aliento.

"Bueno," jadea, girando lejos de Louis. "Supongo que será mejor que busque a Liam antes de que sea la hora, entonces."

Los ojos de Louis parpadean una vez, y luego, está agarrando las caderas de Harry y tirando de él en un beso feroz, cincuenta y tres segundos antes de tiempo. El descarado comentario de Harry muere en su garganta en el momento en el que la punta de la lengua de Louis toca su labio inferior. El hambre por él sube por su pecho y nubla su cerebro y Harry pierde la noción del tiempo, del espacio, de todo lo que no es LouisLouisLouis, envolviéndose alrededor de Louis y lanzándose en el beso.

Es vagamente consciente, en los oscuros recovecos de su cerebro, que la medianoche ha venido y se ha ido y se da cuenta que se están perdiendo los fuegos artificiales, pero nada más importa en este momento. Louis lo está presionando contra los cálidos paneles de madera, su cuerpo duro y delgado bajo las manos de Harry, sosteniéndolo cerca y más cerca, a pesar del hecho de que las personas ya están saliendo para ver los fuegos artificiales afuera. Están haciendo un espectáculo para el que está en la izquierda, Harry lo sabe, pero es difícil preocuparse cuando puede sentir a Louis duro contra él, puede sentir el deseo en la parte inferior de su piel.

"Agárrate fuerte," Louis susurra en la boca de Harry. Las palabras a penas traspasan la neblina, el significado completamente perdido, pero Harry se agarra, no obstante y deja escapar una salvaje risa, casi ladrándola cuando Louis se retuerce en el lugar y los hace aparecer en el centro de su dormitorio.

Tropezando y riendo, Harry sisea. "Por la barba de Merlín, amo la magia."

La sonrisa de Louis es salvaje, pero sus ojos son suaves, suaves, suaves mientras tira a Harry a la cama, sujetando su muñecas contra el colchón, sobre su cabeza. "Te amo," murmura, agachándose para besar a lo largo de la curva de la mandíbula de Harry.

Con un suspiro satisfecho, Harry inclina su cabeza hacia atrás para darle un mejor acceso a Louis. La desesperación se ha ido, ha sido reemplazada por una lenta necesidad, una dolorosa, que hierve a fuego lento justo debajo de su piel. Flexiona los dedos contra el edredón, torciendo la muñeca un poco del agarre de Louis. Espera que Louis levante de nuevo la cabeza, para encontrar su mirada. Sus ojos son de color oscuro en la silenciosa penumbra de la sala, pupilas tan dilatadas que sólo queda una estrecha banda de un azul tormentoso rodeándola, y sus labios están rojos e hinchados, separándose para tragar bocanadas de aire.

"Feliz año nuevo, Lou," Harry susurra, inclinando la cabeza hacia arriba, en una súplica silenciosa.

Louis suelta una de las muñecas de Harry para poder pasar su mano por un costado de él, tocando su cadera, luego, quedándose con suavidad sobre su vientre plano. El dolor de antes queda olvidado por completo, reemplazado por un calor que lo agita. Posiblemente, piensa.

"Feliz año nuevo, amor," Louis baja la cabeza para poder cepillar sus labios contra los de Harry, tan dulcemente que mariposas locas se establecen en su estómago. Certeramente. "Será nuestro mejor año, ya sabes."


🔮🔮🔮   



El domingo ya está alrededor, Harry apenas recuerda cómo se sentía estar enfermo a principios de la semana. Louis y él se encuentran con Liam, Iona, y el guardabosques de la estación de Hogsmeade temprano en la tarde para ver el expreso de Hogwarts y acompañar a los estudiantes de regreso al castillo. Han sido unas maravillosas dos semanas, y Harry odia absolutamente tener que volver a ocultar su relación con Louis, pero está listo para volver al trabajo.

El tren llega con una cacofonía de ruido. Cuatrocientos estudiantes fluyen de las estrechas puertas de la máquina a vapor escarlata hacia la plataforma, todos y cada uno de ellos luchando para hacerse oír por encima de los otros mientras se vuelven a encontrar sus sus amigos y compañeros de casa y otras personas importantes.

Ya practicado, los estudiantes vuelven a los vagones para el viaje hasta el castillo. Temporalmente separados, el estruendo se calma a un murmullo de voces apagadas, el clip-clop de las pezuñas invisibles y las carcajadas, de vez en cuando. Harry desliza una mano a través del carro mientras la cabeza de Lima se gira hacia la ventana, viendo el telar del castillo a la distancia. La comisura de su boca se arquea hacia arriba en la sombra de una sonrisa. Louis engancha su meñique con el de Harry, luego, coloca su túnica por lo que está cubriendo sus manos, a pesar de que no hace mucho para enmascarar lo que están haciendo.

"Nunca pasa de moda," Liam suspira y Harry desenreda de mala gana sus dedos, a pesar de que no mueve su mano lejos. Le gusta ser capaz de sentir el calor que irradia el cuerpo de Louis.

Tal como había esperado, Liam se gira hacia ellos un momento más tarde. Sus ojos parpadeando a la banca y los escasos centímetros entre sus dedos extendidos, pero Harry mantiene su cara impasible con determinación. No están haciendo nada sospechoso.

Antes de que Harry pueda decir algo —cualquier cosa—para llamar la atención de Liam de la proximidad de sus manos, el carro llega su parada a pasos del castillo. Los jardines están cubiertos de una espesa capa de nieve, empañada sólo por el encaje de los restos de la calzada y las huellas de las pesadas botas del jardinero. Los estudiantes están haciendo un lío de lo que queda de la nieve que lleva hasta el castillo cuando Harry y sus compañeros de trabajo pasan a través de ellos para llegar a las grandes puertas de roble. Los profesores de Transfiguración y Encantos se encuentras sentados justo en el interior, ofreciendo encantamientos para secarse y abrigarse a medida que se van a sus respectivas salas comunes. Tienen unas cuantas horas antes de la cena, un montón de tiempo para desempacar y ponerse al día con amigos.

Y Harry —bueno. Harry necesita una siesta. Le hace una seña a Louis, después, una vez que lo de la entrada se haya resuelto, se desplaza por las escaleras hacia sus oficinas y salas. Acaba de desnudarse cuando Louis se desliza a través de la puerta y se estremece violentamente cuando Louis presiona sus manos congelados contra la desnuda panza de Harry mientras se enrosca alrededor de su espalda.

"¡Louis!" Chilla, empujando a medias sus manos. Ya se están abrigando, puede suprimir otro escalofrío.

