Chaos
Provinz
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Alice y Edward llegan al hospital donde trabaja Carlisle. El viaje en auto ha sido una mezcla de manejo errático y caos emocional. Alice no logra calmar a Edward, ya que sus visiones muestran un desenlace cada vez más sombrío: la muerte de Bella está en todos los caminos futuros que vislumbra.

Lo peor es el grito desgarrador de Eco, lleno de horror y desesperación. No es un simple llanto de miedo, sino una expresión de angustia y odio tan intensa que deja a todos al borde del colapso.

—Debemos calmarnos... Y-yo... Yo solo veo atisbos de futuro. No todo tiene que ser como yo lo veo, yo... —tembla Alice, angustiada por sus visiones caóticas.

Edward está atrapado en la visión repetitiva del horror, el dolor de su compañera, su camaleónica y bella compañera, atormentado por el pensamiento de causarle daño. Caminan frenéticos hacia el despacho de Carlisle, y después de treinta y cinco minutos, finalmente llegan.

Carlisle está saliendo de su despacho tras atender a una madre y su hijo. Al ver la preocupación en el rostro de sus hijos, retrocede, abre la puerta y los deja pasar.

Una vez dentro, cierra la puerta y pregunta:

—¿Qué ha ocurrido, Alice... Edward?

—Caos... Se avisa el caos... Carlisle —susurra Alice, sollozando.

—Yo... yo he encontrado a mi Tua Cantante, Carlisle... ¡casi la mato! —gime Edward, atormentado y enloquecido.

Carlisle se sienta en su sillón, procesando las palabras de sus hijos.

—Alice, por favor, tranquilízate. Nada malo pasará, por ahora —pide Carlisle con un tono calmado.

Alice respira profundamente, abrazándose a sí misma mientras intenta calmarse.

—Edward, siéntate y cuéntame lentamente lo que ha pasado. Necesito los detalles para entender mejor la situación —dice Carlisle con paciencia.

Edward, con las manos temblorosas y los ojos dilatados por el hambre y la desesperación, asiente con dificultad, tratando de controlar su ansiedad.

—El motivo por el cual no puedo leer la mente de Bella Swan es porque su sangre me canta. ¡Ansío beber su sangre, me vuelve loco! Y me dirás: "Toma espacio, no te acerques"; ¡pero no puedo! Es mi compañera en biología, no hay otra materia, estoy perdido... —expone, histérico, mientras se revuelca en su ansiedad.

—No estás perdido. Solo es algo que no previmos. Puedes resistir, tienes más experiencia que eso. Lo superarás —responde Carlisle con calma, tratando de mantener la compostura.

—¡No! Esto no se solucionará así. Alice ha visto miles de futuros, y en todos termino decepcionando a Eco, a mi compañera. Carlisle, no quiero dañarla... Ella es mi mundo, mi felicidad... —susurra Edward, abatido y aterrorizado.

—¿Pero qué tiene que ver Eco en esto?

—En mis visiones, ella grita horrorizada al ver que Edward mata a Bella. Parece odiarlo. No tengo la visión completa —añade Alice, aterrorizada.

—Querida, no pienses así. Aún podemos encontrar una solución —propone Carlisle, considerando alternativas—. Irás con los Denali para recuperar tu estabilidad. Así podrás enfrentar la situación mejor. Ahora solo estás asustado.

Edward mira incrédulo, el estómago revuelto y la ansiedad por la sangre incrementando.

—No. Me niego rotundamente. Eco no lo soportará, no me lo perdonará.

Carlisle se da cuenta del profundo vínculo entre Edward y Eco, quedando atrapado en un dilema mental.

—Si no vas, el caos se avecina. Si te vas, sospecharán y avivará su curiosidad. Pero no es conveniente llevar a Eco, avivará su deseo de encontrarte. —piensa Carlisle en voz alta.

—¿Y si vamos todos con los primos...? —pregunta Alice, pero al ver a Bella insistiendo en preguntar por ellos, se detiene—. Olvídalo, no dije nada.

Edward, frustrado, empieza a odiarse a sí mismo, sintiéndose responsable del caos que podría desencadenarse.

—Por ahora, consideraremos la idea de ir con los Denali. Cuando estemos todos juntos, hablaremos con más calma —propone Carlisle, viendo lo perturbados que están sus hijos.

—Ella no me perdonará si la dejo sola.

—Ella te perdonará si le explicas el motivo. La mentira no es una opción, lo sabes —comenta Alice, vislumbrando un futuro en el que ir a los Denali evita un desastre.

—No podré soportar el aroma.

—Hagamos caso a papá. Esperemos que todos regresen a casa. Tal vez tenerla cerca nos ayude a pensar en una mejor solución... Los futuros que la involucran siempre son positivos... —murmura Alice, tratando de ser optimista.

Carlisle suspira, aliviado de que su horario de trabajo haya terminado. Todos se dirigen a casa en sus respectivos autos. Sin embargo, la expresión fruncida de Eco los recibe a su llegada.

La intuición de Eco es aguda. Jasper está cerca, percibiendo la incomodidad, el miedo y la preocupación de todos.

—Al punto, quiero que me cuenten todo sin censuras. No es normal que se hayan saltado las clases sin avisarme —exige Eco con voz seria, su cabello cambiando a un tono verde que refleja su disgusto por la situación.