Patas de Nuez iba a cazar. Zarpa de Liebre había ido a entrenar lucha con su mentor. Desde que fue nombrada aprendiza, su actitud había subido al máximo, pues en ningún instante dejaba de saltar y correr de aquí a allá.
Había ido a ver a Canela para que le informara sobre proscritos variadas veces, incluso a veces en medio de un patrulla. Pero en el fondo, le daba la impresión de que eso era algo bueno. Un espía para el clan y un gato confiable, a pesar de ser un minino domestico.
Se desvió inconscientemente a la granja de dos patas, caminando ágilmente entre la vegetación y apoyando las patas cuidadosamente en el suelo forestal, sin siquiera emitir el mínimo ruido.
Llegó al claro que rodeaba la granja, mirando ansiosamente a los lados. Esperaba que la gata domestica fuera a su encuentro. Sacudió su cabeza. No debía de importarle eso ahora, estaba cazando...
-¡Patas de Nuez! Hola- Escucho el suave maullido de Canela, la cual caminaba hacia él con pasos suaves y el pelaje ondulante. -¿Qué haces por aquí?-
-Bueno.. Yo estaba cazando, y creo que me desvié un poco- Dijo el gato rojizo algo avergonzado. Por alguna razón, no sentía que eso fuera algo bueno, pero tampoco algo malo.
La mirada de Canela se volvió de diversión y le miro expectante por unos momentos, haciendo sentir incomodo al lugarteniente. La gata se acerco hasta estar a solo un bigote de distancia del gato, el cual no se movió.
-Pst, sígueme- Dicho esto, dio media vuelta y camino a paso rápido hacia el bosque tras la granja, saliendo del territorio. Se detuvo, mirando al gato. -¿Qué esperas?-
Aun algo dudoso, Patas de Nuez siguió a la gata, la cual se introdujo a la vegetación. Por detrás, podía ver como su elegante y lustroso pelaje se ondulaba con cada paso que daba y era moteado por la sombra de las hojas en las copas y ramas de arboles. Sus pasos eran como diminutos saltos, que hacían que su pelaje rebotara con estos.
-Y... ¿Dónde vamos?- Pregunto titubeante mientras saltaba un árbol caído.
-Lo sabrás cuando lleguemos- Ronroneo en respuesta Canela, quien pasaba por debajo de una zarza sorprendentemente sin enredar su pelaje.
"Debió haber ido a aquel lugar variadas veces" Pensó Patas de Nuez siguiendo expectante a la gata que lo guiaba.
De pronto se detuvo. Canela miraba hacia unos arbustos, su expresión irreconocible, luego agito su cabeza y miro a Patas de Nuez, sus ojos brillantes.
-Ya llegamos- Maulló alegre. Acto seguido se introdujo en los arbustos, desapareciendo en la espesa vegetación.
El gato rojizo le siguió, introduciéndose en los arbustos, algo molesto de que algunas ramas se enredaban en su pelaje.
Al otro lado, había un extenso claro rodeado por espesos arbustos, con un rio fluyente de agua cristalina y a su lado un sauce llorón, que inclinaba sus ramas hacia el agua como si tratara de beber. Algunos arboles que rodeaban el claro en su exterior producían un leve silbido por el viento, y el olor estaba cargado de olor a presas y el suave aroma de las plantas en su máxima madurez.
-Es... Es increíble aquí- Susurro el gato, mirando a su alrededor, maravillado por la paz y abundancia de aquel lugar. ¿Por qué no era parte del territorio del Clan del Alba?
-Me alegra que te guste- Ronroneó Canela pasando por su lado y parándose junto al rio a beber. El agua era tan cristalina que se podía ver la arena del fondo.
Patas de Nuez se agacho a su lado para beber. El agua era fresca, y seguramente por ahí también nadaban peces, de hecho, era improbable que no lo hicieran.
De pronto, sintió como si algo le empujara al agua, y lo hizo caer de frente al cristalino rio, aunque no era muy peligroso. No era tan profundo y no habían piedras grandes.
Nado hacia la superficie y saco la cabeza, mirando a Canela furtivamente. Pero la gata solo crispo los bigotes de risa.
-Caíste en el truco mas viejo del mundo- Ronroneo divertida.
Casi de inmediato Patas de Nuez empezó a crispar los bigotes de risa. Después de todo, solo fue una broma, y él callo.
Extendió sus patas delanteras y tomo de los costados a la gata. Acto seguido la lanzo al agua junto a él.
-¡Oye!- Canela empezó a darle manotazos en mientras intentaba salir del agua.
Juntos salieron del rio, aun divertidos. Canela se sacudió el agua del pelaje, haciéndolo esponjoso. Mientras, Patas de Nuez empezó a acicalarse tranquilamente.