"Está malditamente helado." Louis murmura, con la boca pegada en la parte posterior del hombro de Harry. Hace frío en la habitación, pero la varita de Harry está en el escritorio, todo el camino a través de la habitación y Harry nunca practicó magia sin varita. Como si le hubiese leído el pensamiento, Louis levanta una mano de su estómago y saca la varita de su bolsillo así puede decir: "Incendio."

Las llamas nacen en su chimenea y Harry suspira, relajando su espalda contra Louis. La habitación ya se siente más cálida.

"Hey," Louis dice, de repente, tono curioso. "¿Qué ibas hacer?"

Con una ceja levantada, Harry gira la cabeza para darle un vistazo a Louis por encima de su hombro. "Tenemos tres horas y estoy hecho polvo." Señala la cama y pregunta: "¿Tomarías una siesta conmigo?"

La respuesta de Louis es una suave, cálida y dulce sonrisa, presiona sus dedos en la suavidad de la panza de Harry en respuesta. "Ve, iré justo detrás de ti."

Incapaz de resistirse, Harry mueve las cejas ante eso, dando paso a una risa encantada cuando Louis jadea y lo empuja hacia la cama.

"Saca tu mente de la alcantarilla, tú, idiota."

Todavía riéndose, Harry se mete en la cama y se gira para ver cómo Louis se desnuda. Es sorprendente, Harry se maravilla que, incluso en pleno invierno, se las arregla para estar bronceado y brillante. Su propio sol personal.

Louis lo atrapa mirándolo mientras arroja su túnica sobre el respaldo de la silla del escritorio, pero Harry sólo sigue mirando, imperturbable. Ladeando la cadera, Louis le pregunta: "¿Ves algo que te guste, Styles?"

Murmurando, Harry rueda sobre su espalda y deja que sus piernas se abran como invitación. "Tú sabes," comienza, casualmente, pasando la punta de sus dedos por su lado, deleitándose porque los ojos de Louis siguen el movimiento. "Tal vez, no estoy tan cansado, después de todo."

"Las siestas son para los bebés y las abuelitas," Louis está de acuerdo y su voz delgada y sin aire. Harry tiene sus pulgares metidos en la cinturilla de su bóxer ahora y Louis jadea audiblemente. Incluso, se escucha alrededor del cuarto.

Harry agarra el elástico, tirándolo hacia abajo sobre sus caderas, dejando al descubierto sólo un centímetro de su pálida piel y Louis deja escapar un montón de maldiciones muggles que lo tienen riendo y con una calidez subiendo en su pecho. Cuando Louis sólo se queda ahí, paralizado, congelado por la esquina de la mesa, Harry mantiene sus manos y le pregunta, la impaciencia sangrando en su voz. "Buen, ¿sólo estarás ahí y me verás, o harás algo acerca de esto?"

Agita una mano para indicar a su pene, semi duro y ya levantándose en la parte delantera de sus pantalones y Louis vuelve a la vida, sacándose la ropa tan rápidamente que se tropieza y tiene que agarrarse en el extremo de la cama.

"Mierda," Louis sisea, arrastrándose a través de la cama sobre sus manos y rodillas. Se detiene a un lado de Harry y sólo. Lo mira por un momento, sus ojos grandes y oscuros sobre la tenue luz. "Eres tan malditamente hermoso."

Satisfecho, Harry frota un pie en el tobillo de Louis, luego, baja su bóxer con un movimiento rápido y los deja caer sobre el borde de la cama. Lidiará con ellos más tarde. Tirando su cabello hacia atrás, Harry se desplaza hacia arriba sobre sus codos, las palmas extendidas contra su propio estómago y dice, el desafío claro en su voz. "Tenemos un poco menos de tres horas hasta la cena, Lou. Dales un buen uso."


🔮🔮🔮 



"Grace, creo que encontrarás eso con los Flutterby Bushes, aunque querrás que la maceta sea más grande. Probablemente, casi del doble de su tamaño."

Harry cepilla la punta de un dedo a lo largo de las marcas de tinta en el pergamino de Grace, trazando los bordes de la maceta marcada. Asintiendo, Grace quita la tinta del pergamino y vuelve a dibujar las líneas, midiéndolas cuidadosamente con una regla, mientras Harry la mira. Satisfecho con las nuevas dimensiones, Harry se mueve para ver al siguiente estudiante.

Está tranquilo; un martes cubierto de nieve y Harry está terminando su última clase del día— su clase de séptimo año que tendrá que dar los E. X. T. A. S. I. S. Quienes están ocupados finalizando sus planes para sus proyectos finales mientras se pasea entre ellos, señalando posibles problemas y murmurando elogios y palabras de aliento. Empezarán sus proyectos el jueves, por lo que esta es su última oportunidad para pedirle ayuda.

"Sí, eso se ve perfecto, Jasper," Harry dice con entusiasmo, sonriéndole a Jasper, quien acaba de terminar su dibujo y redactar una idea para una nueva, potencialmente, más eficiente forma para cosechar capullos de fuego para los Dragon Bush.

Harry está leyendo la propuesta de Jasper cuando su visión se torna borrosa, de repente, las palabras cuidadosamente garabateadas por la punta de los dedos de Jasper deslizándose fuera y dentro de su visión, y una oleada de náuseas viene hacia él. Jadeando, Harry se balancea sobre el terreno, luego, murmura un apresurado, "Volveré en un momento, continúen," y se precipita desde el invernadero, la túnica agrupada en sus manos para no tropezar con ella. Apenas ha caminado unos pocos metros desde la puerta del invernadero cuando tiene que parar y encorvarse para poder vaciar el estómago en los arbustos que bordean el invernadero dos.

Le toma unos momentos antes de que el estómago de Harry detenga sus espasmo y pueda enjuagar las lágrimas de sus mejillas. Temblando, suelta un gemido y baja la cabeza, sus ojos cerrados mientras toma bocanadas del codicioso aire frío. Se siente débil y un poco inestable, pero su estómago está calmado ahora, por lo que se endereza y saca su varita del bolsillo de su túnica.

"Aguamenti," murmura, su garganta dura y áspera. Usa la corriente de agua que brota de la punta de la varita para limpiarse y, luego, se enjuaga la boca y coloca la palma de su mano para poder echar un agua sobre sus mejillas encendidas.

