Outro;
— "La vida se compone de pequeños momentos, no los desperdicies."

(( 🍒))

— Dos pasos al frente, dos detrás, repites y volvemos — la voz suave entre el silencioso estudio llegaba a endulzar su ser.

— Esto es muy difícil Tae, no puedo — sus mejillas se llenaban de lágrimas al sentirse impotente por no poder lograrlo. Una tarde entera practicando ese tonto baile y aún no lograba recordar nada.

— Hobi hyung, puedes hacerlo ¡vamos! ¿Acaso no es usted quién siempre me anima a mí a levantarme cuando no puedo lograr algo? — las manitos de su compañero tomaron las mejillas del mayor suavemente besándolas suavemente — una última pieza Hobi.

El castaño suspiró y volvió a ponerse de pie.

La música sonaba y lo enredaba en sueños, no quería errar, claro que no. Él era Jung Hoseok no podía fallar en algo cómo el baile, pero había una excepción y era que su cuerpo estaba muy débil después de tantos medicamentos.

Incluso mantenerse en pie le costaba, pero no se rendiría puesto que la razón más grande de no rendirse se encontraba frente suyo, sonriendo levemente, sujetando su cintura con temor y suavidad, con el miedo latente de que su anatomía no resistiera a las prácticas y cayera.

— Confíe en mi hyung, no lo dejaría lastimarse, vamos; tome mi mano, respire, acerquéme, dé un paso, no mire a nada más que mis ojos.

El corazoncito de Hoseok latía presuroso, ansioso. Los pasos ahora seguían el ritmo del menor.

— No tema, está a salvo conmigo, no caerá, deje que lo guíe así, suavemente.

Taehyung observaba con belleza extrema a esos ojos cafés brillantes, esos mofletes rosas, a los labios levemente mordidos de su mayor, de su mejor amigo.

— No temo si estoy contigo Taetae, se qué estaré bien.

Sus pasos los llevaron a transportarse a través de todo el blanco salón. Sus cuerpos se mantenían más cerca el uno del otro. Sus corazones sincronizaban su orquesta magistral.

Ambos olvidaron que había un mundo luego de esa pieza de baile, luego de la enfermedad de Hoseok, luego de sus 9 y 11 años.

Sólo podían experimentar la magia de ese amor inexperto y primerizo, ese que no conoce del dolor, de la verdad, la mentira. Ese que no conocía la amargura de ninguna manera. Ese amor puro y en estado bruto, del que pretendía cumplir todas las promesas por más absurdas que fueran.

Ese amor que inundaba esas cuatro paredes ante la imagen de ambos chicos entregándose al ritmo suave y constante del vals.

Taehyung sólo podía imaginarse cuán dulces serían los labios de su hyung, cuánto amaría besarlo todos los días, acurrucarse con él, verlo reír, oír sus chistes, tomarlo de la mano, verlo celoso. Hacerlo saber que su amor era suyo y de nadie más.

Taehyung soñaba con mostrarle a Hoseok que había más que el cáncer en su vida. Que él podía recuperarse. Que él cumpliría su sueño de ser bailarín y que sería él su mayor fan.

— Hobi hyung...

¿Cuánto estaba perdiendo por el temor?. El miedo al rechazo, la perdida de su amistad, nadie deseaba sufrir pero él lo haría si eso hacía feliz a su rayo de luz.

Pues para Taehyung, Jung Hoseok era su esperanza, la flor que nacía en Chernobyl, la paz del poeta desesperanzado, la musa del artista, su canción favorita.

Puesto que el amor lo había picado cómo un bicho, el bicho del amor, cómo le decía su amigo Jooheon.

Decidió acercarlo más, sintió el leve temblor en el cuerpo del contrario.

Sólo deseaba un beso, un beso que le demostrara todo lo que sentía.

¿Perdería mucho si lo intentaba?.

Pero un desmayo no era nada bueno cuándo estas en peligro de morir...

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Las lágrimas recorrían sus mejillas. ¿Decían que el amor dolía?. El perder a alguien que amas es lo que asesina.

Pero sus lágrimas no se debían a nada triste, más bien eran de felicidad, al fin se movía al par del menor, sus pies obedecían las partituras a la perfección y sus manos no temblaban mucho.

— Has mejorado Hobi hyung sabía que usted podría hacerlo.

Taehyung sonría orgulloso, Hoseok sólo sonreía. 10 años y seguía con esa misma energía de siempre.

— Es nuestra boda señor Kim, no podía defraudarlo.

El menor rió levemente observando a su alrededor. Todos sus amigos reían y bebían.

Pero algo lo enceguecía y era la belleza de su ahora esposo. Luego de años de lucha había logrado vencer al cáncer. Ahora estaba a su lado, se inclino, sus labios rozaban los del mayor con fuerza y dulzura, mordía a su antojo, besaba sus mejillas y manos. Quería demostrarle de mil maneras cuanto lo amaba.

Cuánto agradecía tenerlo y cuánto terror sintió aquella tarde en el momento que se desvaneció.

¿Cabia tanto amor en su ser para incluso dárselo a él?. Sí, porque el amor nacía de su ser gracias a Hoseok.

Eran sin dudas una de las parejas más dulces.

Porque Jung Hoseok era la esperanza personificada.

Y Kim Taehyung era la felicidad hecha persona.

¿Quién podía decir que no fueron hechos el uno para el otro?

Nadie, jamás.

" Ámate, verás que todo renace, esparce amor y verás que en el fin se te devolverá multiplicado por mil"

(( 🌺 ))

|; Recuerden respetar siempre los gustos de los demás, las decisiones y aún más amar a los demás pero nunca más que a ustedes mismas.

Las adora
-artl-her