Una vez termino, abrió las fauces para ver si captaba olor a presa. Un ratón mordía una nuez tranquilamente, ajeno al peligro que estaba corriendo al ser acechado.
Se acerco lentamente, teniendo tanto cuidado en sus pasos que parecía mas que estuviera flotando. Avanzo cada vez mas hasta estar a solo una cola de distancia. Dio un salto, atrapándolo con las garras y matándolo con una rápida mordida en su columna vertebral, rompiéndola.
-Buena atrapada- Le elogio Canela, acercándose a paso elegante.
-¿Quieres compartir?- Pregunto el gato colocando el recién cazado ratón a las patas de la gata.
-Claro- Maulló animada. Se agacho y empezó a comer la deliciosa y caliente carne del roedor. -¡Delicioso! Nunca había probado ratón antes-
-¿En serio? En el clan los comemos siempre, por lo menos yo creo que es la presa mas común- Dijo Patas de Nuez tomando un jugoso bocado.
-No olvides que vivo con dos patas- Maulló suavemente Canela.
Una cálida sensación recorrió como un escalofrío el cuerpo de Patas de Nuez al escuchar la suave voz de la minina casera. Era como el canto de un tordo por las mañanas, gozoso y acogedor.
-Creo... Creo que ya debería volver- Maulló repentinamente alterado el lugarteniente. Tenia un mal presentimiento, no sabia por que, solo sabia que no debía quedarse mucho tiempo ahí.
-Oh, vamos. Ningún perro, tejón o zorro saldrá de las tinieblas del bosque- Ronroneo suplicante Canela. -Además, aun no te muestro todo el lugar- Maulló mas suavemente.
Patas de Nuez dudo un poco, la aprensión picando en sus zarpas. Pero finalmente, asintió algo risueño.
-Esta bien, pero nada de bromas- Ronroneo levantándose.
-Entonces sígueme- La gata blanca con manchas crema camino con su ondulante pelo hacia el sauce llorón, el cual se mecía pacíficamente con la débil brisa.
La gata se quedo un momento bajo sus caídas hojas, observando detenidamente el tronco. Luego de unos momentos, corrió a este y salto en su dirección, entrando en un hueco de las raíces.
El gato se quedo mirando, algo impresionado por su fluidez en las raíces, tal como si fuera agua pasando por hojas.
En un agujero del tronco, Canela asomo la cabeza.
-¿Qué esperas?- Dicho esto, se volvió a adentrar en el tronco.
Tragando, Patas de Nuez caminó hacia las raíces, que sobresalían levemente del suelo. Se agacho y apretujo contra la tierra. En ese instante, comprendió el porque Canela había pasado tan fluidamente. La tierra era blanda y fácil de mover, mientras que las raíces, a diferencia de las de los robles, eran fáciles de mover, a pesar de su tamaño. Se removió un poco, y de pronto, ya estaba dentro del tronco, que al igual que la guarida del líder, era hueco y espacioso. Levanto la vista y vio a Canela parada en una base interna del sauce, mirándole divertida.
-Vamos, o acaso nunca has trepado un árbol- Dicho esto salto hacia arriba, despareciendo entre la leve oscuridad del tronco.
El gato rojizo de patas blancas no vacilo mas y salto al tronco, aferrándose fácilmente por su firmeza y fácil agarre. Subió ágilmente por la parte interna del tronco, hasta aferrarse a una base, la cual estaba junto un agujero hacia el exterior, el mismo por el que Canela se había asomado.
-¡Apresúrate! o el sol se ocultara cuando llegues- Escucho la voz de la gata domestica desde mas arriba, por lo que rodo los ojos divertido y continuo subiendo.
Una vez estuvo junto a la gata en una base que se abría a otro agujero, dio un suspiro.
-Si te soy sincero, este es el árbol mas fácil de escalar que he visto- Maulló mirando el agujero que conducía al exterior.
La gata se levanto y camino hacia este sin decir nada. Salió al exterior por el hueco, desapareciendo al contraste de la luz. Sin titubear, el gato le siguió.
En el exterior tuvo que parpadear para adaptar sus ojos a la luz. Estaban sobre una gran y gruesa rama, cubierta por encima por hojas y mas ramas, las cuales tapaban la luz.
-¿Por que esta hueco?- Pregunto Canela cuando Patas de Nuez se sentó a su lado.
-No lo se- Las palabras del gato de pronto se transformaron en un susurro sin saber el porque. -Tal vez para ocasiones especiales-
-Tal vez- La minina domestica se pego mas al lugarteniente, haciendo sintiera una cálida sensación en el pecho.
"¿Como llegue a confiar tanto en alguien que acabo de conocer?"
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Hola!
Lamento que este capitulo sea tan corto, pero no he tenido tanta inspiración ;-;
Pero bueno, espero que estén bien (En sus casas, no salgan >:v)
Y sin nada mas que decir.....
Bye!
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