El agudo viento es cortante y frío sobre su piel húmeda, agrietando sus labios y echando el cabello sobre sus ojos. Tropezando sólo un poco, Harry se endereza de nuevo y se arregla. Tiene que hacerlo y volver con sus estudiantes. Tan autosuficientes como lo son, simplemente no puede dejarlos solo por mucho tiempo. Las piernas de Harry se tambalean mientras camina lentamente hacia el invernadero cuatro, pero las respiraciones profundas que está tomando, han ayudado a estabilizarlo, también a su estómago y calmar la sensación rasposa de su garganta.

"¿Todo bien, profesor?" Uno de séptimo año de Hufflepuff pregunta, sus ojos muy abiertos mientras lo observa volver a sumergirse en el húmedo edificio.

"Absolutamente," Harry dice con entusiasmo forzado. Su estómago se ha asentado, en su mayoría, por el momento; pero se siente pegajoso e incómodo en su piel, desea que la clase ya estuviera terminado para poder subir a su habitación y tomar una ducha, para quitarse esa desagradable sensación. "Sólo tuve que ir a preguntarle al Sr. George algo," miente, haciendo referencia al jardinero de Hogwarts.

Jodie simplemente asiente en respuesta, luego regresa a su trabajo.

El resto de la clase pasa en silencio y sin incidentes. Otro ataque de náuseas golpea a Harry justo cuando la clase termina, pero se las arregla para detenerlas con un poco de agua mientras camina con el séptimo año hasta el castillo. Normalmente, habría holgazaneado un poco alrededor de los invernaderos, considerando algunos pros y contras y podando las hojas muertas y todo eso, pero ha tenido suficiente por el día, ni siquiera está seguro si quiere ir a cenar más tarde.

El hall de la entrada está lleno de estudiantes caminando de clase a clase, y ahora que tienen un pequeño descanso antes de su próximo periodo de clases, muchos de ellos están murmurando, hablando y riendo y comparando notas. No estando de humor para hacer su camino a través de la masa de estudiantes, Harry se desliza a un aula sin usar junto a la sala de transfiguración. Cerrando la puerta detrás de él, se gira, entonces, tira uno de los candelabros puestos en la pared junto a la puerta. El candelabro baja fácilmente, inclinándose hacia delante de la pared con un chirrido. Dejándola en un ángulo, Harry gira el pomo de la puerta del aula y la abre de nuevo, asiente con la cabeza cuando ve la silueta oscura de una estrecha escalera de piedra lisa, más que abierta en el vestíbulo de la entrada.

En el momento en el que el pie de Harry toca el primer escalón, la escalera comienza a moverse. Agarrándose de la barandilla, Harry espera pacientemente cuando la escalera sube más y más, sus pies agitados sobre la piedra, llevándolo hacia una estrecha puerta de madera. El movimiento cesa tan pronto cuando la punta de sus botas tocan el último escalón, y empuja la puerta agradecido. El paseo hasta la escalera en forma de caracol no hizo mucho además que agitar más su estómago. Afortunadamente, cuando da un paso a través de la puerta, Harry se encuentra cara a cara con el perfil de la estatua de Rowena Ravenclaw. Deja a un lado la estatua y aprieta más allá de ella, luego, simplemente cruza el pasillo y empuja la puerta de la oficina de Louis.

En el momento en el que la puerta de la habitación Louis se cierra, el cuerpo entero de Harry se hunde en alivio. Se saca la ropa lo más rápido posible, sus dedos temblorosos por el esfuerzo, entonces, renuncia a la ducha a favor de arrastrarse directamente a la cama. Se siente muy enfermo, desea fervientemente que Louis estuviera ahí para abrazarlo. Con el ceño fruncido, Harry arrastra la almohada de Louis contra su pecho y entierra su cara en ella. Huele al champú de Louis, cálido y familiar, bastante cómo para que Harry cayera dormido inquieto, intranquilo.




Harry se despierta en algún momento después, con la sensación de unas manos frías cepillando la parte posterior de su cuello y una voz susurrando: "¿Hazz? Harry, amor, ¿está todo bien?"

Parpadeando el sueño lejos, Harry se desenrosca a sí mismo de la almohada de Louis y rueda sobre su espalda para poder parpadear somnolientamente hacia Louis. Louis se cierne sobre él, el ceño fruncido por la preocupación, y Harry abre la boca para responder, para hacerle saber a Louis que está bien, que sólo se sentía un poco mareado, pero todo lo que sale de su garganta seca, es un ruido ronco patético.

"Aquí, querido," Louis dice, agarrando un vaso y llenándolo con jugo de calabaza de la jarra que los elfos domésticos han dejado en la mesita de noche.

Harry se sienta y lo toma agradecido, se traga todo el vaso antes de respirar y volver a intentarlo. "Hey, Lou. Estoy bien, sólo hecho polvo."

"¿Sí?" Louis le pregunta, la duda coloreando su voz. Alza una mano para meter el cabello de Harry detrás de la oreja. "Te ves un poco pálido."

Arrugando la nariz, Harry levanta su hombro para atrapar la mano de Louis contra su mejilla. "Estaba un poco enfermo." Respira y toca con su mano su barriga, finalmente sin ganas de vomitar y sintiéndose normal de nuevo. "Pobres arbustos del invernadero."

Los ojos de Louis se anchan ante eso, y le pregunta, en voz alta e incierta. "¿Seguro que estás bien? ¿Quieres que te lleve a la enfermería? Estoy seguro de que Cara estaría feliz de darte un poco de tónico, o algo."

"No," Harry dice, antes de lanzar un enorme suspiro y dejarse caer sobre la cama. "Creo que prefiero quedarme aquí. Me siento mejor, pero creo que omitiré la cena esta noche. No quiero correr el riesgo."

"Bebé, no puedes saltarte la cena. Iré a la cocina y te traeré un poco de sopa y un buen trozo de pan. Tienes que comer algo. Cenaremos juntos, sólo le diré a Liam que no estaremos en la cena."

"Louis—" Harry comienza, pero Louis ya se está deslizando en sus zapatos, de nuevo.

"Ya vuelvo," Louis promete, entonces, sale de la habitación.

Suspirando de nuevo, Harry se enreda alrededor de la almohada de Louis y deja que sus ojos se cierren. Probablemente, debería insistirle a Louis que baje a cenar. Es extraño que un profesor esté ausente, pero que falten dos profesores. Sería muy extraño, ciertamente. Se lo dirá cuando Louis regrese, Harry se promete a sí mismo, hundiéndose en el colchón. Sólo se acaba de despertar, pero ya está agotado. Se limitará a esperar que Louis regrese así puede enviarlo a cenar, entonces, dormirá un poco más. Puede esperarlo unos minutos más.


