Epilogo
Habiendo pasado algo de tiempo. La vida de los idols poco a poco había regresado a la normalidad, nuevas aventuras al igual que nuevas experiencias. Nanami fue regresada a la academia, ya que aun no lo quisiera admitir, ella aun tenia cierto talento.
Los idols se encontraban descansando mientras observaban las noticias, como era cotidianamente en sus extraños dias libres.
—"En otras noticias del espectáculo, una chica con un talento impresionante fue descubierta por una de nuestras retiradas Idols" -Sintiendo lo curiosidad en su ser, Otoya, el cual tenia el control remoto le subió el volumen.- "De nombre Kiriya Yurika, hermana menor de una de las famosas compositoras de la agencia Shining aunque temporalmente ausente. Ah llamado la atención de todos al hacer una pequeña presentación en un cementerio...según algunos dicen, ella fue por un tiempo compositora de unas de las mas grandes bandas de la agencia Shining."
—"Muchos aseguran que la han visto pasear por las calles, pero eso no esta confirmado del todo"-Comento la acompañante del reportero.
Sin saber como reaccionar, el primero en levantarse fue Cecil.
—¡Tenemos que buscarla! -Exclamo este emocionado por la noticia, la verdad es que habían perdido contacto con la chica desde su partida.— A lo mejor esta en casa de la su abuela...
—Si, vamos a buscarla.- Exclamo con la misma emoción Otoya mientras se levantaba. Y sin decir nada mas, todo los idols se levantaron dispuestos a encontrar a Yurika, pero antes de que estos pudieran salir de los dormitorios, una voz capto la atención de todos.
https://youtu.be/sxLSxkX5zUE
Algo comenzaron a sentir, algo les comenzo a llamar...aquella voz que se escuchaba les parecía tan conocida que sin pensarlo corrieron...hacia donde provenía aquella voz.
Sintiendo como aquella voz les llamaban, apresuraban el paso...hasta que al fin llegaron, abrieron las puertas de par en par, y ahí estaba, la dueña de aquella maravillosa voz.
—¡Chicos! -Mirando sorprendidos a aquella chica de largo cabello negro y de ojos turquesas brillantes, no se parecía en nada a como era aquella chica que alguna vez compuso para ellos. Al verlos una hermosa sonrisa de dibujo extrañamente en los labios de la chica.
—¡Yurika-chan! -Corriendo emocionados hacia la chica, Cecil y Otoya fueron los primero en llegar a donde estaba ella.— ¡Yu-chan!
Todos no tardaron en correr a abrazarla, les impresionaba como los años le habían servido bastante a la chica, su estado de salud ya era estable y vivía cómodamente con su hermanastro que al insistir bastante en que viviera con el, termino aceptando. Contando emocionada que aun contaba con la protección de su musa, y ademas, que su hermano se había enamorado de este. Los chicos no se quedaron atrás, Cecil y Otoya le contaron sus avances como hermanos, el castigo de Nanami al igual de varias cosas sucedidas en el tiempo.
—¡Hay que celebrar tu regreso! -Propuso Ranmaru mientras tomaba del hombro a esta, Yurika emocionada asintió.
—¿Regresaras al Curso Maestro? -Pregunto un poco serio Camus mientras se cruzaba de brazos. Yurika emboza una sonrisa y coloco sus manos en su cintura.
—¡Prepárense para su Rival y compositora Kiriya Yurika! -Dejando todo mas que claro, todos le sonrieron. Rodeando a la chica salieron de la sala de ensayos, no podían explicar el sentimiento que había comenzado a nacer nuevamente en ellos, en esos precisos momentos.
Platicando de sus momentos, Yurika les hablaba emocionada de sus experiencias y de sus momentos cruciales para decidir volver, ya no dudar de su lugar en el mundo de la música.
—¿Heavens? -Pregunto Yurika al escuchar al grupo de idols.— Ellos en ocasiones me visitaban cuando estaban de gira.-Dijo esta tranquilamente con una sonrisa. Y era cierto, Heavens nunca dejo a la chica, siempre le llamaban o la buscaban y lo mismo pasaba con su amigo Zen, el cual se encontraba felizmente estudiando.
Los chicos continuaron con su charla hasta llegar al exterior, en donde sintieron que el tiempo se detenia, la miraron, aquella muchacha que molestaban, que amaban había madurado mucho mas rápido que cualquiera hubiera podido.
—¡Vamos, Chicos!
Y ahora, sin dudar lucharían por estar siempre con ella, sin importar nada mas, siempre, en las buenas y en las malas.
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