𝟎𝟒. Not allowed to make mistakes.
No se permite cometer errores.
Chapter four. ଓ The Lightning Thief.
Al salir del autobús, Megara y Annabeth empezaron su camino hacia la tienda para buscar algunos bocadillos para el camino. Ambas se separaron con intenciones de comprar y salir de ahí lo mas rápido posible.
Megara inició su camino hacia los helados. Inmediatamente recordó cuando Cassius llegaba a la cabaña con cajas de sándwiches de helado que duraban no menos de una semana.
Al conseguir y tomarlos –junto a una gran sonrisa en su cara–, comenzó a buscar a Chase. Su mirada se dirigía a muchos lugares rápidamente sin conseguir a la de rulos y al dejar de ver hacia al frente por un minuto, chocó con una señora.
— Lo lamen... — intentó disculparse, pero paró al obtener una sensación extraña proveniente de la señora.
Se alejó de esta y camino –casi volando– hacia Annabeth quien estaba pagando por la cosas. Dejo los helados junto a los bocadillos de la morena y se acercó a su oído.
— Debemos irnos rápido. — mandó la pelo lacio.
Annabeth movió su mirada justamente a la señora con la que había chocado Megara unos instantes atrás. Luego miró a Meg asintiendo.
Ambas comenzaron a caminar de vuelta al autobús donde esperaban impacientemente Percy y Grover.
Annabeth tomó del brazo a Megara antes de que entrara. — Necesito hablar con alguien antes, tú entra y avísales que debemos irnos ya.
Redferne frunció el ceño por un momento hasta que puso su mirada en donde estaba dirigida la de Annabeth. Había una señora que –por la mirada de Chase– suposo que no sería humana.
— Es una furia. — informó al ver la cara de confusión de la hija de Ares.
— ¿La conoces? — recibió un corto asentimiento. — Bien, tú haz lo que debas hacer, yo me encargo de ellos.
— Gracias.
𖥸
Megara caminó hasta el final del autobús, llegando a Percy y Grover, quienes aún hablaban sobre la canción de minutos atrás.
— ¡Tenemos que salir de aquí! ¡Ahora! — ordenó Megara.
— ¿Qué? ¿Dónde quedó Annabeth?
— ¿Estás bien? ¿Qué pasó? — preguntó Percy confundido.
— Furias. Son dos y vienen a matarnos, probablemente. — informó Megara mirando hacia atrás y consiguiéndose a Annabeth corriendo hasta ellos.
— ¡Abran la ventana!
— Me parece que estas ventanas no... — empezó a decir Grover, siendo luego interrumpido por un sonido que venía del inicio del autobús.
Era quien estaba hablando con Annabeth segundos antes.
Grover y Megara empezaron a empujar la ventana del final, logrando lanzarla al piso.
Megara volteó hacia Annabeth que miraba hacia la furia con una sonrisa de victoria. — Annabeth, ¡vamos!
Una nueva furia entró sorpresivamente por la ventana llevándose por el medio a Megara. La chica sintió un ardor en su mejilla izquierda pero no le tomó importancia en ese momento.
Annabeth agarro su cuchillo –regalo de Luke– y lo lanzó hacia la furia, quien desapareció al sentir el cuchillo en su pecho.
— Larguémonos de aquí.
𖥸
Las pisadas de Megara querían volverse cada vez más lentas a causa del cansancio; además del ardor que sentía en su mejilla por la cortada que obtuvo tiempo atrás.
— Más adelante, esto se convierte en un sendero de sátiros.
— ¿Qué es eso? — preguntó Annabeth.
Grover empezó a explicarle a la hija de Atenea, mientras que Percy volteaba hacia los lados buscando a Redferne.
— Auch. — murmulló Megara, luego de tocar su mejilla con más presión de la que esperaba.
Percy bajó la velocidad de sus pasos para quedar a la par de Megara. — ¿Estás bien? — preguntó con algo de preocupación en sus ojos.
— Si. Tranquilo.
— Déjame verlo.
Ambos pararon de caminar; Percy puso su mano en la mejilla de Megara, con tanta delicadeza que cualquiera pensaría que Megara era un vidrio a punto de quebrarse.
— Intentaría curarte como hice cuando jugábamos a captura la bandera... pero no creo que lo logre. Ni siquiera sé si pueda hacerlo. — se justificó, intentando a través de la mirada pedir perdón.
— Está bien, Percy. Estoy bien. — aseguró.
Al escuchar un completo silencio, movieron sus miradas hacia Annabeth y Grover, quienes los miraban con una ceja levantada.
Percy quitó su mano de la mejilla de Megara –que inconscientemente no había quitado– y luego trago grueso.
— Deberíamos buscar un teléfono.
— ¿Para qué necesitamos un teléfono? — preguntó Annabeth continuando su camino.
— Para llamar al campamento. Para conseguir ayuda.
— No necesitamos ayuda. Estamos bien.
— ¿Estamos bien? Ni siquiera llegamos a Trenton, fuimos atacados por una furia, Megara tiene una cortada en su mejilla y ahora estamos vagando por un bosque. Ni sabía que había bosques en Nueva Jersey, pero encontramos uno. Diría que estamos lo opuesto a bien. — peleó Percy mirando a cada uno.
— Percy, estamos bien. No necesitamos ayuda de nadie. Basta. — habló con seriedad Megara.