🔮🔮🔮 



Para disgusto de Harry, esta borrosa, indistinta bruma de agotamiento persiste por el resto de enero, viniendo y saliendo en su día a día, así que nunca sabe cómo se va a sentir cuando se despierta por la mañana. La preocupación de Louis aumenta con cada día que pasa, pero Harry lo corta, sólo tiene que adaptarse a su cambio de horario y al clima sombrío. Pone todo su esfuerzo en estar alegre, de todas maneras, cosa que parece suavizar la parte preocupada de Louis e incluso le permite a Cara que le de una poción de Pepper-Up un martes cuando se siente, particularmente, desgastado.

El último día de enero, un viernes frío y un buen día, hasta el momento, Harry sólo acaba de terminar su última clase —un grupo grande de segundo año de Ravenclaw y Slytherin, quienes habían estado demasiado divertidos con los Puffapods— cuando un golpe seco suena en el invernadero número dos.

"Adelante," dice, sus brazos llenos de paletas y guantes apelmazados. Los deja en una gran caja de limpieza, luego, mira hacia arriba para ver a Louis aparecer en la puerta, su pelo desordenado por el viento y las mejillas rojas con quemadoras por el frío. "¡Oh, hola! ¿Has venido a encaminarme hacia el castillo?"

"No del todo," Louis dice, una sonrisa enigmática en su rostro.

Con el ceño fruncido, Harry mira a Louis mientras se pasea a lo largo de los pasillos, haciendo un pausa por cada diferente planta que puede reconocer de memoria por todo su tiempo en Hogwarts, o una de las historias de senderismo de Harry, o grandes historias. Quiere ser paciente y dejar que Louis haga su camino para que le diga por qué está ahí, pero su espalda duele y tiene que hacer pipí y todavía tiene algo de limpieza que hacer, por lo que dice: "Muy bien, ¿entonces sólo querías venir saludar? He terminado por el día..."

"Lo sé," Louis dice con esa sonrisa tímida, exasperante. Ha llegado al pasillo en el que Harry está parado, ahora y se está acercando lentamente, con las manos metidas casualmente detrás de su espalda.

"Escucha, Lou, fue un largo día y tengo que ir al baño, así que si sólo pudieras—"

Rodando los ojos con naturalidad, Louis dice: "Bueno, ve al baño, rápido, porque iremos a dar un paseo."

Ojos abiertos, Harry sólo mira a Louis por un momento antes de decir. "Lou, hace mucho frío."

"Ve al baño, Harold. Esperaré aquí. De hecho, limpiaré esto por ti para que podamos irnos más rápidamente."

Desconcertado, Harry se queda mirando a Louis por un momento antes de que haga un ruido y comience a lanzar hechizos para limpiar. Harry se da la vuelta y alcanza a ver un par macetas rellenarse con tierra mientras hace su camino hacia la puerta del invernadero, mueve la cabeza cuando el aire frío del invierno va a su cara. No está realmente interesado en un paseo, pero Louis parece entusiasmado por ello, por lo que le seguirá la corriente.

Una vez que ha ido al baño escondido en el cobertizo del almacenamiento de herbología, Harry tira de la puerta del invernadero para abrirla y se apoya en el marco. "Muy bien, bicho raro, vamos por nuestro paseo."

Louis pasa a través de los pasillos de invernadero para unirse a Harry en la puerta, donde ofrece su brazo y espera pacientemente a que Harry lo tome. Sacudiendo la cabeza, Harry mete la mano debajo del codo de Louis y le permite guiarlo hacia afuera, más allá de los invernaderos y hacia el lago. Van a un lado de los asientos, mirando cómo el calamar gigante asoma el final de un tentáculo a través de una grieta de huelo que cubre la superficie, hablando sobre sus días a medida que avanzan. Espera que Louis se mueva alrededor del borde del lago y vaya hacia el campo de Quidditch, pero, en cambio, continúa en línea recta hacia las puertas delanteras y los grandes jabalíes que custodian los terrenos de Hogwarts.

"Oh, ¿vamos a casa? Dejé mi bolso en el castillo."

"No te preocupes," Louis dice alegremente, caminando con confianza hacia las puertas. "He enviado ya nuestras cosas." Murmura un hechizo rápido mientras las imponentes puertas se abren y son capaces de caminar a través de ellas. Antes de que Harry pueda, incluso, comenzar a caminar hacia Hogsmeade, Louis agarra su mano de donde está metida entre su codo y, de repente, el lugar de vueltas y tira a Harry junto con él.

Mientras van a una parada desconocida, sus pies chocan contra los adoquines incómodamente, Harry deja escapar un agudo jadeo. "¡Louis! ¡Avísame primero!"

Cuando Harry abre los ojos, sin embargo, se da cuenta de que los adoquines en los que están parados, no pertenecen a las calles de Hogsmeade. Confuso, deja de lado a Louis y da una vuelta lenta. Están detrás de lo que parece ser un restaurante de algún tipo, a lo largo de una calle estrecha, empedrada, llena de edificios de piedra, pequeños y rebosantes de flores de invierno. Justo al final de la calla, se puede ver lo que parece ser un poco de agua, y si no está equivocado, las voces que vienen de la cocina del restaurante, se parecen mucho a—

"¿Francia?"

Sonriendo ampliamente, sus ojos se han reducido a pequeñas rendijas, Louis se encoge de hombros y extiende sus manos. "Feliz cumpleaños, cariño."

"Por la barba de Merlín," Harry se ríe, el dolor y la confusión completamente olvidada, se hizo a un lado para dar un paso con admiración y entusiasmo. "¿Has— cuánto tiempo has planeado esto?"

Louis toma una mano de Harry, dice: "Durante unas pocas semanas. Mi mamá me ayudó, así tú no sabrías. Tenemos una habitación por encima de este restaurante."

Apunta a lo que, actualmente, está detrás de ellos y una vez que Harry mira —realmente mira—, se da cuenta de que las plantas que crecen en la parte trasera se parecen más a Chomping Repollos que repollos normales, y sí, eso es, definitivamente, Moly creciendo junto al romero.

"No puedo creer que hayas hecho esto," Harry se ríe, tomando la mano de Louis y tirando de él en un abrazo feroz.

Louis lo aprieta lo suficientemente fuerte como para robarle el aliento y murmura, justo a la oreja de Harry, por lo que envía escalofríos a su espina dorsal. "Te he visto un poco enfermizo, así que pensé que esto podría ayudar. Además, es tu cumpleaños y el Día de San Valentín en dos semanas, pensé que podríamos tener una pequeña celebración en la ciudad del amor."

"Es perfecto," Harry murmura, con la cara hundida en el cuello de Louis. "Te amo mucho."

"Yo también te amo," Louis susurra, presionando un beso en su sien. "Ahora, vamos dentro, está malditamente frío aquí y me muero de hambre. Se supone que tienen la mejor crème de toda Francia. He oído que tiene polvo real de hadas en ella, se supone que te hará flotar unos centímetros del suelo después de comerlo."

"Suena emocionante," Harry reflexiona, su estómago aleteando por la emoción en la voz de Louis.

Louis le hace frente a Harry, levanta ambas manos para cubrir sus mejillas. "Vamos, Styles, vamos a celebrar. Te pediré un gran pote de crème, lo suficientemente grande para veintiséis velas."

"Oh, vete a la mierda," Harry se ríe, empujando las manos de Louis de su cara. "Una vela es suficiente, gracias."

"Muy bien, una vela será," Louis le concede, tomando la mano de Harry y entrelazando sus dedos. Aquí, en París, no tienen que preocuparse de quién pudiese verlos. Mirando a su alrededor, de todas maneras, Louis se inclina cerca, así sus labios rozan la oreja de Harry y susurra: "Y, una vez que hayamos terminado, tengo un regalo para ti esperando en la habitación. No querrás perdértelo."

Harry se estremece ante el timbre gutural de la voz de Louis, la promesa en sus ojos. Casi le pregunta si sólo pueden saltarse la cena por completo y pasar al regalo directamente, pero tiene 26 años. Tiene más autocontrol que eso. Tomando una respiración profunda para calmar su acelerado corazón, Harry asiente y dice: "Vino y cena, Tomlinson, entonces, puedes continuar con lo que has planeado para mí."

Inclinando la cabeza, Louis dice con una voz suave, llena de promesas. "Oh, esa es mi intención."


🔮🔮🔮  


Fiel a su palabra, el bote de crème es el postre más increíble que Harry jamás ha probado. El flan de chocolate es suave y está cubierta con una aterciopelada crema batida, como el aire, y virutas de chocolate y el polvo de hada puesto en el postre burbujea en la garganta de Harry. Se supone que deben pasar unos minutos antes de hacer efecto, pero Harry siente como si estuviera flotando, sólo atado a la tierra por la mano de Louis sobre la suya y los pies de Louis enganchados con los suyos bajo la mesa. Tiene Coq au Vin y tres copas de vino asentados en su estómago alegremente y se siente lleno de la deliciosa comida y amor.

Harry intenta reprimir una risita mientras empuja la cuchara de Louis a un lado con la suya, así puede recoger lo último de la crema batida. Louis jadea indignado haciendo que las risas de Harry no puedan detenerse, sin embargo, y tiene que colocar las dos manos sobre su boca, una vez que ha empujado su cuchara en su boca, tratando de no parecer grosero y, accidentalmente, escupir crema batida por toda la mesa.

"Eres un absoluto niño," Louis dice, sacudiendo la cabeza con asombro, pero Harry simplemente deja caer sus manos y le ofrece una descarada sonrisa llena de chocolate.

"Es mi cumpleaños, Lou, me merecía la crema batida."

"Ya te traje un regalo, no te pongas pretencioso," Louis le advierte.

Antes de que Harry pueda responder, Louis se inclina a través de la mesa y lo tira, reuniéndose con él a mitad del camino y juntando sus bocas, los labios de Harry se abren en un jadeo, sorprendido y Louis lame su interior de inmediato, persiguiendo el sabor de la crema batida, que persiste en la lengua de Harry. Harry se hunde en el beso con un gemido, haciendo caso omiso a la manera en la que el borde de la mesa se está incrustando incómodamente en su estómago y el hecho de que, probablemente, están llamando la atención de otros comensales.

Cuando Louis se tira hacia atrás, Harry no puede evitar el jadeo decepcionado que cae de su boca y se desploma de nuevo en la silla con un puchero.

"Delicioso," Louis murmura, su boca curvada en una sonrisa satisfecha y, luego, toma su cuchara de nuevo sin decir otra palabra y la entierra de nuevo en el postre.

Adecuadamente distraído, Harry deja su cuchara en la mesa y sólo mira a Louis lamer la cuchara, la calidez y el deseo es un ruido impaciente en su vientre. Sabe que Louis lo sabe, puede verlo en la curva sutil de las comisuras de su boca, en la manera en la que lema con su lengua obscena alrededor de la cuchara, sus ojos en Harry mientras lo hace. Finalmente, incapaz de aguantar más, Harry se empuja hacia atrás y anuncia. "Subiré a la habitación. Si no has terminado aún, empezaré sin ti."

La satisfacción florece en su estómago cuando Louis se ahoga con una cucharada de crème y tiene que parar y tomar un largo trago de agua, sus ojos llorosos y su respiración saliendo agitada. Le señala algo al camarero, luego, se apresura en ir detrás de Harry, trepando por la escalera para poder tirarlo delante de él.

"Haz," Louis jadea, todavía recuperando el aliento después de haberse ahogado. "Ni siquiera sabes cuál es nuestra habitación."

"Bueno, supongo que deberías mostrármela," Harry levanta una ceja, impaciente por Louis y espera que él tome la iniciativa. Asiente con la cabeza, Louis toma su mano y tira de él por dos tramos más de escalera, luego, hacia un pasillo en una habitación con el número nueve en la puerta.

Todo el sentido de urgencia se olvida en el momento en el que Harry ve el interior de la habitación.

"Oh," respira, dando un paso a través de la puerta y entrando a la habitación. Es bonita.

La habitación es sombría y espaciosa, decorada con tonos blancos y grises pálidos. Una cama con dosel y cortinas de gasa gris es la pieza central de la sala, con una elegante y blanco chaise lounge² a los pies de la cama. Una mesa pequeña de cristal se asienta en la esquina, cargada con fresa bañadas en chocolate y una botella de champán en hielo, dos copas de delicado cristal ya llenas de espumoso vino. La pared del fondo está construida con ventadas que proyectan Siena y aunque hay edificios mucho más altos que en el que se encuentran, la totalidad de París se presenta ante ellos, imposible en su extensión y belleza. Hay música tocando en algún lugar, suave y flotando y romántica y toda la habitación huele a rosas.