Era su primera misión. No dejaría por nada del mundo que acabara mal y mucho menos que terminaran pidiendo ayuda. Confiaba en los cuatro de ellos, sabía que podían lograrlo sin necesitar a nadie más.
Estarían bien.
— Fuimos enviados en una misión por el Oráculo, por los dioses. ¿Pensabas que sería fácil? Se supone que sea difícil. Por eso solo eligen a ciertas personas. — alegó Chase, caminando al lado de Megara.
— Si llamamos al campamento, es básicamente decir que fue un error elegirnos. No voy a permitir que eso pase.
No podría quedar como la hija de Ares que no logró una estúpida misión.
— Me parece perfectamente bien. — confesó el rubio. — Todos cometemos errores.
— Percy, ¡no cometeremos errores! — bramó Megara.
— ¿Por qué le temes tanto a quien eres? — indagó Annabeth para Percy.
— ¿Qué?
El ambiente entre Percy, Annabeth y Megara se encontraba muy tenso; quién sabría hasta dónde hubiera llegado si no fuera por Grover.
— ¿Saben?, lo interesante de este sendero de sátiros en particular es que es el que tomó mi tío Ferdinand cuando partió en su misión. — contó Grover intentando calmar el ambiente y dejar el tema atrás.
Pero Percy no quiso dejar las palabras de Annabeth pasar por debajo de la mesa. — ¿Qué quiere decir que le temo a quien soy? No tengo miedo.
— Sí, tienes miedo. No eres solo un niño. "Solo un niño" no hace lo que le hiciste a Clarisse en el campamento. — Annabeth empezó a hablar y la mención de la hermana de Megara hizo que ella rodara los ojos.
— "Solo un niño" no hace que Hades envíe los mejores tenientes para recuperarlo. — siguió hablando. — ¿Sabes?, eres parte de algo mucho más grande de lo que podemos entender ahora.
— Chicos, simplemente sigamos adelante. — intentó terminar la conversación Megara. — No logramos peleando sobre quién tiene miedo o no.
— No quieren llamar al campamento, bueno. Entonces, llama a tu papá o que Annabeth llame a su mamá. — insistió Percy sin saber los puntos débiles que había tocado.
Para resumir los pensamientos de Megara. Su cabeza automáticamente recordó cómo nunca había dirigido una palabra con su padre. Maldita sea, ni siquiera sabía cómo se veía.
Lo único que Megara sabía de su padre venía de libros y de historias que había escuchado al llegar al campamento. Y lo último que supo de este fue cuando la reclamó, a los nueve años.
Ahora tenía doce años y que le dijeran que se comunicara con su padre le traía escalofríos.
Megara se quedó callada, a diferencia de Annabeth quien empezó a meter a Grover en la conversación para que la defendiera, lo que terminó en Percy analizando que Grover había sido sátiro protector de Annabeth, Luke y Thalia.
— ¿Qué? ¿Acaso también fuiste sátiro protector de Megara? — preguntó Percy realmente confundido.
— No. — frunció el ceño Megara. — Mi sátiro protector es Cassius. O era... la verdad no lo sé.
Pensar en que Cassius no fuera su sátiro protector trajo más escalofríos a Megara. Le debía tanto a Cassius. El se había encargado de no sólo protegerla, si no de hacerla feliz por más de ocho años. Jamás estaría lo suficientemente agradecida con él.
— Chicos, ¿huelen eso? — Grover cortó a Percy, mirando a todos lados.
— Grover, no estoy bromeando.
— No, yo tampoco. Solo... cállate. — mandó Grover con una cara de concentración. — Hamburguesas.
Megara, Percy y Annabeth empezaron a caminar detrás de Grover, quien caminaba muy seguro.
— Grover. ¿Qué haces?
— Alguien está haciendo hamburguesas en el medio de la nada, en un sendero de sátiros.
— Entonces, ¿qué quieres? ¿robarles la comida? — preguntó Meg subiendo una ceja y ganando risas de Percy y Annabeth.
— ¿Qué? ¡No! Quienquiera que sea... es de nuestro mundo.
Siguieron caminando hasta encontrarse con un cartel gigante que decía "Aunty Em's" y a su derecha una casa rodeada de lo que parecían esculturas de piedra.
— "Aunty Em's" tiene un jardín lleno de piedra petrificada. Sí, es alguien de nuestro mundo. — habló Annabeth.
Megara pensó automáticamente en Medusa. Eso es lo que hacía gracias al castigo –infinitamente injusto– de Atenea.
— ¿Alguien sabe que significa "Em's"?
— ¿Qué más? — Megara resopló.
Jamás podría dejar de pensar en Medusa y cambiar su humor a uno malhumorado por la injusticia qué pasó.
— Salgamos de aquí mientras podamos, por favor.
Los cuatro se voltearon para seguir su camino por otro lado, pero la furia frente ellos tenía otros planes.
— Debiste haber aceptado mi oferta cuando tuviste la oportunidad.
𖥸 Orita's note.
Hola<3 súper feliz por cómo va el fanfic y espero que ustedes también! Por cierto, les gustan que los capítulos sean así o quisieran que fueran mas largos/cortos??
35 votos para el siguiente capítulo! No olviden dejar un comentario con lo que piensan, ya que me encantan leerlos <3
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