[²Chaise lounge. Traducción literal: silla larga. Es un tipo de sofá con forma de silla que posee una prolongación lo suficientemente larga como para soportar las piernas. Es decir, un diván.]

Harry se toma un momento para mirar hacia la ciudad, a las luces parpadeantes en las ventanas y los techos de los edificios, todo lo que se refleja en las aguas del río. Este momento se siente como si estuviera suspendido en el tiempo, y Harry siente como si podría estallar de felicidad y satisfacción. Cuando por fin se aparta de la ventana, Louis está sentado en el borde de la cama mirándolo, su expresión suave y dulce.

Su cuerpo tiembla con anticipación, Harry cruza la habitación hacia la pequeña mesa y toma dos copas y una de las enormes fresas en su mano, luego se mueve hacia la cama. Le pasa una de las copas de champán a Louis sin hablar, entonces trepa sin gracia sobre la cama, con las rodillas plantadas a ambos lados de lados de los muslos de Louis y se instala en su regazo. Le ofrece a Louis un bocado de la fresa, luego, come él con los ojos fijos en Louis mientras toma un sorbo de champán.

El vino burbujea gratamente en su vientre, Harry deja caer el resto de la fresa en la copa, colocándola cuidadosamente en la tumbona, entonces, enreda sus brazos alrededor del cuello de Louis. "Esto es tan hermoso, Lou. No sé cómo puedo agradecerte."

"Bueno," Louis empieza, pellizcando la cadera de Harry. "No me lo agradezcas demasiado, por el momento, este es por tu cumpleaños y el regalo de San Valentín."

No pescando el anzuelo, Harry sólo mueve la cabeza. Está demasiado conmocionado para seguir la broma, quiere que Louis entienda cuánto significa para él. "Siempre sabes qué darme," dice, su voz rasposa y ronca. "Este podría ser mi único regalo de cumpleaños por los próximos diez años y días de San Valentín y no me importaría."

"Espera, cariño," Louis dice. "Eso no es todo."

Dejando de lado las caderas de Harry, se estira hacia atrás para tirar de una caja que ha sido cuidadosamente envuelta en un papel de plata brillante y cubierta con un enorme lazo blanco.

"¿Más?" Harry jadea, pero tira de la caja más cerca con impaciencia, torciéndola para poder mantener su privilegiada posición en el regazo de Louis mientras abre su regalo.

Toma el lazo y saca el papel con cuidado, sin querer rasgarlo y luego quita la parte superior y descubre, para su deleite, dos cajas más.

"Este primero," Louis dice, apuntando a una gran caja, plana.

Asintiendo, Harry tira de ella más cerca y saca la parte superior. Dentro, hay un montón de papel de seda, envolviendo cuidadosamente algo ligero y flexible. Con la lengua metida entre sus dientes, Harry deja el paquete en el regazo de Louis y lo desenvuelve poco a poco, separando el papel para revelar una asa de seda púrpura y encaje que se desliza sobre sus manos como si estuviera hecho de aire.

"Es tan hermoso," Harry susurra, levantando la prenda para poder estudiarla a la luz de las antorchas parpadeantes. Es una bata de seda cortada con amplios paneles de encaje en los lados laterales, fina y delicada y brillante a la luz del fuego.

"La mandé hacer para ti," Louis le explica, tirando de la mano de Harry un poco, para poder mirarlo por encima de la parte superior de la bata y sobre el pecho, donde el nombre de Harry está bordado, en cursiva y delgado. Harry pasa el pulgar sobre la costura con reverencia. Quiere ponérsela inmediatamente.

Todavía sentado en el regazo de Louis, Harry pone la bata suavemente sobre la cama, luchando para sacarse su túnica de escuela, por una vez, agradecido porque el código de vestimenta que tienen hace que sea fácil desnudarse sin bajarse del regazo de Louis. Una vez que se ha despojado de sus pantalones, Harry tira de la bata, cerrándola no tan apretada, tarareando con admiración mientras estudia la V profunda en la parte delantera y la manera en la que el dobladillo sólo roza la parte superior de sus muslos.

Está a punto de inclinarse y besar a Louis, en agradecimiento cuando Louis dice: "Espera, ¡hay uno más!"

No está seguro de qué otra cosa Louis podría haberle conseguido —un par de pantuflas a juego, tal vez— levanta la segunda tapa de la caja. Es larga y estrecha y cuando mira a Louis, su expresión es ininteligible, una confusa mezcla de emociones que Harry impacientemente no quiere averiguar, por lo que sólo abre la caja. Con el ceño fruncido por la confusión, Harry desliza el papel y saca—

"¿Un consolador? Lou— ¡oh!"

Mientras lo aprieta con su mano, el juguete comienza a cambiar de color, de claro a un azul profundo.

"¿Pero qué—?" Harry murmura, desconcertado cuando Louis tararea y mete la mano en la caja, sacando la tarjeta que Harry no sacó.

"Azul oscuro," lee. "Significa que te estás sintiendo romántico. Apasionado."

"¿Qué?" Aturdido, Harry levanta su mirada a Louis, encontrando a Louis mirándolo con diversión. Cuando Harry mira a Louis, pidiendo una explicación, el consolador pasa de un azul a un color verde pálido.

"Ah," Louis dice, sabiamente, leyendo la tarjeta de nuevo. "Verde. Incertidumbre, una mezcla de emociones. Creo que el juguete está tratando de decirme que estás confundido."

"Louis," Harry comienza con una sorpresiva risa. "¿Esto es— un consolador que ve el estado de ánimo?"

"¡Sí!" Louis ríe, quitándoselo a Harry y viéndolo. "Y, ya sabes, una vez que lo ocupemos, puede detectar lo que quieres y sólo—"

"Para," Harry jadea, colocando sus manos sobre la boca de Louis. Los ojos de Louis brillan sobre la parte superior de sus dedos y pellizca la palma de Harry antes de sacar la lengua y lamerlo. Harry debería haberlo visto venir.

Se limpia la mano en el edredón, entonces, saca el consolador de la mano de Louis y lo coloca en la caja. Tan pronto como lo suelta, el juguete vuelve a ser de color claro, inocente y sin pretensiones. Bueno, tan inocente como un consolador puede serlo, supone.

"Eso es muy inteligente," Harry concede, cediendo con una sonrisa ante la expresión satisfecha de Louis. "Podemos jugar con eso más adelante, pero por ahora..."

Se queda callado mientras deja caer sus manos a la cinta en sus caderas y desabrocha su nueva túnica. Sus pezones ya están erectos por el frío filtrándose a través de las ventanas y hay una llama vacilante cobrando vida en el fondo de su estómago cuando los ojos de Louis han empezado a colocarse oscuros, por la manera en la que sus manos se han deslizado en el interior de la bata para agarrar sus caderas y tirándolo más cerca en su regazo.

"Lou," Harry susurra. "Realmente, espero que hayas empacado lubricante."

"Por favor," Louis resopla, palmeando el trasero de Harry con una mano, mientras que, con la otra, busca algo debajo de la almohada. Cuando saca su mano, está sosteniendo una gran botella de lubricante. El viente de Harry salta ante ello, su pene endureciéndose en su bóxer. Tienen dos días para estar en París y sabe que deberían explorar, pero prefiere quedarse en esta habitación y utilizar toda esa botella.

Cuando le dice a Louis exactamente eso, Louis gime y los da vuelta, atrapando a Harry contra el colchón y moliéndose contra él. Harry echa la cabeza hacia atrás con un gemido, temblando ante la sensación de Louis encima de él, contra él, esa deliciosa presión sobre su pene rápidamente endureciéndose. Él envuelve sus piernas alrededor de la cintura de Louis y se arquea, buscando más, pero Louis chasquea la lengua y se sienta sobre sus pies para poder desnudarse.

Harry mira con ojos hambrientos cómo Louis se saca la túnica por encima de la cabeza, luego la camisa y sus pantalones. Es precioso, suave y bronceado y hermoso. Harry quiere poner su boca sobre él.

Antes de que Harry pueda moverse, sin embargo, Louis baja la cabeza y coloca su boca alrededor de uno de sus pezones, hundiendo sus dientes y chasqueando la lengua por ahí hasta que Harry se retuerce y sostiene a Louis contra él con sus dedos enroscados en su pelo. Es mucho a la vez —seda suave contra su piel, la boca de Louis en su pezón, su áspera barba contra la piel de su pecho, la mano de Louis presionando firmemente contra la parte inferior de su pene a través de la fina capa de su bóxer. Louis hace su camino hacia abajo, a uno de los pezones pequeños de Harry, mordiendo y chupando cada pezón a su vez, hasta que el pecho de Harry se está levantando y todo su cuerpo está hormigueando, en llamas, temblando y listo y esperando.

"Louis," Harry dice, respiración cortada, su voz se rompe en otro gemido cuando Louis envuelve sus dedos alrededor de su pene a través del bóxer y frota la yema de su dedo pulgar sobre la cabeza.

"¿Qué pasa?" Louis murmura, tirando de los pezones de Harry con su mano libre, sin darle un segundo para respirar. "¿Qué deseas?"

"A ti," Harry lloriquea, luchando para ordenar sus pensamientos. Quiere tocar a Louis, quiere besarlo, quiere sentir el cuerpo de Louis contra él, dentro de él. "Quiero chuparte."

Siente a Louis estremecerse contra él y, luego, Louis está arrastrando su cuerpo, sus rodillas a ambos lados de su torso, con una mano envuelta alrededor de la base de su pene y la otra tirando el hombro de Harry hasta que está incorporado y apoyado sobre sus codos.

Harry se siente salvaje, su pelo enredado alrededor de sus hombros, su bata colgando de sus brazos, todo su cuerpo reluciente de sudor y su pulso latiendo en su garganta, en sus muñecas, en la boca de su estómago, en su pene. Abre la boca sin decir una palabra, sus ojos sobre Louis y espera a que Louis coloque su pene en su boca, dejando escapar un gemido agudo, impotente cuando finalmente lo hace. Le encanta esto —ama a lo que sabe Louis, ama el espesor en su lengua, ama lo lleno que se siente cuando Louis empuja lentamente, lentamente, mientras Harry gira la cabeza y pasa la lengua por su pene, provocando siseos suaves y gemidos alentadores.

Sus ojos finalmente se cierran cuando Louis empuja un poco más, sus mejillas y su lengua ahuecándose alrededor de la parte inferior del pene de Louis mientras chupa más, más y más. Traga instintivamente cuando la cabeza del pene de Louis golpea la parte posterior de su garganta, aspirando con fuerza, ss dedos retorciéndose en el edredón y los dedos de sus pies encrespándose sobre el colchón. Esta es su parte favorita, tener a Louis tan profundo como le es posible, al ver lo lejos que puede llegar.

"Harry, mierda," Louis gime, hundiendo más sus manos en el cabello de Harry y arañando ligeramente su cuero cabelludo. "Eres tan bueno. Maravilloso."

Harry se sonroja ante el elogio y traga alrededor de Louis, otra vez, murmurando con placer mientras Louis mueve sus caderas lentamente, dándole a Harry tiempo para adaptarse a él, sus labios a su alrededor.

Harry no quiere tiempo para adaptarse. Está a punto de levantar una mano y tirar de Louis más cerca cuando Louis se retira por completo, lo que le hace soltar un gemido decepcionado y Harry se inclina, buscando sus manos a medida que cae de nuevo en el colchón. Sus labios están hinchados, su garganta irritada y adolorida, pero él quiere, quiere sentir a Louis tocando la parte posterior de su garganta, otra vez, quiere hacer que se corra.

"Querido," Louis ronronea, cepillando el cabello de la cara de Harry. "No quiero terminar todavía, quiero estar dentro de ti."

"Sí," Harry gime de inmediato, torciéndose y dándose la vuelta para tomar el lubricante.

La impaciencia y el nerviosismo están bajo su piel y Louis chasquea su lengua, envolviendo una mano suave alrededor de su muñeca y tira de él hacia arriba, un poco, para poder arrastrar cuidadosamente la bata de sus brazos y lanzarla al final de la cama. "No quiero arruinarla," explica, luego, extiende la mano de Harry hacia atrás, para envolverla alrededor de la parte superior de la cabecera, "Te tengo, amor," murmura, agachándose para presionar un beso en el hueco de su garganta.

"Por favor," Harry susurra, mirándolo con ojos muy abiertos, cristalizados. Todo está borroso con la urgencia que hierve a fuego lento en sus venas. Como si pudiera leer a Harry —y Harry sabe que puede hacerlo, sabe que siempre ha sido capaz de hacerlo— Louis no pierde más tiempo. Baraja de nuevo en la cama para poder tirar del bóxer de Harry, luego dobla sus rodillas y los saca, antes de echar un poco de lubricante en sus dedos.

Sus ojos revolotean cerrados en el momento en el que siente la yema de los dedos de Louis cerca de su entrada, los pasa un poco antes de empujar la punta de un dedo más allá de su borde. "Sí," Harry gime, flexionando sus dedos contra la impecable madera de la cabecera. Puede sentir que su pene bota pre-semen contra su abdomen, pude sentir los músculos de sus muslos contrayéndose. Su garganta está trabajando alrededor de otro gemido cuando el dedo de Louis se hunde más allá del nudillo y lo saca de inmediato, extendiéndolo lentamente, tortuosamente.

"Sin juegos," Harry advierte, apretándose alrededor de los dedos de Louis y Louis deja escapar una risa aguda.

"Te tengo," susurra de nuevo, acariciando con su otra mano la parte interior del muslo de Harry. Luego, lo mantiene, sus dedos clavándose en su muslo con suficiente fuerza como para dejar un moretón y comienza a follarlo con él, duro y rápido. Harry apenas tiene tiempo para recuperar el aliento antes de que Louis esté añadiendo otro dedo, girando y abriéndolos hasta que Harry está jadeando y retorciéndose y pidiendo un tercer dedo.

Tres casi lo envían sobre el borde y Harry tiene que dejar de lado la cabecera, sosteniéndose con una mano, para poder agarrar la base de su pene y no perder el equilibrio. "Lou," balbucea, los dedos de sus pies encrespándose y desencrespándose contra las mantas. "Estoy listo, Lou, si no me follas ahora, me correré, por favor—"

"Sí," Louis gruñe, tirando de la mano de Harry lejos de su pene y doblando los dedos para rozar sin descanso sobre su próstata.

Incapaz de evitarlo, Harry se viene con un gemido roto y estremecedor, apretándose alrededor de los dedos de Louis mientras su orgasmo arremete contra él. Louis trabaja a través de él, hasta que Harry está tiritando y está muy sensible.

"Oh, mierda, Lou," Harry gime, tratando de apartarse de él, pero Louis no lo deja. Se mueve para agarrar la caderas de Harry y lo mantiene en su lugar, trabajando con sus dedos sobre su próstatas por lo que no tiene la oportunidad de bajar.

Harry no puede dejar de temblar, sus dedos están agarrando el hombro de Louis mientras se retuerce en su contra. "Louis," lloriquea, sus muslos cayendo a pedazos, su cuerpo también pasó a retenerlo por más tiempo. Se siente con demasiado exceso, lento, su sangre hirviendo cuando Louis trabaja en él de nuevo. "Por favor, estoy—"

No tiene oportunidad de terminar la frase. Louis saca sus dedos y antes de que Harry pueda incluso tomar un respiro, los reemplaza con su pene. Empuja a Harry en un solo golpe, que tiene a Harry jadeando y arqueándose en la cama. Su pene dando espasmos dolorosamente contra su vientre.

Esta siempre ha sido una de las cosas favoritas de Harry, Louis empujándolo a sus límites y eso lo deja tembloroso y deja débil, gratamente, sus extremidades durante varias horas. Gime cuando Louis lo embiste, su vientre presionándose firmemente contra la parte inferior de su pene. Esto es demasiado, pero en la mejor manera posible. Harry se envuelve alrededor de Louis, sus piernas alrededor de su cintura, sus brazos alrededor de sus hombros mientras Louis lo folla, embestidas lentas y profundas que hacer que sus dedos hormigueen y tiene su respiración saliendo en pequeños, entrecortados jadeos.

Se siente en el borde de nuevo, abrumado por el espesor de Louis dentro de él, el peso de Louis encima de él, los besos húmedos, con la boca abierta de Louis que está presionando su clavícula. Rasguña la espalda de Louis, pidiendo en silencio por más, más duro, más rápido y Louis lo hace. Se levanta en sus manos y chasquea sus caderas, follándolo rápido y duro, tirando de los muslos de Harry y presionándolos contra su pecho para poder obtener un ángulo más profundo, para poder chocar contra la próstata de Harry con cada arrastre de sus caderas.

Perdido, ahogándose, todo su cuerpo en llamas, Harry excava con sus uñas en los hombros de Louis y arquea la espalda, buscando fricción contra el estómago de Louis. El ruido que hace cuando Louis envuelve una mano alrededor de él se hace añicos, y termina un momento después con el nombre de Louis entre sus labios, derramándose sobre sus nudillos y apretándose alrededor de él, arrastrando a Louis sobre el borde con él.

Completamente lacio, completamente agotado, Harry flota sobre el borde de la consciencia, vagamente consciente del peso de Louis en la parte superior de él, luego de que Louis se levanta y después del paño frío y húmedo pasando por su piel. En el momento en el que vuelve a la tierra, Louis está tirando de una manta sobre ambos, sus ojos luminosos, su fleco pegado a su frente y sus mejillas rosadas. Harry se siente como si estuviera brillando.

"Ya sabes," él dice, su cerebro trabajando a un ritmo más lento, "no creo que el polvo de hadas haya funcionado."

Necesitó un momento para que Louis entendiera lo que está diciendo, con el ceño fruncido, para luego soltar una risa, cepillando el cabello de la cara de Harry con dedos suaves. "Presentaré una queja. Recuperaré nuestro dinero."

Las comisuras de la boca de Harry tirando hacia arriba en una sonrisa débil y se entierra en el pecho de Louis, casi ronroneando cuando Louis comienza a jugar con su cabello, arrastrando sus dedos a través de él y pasando sus uñas suavemente por su cuero cabelludo. Su mente está vagando, apenas capaz de aferrarse a un pensamiento en concreto. "No," dice, vagamente, a pesar de que no está muy seguro de por qué. Tiene tanto sueño.

"¿No es suficiente?" Louis le pregunta. "Puedo sacar un anuncio en el diario El Profeta. Un café francés sirve falso polvo de hadas."

"No," Harry se ríe, presionando su cara contra la piel caliente de Louis. Está empezando a bajar, un poco, piensa. "Nosotros nunca seríamos capaces de volver."

"¿Quieres volver?" Louis le pregunta, agachando su cabeza para presionar un beso en la sien de Harry.

Todo se siente cálido y encantador, las extremidades de Harry agradablemente pesadas, como si estuviera siendo arrastrado a las profundidades del suave colchón. Sabe que Louis no le permitirá hundirse. "Eres hermoso," suspira, perdiendo su batalla contra la conciencia. Está tan cansado.

"Tú eres hermoso," Louis susurra.

La boca de Harry se extiende en una sonrisa, su vientre impregnado en calor y se las arregla para soltar un, a penas audible, "No," antes de que se quede dormido.

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